Una batalla inminente, zeref, los spriggan y Agnologia, demasiado peligroso como para salir ilesos, así que Natsu recurrió a su último recurso… se convirtió en Dragón. Un poderoso, hermoso, enorme y rojo dragón de fuego. NatsuxLucy

Disclaimer : esta historia es sin fines de lucro, El precioso de Natsu y el resto de la guild no me pertenecen, son propiedad de Hiro Mashima. Yo solo descargo mi fanatismo con historias de ellos, producto de mi cabecita loca XD…

Este producto es responsabilidad de quien lo recomienda y de quien lo lee X3

Diálogos entre -.-

DRAGÓN

Capítulo 1: transformación.

Era una visión magnánima, tan impresionante que nos costaba creer lo que estaba pasando, frente a nosotros haciéndole frente al enorme dragón Agnologia estaba Natsu, o lo que hace unos segundos era un mal herido Natsu, ahora era un enorme dragón rojo brillante a la luz de las llamas que incendiaban todo el lugar, yo no tenía fuerza para moverme mi traje estelar se había desvanecido ante mi escases de magia y las heridas en mi cuerpo me ardían demasiado

-Na… Natsu? Eres tu Natsu?- la voz de Erza se escuchó al fondo, yo quería voltear a verla ver si se encontraba bien después de esa explosión de magia que no aventó todos pero de alguna manera no podía voltear la mirada, tan absorta en ese enorme cuerpo del dragón rojo.

Fue como si reconociera su nombre, su cabeza giro y pudimos ver esos profundos y reptilizados ojos verdes, dos enormes y brillantes ojos de jade, la forma en que nos miró me tranquilizo lo suficiente para intentar moverme y alejarme de esa zona peligrosa. Después de todo aun estábamos a media batalla contra el dragón negro más peligroso de toda la historia de la magia.

El dragón de fuego se movió con torpeza y abrió ese hocico infestado de filosos dientes, como si intentara hablar pero solo emergió un gutural gruñido y unas ligeras flamas débiles que por suerte no nos alcanzó a ninguno de los que estábamos aquí. Cerro su boca con rapidez como si se hubiera dado cuenta de su error, en cambio dejo caer su cuerpo y pego su largo cuello contra el piso al igual que su mentón, casi como queriendo bajar a nuestra altura y al mismo tiempo intentar no intimidar demasiado a sus propios compañeros de gremio. Fue como una especie de desencantamiento mágico que librero mis piernas y al parecer el de todos nosotros ya que pude moverme finalmente y voltear a ver a mi alrededor para cerciorarme que no era la única igual de impresionada con todo esto, Levi, Wendy, Erza e incluso Happy habíamos recuperado el control de nuestros cuerpos.

-Natsu, te encuentras bien? Estas consiente de que has transformado tu cuerpo?- Erza como toda una buena maestra de gremio se interpuso entre nosotros y la aun incomprobable nueva naturaleza del dragón slayer frente a nosotros.

El dragón rojo simplemente ladeo la cabeza un poco y dejo escuchar un leve gruñido sin abrir la boca ni despegarse de su posición en el piso.

Quise acercarme pero Erza interpuso su brazo para que no pudiera hacerlo

-Natsu- dije con poca voz, no sabía que hacer o cómo reaccionar.

Finalmente con rapidez el dragón se levantó de esa posición tan sumisa alargando su majestuoso y grueso cuello, dirigiendo su mirada verde jade hacia el cielo, Erza igual levanto la mirada con una mirada aterrorizada y a la vez resuelta y envalentonada, solo una mujer como ella podía mezclar sentimientos tan contrarios

-aquí viene, Agnologia!-

Con torpeza el dragón rojo abrió esas enormes y pesadas alas empujándonos a mí y a Erza con un fuerte golpe, que me hubiera costado un moretón más si no fuera porque alguien me sostuvo antes de impactar contra el piso.

