Otro día reconstruyendo Hogwarts. Ya hacía un año que ganaron la guerra mágica, Harry Potter había derrotado finalmente a Lord Voldemort; y él, Severus Snape, se salvó de la muerte gracias a Potter y a Alex Macías. Reconocía que le debía más a la chica que al chico, ya que desde que ella entró a Hogwarts se había llevado mejor con la castaña, incluso llegado a tener un romance; pero debido a la guerra tuvieron que romper su relación y aún después de la victoria y de que le salvaron la vida, no habían podido hablar de lo suyo, si es que había un "ellos" que pudieran reanudar.

Después de que lo enjuiciaran para saber si realmente estuvo del lado de Dumbledore, apoyado por Potter, volvieron a ofrecerle el puesto de director de Hogwarts, pero lo rechazó. Prefería seguir siendo maestro de Pociones hasta que finalmente pudiera decidir qué hacer con su vida, la cual nunca creyó que podría tener después de la guerra.

Era fin de semana y había ido al pub Cabeza de Puerco a tomar algo. Pudo haber ido a Las Tres Escobas, pero al ser un "héroe de guerra" la gente lo molestaría y no podría disfrutar de su bebida y tiempo de soledad en paz.

Estaba por llegar al pub cuando de pronto escuchó ruidos. Miró a su alrededor y grande fue su sorpresa por lo que vio en el cielo. ¿Una nave? ¿En Hogsmeade? Eso sí era extraño. Volvió a mirar a su alrededor y le pareció más extraño ver que no hubiera nadie cerca; sabía que estaba haciendo una locura, pero tomó su varita y corrió hacia donde vio a la nave aterrizar, lo cual fue a las afuera del pueblo.

Llegó hacia el pie de la montaña que dominaba Hogsmeade, dobló una curva y vio al final del camino unas tablas puestas para ayudar a pasar una cerca. Por las tablas vio la nave, era grande —al menos desde su percepción—, de color café con detalles rojos al igual que el vidrio y tenía un par de alas largas y en punta. Está se abrió, Snape se oculto rapidamente detras de un árbol y vio que de la nave salió un ser grande con piel morada y ojos totalmente amarillos ataviado con, lo que a Snape le pareció, una especie de armadura y un arma alargada. No conocía las armas de fuego del mundo muggle, así que menos podría decir que tipo de arma tenía ese ser morado, pero por su expresión el profesor estaba seguro de que era agresivo.

El ser se acercó a las tablas, dándole la espalda. Vio que sacó de su bolsillo algo rectangular y le hablaba.

—Encontré el origen de la señal —dijo la criatura—. Es casi idéntica a la del León Rojo, proceso a revisar

—Espere a que otras dos cazas bajen a su ubicación como apoyo —escuchó Snape la respuesta que venía del aparato

—Enterado. Vrepit sa —contestó el ser y guardó el aparato

Snape no sabía que estaba pasando: Naves espaciales, seres que no conocía, León Rojo, Vrepit sa ¿qué rayos estaba pasando? Sabía que no podía hacer nada, al menos solo; necesitaba ir por ayuda y averiguar qué demonios sucedía. No obstante, solo dio unos pasos de reversa cuando un disparo de luz violeta —o eso le pareció a Snape— le pasó rozando por su brazo izquierdo y se estrelló contra un árbol.

—¡Hay alguien aquí!

Snape volteó y vio dos seres parecidos al primero. Afianzó el agarre en su varita y lanzó Protego a su alrededor; tenía que salir de ahí, ahora. Esquivó los ataques y corrió hacia la Casa de los Gritos; el lugar estaba lejos del pueblo, podría entrar a la casa y usar el túnel subterráneo para llegar a Hogwarts y pedir ayuda. Sin embargo, los seres volvieron aparecer y le dispararon por la espalda.

Snape gritó de dolor y cayó al suelo, soltando su varita y perdiéndola de vista. Se tocó el costado derecho, donde recibió el disparo, y se levantó con dificultad para seguir su camino; pero los seres lo alcanzaron, uno de ellos se le acercó y lo golpeó con fuerza de la cabeza con su arma, haciendo que enseguida el profesor perdiera el conocimiento.

Su cabeza le dolía a horrores, escuchaba voces a su alrededor, pero no las reconoció. Poco a poco fue abriendo los ojos y finalmente vio en donde se encontraba: estaba de rodillas en un lugar que parecía un salón grande y ante él otro seres de piel morada y ojos totalmente amarillos. Aunque no quisiera, y le costara admitirlo, tal parece que los seres que lo capturaron eran alienígenas, extraterrestres o como sea que se les diga, pero era claro que no eran de la Tierra.

Escuchó gemidos a su lado derecho, volteó y se sorprendió de ver a otros dos seres humanos junto a él; por la ropa que llevaban, Snape supuso que eran astronautas.

—Emperador Zarkon, revisamos el sistema X9Y como lo ordenó y hallamos a dos primitivos científicos. No creo que sepan algo útil; sin embargo, al otro lo encontramos en uno de los planetas, cerca de donde obtuvimos señales de un león de Voltron, pero después de que lo capturamos la señal desapareció —informó uno de los eres, que al verse más salvaje, podría decirse que era el líder.

—Llevenlos a la flota principal para interrogarlos. Los Druidas averiguarán lo que saben —dijo un alienígena que se mostraba su silueta en una ¿pantalla?

—Por favor, venimos de un planeta pacífico —dijo uno de los astronautas, que por su voz, Snape supuso era un adulto—. No queremos lastimarlos, venimos desarmados. Mi hijo y yo solo somos astronautas, exploradores espaciales. Estábamos explorando…

—¡Silencio! —ordenó el líder y el astronauta se calló

—No sabemos quienes son ni qué quieren en la Tierra —intervino Snape—. Pero nosotros no les hemos hecho nada y estoy seguro que lo que buscan no se encuentra ahí. Así que dejen nuestro planeta y Sistema Solar...

