Disclaimer: El mundo es de J.K. Rowling solo esta pequeña trama es mía.
Advertencia: La historia es muy rosa si no te gustan estas historias la lees bajo tu propio riesgo.
Las guirnaldas colgaban alegremente en la sala común, la navidad prácticamente se podía oler en el aire.
La castaña decidió quedarse estas vacaciones a pesar de que quería ver a sus padres de nuevo, también ansiaba no despegarse del castillo en su último año, la guerra fue difícil, pero al fin el mundo mágico encontró su tan anhelada paz.
Ella fue la única integrante del trío dorado que decidió volver al colegio, Harry entro a la academia de aurores y Ron no quiso seguir estudiando y decidió quedarse en sortilegios Weasley. Le dolía pensar en Ron, él había decidido que lo mejor para ambos era no tener una relación, porque según él descubrió que solo la quería como una hermana esto le dolió pero con esfuerzo logro superarlo.
Se dirigió al gran comedor acompañada de su mejor amiga Ginny, los tradicionales doce árboles de navidad estaban puestos, todo era casi igual a los años anteriores, casi todo era normal, casi… pero había cambios: nuevos maestro, aéreas del castillo completamente reconstruidas, pero sobre todo nueva directora, Minerva Mcgonagall.
Antes de iniciar la cena la directora pidió que guardaran un minuto de silencio por todos aquellos alumnos que no estaban entre ellos, después la cena transcurrió entre risas y amenas charlas todos los alumnos podían retirarse tarde por ser noche buena, mas dos alumnos pensaron que sería mejor retirarse temprano y emprendieron su camino hacia sus salas comunes.
Un muérdago apareció en el pasillo, Draco Malfoy y Hermione Granger coincidieron debajo de él, ellos no lo notaron, pero al intentar avanzar y no poder, dirigieron su mirada hacia el techo, una de las bellas características de los muérdagos de Hogwarts es que no te dan escapatoria, no puedes moverte, solo puedes hacerlo si pagas el precio.
Ambos lo sabían y eran personas practicas, así que no le dieron la menor importancia miraron el muérdago y luego se miraron a los ojos.
—Tenemos que hacerlo —dijo ella.
—Lo se.
Se besaron; apenas fue un roce superficial como la caricia de una pluma, la promesa de un beso, eso era lo único que se necesitaba para escapar del hechizo de la caprichosa planta. Ambos experimentaron un escalofrío que recorrió su columna vertebral, fue como si la pieza de un rompecabezas encajara en su lugar, se sintió increíblemente correcto.
Sus miradas se conectaron atraídas por una fuerza invisible, nunca antes habían sentido algo así, sin mediar palabra alguna reemprendieron el camino a sus respectivas salas comunes ella con las mejillas sonrosadas y sin poder dejar de rememorar el beso una y otra vez.
El destino es muy caprichoso y sus vidas se cruzarían de forma permanente, porque así estaba decido, después de todo el secreto mejor guardado y por lo tanto, el más místico de los peculiares muérdagos mágicos de Hogwarts es que solo aparecen cuando dos personas que son almas gemelas se encuentran debajo de una alegre guirnalda.
Gracias por leer lo se es muy rosa, pero yo lo advertí así que...
¿Algún review?
Aurum.