-tranquila Lucy quédate aquí.- era Gray quien me sostenía sin mirarme y Erza que a pesar del inesperado golpe no había perdido ni su porte ni su concentración

Pude ver al frente como si fueran los aleteos de una ave primeriza intentando dejar el nido, casi se veía patético pero entonces él tenso su cuerpo, estiro las alas a su máxima capacidad y abriendo toda la mandíbula dejo salir un ensordecedor gruñido inundado de ardientes y enormes flamas rojas, y en cuestión de segundos las manos de Gray me soltaron y pude ver como ambos, el mago de hielo y la maestra de gremio emprendían una veloz carrera subiéndose sin pensarlo sobre la ancha y escamosa espalda del dragón rojo, que medio segundo después estaba tan alto en el cielo que fácilmente pudo haberse confundido con una magia de teletransportación

Un segundo gruñido mucho más grueso y desgraciadamente mucho más conocido respondió a lo lejos.

-Lucy rápido debemos irnos de aquí- Levi me jalo de las manos y yo apenas la seguía en automático sin poder apartar mi vista de la pelea que se desarrollaba en lo alto del cielo. Con ayuda intentábamos controlar el incendio que se había extendido a todo lo largo del pueblo mientras cada gruñido nuevo nos hacía temblar, las ondas de choque de la colisión de las diferentes magias llegaban a nosotros en forma de golpe de viento, los aldeanos estaban aterrorizados y solo pensaban en huir de ahí, y nadie los culparía, después de todo se suponía que los dragones se habían extinguido hace más de 400 años.

Teníamos suerte que los 3 magos escudo de spriggan se habían retirado minutos antes, dejándonos el caos de este pueblo en esta pequeña isla para nosotros solos. Ya habíamos logrado apagar medio pueblo cuando una oleada de gritos se apodero del lugar, seguido de una extraña neblina negra, varios cayeron a su paso y fue entonces cuando notamos que se trataba del mismo Zeref, sabíamos que era imposible poder hacer algo además de escondernos. Por suerte para todos nosotros el emperador solo parecía querer alejarse del lugar como solía hacerlo de vez en cuando que nos topábamos con él. Miraba divertido hacia el cielo mientras los embistes de ambos dragones se escuchaban como truenos entre las nubes. Lo vimos desaparecer en el bosque matando la naturaleza a su paso con cada eco de su magia oscura. Parecía más emocionado de lo normal.

-como está el maestro?-

-sigue inconsciente, pero aun respira- el maestro Makarov había desviado los primeros ataque del dragón negro, ahora había perdido el conocimiento. Mire al cielo nuevamente podía ver ambos dragones aferrando uno al cuerpo del otro ambos se mordían parte del cuello y se encajaban esas gigantescas garras, mientras como una sombra podía distinguir el hielo de Gray haciéndolo tal vez de escudo entre los dientes de Agnologia, y una gigantesca espada de Erza que de blandía una y otra vez intentando traspasar la impenetrable piel de escamas del dragón negro.

Finalmente el dios dragón de la muerte envistió al dragón rojo con suficiente fuerza para hacerlo retroceder y abriendo su hocico grande disparo una llamarada de magia explosiva y brillante, envolviendo al dragón rojo y a sus pasajeros. Mi corazón se detuvo en espera de que esa increíble magia que había hecho desaparecer la isla Tenroujima no hubiera aniquilado a mis amigos. Después del impacto el dragón negro subió al cielo desapareciendo entre las nubes. Mientras el dragón rojo solo parecía dejarse caer

-Natsu!- grite con desesperación sin saber qué hacer, estaban tan altos y tan lejos, nunca llegaría a tiempo y aunque estuvieran cerca no tenía forma de detener o amortiguar el impacto de un enorme dragón, aun así corrimos. Todos lo hicimos, yo Levi, Happy, Juvia, Wendy, Mest, incluso Cana que no la había visto en un buen rato, desde que habíamos llegado al pueblo.

La caída seria dentro del bosque, cercanos a la montaña o sobre la misma, tardaríamos en llegar y probablemente nuestra presencia no significase ninguna diferencia para los resultados de la pelea pero aun así nos apuramos, aun así corrimos notando que estábamos en el camino desolado y marchito que solo momentos antes había estado Zeref, pero no nos desviamos, aun cuando un olor asfixiante a muerte nos provocó escalofríos y miedo, aun así no nos detuvimos.

Minutos antes -

Mi sangre hervía, mi corazón golpeaba con tanta fuerza que sentía que mi pecho explotaría en cualquier momento. Frente a mi estaba el dragón que había matado a mi padre, no recordaba el cómo habíamos llegado a esto, solo sé que de alguna manera había sido mi culpa pero todo eso ya no me importaba, ni siquiera me importaba el hecho de que acabábamos de salir de una peligrosa pelea contra tres de los escudos del imperio Alvarez, había una promesa que debía cumplir, con él, con todos, conmigo mismo, Happy se posó en mi espalda entendiendo mi mirada llena de ira, por primera vez desde que habíamos empezado a combatir mano a mano, por primera vez deseaba que no fuera mis alas, que no se expusiera en la línea de fuego justo donde yo estaba, por primera vez temí que él aun estando tras de mí que aun así no saldría ileso. Pero no pude hablar, mi mandíbula estaba tan tensa que no podía siquiera abrir la boca, mi mirada fija en ese dragón que revoloteaba en los cielos, mi magia ya estaba mermada pero mi espíritu de lucha estaba más encendido que nunca, Erza, Lucy y Gray a mi lado me daban el apoyo necesario para no perder la razón y aventarme como un poseso

-no permitiremos que pase lo mismo que en Tenroujima - escuche la voz de Erza y asentí ante su voz tan segura y firme

-Esta vez estamos listos- esta vez fue la voz de gray

-Āmuzu X Āmā X Banīa- la vocecita de Wendy resonó con fuerza, sintiendo inmediatamente un incremento en mi propia magia y eso fue lo que detono el inicio de la pelea, con ayuda de Happy alcanzar a Agnologia en el cielo no fue tan difícil, difícil fue recibir la primera bocanada de magia, fue como ser golpeado por un tren y ser quemado por las flamas del god slayer la primera vez las sentí, pero multiplicado por cien, no… por mil, el dolor casi me cegó pero tan rápido como vino igual se fue.

Aun así Happy logro recuperar el rumbo segundos después del impacto, me sorprendí realmente de su increíble resistencia, la voz de Erza sonó justo detrás de mí y esta paso volando de alguna manera a alta velocidad, invocando una gigantesca espada y sin necesidad de blandirla esta voló directo como un proyectil justo al centro del pecho del dragón negro quien simplemente la desecho de un manotazo como si no fuera nada interesante, la enorme espada giro en el aire sin que nadie la sostuviera físicamente y retomo su camino impactando de lleno contra el escamoso hombro del dragón, que apenas y reacciono al tacto, como si la viera más por curiosidad que por verdadero interés, una enorme laza de hielo gigantesca se materializo justo sobre él. Dejándose caer con una increíble fuerza partiéndose en mil pedazos, al impactar contra el cráneo del dragón negro el cual apenas y le hizo bajar la mirada y entonces lo percibí una ligera molestia que turbo el ambiente y me hizo sentir un escalofríos por todo el cuerpo, ahí iba el ataque que había hundido la isla sagrada de Fairy Tail. Las enormes alas negras de expandieron en todo su esplendor demostrando ese negro absoluto, el pecho del dragón se inflo y mi propio corazón dejo de latir, la magia que venía era demasiado poderosa para mí, para cualquiera de los que estaban conmigo, aun después de ese año de entrenamiento donde todos habíamos maximizado nuestras habilidades.

-Huyan!- grite, volteando a verlos a todos, mientras sostenía mi brazo derecho sintiendo mi piel romperse ante la expectativa del ataque que se avecinaba. Erza y Gray tras de mi con esa mirada de resolución, Lucy, Levi y Wendy desde más abajo con la misma mirada aunque un poco más temerosas y entonces lo supe, supe que nadie huiría, que estaban listos para intentar defenderse y que fallarían, eso también lo sabía.

