Hola!!
Aquí les dejo mi nueva historia ^^ espero que les guste.
Capitulo 1
En un lugar de la ciudad de Londres. Estaba mirando por la ventana de su cuarto, desde allí podía ver un parque para niños donde a esa hora, las nueve de la mañana, normalmente ya había muchos niños jugando mientras sus padres estaban charlando o leyendo el periódico en algún banco. Lily se levantó de la silla en que estaba sentada y se alisó la falda aunque no tenía ninguna arruga, pero ese día quería estar perfecta ya que esa mañana tenía que ir a buscar el Howards exprés.
Lily siempre había sido una chica muy bonita, tenía algo que hacía que todos se la quedaran mirando, sus ojos verdes parecían poder leer la mente y su roja cabellera encantaba a cualquiera. Pero durante ese verano había terminado de hacer el cambio, y eso que normalmente a los 17 años ya lo has hecho. En verdad Lily tenía 16, en dos semanas cumplía los 17.
Lily se miró en el espejo para ver si estaba todo correcto o tenía que cambiarse antes de bajar a desayunar. Se había puesto una camiseta de tirantes morada con algo de escote, una mini falda blanca tejana y unos zapatos morados. Después de repasar que todo estuviera bien se acercó a su mesa de escritorio donde allí tenía su joyero, cogió unos pendientes y un collar que le había regalado su madre y se los puso mientras salía del cuarto y bajaba las escaleras para ir a desayunar.
En la cocina estaba su madre muy sonriente como siempre, ese día se había levantado antes para hacerle su postre favorito, que hoy lo tomaría de desayuno, flan con galleta. Al entrar en la cocina le dio un beso a su madre, cogió un vaso del armario y leche de la nevera, se sentó en uno de los taburetes mientras se servía un poco de leche.
- Lily ya lo tienes todo preparado?- le preguntó su madre aunque ya conocía la respuesta
- si mama, lo he revisado hace un rato y también lo revise ayer en la noche, pero si me dejo algo siempre me lo puedes mandar- le dijo mientras su madre le servía el desayuno.- gracias mama, no tenías porque molestarte.
- no tienes que darme las gracias cariño, es tu último año de colegio y tienes que empezarlo bien, y esto es una pequeña ayuda.
Mercedes, la madre de Lily, la observó mientras comía, le parecía que era ayer cuando tan solo tenía cinco años y jugaba corriendo por toda la casa y ahora ya iba a terminar el colegio.
Las dos escucharon el ruido de la puerta, era su padre, José, que había ido a buscar en coche a Petunia, su hermana mayor, de casa de su novio, Lily no entendía muy bien porque, ya que ella podía volver sola porque Vernon, el idiota con el que salía su hermana, vivía muy cerca de su casa. Los dos entraron en la cocina, Lily le dio un beso a su padre y recogió el plato y el vaso.
- Lily cariño, si quieres te llevo a la estación y luego voy a trabajar, ya le dije al jefe que hoy llegaría más tarde- le dijo sonriente.
- ok papa, si no es molestia te lo agradecería que el baúl pesa muchísimo. Voy a terminar de prepararme y bajo para que me lleves. Dicho esto subió corriendo hasta su cuarto, aun tenía que maquillarse y peinarse. Entró en el baño y abrió el segundo cajón, cogió la base de maquillaje y se la puso, luego se puso los polvos y el colorete, con un eyeliner se dibujó la raya de los ojos, la superior y la inferior, luego se puso rímel y se puso un pintalabios, todo el maquillaje muy natural, tampoco quería abusar. Luego saco un peine del segundo cajón y se lo cepilló, el día anterior se lo había alisado ya que ella lo tenía ondulado, pero como ya no le había durado el liso cogió la plancha para el pelo y se hizo unos rizos. Cuando hubo terminado fue a su cuarto y cogió el baúl para bajarlo, pero antes agarró el teléfono móvil, aunque en Howards no funcionaba, ya que le gustaba tenerlo siempre con ella, no fuera el caso de que su hermana se lo cogiera.
Bajó a duras penas el baúl ya que pesaba mucho, cada año le pesaba más, al final de la escalera estaba su hermana mirándola con cara de superioridad.
- podrías ayudarme en vez de quedarte allí mirando- le dijo Lily que ya le costaba respirar del esfuerzo.
- yo ayudarte? Porque no usas tu magia o se lo dices a uno de tus amigos raritos que te ayuden?- le dijo, aunque parecía con pocas ganas de hablar con ella.
Lily dio un bufido de fastidio, le sacaba de sus casillas su hermana, y pensar que antes de llevaban bien, le parecía imposible ahora llevarse como antes, aunque Lily lo intentaba, pero si ella no ponía de su parte tampoco iba a irle detrás como un perrito faldero.
Su padre salió de la cocina y le cogió el baúl, ella se fue a despedir de su madre y luego le dijo adiós a Petunia, un adiós que no fue correspondido. Subió al coche con su padre y este puso la radio, fue cambiando de emisora hasta que encontró la que quería escuchar, una emisora de música, Lily le sonrió, le encantaba el día que ella se iba a Howards, sus padres la mimaban mucho ya que estarían un tiempo sin verla, por eso su padre ahora había puesto esa emisora, la preferida de Lily porque sabía que le encantaba ir cantando música en el trayecto en coche y así fue como pasó todo el viaje. Al llegar a la estación, su padre sacó el baúl del maletero y los dos de encaminaron hasta la estación 9 y ¾. Una vez allí se despidieron y Lily entró. Traspasar esa pared siempre era para Lily una sensación muy extraña, sentía como los ladrillos de la pared se iban volviendo más blandos hasta que ella podía traspasarlos, entonces notaba como pasaban por cada célula de su cuerpo para después quedar otra vez tan duros como siempre.
Ya estaba en la estación, miró a un lado y al otro para ver si encontraba a sus amigas, como siempre reinaba el caos en esa andana, niños de primero algo asustados se despedían de sus padres, los de tercero y cuarto siempre haciéndose los más chulos, los de Slitherins metiéndose con algún niño más pequeño que ellos, lechuzas volaban por toda la andana, el tren pitó anunciando que faltaba poco para su partida, ya eran las diez, eso quería decir que solo faltaba un cuarto de hora, un cuarto de hora y empezaría su último curso en Howards.
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Espero sus reviews sean malos o buenos jeje
Un beso, cuídense!
