Todo lo que alguna vez quise, fue que me aceptaran.
Suena malditamente cursi, infantil quizás, pero eso era todo lo que quería.
¿Acaso aspire a demasiado?
¡Maldita sea! Solo quería ser aceptado por su familia, valorado por los que lo rodeaban, pese a lo mucho que en Asgard se preciaban de ser la sociedad más avanzada de los nueve mundos, a él le parecía que eran mas retrógrados que ninguno.
Si no eras un musculoso guerrero que agitaba una tremenda arma sobre tu cabeza, simplemente no merecías que se perdiera tiempo contigo. Claro a menos que fueras una mujer.
Aunque esa regla no aplicaba del todo, especialmente si tenías en cuenta a Sif, la única mujer que demostró que podría haber excepciones si se quería.
A donde quería llegar era a esto:
Al parecer, sus habilidades mágicas nunca podrían ser valoradas en un lugar como ese, ¿verdad?
Pese a que se esforzó en ser el mejor en lo suyo, uno de los más fuertes de su campo, nadie lo tenía en consideración, nadie a excepción de su madre parecía apreciarlo de verdad, o siquiera daba una mierda por si le lastimaba o no.
Podía escuchar las habladurías de la servidumbre en el castillo, los comentarios despectivos en medio de los banquetes… y en los últimos tiempos parecía que se ponían a comentar sin siquiera cuidarse de él.
Si permanecía mas tiempo de esa manera, no habría aguantado demasiado antes de quebrarse.
Y luego ocurrió esa gran pelea entre su antaño apreciado hermano y padre de todo, que derivo en la expulsión de Thor.
Pese a que extrañaba la presencia de su hermano por el aprecio que aun le guardaba, supo ver la oportunidad que se le presentaba. Esa ocasión no se repetiría, y él tenía que demostrarle a todos, en especial a esos que lo menospreciaban.
Tenía que enseñarles de lo que era capaz.
Que podía ser tan bueno como Thor para ser el futuro rey una vez que padre de todo abandonara su trono.
Pero de nuevo fue un error.
Todo volvió a salir mal.
Aun en medio de la fría oscuridad adormecedora, lo atormentaba el recuerdo de Thor sosteniendo su mano, siendo lo único que lo mantenía elevado del vacío a sus espaldas.
La mirada de Thor no se le borraba de la cabeza, por alguna razón le atormentaba, porque los ojos azules y penetrantes del rubio le recordaron por un momento a los de su madre.
En ellos había dolor, y una muda pregunta que era bastante clara a su entendimiento, esa mirada le pedía sus razones para haber hecho lo que hizo.
Razones que no quería compartir… que no estaba obligado a compartir.
¡Maldito fuera!
Si tanto quisiera saber ya lo hubiese descifrado.
Si en realidad siguiese siendo su hermano, Thor ya se hubiese dado cuenta.
Y en esa milésima de segundo, fue más consciente de lo que nunca fue antes, supo sin temor a equivocarse, que no tenía motivos para seguir en Asgard.
Porque nadie allí se interesaba por el de manera sincera…
A nadie le importaba.
Y se soltó, dejándose caer, escuchando a la distancia la voz de Thor.
La oscuridad que lo rodeaba, solo era un eco de la oscuridad que se alojaba en su interior.
Abandonándose a un sueño frio y en cierta manera reconfortante.
Loki se despidió de todo con una enigmática sonrisa en sus labios.
Que para el buen observador, era una sonrisa que exudaba alivio.
Nunca pensó que contemplar el Bifrost quebrado pudiera ser su pasatiempo más frecuente, pero en los últimos tiempos a duras penas se reconocía a sí mismo. No podía olvidar ese breve momento en que Loki sonrió antes de soltar su mano y dejarse caer al vacío.
¡Maldito fuera!
¿No pensó en el dolor que le causaría a madre?
Una voz profunda, con un tono parecido al de Loki cuando era joven, contesto desde lo recóndito de su mente.
¿El dolor de madre? ¿Qué me dices de tu dolor? También se olvidó de ti, tal como te habías olvidado de él. Te odia.
Furioso, levanto una silla y la lanzo contra la pared, destrozándola y observando ausentemente como los restos de la misma se esparcían por el normalmente impecable suelo de ese inmenso salón.
Al abrirse la puerta, se encontró con su madre.
_ Thor- murmuro la mujer en reconocimiento.
Él se inclinó respetuosamente y le deposito un beso en la frente, solo ante ella y su padre se inclinaba de buen grado.
_ No esperaba encontrarte aquí. He estado viniendo estos días, después de todo… Loki pasaba mucho tiempo en este sitio. Practicando, leyendo. Siento que cuando me encuentro aquí, de alguna manera estoy más cerca de él.
Si su madre noto la silla destrozada a un lado del salón, no comento nada, en lugar de eso, permanecieron mirándose en silencio por mucho rato, comunicándose silenciosamente, lo que sea que se dijeran en ese largo intercambio de miradas.
_ Él no ha muerto. Y así sea lo último que haga, voy a traerlo de vuelta a casa- Thor rompió el silencio, sus palabras resonando en aquella habitación de manera extraña, pero intensa.
Su madre seguía contemplándolo de ese modo tan sereno y lleno de dulzura, con algo de dolor en sus ojos.
_ Hijo mío, has pensando… ¿Acaso él quiere regresar?
A eso, Thor la miro, sin comprender que era lo que quería decir.
_ Piénsalo detenidamente, hijo. Loki prefirió dejarse caer a lo desconocido en lugar de regresar a Asgard junto a ustedes. Sabia, lo que le esperaba al regresar. Y no quiso hacerlo.