Yo lo sabía…

Que no estábamos listos…

Que moriríamos…

Aun si dragónizaba mi brazo no sería suficiente…

El dios dragón aún estaba tan lejos, tan inalcanzable aun después de todo este entrenamiento. Pero ya no había más tiempo, era ahora o nunca, literalmente. Y entonces prepare mi cuerpo, sabía lo que haría, lo haría por ellos, no permitiría que el impacto les llegara si aún había algo que podía intentar, cuando Agnologia abrió su boca, en ese segundo sujete a Happy que estaba en mi espalda y lo avente contra Erza, ella le protegería. El impacto llego medio segundo después pero estaba listo, y con toda la magia de mi cuerpo contuve esa imponente magia, literalmente intente absorberla, devorarla, asimilarla, mis pulmones ardieron y por primera vez en mi vida quise llorar del dolor de una quemadura en mis pulmones, en mi piel, sentía que mi cuerpo se desintegraba y que mis huesos se rompían casi como si explotaran todos a la vez pero aun así no me detuve y forcé a mi magia a asimilar el golpe, a devorar cada resquicio de energía que quería desintegrarme, si tenía que morir no permitiría que nadie más lo hiciera, y me concentre en ello aun cuando mi piel dejo de doler y mi conciencia se perdió en la nada, mi magia y mi subconsciente solo podía cumplir con mi orden autoimpuesta. Devorar ese poder.

Recupere la conciencia sintiendo la dureza del piso debajo de mis pies, aunque bien no estaba muy seguro de cuanto tiempo estuve inconsciente sabía que no pasaban de ser unos cuantos segundos, fije mi vista en el cielo buscándolo a él, pues aun sentía esa enorme magia revoloteando sobre nosotros, lo encontré y fue como si mi visión hiciera zoom y pude verlo de cerca, a pesar de saber que seguía yo en el suelo y el volando muy por encima de las nubes, pero no me importo, Agnologia no me miraba, parecía estar entretenido en algo mas o en alguien más. A mi nariz llego ese particular aroma de Zeref y mi nerviosismo aumento en desmedida, no teníamos tiempo o energía como para tener que preocuparnos de dos males a la vez.

-Na… Natsu? Eres tu Natsu?- escuche la voz de Erza y al girar mi cabeza me sentí extraño, desproporcionado, demasiado alto, demasiado grande, pero a la vez me sentía lleno de energía, lleno de poder. Vi a Lucy alejarse levemente y me alegre de verla bien, mi pecho pareció relajarse al verlos a todos con vida y en perfecto estado, apaleados pero vivos y enteros. Quise moverme ir con ellos, pero fue cuando lo note, algo no estaba bien, extrañamente algo en todo esto se me hacía familiar, la forma en la que variaba mi cuerpo, el calor, el color, me di cuenta pero no podía ser verdad, ¿cierto?

Quise hablar pero solo se escaparon flamas involuntarias así que cerré la boca, no quería lastimar a nadie por una torpeza, en especial porque todos ya estaban bastante lastimados. Así que me deje caer, el movimiento me hizo consiente de todo mi cuerpo, a mis recuerdos vinieron esos apacibles y gratos momentos cuando estuve viviendo con mi padre, lo recordaba tan enorme y majestuoso pero al a vez tan cariñoso, exigente pero gentil y amable, y la forma en que se acercaba a mí, siempre con la cabeza baja como demostrando que no había a lo que debieras temer. Así que reaccione por naturaleza aprendida, después de todo mi padre era un dragón de verdad, justo como lo que yo lo era ahora. Me relaje aún más cuando ellos parecieron entenderlo

-Natsu, te encuentras bien? Estas consiente de que has transformado tu cuerpo?- quise decirle que si a la señora obvia, pero sabía que si intentaba hablar de mi solo saldrían llamas y a riesgo de parecer arrogante esperaba que mis flamas fueran tan impresionantes como las de mi padre, por ende muy peligrosas para cualquiera que no fuera dragón o dragón slayer de fuego. Así que solo un murmullo se escuchó dentro de mi garganta. Me dieron tantas ganas de burlarme, de jugar algunas bromas, de burlarme otra vez, de retar a ciertos magos, oh¡ cielos¡ de comprobar mi fuerza y mi poder! pero ya habría tiempo para eso, mi instinto me hizo regresar mi mirada al cielo para verlo ahí, tan imponerte y tan altanero, creyéndose invencible. Moví mi cuerpo intentando encontrar la manera adecuada de controlarlo y oh¡ alas… genial!. Sentí su mirada sobre mí y supe que era el momento, no podía perder más tiempo, dejaría que mi instinto se encargara de todo así que lo deje fluir, mi primer impulso fue gruñir con todas mis fuerzas expeliendo aliento de fuego tensando mi cuerpo listo para volar, sea como sea que eso se haga, aprendería sobre la marcha, no tenía tiempo de pedirle clases a Happy.

