Nota de la autora: Situado en el episodio final de la quinta temporada, Now or Never.


Vio a la mujer cruzar la calle sin mirar a los costados y al mismo tiempo al autobús que se dirigía por la calle hacia ella a toda velocidad. En una milésima de segundo, comprendió todo con una rapidez inusitada y se dejó llevar por el impulso fatal que lo empujó hacia su destino.

Cuando volvió en sí casi deseó no haberlo hecho. Su cuerpo ya no era más que una masa ensangrentada de carne, huesos rotos y un dolor que lo perforaba en cada célula. Quiso gritar pero ni siquiera era capaz de mover los labios. Supo que estaba desfigurado, e imaginó que nadie lo reconocería. Necesitaba hablar, comunicarse con alguien. Le quedaban aún tantas cosas para decir…

Dicen que al morir todo se te revela. En ese instante de sabiduría lo vio todo con tanta claridad que se sintió un estúpido al contemplar todos los errores que había cometido y el tiempo que había desperdiciado. Vio también los escenarios de la vida que podría haber tenido, lo cual consideró innecesariamente cruel dado que ya no podía hacer nada para remediar sus acciones pasadas. Pero enseguida la perspectiva cambió – así como cambia el foco de una cámara al ajustar el lente – y le fue concedido conocer el futuro. Así se enteró de que no sería olvidado, y de que su ausencia tendría consecuencias duraderas en el entorno. Pero a él ya nada de eso le importaba demasiado. Comenzaba a sentir que desaparecía, que una fuerza superior lo arrastraba lejos, despacio pero con insistencia, como el reflujo de las olas, separándolo de su cuerpo.

En cierta forma, se parecía a quedarse dormido. Como siempre, ella fue el último pensamiento antes de que cerrara los ojos. Con los últimos latidos de su corazón deseó que fuera feliz, pero sobretodo, que algún día se reencontraran.

Y se dejó llevar.