¡Hola a todos! este es el primer fic que escribo espero que se entienda todo y os guste.

Disclaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Masashi Kishimoto. Sin embargo, la historia es completamente mía.


Capítulo uno

Terminamos de hacer las maletas y nos dirigimos a la casa de Fugaku Uchiha (el nuevo novio de mi madre) me siento completamente en desacuerdo, yo tenía planeadas las vacaciones de verano con mis amigas y ese chico guapo y alto que trabaja como socorrista en la piscina, pero mi madre estaba tan ilusionada y emocionada con que lo conozca, que casi llora cuando me pidió que fuéramos a pasar las vacaciones con él.

Hasta ahora, llevábamos cinco horas en el coche y estoy desesperada por llegar. Al parecer es una casa cerca del lago, y lejos del pueblo, así que la idea de mi madre es que me aburra. Eso creo yo.

Mi madre bromeó varias veces diciendo: "Llegamos", yo saltaba de mi asiento para ver por la ventanilla y luego ella reía. No era gracioso pero al menos logro mantenerme despierta, hasta que el letrero que decía: "Residencia Uchiha" comenzó a divisarse junto a un camino que llevaba dentro del bosque, hermoso, por cierto.

Me sentía cansada ya quería llegar, no por estar emocionada y querer conocer la casa sino para no tener que estar más tiempo en el coche escuchando la música de mi madre y como canta, además de que podía sentir mi trasero adormecido.

Se adentró un poco en el bosque, por el camino. Una vez ahí note como había una fuente frente a la casa. Al parecer tiene dinero, no es lo más importante, pero un punto a su favor; ¿intentaría comprarme con regalos? La verdad, no me molestaría si lo hiciera.

Mi madre tocó la bocina tres veces (provocando que dejara de mirar la casa y la mirase a ella como si estuviera loca) antes de desabrochar su cinturón a toda velocidad y bajar del coche rápidamente para abrazar a Fugaku, como si no se hubieran visto en años, en cambio yo baje completamente sin prisa y perezosa, tratando de estirar mis piernas un poco.

Puse los ojos en blanco cuando él me llamo, quise poner buena cara para acercarme. Demasiado hipócrita de mi parte.

-¡Ey!, ¿Tu eres Sakura?-pregunto con una sonrisa algo tonta.

-Claro-puse una sonrisa un poco fingida mientras daba un paso hacia atrás.

-Me alegra que estés aquí…-sonrío, de nuevo, luciendo como un estúpido y marcando las facciones de su rostro.

-Voy a por mis maletas-dije y antes de darme la vuelta me detuvo.

-No, tranquila, deja que mis empleados se encarguen de eso.-dijo seriamente.

Un hombre de unos cuarenta años salió de la casa y comenzó a bajar las maletas.

Caminé detrás de ellos que iban abrazados hacia la casa, mi madre pasaba su brazo por la cintura de él, mientras que Fugaku tenía su brazo en los hombros de mi madre. Se veía como si estuvieran ¿enamorados?, no. Mi padre murió hace dos años, ella no podría haberse recuperado tan rápidamente, yo aún no soportaba la idea de que papá ya no estuviera aquí y… ella, ella no estaba enamorada.

Cuando entre me sorprendí aún más, la casa es hermosa, tenía un candelabro de cristal en la entrada, las escaleras para llegar al segundo piso estaban frente a la puerta y eran echas de madera oscura. Paredes blancas y alfombras por todos lados.

Era elegante y sofisticada.

Nos dirigimos a la sala que tenía una enorme chimenea.

-¿Y qué te parece la casa, Sakura?-preguntó sentándose junto a mi madre. Mientras yo me sentaba frente a ellos.

-Debo admitir que es muy hermosa-dije con una sonrisa, esta vez, más sincera.

En realidad esta casa si era bastante perfecta, como de cuentos de hadas.

-Sabía que te gustaría, cuando tu madre la vio por primera vez también le…-mi madre le dio un codazo y él guardo un silencio de inmediato.

-¿Ya habías venido antes?-pregunté confundida.

-Sí, Sakura.-fulminó con la mirada a Fugaku. Me levante lentamente y mi madre hizo lo mismo.

-Iré a deshacer las maletas-dije tratando de librarme del momento incomodo y también no tener que soportar más tiempo ahí, mirándolos tan acaramelados, ¡asqueroso! Esa era la única palabra que me pasaba por la mente en esos momentos.

Salí de la sala y subí al segundo piso que era igual de elegante que el primero, después de ver en varias puertas sólo quedaban dos al final del pasillo una al lado de la otra, abrí la primera y adentro era de color azul eléctrico, tenia pósters en la pared de Muse, Linkin Park, Safetysuit, Evanescence y otra música gótica y rockera que no era de mi gusto, un ordenador y más cosas de chicos, sí la ropa interior en el suelo junto a la cama, era cien por ciento de chico, ¿Quién más vivía aquí?

Traté de ignorarlo (por ahora) y proseguí con la segunda puerta, esa era mi habitación, era un tono morado y con los muebles blancos. Mis maletas ya estaban adentro.

Cuando termine, baje y noté que no había nadie, encontré a el empleado que subió mis maletas en la cocina y dijo que habían salido a pasear un rato. Camine hacia la habitación pero me dio curiosidad saber más sobre el cuarto junto al mío. Abrí la puerta y entre.

Era parecida a la mía sólo que con toques masculinos, era espaciosa. Me senté en la cama y cogí una foto que estaba sobre una mesilla, era Fugaku y un niño pequeño con una sonrisa y hoyuelos en sus mejillas, tan adorable.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando alguien abrió la puerta bruscamente. Deje la foto en su lugar y me levante con rapidez.

-¿Quién eres tú?-Me pregunta el chico. El de la foto, que ahora estaba parado frente a mí y más grande, en la foto lucía como de cinco años y ahora era como de mi edad. Moreno, ojos hermosos y oscuros, un adonis.

-¿Quién eres tú?-pregunté con más confusión.

-Es de mala educación contestar con una pregunta-por alguna razón lo tome de mala manera, ¿me estaba llamando mal educada?

-Me tengo que ir.-al pasar por su lado percibí un olor que me hipnotizo. Me detuve y lo mire.

-¿No te ibas a ir?-dijo con un tono molesto, haciéndome despertar de la fantasía.

-Obviamente.-salí dando un portazo.

En ese momento escuche risas provenientes de abajo, vi a mi madre llegando con Fugaku. Lo mire y dije lo primero que se me ocurrió decir.

-¿Tienes un hijo?-pregunte confundida, pero más molesta que eso.

-¿No se lo dijiste?-Fugaku miro a mi madre, mi madre miro a Fugaku, Fugaku me miro a mí y luego yo mire a mi madre.

-Sí, ¿Por qué no me lo dijiste mamá?- dije agregándole algo de mi acostumbrado tono de sarcasmo.


Bien, hasta aquí el primer capítulo.

Espero sus reviews para poder o no continuarlo.

Besos :)