Subir fue fácil, mantenerme en el aire era otra historia, por suerte el paquete de iniciación a dragón parecía traer incorporado piloto automático por default así solo dejaría que mis alas se movieran con la misma inercia que uno lleva cuando camina o corre.

-estamos listos cuando tú digas Natsu- escuche la voz de Erza cerca de mi oído y solo recién note que de hecho tenía dos presencias sobre mi espalda, mi corazón dio un vuelco, pues temí por ellos. Y creo… creo que se dieron cuenta

-escucha flamita, ahora más que nunca no dejes que tu cabezota dura draconiana se haga ideas estúpidas, vamos a pelear, los tres… y vamos a ganar, porque perder no es una opción, y creo que eso lo sabes, así que deja de hacerte ideas raras y empieza a planear la envestida contra ese bastardo creído de Agnologia, de lo demás nos encargamos nosotros-

Pude sentir el incremento de sus magias, el poder y la fuerza que querían intentar rivalizar con la mía. Eso me hizo sentir más relajado, y entonces me avente con fuerza, con furia, intentando que una sola estocada fuera suficiente para terminar esto. Yo nunca antes había sido dragón así que no conocía el tiempo límite de esta transformación ni el alcance de su poder, y la situación no estaba como para estar experimentando.

Agnologia no huyo, por el contrario gruño con fuerza y se preparó para el impacto. Sentí sus dientes clavarse en alguna parte de mi cuello, la piel desgarrándose me hicieron sentir un dolor intenso pero de igual manera lo mordí notando la fuerza de mi mandíbula y mis garras por instinto se aferraron a su pecho trozando parte de esas escamas negras. Sentí un extraño golpe al estómago y apenas de reojo note que era el mismo Agnologia intentando abrir mi vientre con sus garras, algún tipo de truco sucio de dragón experimentado, tal vez hubiese funcionado, si yo estuviese solo, en este momento agradecí estar acompañado porque de no ser así, todo mi poder y toda mi magia de nada hubieran servido si en la primera estocada Agnologia me hubiese abierto por la mitad. Pero ahí estaba, una especie de fajina de metal invocada por Erza seguramente, convertían las mortales zarpadas de Agnologia en simple golpes, aunque tenían tiempo límite, ya que cada zarpada arrancaba trozos de esa armadura improvisada, dejando gradualmente mi vientre expuesto, no me interesaba descubrir si mis escamas eran suficientemente duras como para soportar la furia de otro dragona así que con fuerza empuje a mi adversario y haciendo maromas en el aire intente posicionarme sobre él, aunque claro él no lo permitió, volando a la misma altura que yo buscando ser él quien quedase por encima mío, y fue cuando un lanza gigantesca de hielo le golpeo con el poder suficiente para aturdirle, fue mi oportunidad que no desperdicie, me coloque sobre él, mordí con todas mis fuerzas y clave mis garras intentando arrancar esa parte de piel que tocaba, por supuesto eso no le gusto al dragón negro y se revolvió en los aires haciéndonos girar a altas velocidades, haciéndome perder el sentido de lo que era arriba o abajo…

La pela duro unos segundos y una eternidad, no notaba el tiempo, apenas concentrándome en lo que seguirá después del siguiente golpe, en la manera de frenarle y permitir que tanto Erza como Gray invistieran con su magia, incluso en una ocasión lo vi intentar morder a uno de ellos que aún estaban sobre mi espalda y eso me había molestado demasiado, exhalando una bocanada de fuego justo en su rostro, estoy seguro que logre incomodarlo lo suficiente para alejarlo por algunos momentos, me dio tanto gusto ver esa expresión de irritación, lo veía sangrar del único brazo que tenía, me dio tanto gusto.