No pudo terminar porque uno de los alienígenas lo golpeó en la nuca con su arma, volviéndolo a dejar inconciente.

Snape volvió a recuperar el sentido y vio a un ser cubierto totalmente con una armadura y llevando con él a uno de los astronautas. En cuanto se despabiló, se dio cuenta que otro de esos alienígenas lo llevaba arrastras.

Miró a su alrededor y se dio cuenta que estaban en una especie de prisión espacial. No podía creer lo que le estaba pasando: secuestrado por alienígenas, que al parecer buscaban a alguien o algo con el nombre Voltron en su planeta y creían que él y los astronautas sabían algo.

Tenían que escapar de algún modo y regresar a la tierra ¿pero cómo?

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UN AÑO DESPUÉS

Habían pasado muchas cosas durante el último año, tanto para el mundo muggles como mágico. Para empezar, un astronauta con su hijo desaparecieron durante una misión a una de las lunas de Plutón, Cerberos. Ambos fueron dados por muertos a pesar de no tener la información suficiente para sustentar ese hecho.

En el mundo mágico, Hagrid había visto un "extraño carruaje" —ya que no supo de qué otro modo llamar al objeto que vio— volando por los cielos a las afueras de Hogsmeade. Supo que algo malo pasaba ya que su perro, Fang, había empezado a ladrar. Fueron a ver qué sucedía, llegando a la Casa de los Gritos y cerca de la valla de la propiedad estaba tirada una varita de color negra y con detalles en su empuñadura, la cual reconoció enseguida como la varita de Severus Snape. La recogió y corrió lo más rápido que pudo de vuelta a Hogwarts para avisarle a la profesora McGonagall, ya que ella era la nueva directora. Llegó al vestíbulo del castillo y para su suerte la profesora se encontraba allí hablando con el profesor Flitwick y la profesora Sprout. Les contó a los tres docentes lo que pasó y para sustentar su historia les mostró la varita de su colega docente.

Los tres ancianos miraron al semi-gigante sorprendidos y confundidos y después entre ellos. La profesora McGonagall ordenó avisar de inmediato a la Orden del Fénix, al Ejército de Dumbledore y, como último recurso, a los Aurores del Ministerio de Magia. Ya que estuvieron todos reunidos en el Gran Comedor —la oficina de la directora era muy pequeña para que todos cupieran y al seguir con la reconstrucción no había alumnos— Hagrid volvió a contar lo mismo que a la directora y Jefes de Casa y mostró la varita de Snape.

Todos los presentes comenzaron a murmurar entre ellos, no muy convencidos con la historia del hombretón. No obstante, unos minutos después empezaron a llegar cartas de los habitantes de Hogsmeade avisando sobre el "carruaje volador" que vieron hace unas hora en el pueblo, por lo cual tuvieron que dar por hecho que lo dicho por Hagrid era cierto. Así empezó la búsqueda del oscuro profesor de Pociones; buscaban todo lo relacionado con "el extraño carruaje volador", pero no encontraron nada.

El famoso cuarteto Gryffindor y héroes de guerra, Harry Potter, Ron Weasley, Hermione Granger y Alex Macías también ayudaron con la investigación y búsqueda. Sin embargo, Hermione participaba poco ya que tenía su propia búsqueda; resultó que las personas que desaparecieron en la misión de Cerberos eran su tío y primo, de lado de su madre, así que se concentró más en ellos y era algo que Alex y los chicos no podían reclamarle.

—¿Crees que algún día se logre? —preguntó Ron a Harry

Los chicos estaban en la cocina de la casa de campo donde vivían los cuatro amigos desde que la guerra terminó. No pudieron quedarse en Grimmauld Place porque todo el mundo sabía que Harry era el nuevo dueño de la casa y por ende muchos reporteros y admiradores irían a verlo y a sus amigos, por lo que optaron irse a un lugar tranquilo y apartado y que solo sus seres queridos conocieran el lugar para ir a visitarlos. Harry y Ron enseguida empezaron su educación como Aurores, mientras que las chicas tenían clases vía lechuza de su séptimo año y poder tomar los EXTASIS.

—¿Que cosa? —preguntó Harry antes de tomar un sorbo a su té

—Que nosotros podamos encontrar a Snape y Hermione a su familia. Digo, lo de Hermione es más difícil, su familia se perdió en el espacio mientras que Snape desapareció de la faz de la tierra. Eso es muy extraño, incluso me recuerda a los tiempos oscuros por culpa de Quien… de Voldemort

Hasta que finalmente derrotaron a Voldemort, Ron y otros magos que temían decir su nombre finalmente empezaron hacerlo.

—La verdad no estoy seguro —contestó Harry—. Pero no pueden ser mortífagos que busquen venganza porque capturamos y encerramos a todos, si excepción

—Descontando a Snape, claro

—Ron

—Estoy bromeando, amigo. Tranquilo

—Lo digo porque no vaya a ser que Alex te escuche

Ron se estremeció y miró sobre su hombro para asegurarse que su amiga latina no estuviera cerca. En cuanto vio que no había moros en la costa, soltó un suspiró de alivio.

—Se me olvida que ella y Snape se llevan bien

Harry sonrió a la vez que negaba con la cabeza. Entonces un pensamiento llegó a su mente haciendo que su sonrisa se desvaneciera, movió un poco la taza entre sus manos y miró a su mejor amigo.

—Y… ¿cómo está Ginny?

Ron levantó la mirada del plato que tenía enfrente y miró sorprendido a Harry.

