Disclaimer: The Perks of Being a Wallflower es de Stephen Chbosky. En una pijamada del foro ¡Siéntate! (Del Animé InuYasha) vimos la película y tuvimos como reto escribir un drabble de esta maravillosa creación.

Número de palabras: 554. Es un casi Drabble.

Sin más, disfruten.


Sam siente que debe sentarse de golpe en la cama cuando escucha la voz femenina al otro lado del teléfono. La mente parece que se bloquea y sólo puede distinguir palabras pequeñas, fatalmente conexas.

Pero es una, y sólo una, la que parece rondar por su mente hasta un punto que pareciera quiere incrustarse en su cabeza.

Tiene que forzarse con una fuerza casi titánica de enfocarse en el teléfono, tiene que estar segura antes de que el mundo pueda caérsele en los pies. Logra preguntar si él está bien, en una voz tensa que asimila un quejido.

Su cabeza parece una radio mal sintonizada que a duras penas logra captar la señal. Su corazón parece que va a desbocarse y mira la caja ovalada que él le había regalado, descansando sobre su escritorio.

Y el tono femenino es amable, temblorosamente comprensivo. Hay algo de ese halo de madre que se le desborda desde el otro lado, quizás ha adivinado que ya está llorando y aguantando los sollozos a duras penas.

Cree escuchar al padre suspirar y decir algo sobre una budista. La madre intenta explicarle, tratando de tragarse sus propias lágrimas que todavía afloran, de que ya pronto va a cumplirse una semana, que Charlie ya está bien.

Si bien el mundo no se le cae encima, termina de caérsele por partes. Una semana. Y ella, quien había sido la primera persona que lo había amado en su primer beso, no lo sabía.

Cuando cuelga termina de llevarse las manos a la cabeza y tiene que luchar contra las ganas bestiales que la corroen de tomar la camioneta y volar hecha un diablo al hospital. La Universidad y la petición de los padres de él se lo prohíben. Pareciera que es mejor esperar.

¿Y esperar por qué? Un vacío frío se expande en su interior cuando comienza a imaginar las razones que llevaron a un chico tan tímido como él a hacer algo así de extremo. Moría por preguntárselo y, sin embargo, era la primera vez que se sentía tan asustada al pensar en él. En perderlo.

Después de varios minutos que le parecen horas, su cabeza se desvía pesadamente hacia la caja de rayas que guarda todas las cosas hermosas que él le regaló. Se limpia los ojos distraídamente con el dorso de la mano, con un peso en su corazón que sabe se tomará tiempo en acomodarse, junto a todos los demás que carga como grilletes.

Estira su mano y alcanza el cuaderno y lápiz que tenía sobre su buró. Le toma casi toda la noche, pero logra dar la orden a su cuerpo de que comience a plasmar las letras, temblorosas y a ratos borrosas por las lágrimas, que lentamente comienzan a llenar apretadamente el espacio amarillento.

Ella le había dicho una vez que escribiera sobre ellos como si fuese el protagonista de algo a lo que estaba invitado, pero que no participaba de verdad.

Bien, ahora era su turno. Y esta vez trataría de él. Porque se había dado cuenta de que después de aquel beso, de la mirada profunda y sincera que le había dedicado, sólo quería que fuera él.

Se lo merecía, merecía su amor tierno y sincero. Quería creerlo con todas sus fuerzas.

Y, si no se lo merecía de verdad, iba a luchar por ello.


¡Espero que les haya gustado!

Mil besos y abrazos.

Celiane.

¿Habemus Review?

Gracias (: