Supernatural

La maldición de Chucky

24 de octubre de 2000

New Jersey

— ¿Sam, puedes ir a revisar a tu hermano? — se escucho decir a John desde la cocina del pequeño cuarto de motel en el que estaban hospedados, Sam estaba mirando sin muchas ganas la Tv en la sala, pero ignoro por completo la orden de su padre.

Los minutos pasaron y cuando finalmente pudo, John salió de la cocina y se encontró con que Sam no le había hecho caso en lo que le dijo, lo mismo que llevaba pasando desde hacia semanas. — Samuel… ¿Y tu hermano? — exigió saber.

— En su cuarto, creo. — murmuro el chico sin siquiera ver a su padre, pero tampoco prestándole atención a la tv, simplemente se veía decaído y sin ganas de hacer algo en particular.

— Lo se, pero te pedí que fueras a verlo… ¿lo hiciste? — John estaba seguro de que Sam no había obedecido, pero de todas formas quería darle la oportunidad a la duda y al buen juicio de su chico.

— Hum, no… Estamos en casa papá, además tú estas aquí… Así que no creo que le vaya a pasar algo malo. — dijo Sam

— Samuel, esto no se trata de "eso" — John era muy cuidadoso de las palabras que decía cuando Jeff estaba en casa, el pobre niño no sabia de la existencia de las cosas oscuras y como padre, quería que eso continuara por lo menos hasta que Jeff lo entendiera de la forma correcta. — Se trata de que Jeffrey, solo tiene 6 años, es solo un niño… uno que necesita que lo cuiden.

— Si, y para eso esta su papá… ósea tu. — dijo Sam mas que molesto, y John pudo ver pro primera vez en el día la mirada llena de resentimiento de su hijo.

— En eso tienes razón Samuel, pero tu eres su hermano mayor… también es tu responsabilidad cuidarlo cuando yo no este. — dijo John, no entendía cual era el problema de Sam en ese momento, pues en los últimos 6 años jamás se había quejado de tener que cuidar de Jeff, es mas, en algún momento pareció que lo disfrutaba.

— Lo se, pero tu estas aquí ahora… puedes cuidarlo ¿no? — se excuso Sam, y su tono de voz termino por encender a John.

— Cuida tu tono conmigo, jovencito. — advirtió John

— No tengo que cuidar nada, tu eres el papá aquí… tu eres el que nos tiene que cuidar, tu eres el que tiene que hacerlo. — le grito Sam a la cara, John e3staba tan sorprendido de que lo hiciera que solo pudo empujarlo de vuelta al sofá.

— Cálmate Samuel… Tu sabes que siempre los he cuidado, no se a que viene tu reclamo en estos momentos. — dijo John, un poco mas tranquilo pues realmente quería entender que pasaba con Sam

— Yo no te estoy reclamando nada, solo te estoy diciendo que Jeff es tu hijo, no es mío… así que tu tienes que cuidarlo, no yo. — grito Sam

— Esta bien, es suficiente… vete a tu cuarto hasta que te calmes. — le ordeno John y Sam no dudo nada en salir corriendo para su habitación.

John no estaba molesto con Sam, lo estaba alejando para poder calmarse a si mismo antes de que le terminara gritando por decir la verdad… el chico tenia razón, Jeff era su hijo, su responsabilidad y simplemente no podía poner ese peso sobre sus otros hijos, no podía… Sin embargo en esta ocasión, solo estaba pidiendo la ayuda de Sam para asegurarse de que Jeff estuviera bien. Pues aun que Sam dijera que Jeff estaba bien por que estaba John en casa, eso no era del todo cierto, pues John también estaba en casa la noche en que su esposa murió, y de todas formas no pudo salvarla… por eso quería que Sam le ayudara, porque cuatro ojos eran mejor que dos cuando se trataba de la seguridad de su pequeño.

Sam se metió a su habitación, la cual compartía con su hermanito así que no pudo evitar que el niño se le acercara. — ¿Sammy, me das un chocolate? — le pidió el niño.

— Dile a papá. — murmuro Sam y se giro al otro lado de la cama para no ver la cara de su hermanito y así evitar que el niño lo viera llorar.

— Nooo… no me lo va a dar, hasta que cenemos… y yo lo quiero ahora Sammy.

— Pues no… no lo vas a tener… ahora, déjame en paz. — le grito Sam, miro la cara del chico un momento y luego se volvió a cubrir con la almohada para o volver a verlo. A veces era exasperante ser el hermano mayor.

— Sammmm — insistía Jeff una y otra vez mientras le menaba las piernas de un lado a otro para que le hiciera caso.

— Que me dejes en paz Jeffrey, no tengo tu maldito chocolate. — volvió a gritarle Sam, Jeff se le quedo mirando feo porque no le gustaba que le gritaran, y luego e fue haciendo pucheros por el pasillo.

— Jeff, ven y ayúdame con los platos para la cena. — dijo John apenas ver a su pequeño caminar hacia la cocina, el niño se saco las manos de las bolsas y se puso a ayudarle con la mesa.

Al poco rato llego Deán a casa, había pasado un par de días fuera por un viaje con Caleb (el amigo cazador de John) y el realmente esperaba encontrarse con una bienvenida calurosa de su familia, pero solo se encontró con un Sam totalmente miserable, un Jeff distraído por estar jugando con sus guisantes y con su padre realmente estresado… Así que no dijo más de lo necesario y se sentó a comer en silencio, después ya habría tiempo para saber lo que estaba pasando.

— ¿Papi, puedo ver la tv? — se escucho decir a Jeff en apenas un hilito de voz. Pero por primera vez en toda la cena, John levanto la mirada de su plato y descubrió que el niño no se había comido más que la poca carne que le había servido.

— No, hasta que te acabes las verduras. — dijo John

— Pero, ya no quiero comerlas papito.

— Jeffrey, ya sabes que te tienes que comer las verduras… siempre lo haces, así que déjate de berrinches o te voy a castigar. — le advirtió John, jamás le hablaba de esa forma pero es que ahora no estaba de humor como para tener que soportar a dos de sus chicos repelándole. Así que el pobre Jeff se tuvo que aguantar, y empezó a comerse las verduras lentamente con su tenedor.

El teléfono de John sonó tres veces y se quedo en silencio, lo que indicaba que era uno de sus amigos cazadores, así que se levanto y salió de la habitación para que Jeff no fuera a escuchar lo que tenia que decir al teléfono. Ahí Deán aprovecho para tomar el plato de Jeff y traerlo hasta el.

— ¿Deán que estas haciendo? — pregunto Sam extrañado, entonces vio como su hermano mayor se devoraba con rapidez las verduras de su hermanito.

— Papá esta enojado, así que los dos mantengan el pico cerrado. — les dijo Deán, y por supuesto que el enano se quedaría callado pues le acaba de hacer un enorme favor.

Para cuando John llego, ninguno de los chicos dijo nada sobre lo que Deán acababa de hacer, pues Jeff simplemente se limito a pedir permiso para ir a ver la Tv y John acepto, alegre de que al menos uno de sus chicos aun le hablara propiamente.

— No le pongas muy fuerte cariño. — le grito apenas escuchar la voz de Casper, el fantasma amigable en la Tv

— Chicos, me ha surgido un caso… ha si que voy a estar fuera un par de días, una semana tal vez… No hace falta decir que espero un buen comportamiento de parte suya, y sobre todo… que cuiden de su hermano. — les dijo John.

— Si señor, así será… pero ¿puedo saber de que se trata esta vez? — pregunto Deán, de un tiempo para acá le gustaba mantenerse informado sobre el paradero de su padre, pues eso lo hacia sentirse un poco menos nervioso cuando este se marchaba.

— Aun no lo se, pero Jim me necesita para ayudarle.

— Claro, y como siempre tú corres tras ello antes de informarte… y nos dejas aquí botados como si fuéramos perritos. — se quejaba Sam en voz baja, pero su padre lo pudo escuchar perfectamente bien.

— ¡Cállate Sam! — le grito Deán.

— Samuel no me gusta esta actitud, y no creas que no me doy cuenta de que solo estas provocándome para tener mi atención… pero si no quieres mi atención sobre tu trasero, te sugiero que te pongas a limpiar los trastos, ya mismo. — le ordeno John, pero no fue hasta que hizo el ademan de levantarse de la mesa que Sam se fue corriendo al fregadero. — Te juro que no se que le pasa. — murmuro John.

— Tiene 17, se llama adolescencia. No le hagas caso Papá, a esa edad no se piensa lo que se habla, créeme — dijo Deán.

— Lo se, pero tu no eras así a su edad.

— Oh cielos, no… Yo era mucho más guapo. — se burlo Deán y sin querer hacerlo, John volvió a sonreír por un segundo antes de que escuchara la voz de Sam

— Eres un idiota papá. — dijo el chico, John se levanto como fiera y se le acerco.

— ¿Qué dijiste?

— Que eres un idiota. — se atrevió a repetir Sam, entonces John lo tomo del brazo y lo arrastro por todo el pasillo del departamento, diciéndole lo arto que estaba por toda esa actitud. Jeff desde la sala vio cuando su padre le gritaba a Sam, así que corrió tras ellos para ver que pasaba pero Deán lo detuvo en el camino.

— Ven, ven… vamos a jugar al auto. — le dijo Deán.

— ¿Papá va a castigar a Sammy? — pregunto Jeff, era demasiado listo como para no darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor.

— Si, hem… solo van a… hablar… ya sabes, cosas aburridas… pero tu y yo enano… iremos a jugar al auto. — y entonces Deán se hecho a su hermanito sobre su hombro para sacarlo de la casa. No quería dejar a Sam en manos de su padre, pero no podía hacer nada por el, no cuando había insultado a su padre de esa forma tan descarada.

* Hola mundo¡ Jeff Is Back!

Esta es mi historia especial de Halloween, haciendo honor a la ultima pelicula de Chucky (recien estrenada) espero que les guste mucho y quiero decirles que aqui no van a leer al viejo Chucky, aqui es un nuevo asesino dentro del muñeco y espero, enserio espero contar con su apoyo y comentarios en esta nueva y fascinante aventura.

Por favor Review!