_ ¡Tonterías!- era la primera vez que le gritaba a su madre, pero no pudo contenerlo- ¡Aquí nació! ¡Aquí está su familia! ¡Todo lo que alguna vez conoció!
Su madre, le tomo una mano con su habitual elegancia y delicadeza, gesticulo hacia las sillas que seguían intactas en una esquina del gran salón.
En silencio, la siguió. Frigga, con su mirada cargada de dolor. Comenzó a contarle a Thor, una historia que pensó mantener en secreto para siempre.
…
Un gigante de hielo…. Loki, era un gigante de hielo.
Se enteró de muchas cosas gracias a su madre ese día, Frigga con palabras sosegadas le narraba a su hijo la historia de cómo Loki llego a Asgard, y todo lo que ella percibió al pasar de los años. Y… que la gente del reino ya sabía la verdadera procedencia de Loki. Esa verdad, se sumaba a todo lo que el pelinegro tuvo que pasar, castigos demasiado severos para su gusto. Le hablo de cosas que el mismo Thor ignoraba, por supuesto que recordaba esa vez en que ese gigante se hizo pasar por artesano y les prometió una muralla a cambio del sol, la luna y la mano de Freya. Supo que fue Loki quien los metió en ese embrollo. Y también fue quien los saco del lio. Pero nunca supo que a raíz de eso, Loki pario al hijo de un caballo y que Odín le había arrebatado al potrillo.
Y si se daba cuenta, todos los hijos de Loki le fueron arrebatados y sometidos a vivir en condiciones deplorables.
A lo largo de la historia, Thor apretó las manos en firmes puños. Lleno de una manera de sentimientos que el mismo no se podía explicar. Pero el más latente en ellos era la furia, hacia todos aquellos que alguna vez lastimaron a Loki… y hacia los que no habían hecho nada. Como el mismo.
Furia hacia sí mismo por no haberse dado cuenta, mezclada con una profunda impotencia.
Cuando termino el relato, su madre le dio una mirada que el rubio no supo interpretar.
_ ¿Aun así, quieres traerle de vuelta a Asgard?
Thor iba a contestarle, cuando ella poso una de sus suaves manos en su hombro, negando con la cabeza.
_ Medítalo bien, considera cada aspecto cuidadosamente Thor. Y si la decisión que tomaste hoy, es la misma para ese entonces, no hace nada por detenerte… después de todo, yo quiero a mi hijo de vuelta.
Con esas palabras, ella abandono la habitación, a Thor le pareció ver que tomaba un libro de una estantería cercana, lo aferraba fuerte contra su pecho y luego cerraba la puerta firmemente a sus espaldas.
El silencio en la habitación calo aún más profundo. Y fue como si eso encendiera todas las alarmas en su cabeza, tenía algo que considerar a fondo, su deseo egoísta era el de traer a su hermano de vuelta a casa, pero tenía que pensar… ¿Eso era lo mejor para él?
…
Le tomo cuatro días de profunda meditación decidir cuál sería su curso de acción a tomar. Pese a que deseaba ver a Jane y cumplir la promesa que le hizo, eso no era posible por los momentos y ciertamente no estaba en su mano hacer algo para solucionarlo. Sin embargo, sí que podía buscar a Loki.
Sus amigos no lo comprendían. La parte de que le doliera la pérdida de Loki si la entendían. Pero el deseo de Thor por buscarlo era lo que ellos no comprendían.
A ninguno se le olvidaba lo que Loki había hecho. Lo que era.
Y eso le confirmo lo que venía sospechando desde hace años atrás y no quería creer, sus amigos odiaban a Loki.
Nunca quiso entender la razón, y siempre que notaba alguna cosa que lo hacía sospechar se hacia el que no se daba cuenta de nada. Observaba como Loki les devolvía la ofensa con una de sus bromas magistralmente organizadas o con modales velados de sarcasmo o socarronería.
Una cosa que siempre admiro de Loki pero nunca se lo dijo, fue su capacidad para encajar las ofensas y encontrarle salida a las situaciones desagradables. Habilidad que puso en práctica cuando se enfrentaron a los gigantes de hielo.
Esa habilidad de Loki de mediar con la gente cuando era necesario, era una cosa que a Thor le recordaba a su madre.
Caminaba con decisión hasta el salón del trono, necesitaba hablar seriamente con su padre, pedir su bendición para esta empresa.
Y aun si no la tuviera, no estaba dispuesto a rendirse. Saldría con o sin la autorización de Odín. El deseo de encontrar a su hermano lo carcomía.
Y es que después de todo ese tiempo a solas, en el salón donde Loki solía pasar la mayoría de su tiempo libre. Muchas preguntas se formaron en su cabeza.
¿Era posible que Loki estuviera mejor en donde sea que estuviese?
¿Las personas intentarían atacarlo al verle?
No, eso nunca lo permitiría, los destrozaría con sus propias manos.
Una suave mano se posó en su hombro, y al darse la vuelta se encontró con la intensa mirada de su madre. Sus ojos buscando conocer la respuesta a una pregunta no pronunciada.
_ Mi decisión, es la misma. Saldré en busca de Loki.
Ella, le dedico una sonrisa casi imperceptible, acompañada de las lágrimas.
_ Temo por el- murmuro su madre, aferrando su capa entre las manos ligeramente temblorosas.- Por el daño que podrían hacerle.
_ No dejare que nadie lo lastime. Hare lo que tenga que hacer.
Ante eso su madre levanto la mirada, sus ojos encontrándose de nueva cuenta.
_ Esperemos hijo, no tener que llegar al último recurso.
Y con esas palabras, Thor fue despedido a su búsqueda solitaria.
Así tuviera que recorrer Yggdrasyl desde su raíz, encontraría a Loki y lo llevaría a Asgard.