—Bien… está bien

—Que bueno. ¿Ya no está…?

—¿Triste porque después de que reanudaron su relación está ya no funciono? —Harry asintió apenado—. Ya no —el azabache se sorprendió con la noticia—, regresó con Dean y parece que les está yendo bien. Se ve feliz

—Me alegro —dijo Harry de corazón

Escucharon la puerta principal abrirse seguido de pasos.

¡Ya llegue!

—¡Hola Alex, estamos en la cocina!

Se escuchó el ruido de una mochila siendo dejada en el suelo sin cuidado y pasos acercarse. Ambos miraron a la puerta justo cuando llegó su amiga. Saludo a ambos chicos con un beso en la mejilla y se sentó en la cabecera de la barra de la cocina.

—¿Cómo van sus clases para Auror? —preguntó Alex, tomando una de las uvas que los chicos comían

—Agotadoras, como siempre —respondió Harry

—Para ti no es tan dificil, amigo —dijo Ron, tomando una uva—. Eres el primero de la clase

Órale. ¿Harry? ¿Primero en su clase? ¿Pues como estaran los otros? —se burló la latina

—Ja, ja… que graciosa

—Lo sé, así soy

Como "respuesta madura", Harry tomó una uva y se la arrojó a Alex, dándole en la mejilla izquierda. Los tres siguieron conversando de todo un poco y molestandose mutuamente ya fuera con comentarios y bromas o con arrojarse uvas. El ojiverde se agachó para recoger algunas de las uvas que lanzaron para volverlas a lavar y comérselas; paso detrás de Alex y reparó en lo que tenía colgado del cinturón tras su espalda: por el tamaño pudo darse cuenta de que era un cuchillo guardado en una funda de cuero negra y el mango apuntaba del lado derecho. El semblante de Harry se entristeció y se puso de pie

—Por cierto, Alex

—¿Dime?

—¿Cómo…? —le incomodaba preguntar, pero no le gustaba que una de sus mejores amigas se guardará todo, sabiendo que podía contar con él—. ¿Cómo están las cosas con… tu familia?

Ron escupió su té y miró intercaladamente a sus mejores amigos con lentes. La sonrisa de Alex desapareció, recargó los codos en la barra y bajó la mirada haciendo que su cabello le cubriera el rostro.

—Pues… como siempre

—¿Y es…?

—¿El estar viviendo aquí con ustedes no es motivo suficiente para darles a entender que terminamos mal? —dijo molesta la chica, apretando los puños—. De por sí ya la pasaba mal por ser la única bruja en la familia, ahora descubrir que en realidad no son mi familia solo empeoro las cosas

—¡Pero eso no es tu culpa! —Harry dejó en un plato las uvas que recogió y se sentó junto a la chica, posando una mano sobre su hombro—. ¿Cómo iban a saber que…?

—¿Qué? ¿Que su verdadera hija había nacido muerta y que mis verdaderos padres me dejaron para que las personas que por años creí que eran mis padres me criaran? ¡Y para colmo apenas el año pasado nos enteramos con una estúpida prueba de sangre, que se tuvo que hacer en base a que mi madre necesitaba una transfusión de sangre y la mía no era compatible con la suya!

—Escuchó el tipo médico que tienen los muggles y se me ponen los pelos de punta —comentó Ron, pero no Harry ni Alex lo escucharon

—¡Pero eso es bueno! —dijo Harry—. ¡Eso prueba más que nunca que eres bruja de sangre, por lo que ya no podrán decir que tienen un demonio dentro o yo qué sé!

Alex rió amargamente ante el comentario de su amigo.

—¡Como si eso fuera a mejorar las cosas!

Ron seguía mirando a sus amigos, por eso mismo NUNCA sacaba ese tema. La última vez Harry y Alex estuvieron una semana sin hablarse por eso y él ni Hermione supieron que hacer, hasta que ellos mismos lo resolvieron.

«Al menos ese día supimos lo que Harry y Alex sentían en Hogwarts cuando Hermione y yo discutimos y no nos hablábamos en mucho tiempo» pensó Ron

—¡Bueno ¿y qué más da!? —intervino el pelirrojo al ver que las cosas se pondrían feas—. Sí, tal vez la familia de Alex no resultó ser la verdadera y la única pista que tiene es ese cuchillo, pero eso no significa que deje de ser la chica que conocemos desde los once años

Ambos chicos de lentes se miraron y se sonrieron.

—Sí, tienes razón —dijo Alex

—Oigan, se está haciendo tarde y ya casi es hora de cenar —dijo Harry, recogiendo los platos y tazas de la barra—. ¿A quién le toca preparar la cena?

—A Hermione —contestó Alex—. Cierto ¿y dónde está?

—¿Dónde crees? —dijeron ambos chicos a la vez que sonreían

Alex negó con la cabeza a la que sonreía también. Recogieron la mesa y fueron al ático para de ahí subir a la azotea de la casa; Hermione seguía con la búsqueda de su tío y primo y en los últimos días había conseguido equipo de radiocomunicación que solamente en bases espaciales usaban.

Asomaron la cabeza por la trampilla y efectivamente, ahí estaba su amiga sentada, con unos grandes audífonos puestos y la cabeza levantada hacia el cielo.

—Veo los aparatos que usa y me arrepiento de nunca haber tomado Estudios Muggles —comentó Ron, saliendo de la trampilla detrás de sus amigos

Los tres se acercaron a la castaña, que tenía los ojos cerrados y una expresión de concentración. Alex se le acercó con sigilo por detrás y con cuidado levantó el auricular derecho.

—Hola, hermosa —susurró la latina al oído de su mejor amiga

Hermione gritó y saltó del susto. Miró detrás de ella y se encontró a sus mejores amigos riéndose de ella.