El preparo su aliento y yo igual lo hice, tomándonos nuestro tiempo para darle el poder y la forma que se requería. Nuestras magias chocaron y una onda de choque me hizo trastabillar en el aire y lo aprovecho para lanzar una segunda bocanada que yo solo pude defenderla con mi cuerpo para evitar que Erza y Gray salieran perjudicados, no era problema había sido rápida y sin tanto poder, solo escocia un poco en las partes que ya tenía lastimadas.

Se aventó y me avente y empezamos a danzar de nuevo, pero yo contaba con un poco más de ayuda aunque a él le servía mucho la experiencia de haber sido un dragón por mucho tiempo y un verdadero asesino de dragones, lo que a mí me dejaba con una seria desventaja de principiante. Me daba cuenta pero no quería aceptarlo, no debía aceptarlo, no había marcha atrás y perder no era una opción así que aguante y forcé mi cuerpo de dragón y sentí vibrar mi sangre, sentía mi piel calentarse y casi era consiente de cada escama de cada herida de cada ráfaga de viento que movía mis alas, y Agnologia preparo un último aliento, sabía que era lo último porque parecía empeñarse en ganar distancia, así que mi instinto me decía que solo debía de aguantar una estocada más, la poderosa magia salió y yo la bloquee con mi magia de fuego lo suficiente para detener el impacto, pero eso consumió mas magia de la que tenía planeado, los escudos de Erza ayudaron y la magia envolvente de hielo de gray también, pero era demasiado poder, aun entre la luz de la magia residual pude ver como el dragón negro se perdía en el cielo y de igual manera su magia parecía alejarse sin intenciones de volver y mi cuerpo respondió a eso, fue como si la adrenalina de mi cuerpo desapareciera de pronto y perdí la capacidad de mantenerme en el aire.

Mientras caía mi conciencia se iba perdiendo pero los gritos de Erza y Gray me mantenía levemente lucido, si solo me dejaba caer ellos podrían salir gravemente lastimados, pero no podía moverme, mi cuerpo no me respondía.

Moví mis alas con torpeza, lo suficiente para enderezarme, planear un poco y amortiguar la caída lo suficiente. Fue todo lo que pude hacer.

Desperté con los murmullos de mis nakama en mis oídos…

- está sangrando mucho-

-no puedo usar hielo para detener la hemorragia, es un jodido dragón de FUEGO, ¿entiendes? Fu! E! go!- la voz de gray hizo énfasis en cada silaba

-no podemos dejarlo así-

- tú no tienes nada que pueda detener el sangrado?-

-no se me ocurre nada-

-bien intentare congelarlo, pero si sale peor la cosa yo… - Gray respiro con fuerza y segundos después sentí un agudo dolor calar en mi cuello, mis hombros, mi espalda, maldita sea que me estaba helando por completo, se sentían como agujas gigantes entrando en mi piel hasta el hueso

-basta!- quería gritar, pero en vez de palabras fuego y gruñidos salieron de mi boca, agite mi cuerpo escuchando como el hielo en mi piel se reventaba con facilidad, y era relajante sentir de regreso el calor en mi piel

-te dije que era mala idea-

-Natsu hey! Estas sangrando demasiado, necesitamos detener la hemorragia, entiendes?-

-no de esa forma!- quise decirles, pero de nuevo de mi boca no salieron precisamente palabras

Pero tenían razón la mitad de mi cuerpo estaba semientumido a cualquier cosa que no fuera el dolor.

Ambos tomaron distancia y yo perdí la conciencia nuevamente.

Me desperté sintiendo un mareo intenso, creí que regresaría mi estómago en cualquier momento, abrí los ojos y pude ver la oscuridad del bosque que era iluminado por una fogata delante mía, una extraña calidez me adormecía el cuello y parte del hombro. Me moví adolorido y note que era la pequeña Wendy que usaba su magia en mi cuerpo, sudaba y jadeaba mucho y charle la veía preocupado pero Wendy parecía no querer dejarme.