—¡Chicos! ¿¡Cuántas veces tengo que decirles que no hagan eso!? —reclamó la castaña

—Sino lo hacemos, te quedarías aquí toda la noche —contestó Alex a modo de defensa

—¿Cómo vas, Hermione? ¿Encontraste algo? —preguntó Harry, mirando el monitor de la laptop de su amiga, a pesar de que no entendía ni una palabra de lo que decía

—No mucho y eso que mejore mis equipos haciendo que su frecuencia pudiera llegar más allá de Cerberos

—¿Cerberos?

—Ron, ya les dije que es una de las lunas de Plutón y en donde mi tío y primo desaparecieron —El pelirrojo solo bajó la cabeza apenado y Hermione continuó—. Las fallas de la Misión Cerberos no fueron a causa de algún error humano. Así que escanee el sistema y encontré…

—Encontraste —dijeron Harry y Alex para alentarla a continuar

—Es que no me van a creer

—Vamos, Hermione. Llevas todo un año investigando lo que le paso a tu familia, no creo que sea nada malo —dijo Harry

—Ok… Lo que encontré fue… radiocomunicación alienígena

Alex y los chicos miraron confundidos a Hermione ante lo último dicho, empezando a creer que tanto tiempo analizando el espacio comenzaba a afectarle el cerebro o al menos el sentido común.

—Aja… y yo soy la que ve muchas películas de ciencia ficción —dijo Alex con sarcasmo

—¡Hablo en serio! —exclamó Hermione ofendida—. Siempre repiten una palabra: Voltron.

—¿Voltron? —repitieron sus amigos

—¿Y qué significa? —preguntó Harry

—No lo sé, pero hoy está más caótico que lo que he escuchado hasta ahora

—¿Qué tanto?

Hermione iba a contestar, pero de pronto se escuchó una voz que venía de su computadora. Dando órdenes de regresar a cadetes a sus dormitorios ya que estaban en confinamiento. La castaña tomó su laptop y empezó a teclear rápidamente siendo observada fijamente por sus amigos.

—¿Interceptaste una señal de radiocomunicación? —preguntó sorprendida Alex

—Sí y justamente del Cuartel Galáctico Garrison —contestó Hermione sin detener sus acciones—. Es el centro donde trabajaba mi tío, estudiaba mi primo… y fueron ellos quienes los enviaron a esa misión

Alex y los chicos se miraron admirados, Hermiones realmente estaba preocupada por su familia y no temía romper la ley para encontrarlos. De pronto la laptop de la castaña volvió a sonar, pero este sonido parecía de alerta.

—Hermione ¿qué sucede? —preguntó Harry

—Y en palabras que entendamos, por favor —añadió Ron

—Entró a la atmósfera un OVNI —contestó Hermione

—¿Un qué?

—Son las siglas de Objeto Volador No Identificado —explicó la latina al pelirrojo. Se volvió hacia su amiga—. Eso parece ser cerca del Cuartel ¿no?

—Exacto

Los cuatro amigos se quedaron en silencio, lo único que se escuchaba era el tecleo de Hermione. Entonces a Alex se le ocurrió una idea.

—Herm ¿qué tan lejos estamos del cuartel?

—No mucho, podemos llegar rápido por Aparición y estar a una distancia prudente ¿por qué?

—Vamos a ver ese OVNI —sus amigos la miraron confundidos—. Si lo que dices es cierto sobre alienígenas, tal vez haya alguna pista sobre tu familia

Antes de que alguno dijera algo, sobre sus cabezas apareció una luz y era imposible puesto que era de noche. Los cuatro miraron al cielo y vieron algo que se dirigía a tierra. Hermione tomó unos binoculares con visión nocturna y enfocó al cielo.

—Chicos… es una nave y no es humana

—¿¡Qué!?

Se pelearon por los binoculares hasta que Harry y Alex los tomaron y cada quien miró por un lado, comprobando lo dicho por la castaña. La siguieron hasta que finalmente se estrelló en tierra, haciendo que la perdieran de vista.

—Entonces… ¿vamos a ver? —preguntó Alex

Hermione con un movimiento rápido de varita guardó su equipo en su mochila, se puso de pie y tomó a Alex y Ron de las manos. Harry tomó rápido la mano del pelirrojo y los cuatro desaparecieron, reapareciendo sobre una montaña en un lugar que parecía desértico. Se ocultaron tras las rocas y vieron varios vehículos con el símbolo del Cuartel Galáctico Garrison a los costados y que habían montado alguna especie de tienda. Hermione se descolgó la mochila, sacó su laptop y volvió a teclear en ella.

—¿Ahora qué haces? —preguntó Ron

—Como obviamente no podemos entrar, haré que nosotros podamos ver y escuchar lo que sucede —unos tecleos más y en la pantalla aparecieron imágenes de lo que sucedía adentro.

Vieron que había cuatro personas con trajes extraños blancos, de los que usan para no contaminarse, y una mesa al centro donde parecía que había una persona acostada. Los científicos se movieron y los cuatro adolescentes gritaron al ver a la persona.

—¿¡SNAPE!?

—¿¡Qué rayos es esto!? —preguntó el oscuro profesor, que hacía un año había desaparecido—. ¿¡Qué me están haciendo!?

—Tranquilo, señor. Lo tendremos en aislamiento hasta que podamos hacerle algunas pruebas —contestó uno de los científicos

—¡Por la ropa interior bombacha de Merlín! —exclamó sorprendido Ron—. ¿Era Snape el que venía en esa cosa?

—¿Cómo es posible? —preguntó Harry, también sorprendido

—¡El extraño carruaje volar! —Harry y Ron miraron a Hermione—. Recuerden que Hagrid y la gente de Hogsmeade vieron un "carruaje volar" en el cielo justo después de que Snape desapareciera. No sé cómo o porqué, pero parece que hubo alienígenas en el pueblo y, sea lo que sea que el profesor estuviera haciendo, ellos se lo llevaron.

—¿Snape abducido por alienígenas? Creo que es lo más loco que he escuchado en mi vida —comentó Harry

—No solo lo estas escuchando, también lo estás viendo

—Como el hecho de que no lo dejan hablar y parece que van a hacerle algo sin su consentimiento —comentó Ron mirando a la pantalla

Harry y Hermione hicieron lo mismo y lo comprobaron. Snape trataba de advertirles a los científicos de que los alienígenas destruían mundos y podrían venir a la Tierra, pero no lo escuchaban. A los tres adolescentes le sorprendía lo que Snape decía, pero lo que más llamó su atención es que el profesor dijo que debían encontrar a Voltron.

—Señor, mire esto —dijo uno de los científicos a su superior—. Parece que su brazo fue reemplazado por una prótesis cyborg

Los tres amigos miraron mejor a Snape y vieron que efectivamente, su brazo derecho fue reemplazado por uno totalmente metalico. De pronto, el superior dio la orden de dormir a Snape, aun ignorando los gritos de su prisionero.

—Es increible ¿por qué nadie lo escucha? —comentó Harry

—Tenemos que ayudarlo —dijo Hermione

—¿Pero cómo?

—Con alguna distracción o algo, no sé. Alex ¿tu que dices? ¿Alex? —los tres amigos se voltearon para hablar con la latina, quien estuvo callada todo el tiempo, pero grande fue su sorpresa al ver que ya no estaba

—¡Alex!

De pronto se escucharon explosiones. Los tres voltearon y vieron que fue cerca de donde estaban los militares, quienes enseguida subieron a sus vehículos para averiguar que ocasionó dicha explosión a la vez que vieron a alguien acercarse por detrás en una motocicleta, que ocultó detrás de una roca. Harry tomó los binoculares para ver de quien se trataba.

—¿¡Esta loca!? —exclamó enojado el ojiverde—. ¡Además, ¿en qué momento puso esas bombas y de dónde sacó esa motocicleta?!

—Harry ¿de qué hablas? —preguntó Hermione

—¡Es Alex! Debió irse en cuanto vimos que era Snape

—¿¡Qué!?

Hermione y Ron le quitaron los binoculares y vieron a la persona que entraba a la tienda. De no ser por la ropa y el cabello alborotado no habrían reconocido a su amiga. Harry gruño molesto y fue tras ella, seguido por Ron y Hermione.

Alex logró entrar sin problemas al confinamiento. Llegó a donde tenían encerrado a Snape, no le fue difícil derribar a los científicos que lo estaban analizando. Se quitó el pañuelo que cubría la mitad de su rostro y se acercó a la mesa de exploración. Su corazón dio un vuelco al comprobar que efectivamente era él.

—Severus

Tomó su cuchillo y cortó las ataduras de la mesa. Pasó el brazo izquierdo de Severus sobre sus hombros y lo levantó con cuidado y dificultad.

—¿Enloqueciste? —Alex miró a la puerta y se sorprendió de ver a sus amigos—. ¿Cómo se te ocurre hacer semejante tontería?

—Harry, no podía quedarme sin hacer nada. Tenía que ayudarlo

El azabache se acercó, tomó el brazo derecho de Snape y lo pasó sobre sus hombros.

—Pues nosotros ya estábamos haciendo un plan hasta que tú interveniste

—Chicos —llamó Ron y todos lo miraron—. Podemos seguir con esta conversación después de que hayamos escapado ¿les parece?

Salieron de la instalación improvisada y fueron rápido hacia la moto donde llegó Alex.

—Espera ¿es…?

—¿La moto de Sirius? Sí ¡y no te atrevas a reclamarme que ahora no estamos para eso!

Hermione se sentó en la motocicleta, Alex y Harry pusieron a Snape enfrente de ella para que lo sujetara. Con un movimiento de varita, la latina transformó una roca en un sidecar grande para Harry y Ron y ella subió, arrancando el vehículo justo cuando los militares empezaron a llegar.

La motocicleta iba lo más rápido que podría, pero por el peso de cinco personas era muy difícil perder a sus perseguidores. Esquivo primero a la izquierda y después a la derecha, saltando a otro camino que estaba a unos metros de donde antes estaban. Siguieron avanzando hasta llegar a…

—Oigan ¿qué lo de enfrente no es un risco? —señaló asustado Ron

Harry y Hermione también miraron y se asustaron.

—Sí —contestó la latina con una sonrisa y aceleró

—¡Alex! ¿Qué haces? —preguntó Harry

Los adolescentes gritaron en cuanto la motocicleta llegó a la orilla y cayó al vacío.

—¡Sí enloqueciste! ¡Vas a matarnos! —gritó Harry

—¡Callate y confia en mi! —gritó Alex. De la manga de su chaqueta sacó su varita—. ¡Aresto Momentum!

Apuntó a la motocicleta, la cual tocó tierra sin daño alguno. Alex aceleró y gracias a la cortina de tierra que se hizo, activó el hechizo de Traslador que le había colocado a la motocicleta y desaparecieron.

La noche anterior había sido una locura: descubrieron que su ex profesor de Pociones había desaparecido debido a que fue abducido por alienígenas y justamente eso hacía que las cosas se volvieran más locas. Alienígenas; algo que solamente habían leído en novelas y visto en películas de ciencia ficción.