-basta- quise decir pero de mi boca solo gruñidos y flamas salieron, fue en ese momento que todos notaron que había despertado, se acercaron a mi pero todos parecían tener cierta precaución

-Natsu- estas bien? Eres tú? Estas lucido?- las preguntas llegaros de varios lados, pero por algún motivo era la mirada castaña de Lucy la que me llamaba más la atención, esa mirada de preocupación que tantas veces le había visto y que ya sabía reconocer, m reacomode en mi sitio y me extendí todo lo largo que pude para quedar recostado y poder acercar mi rostro a ella

Ella sonrió con tristeza y pude sentir esa pequeña mano acariciar una de las escamas de mi mejilla. Ese pequeñísimo contacto fue tan relajante…

….. ooooo …

Llegamos al lugar de colisión ya entrada la tarde, habíamos tardado más de dos hora en dar con el lugar, pues el bosque era muy espeso una vez dentro que incluso la montaña se perdía entre lo tupido de los árboles, gracias a Happy y charle fue que pudimos seguir sin desviarnos demasiado del camino.

Lo primero que vieron mis ojos al llegar fue a ese enorme dragón rojo tirado en el piso rodeado con un pequeño mar de su propia sangre y mi corazón dio un vuelco

-Natsu¡ por Mashima, Natsu¡- toque su espalda sintiendo el ardiente calor de su piel ese extraño y profundo respirar, al menos seguía con vida, las escamas bien delineadas en su piel eran lisas y tersas al tacto pero tan duras como el metal más puro, mire a mi alrededor y no vi ni a Erza ni a Gray, temí por ellos pero la condición de Natsu me preocupaba demasiado, las heridas abiertas eran enormes y la sangre brotaba lentamente de cada tajo de piel abierto, Wendy paso corriendo a lado mío y subió por ese cuerpo de dragón y empezó a usar su magia, me sentí aliviada pero solo un poco ya que las heridas eran demasiado grandes y seria demasiada carga para la pequeña Wendy

Levantamos un minicampamento alrededor de Natsu; Erza y Gray volvieron después de un rato, habían localizado un rio y habían traído grandes cantidades de agua para lavar las heridas de Natsu, después nos movilizamos para ayudar a Wendy, alimentarla y mantenerla hidratada ya que de todos los que estábamos aquí, ella era la única que podía hacer realmente algo por Natsu. Incluso Levi había escrito en el suelo en un círculo, algunos glifos muy especiales para que cada uno nos turnáramos en dar parte de nuestro mana hacia la dragón slayer de cielo. Estaba agradecida pero la preocupación aun me comía por dentro, esa preocupación que no se iría hasta ver a Natsu despertar y si fuera posible, verlo retornar a la normalidad.

Pasaron las horas y oscureció por completo, la fogata del centro era lo único que alumbraba el lugar ya que en vez de hacer cualquier otro tipo de magia era mejor ceder esa energía hacia Wendy.

Cuando Natsu despertó pude sentir el nerviosismo en todos, pero a la vez esa devota confianza que teníamos entre los del gremio, no estaríamos aquí si no lo hiciéramos, si no confiáramos ciegamente en que Natsu era Natsu con un pequeño problema de transformación y nada más.

Aun así, verlo incorporarse había sido intimidante, ese gutural gruñido que parecía provenir siempre de su garganta era algo que te hacia sudar frio y esa presión de magia que lo rodeaba era casi amenazador. Y entonces lo hizo de nuevo, esa mirada de jade que reconocería en cualquier lado, sentía que en cualquier momento mostraría una sonrisa enorme aunque desconozco como se vería con esta forma, se acercó a mí y dejo descender su enorme cuerpo hasta acomodarse en el piso acercando su hocico de dragón tan cerca mío que fue casi una inercia el estirar la mano y tocar esa piel tan roja y escamosa, entrecerró los ojos casi como si estuviera disfrutando de mis caricias y fue como una extraña y bizarra invitación, antes de darme cuenta la mitad de los que estábamos aquí estaban acariciando a Natsu de diferente lados, se me hizo gracioso, como si fuera una especie de mascota pero a la vez era un dragón, un dragón que era nuestro nakama y que era humano. Solo que no muy humano en estos momentos.

Continuara… jejeje

Espero les guste este primer capi tanto como a mí, es que cuando escribo de él me vuelo una fan sin cura…

Porfas les agradecería infinitamente que me enviaran un Review para saber su opinión de este fic mío, mi perezosa musa se los agradecerá.

Atte: Kagome Nekko