Los cuatro amigos cuidaron al adulto hasta que finalmente despertó. Al principio Snape se desoriento y creyó que era alguna alucinación provocada por el somnífero que esos muggles le pusieron, pero Alex logró calmarlo y demostrarle que realmente eran ellos y que estaba a salvo. Le contaron cómo fue que descubrieron que estaba ahí y cómo lo sacaron; sabían que el hombre tenía mucho que procesar, así que le dejaron una muda de ropa —transformada de las viejas de Harry— y salieron de la habitación de Alex, donde lo llevaron a descansar en cuanto lo rescataron.

Media hora después, los cuatro amigos escucharon pisadas bajar las escaleras. Se asomaron y vieron a Snape salir de la casa, Alex fue tras él y se calmó al ver que no se había ido, al parecer solo quería tomar aire.

Con cautela, Alex se le acercó, dándose cuenta que se miraba su brazo derecho. Con cuidado, posó su mano sobre el hombro izquierdo del adulto, llamando su atención.

—¿Ya te sientes mejor, Severus?

—Sí, gracias

Snape regresó su atención hacia su brazo derecho. Se sentía extraño, ya no se sentía él mismo gracias a todo lo que tuvo que pasar y el hecho de que lo usaran para experimentación empeoraba su sentir. Abrió su mano y enseguida se posó sobre esta una de piel morena enfundada en un guante sin dedos de cuero. Miró a su lado izquierdo, Alex lo miraba con una sonrisa comprensiva, parecía que quería decirle algo, pero no encontraba las palabras para hacerlo. La latina tomó la mano cyborg de Severus haciendo que ambas manos estuvieran enfrente de ellos y entrelazo sus dedos con los del hombre. No sabía con exactitud, pero el hombre tenía la impresión de que la chica intentaba hacerlo sentir mejor con respecto a su prótesis.

—¿Qué te pasó? —preguntó Alex, después de un largo silencio—. ¿Dónde estuviste?

Snape soltó un suspiro, soltó la mano de la latina y se volvió hacia el paisaje antes de contestar.

—Quisiera poder decirte, pero mi mente aun esta algo confundida. Estaba en una nave y… de algún modo escape. Todo está muy borroso —miró a Alex con una sonrisa—. No sé en qué problemas se estaban metiendo en esos momentos, pero de verdad gracias por rescatarme

—No hay de qué —contestó Alex sonriendo

Tan rápido como la sonrisa de Snape llegó se fue. Su expresión se volvió seria, como Alex la recordaba.

—Tengo que ir a Hogsmeade

—¿Por qué?

—Ven conmigo —tomó a Alex de la mano con la suya robótica y ambos regresaron a la casa

Al entrar vieron a los tres amigos "actuando naturalmente", lo cual no les funciono.

—Necesito que me ayuden a ir a Hogsmeade, pero sin que nadie se entere de que estoy aquí —dijo Snape de golpe

—¿Y por qué? —preguntó Harry desconfiado

—Estoy seguro que habrán estado dándole vueltas a lo sucedido anoche antes que me rescataron. Necesito encontrar a Voltron antes que ellos

—Esa palabra —dijo Hermione—. ¿Qué significa? He buscado a la tripulación de la Misión Cerberos y capté mensajes con esa palabra

—Es una especie de arma que buscan los alienígenas, pero no sé porque. Antes de que me capturaran estaban merodeando por Hogsmeade, cerca de una montaña donde el camino está bloqueado con tablas.

Al escuchar esa descripción, los cuatro amigos se miraron, a lo cual Snape los miro confundidos.

—¿Qué? —preguntó Snape

—Conocemos ese lugar —dijo Harry—. Es donde…

—Donde Hagrid se escondió cuando los mortífagos lo perseguían por apoyarte, Potter

—Iba a decir que es en donde Sirius se escondió cuando fue a verme durante nuestro cuarto año en Hogwarts. Pero sí, es el mismo lugar

—¿Crees que encontremos pistas sobre Voltron en ese lugar? —preguntó Alex

—Solo hay un modo de saberlo

—Si vamos a usar magia, necesitarás esto —dijo Alex acercándose a un armario y de este saco un estuche largo, el cual le tendió al hombre. Snape lo tomó, lo abrió y se sorprendió de ver lo que tenía adentro. Era su varita—. Hagrid la recuperó después de que desapareciste, me costó trabajo convencer a la Orden del Fenix que me dejaran conservarla

—Gracias —dijo Snape

Sacó su varita y la guardó en su manga izquierda, la única que tenía debido al brazo cyborg. Sin perder más tiempo, los cinco usaron Aparición, llegando justamente a las afueras del pueblo mágico. Caminaron hacia el pie de la montaña que dominaba Hogsmeade, doblaron una curva y vieron al final del camino la cerca. Hacer el recorrido hizo que a Harry le vinieran los recuerdos de Sirius esperándolo recargado en las tablas en su forma animaga.

Traspasaron la cerca y comenzaron a trotar por el campo cubierto de maleza que subía hacia el rocoso pie de la montaña, ascendiendo por la ladera. Finalmente llegaron a una estrecha abertura en la piedra. Se metieron por ella con dificultad y se encontraron en una cueva fresca y oscura.

La última vez que los cuatro amigos estuvieron ahí no se adentraron en la cueva, solamente se quedaron casi en la entrada. Sacaron sus varitas y susurraron Lumos para poder alumbrar el lugar. Snape también sacó su varita y trató de lanzar el hechizo, pero no pudo. Lo intentó varias veces, pero nada.

—Intenta con la mano izquierda —aconsejo Alex, al verlo tener problemas

Snape cambió la varita de mano, volvió a decir el hechizo y esta vez funcionó. Se adentraron en la cueva hasta que poco a poco empezaron a ver pinturas rupestres en las paredes, las figuras parecían de leones azules. La examinaron con cuidado, esperando encontrar alguna pista de Voltron.

Harry pasó una mano sobre una de las pinturas y de pronto ésta empezó a brillar en una luz azul. Retrocedió, chocando con Snape.

—Potter ¿qué estás…?

Su pregunta se cortó al ver que todas las pinturas rupestres empezaban a emanar una luz azul. De pronto la tierra bajo su pies se abrió y los cinco cayeron por una especie de tobogán de agua. Llegaron al final, aterrizando en un charco y uno encima del otro; entre quejidos se levantaron y al hacerlo se encontraron con algo asombroso: Un enorme León Azul de metal protegido por una esfera del mismo color.

—Wow —dijo Ron impresionado

—¿Esto es Voltro? —preguntó Hermione

—Es lo más probable —contestó Snape

—Es increíble que algo como esto estuviera oculto todo este tiempo cerca de Hogsmeade. De Hogwarts —comentó Alex

Los cinco se acercaron con precaución al León. Harry se sentía incómodo ante cada paso que daba, incluso se puso a zigzaguear, atrayendo la atención de los otros.

—Potter ¿ahora qué rayos haces? —preguntó Snape, arqueando una ceja por el comportamiento del chico

—¿Acaso soy el único que tiene la sensación de que nos mira? —preguntó Harry

—Es una máquina ¿cómo demonios crees que nos va a mirar? No tiene vida

—Es en serio. No me quita la mirada de encima

—La caída debió afectarte

Harry ignoró el último comentario de Snape. Llegaron hasta donde estaba la esfera que cubría al León, trataron de atravezarla, pero con solo el hecho de que Harry pusiera su mano sobre la esfera, esta desapareció. Los ojos del León brillaron a la vez que una extraña energía azul se liberaba. Los cinco retrocedieron, pero por alguna razón no apartaban la mirada del León. De pronto en sus mentes aparecieron imágenes de cinco leones de diferentes colores uniéndose y formando lo que parecía ser un robot gigante.

—¡Wow! Por favor diganme que alguien mas vio eso —dijo Harry en cuanto las visiones desaparecieron

—¡Voltron es un gigante metálico! —exclamó Ron

—Y esta cosa es solo una parte de él —dijo Hermione—. Pero ¿dónde estarán las demás?

—Esto es lo que están buscando —dijo Snape

No inventes —dijo Alex en español

Repentinamente, el León Azul comenzó a moverse. Acercó su cabeza hacia los humanos y al abrir su hocico se desplegaron unas escaleras. Harry no sabía porque, pero le daba la impresión de que el León quería que entraran en él y tampoco supo porque accedió a la invitación de la bestia mecánica. Se dejó guiar hasta una puerta que se abrió dándole paso a lo que parecía ser una Cabina de Control. Estaba todo apagado, se sentó en el único asiento que había, el cual de pronto se hizo hacia adelante y varias pantallas holográficas se encendieron. Miró al frente y se dio cuenta que estaba en la cabeza del León y miraba todo a través de sus ojos como si estos fueran ventanas.

—Que locura —murmuró Harry

—Sí que lo es

El azabache miró sobre su hombro y vio que Snape y sus amigos estaban también en la cabina.

—Esto sí que supera por mucho a cualquier país que presuma tener la tecnología más avanzada —comentó Alex, mirando el lugar con curiosidad

De repente Harry escuchó una voz en su cabeza por unos segundos.

—¡Whoa! ¿Escucharon eso?

—¿Qué cosa? —preguntó Hermione

—Creo que esta cosa me está hablando —Harry se acercó al Panel de Control, presionó algunos botones haciendo que el León se pusiera de pie y soltara un rugido—. Ok, aquí vamos —dijo el chico, tomando los controles y empujandolos hacia enfrente

El León salió violentamente de la cueva y emprendió el vuelo, pero no iba recto, se movía de un lado para otro haciendo que sus "pasajeros" se alterarán.

—¡Estabilizado! ¡Estabilizado! —gritaba Alex

—¿Y eso qué significa? —preguntó Ron

—¡Que vaya derecho!

—¡Eres el peor piloto de la historia! —gritó Snape

—¡Ni siquiera sé conducir, así que cómo quieres que pilotee una nave alienígena! —reclamó Harry

—¡Deja de discutir y concéntrate! —pidió Hermione

Por intentar controlar al León, ninguno de ellos se dio cuenta que atraían la atención de los pueblerinos de Hogsmeade y los habitantes de Hogwarts. El león descendió y comenzó a correr, Harry trató de mover los controles para detenerlo, pero estos no le respondían. Volvió a escuchar la voz del león en su cabeza y se puso pálido.

—Lo que faltaba

—¿Qué pasa, Harry? —preguntó Alex

—Ya no tengo control sobre esta cosa. Está en Piloto Automático

—¿Auto que? —preguntó Ron

—Significa que se está moviendo solo. Como el Ford Anglia de tu padre, en nuestro segundo año… —se interrumpió al escuchar al león y su expresión se volvió seria a la vez que la máquina emprendía el vuelo—. Esto cada vez se pone peor. Dice que una nave se acerca a la Tierra, creo que quiere que la detengamos

—Harry ¿qué dijo exactamente? —preguntó Hermione

—Bueno, no son palabras exactamente. Es como si transmitiera sus ideas a mi mente

—Con la poca fuerza mental que tienes, eso era de esperarse —comentó Snape con clara burla

—¿En serio? ¿Justo ahora me vas a echar en cara las clases fallidas de Oclumancia?

—¡Ya basta los dos! —intervino Alex—. Este no es momento para que se pongan a discutir, parece que tenemos cosas más importantes en que concentrarnos

—¿Y cuál es el plan? —preguntó Harry

—¿Qué les parece si a esa nave que viene le entregamos esta cosa para que nos dejen en paz? —sugirió Ron—. Perdón León, no es personal

—¡Ni hablar! —dijo Snape—. Ninguno lo entiende, esos monstruos se esparcen como plaga por toda la galaxia, destruyendo todo a su paso. No se les puede disuadir, no se detendrán hasta que todo este muerte

Los cuatro adolescentes miraron sorprendidos a Snape. Y ellos que creían que Lord Voldemort y sus mortífagos eran malvados, esos seres de otros planetas eran peores.

—Ok… entonces supongamos que no dije nada —dijo Ron apenado

Mientras conversaban, el León los sacó del planeta y justamente frente a ellos apareció una enorme nave negra con detalles morados. Los adolescentes estaban boquiabiertos mientras que Snape frunció el ceño.

—Chicos… por favor diganme que no estoy alucinando y que realmente frente a nosotros hay una nave alienígena —dijo Alex

—No, no alucinas —contestaron Harry, Ron y Hermione

—Me encontraron —susurró Snape

—¿Qué? ¿Estás seguro? —preguntó Alex preocupada

—Además ¿cómo rayos pudieron encontrarte? —preguntó Harry

Como única respuesta, Snape levantó su brazo derecho. La nave alienígena comenzó a disparar. Harry recuperó el control del León y como pudo dio media vuelta para esquivar los ataques. Todos empezaron a gritarle indicaciones al azabache, pero lo único que lograron fue alterar sus nervios.

—¿¡Lo quieren hacer ustedes!?

Los cuatro pasajeros se miraron y después a Harry.

—No

La nave enemiga siguió atacando y sus disparos era cada vez más certeros. No supo cómo, pero finalmente Harry entendió como pilotear al León. Lanzó un láser que se disparó del hocico de la bestia, dando en el blanco, después hizo maniobras evasivas y finalmente rasguño la cubierta de la nave haciéndola explotar.

—Ok, espero que eso sea suficiente para que dejen nuestro planeta —dijo Harry, alejándose de la nave enemiga

—Emperador Zarkon —dijo el alienígena líder de la nave—. El prisionero fugado y su gente entraron al león. Nos atacó y está saliendo del Sistema

—Sigue al león y avisa a todas la naves en el área que lo intercepten —respondió el Emperador desde la pantalla holográfica—. Capturar ese león esas es tu más grande, y única, prioridad

—Sí, su majestad —contestó el general y se cortó la comunicación—. ¡A toda potencia tras el león! —ordenó a su gente

La nave encendió sus cohetes y siguió a la bestia. Los cinco tripulantes del león solo respiraron tranquilos por un momento, se escuchó una alarma y del lado derecho de Harry apareció una pantalla holográfica en la cual les mostraba la nave alienígena ir tras ellos.

—¡Nos está alcanzando! —exclamó Hermione

—Que raro, esta vez no nos disparan —observó Harry—Solo nos persiguen

—¿Y eso es mejor? —preguntó preocupado Ron

—Oigan ¿alguien se ha fijado en dónde estamos? —preguntó Alex—. Porque ya no veo la Tierra

Al oír eso, Harry, Ron y Hermione miraron a su alrededor. Vieron una hermosa luna de su lado derecho.

—Pues es extraño, porque ahí está la luna —señaló Ron

La imagen de la nave enemiga que estaba en la pantalla fue reemplazada por la de la luna que veían, apareciendo también su información.

—Aquí dice que esta luna tiene por nombre Cerberos —leyó Hermione

—Ah ya —contestó Alex

3…

2…

1…

—¿¡CERBEROS!? —exclamaron los cinco tripulantes

—¡Eso quiere decir que estamos al borde del Sistema Solar! —exclamó Hermione—. Las naves de la Tierra tardan meses o años en llegar tan lejos. Llegamos aquí en cinco segundos

Como si la situación no pudiera ponerse más extraña. De pronto se vio una luz azul, de la cual apareció un círculo del mismo color con runas extrañas y en su centro se veían ondas negras de energía. Parecía una especie de portal.

—¿Y eso qué es? —preguntó Ron

—Es una locura, pero creo que el león quiere que entremos en eso —contestó Harry

—¿Y a dónde lleva? —preguntó Hermione

—No lo sé —contestó Harry—. Snape, tú sabes un poco más sobre esto que nosotros ¿qué hacemos ahora?

El hombre se sorprendió de que Potter pidiera su opinión, pero aun así contesto.

—Sea lo que sea, el león sabe más que nosotros. Hay que confiar en él —miró a los cuatro adolescentes y su expresión se volvió seria—. Ahora somos un equipo, así que hay que decidirlo juntos

Los cuatro amigos se miraron, esto era más de lo que habían vivido hasta ahora; naves alienígenas, un león azul gigante, Voltron… hacía que la guerra mágica de hace un año pareciera un juego de niños, pero también sabían que desde que estuvieron en Hogwarts siempre tuvieron un imán de problemas y este los llevaba a uno más allá de sus Sistema Solar, tal vez incluso más que su Vía Láctea. Y sin embargo, tenían el presentimiento de que esto que les estaba sucediendo ya estaba predestinado.

Se miraron seriamente, miraron a Snape y asintieron.

—Espero que no se molesten en la Academia de Aurores de que Ron y yo faltaremos a clases mañana —comentó Harry

—Y espero que McGonagall y los demás tampoco se molesten con Hermione y conmigo por no enviar las tareas —comentó Alex

Con una mirada de determinación, atravesaron el portal. En cuanto entraron, este desapareció justo antes de que la nave alienígena los alcanzara.

En cuanto encontraron el León Azul de Voltron, Severus Snape, Harry Potter, Ron Weasley, Hermione Granger y Alex Macías aceptaron su nuevo destino: Ser los Defensores del Universo.