Oscuro como estrellas.
Prefacio.
El espacio es frío y calculador, no es silencioso, pero a la vez si lo es. El roce magnético entre el polvo y las estrellan dan un sonido más aterrador de lo que uno puede imaginar, perderse en esos astros hacen la diferencia entre observarlos y mirarlos, entre entenderlos y escucharlos. Cada persona es vida, cada vida es energía, ¿Podemos en realidad entenderla magnitud de esto? La energía fluye en todos nosotros, somos materias y nos trasformamos, subimos y bajamos, la dominamos y la utilizamos, creamos vida, creamos armas, creamos guerra, amor, rencor, ira, guerras, muerte y este no es él fin. Lo destruimos, lo transformamos, nos transformamos nosotros mismos, evolucionamos, crecemos, nos acrecentamos, la soberbia aumenta y necesitamos más poder, más energía de la que necesitamos realmente, la codicia puede más que nuestro juicio y la energía que busca salir, liberarse, transformarse nos manda a nuestro fin. Se consume.
La tierra se abrió bajo sus pies formando un enorme cráter bajo la tierra, la superficie dañada podía cubrir fácilmente los quinientos metros cuadrados, los tres únicos ninjas que se encontraban en el lugar saltaron evitando así los posibles daños que les hubiese causado si la onda expansiva los tocaba de más cerca, por suerte tan solo los rozó lanzadolos unos metros más lejos de los que pretendían. Observaban el interior del bache expectantes y en pose de defensiva a lo que podían enfrentarse, el polvillo que se levanto producto del impacto se filtraba en el ambiente, haciendo el aire mas pesado y la visión mas dificultosa gracias a la gruesa capa dada por este, uno de los hombres quiso utilizar su Sharingan para detectar a los causantes, pero fue detenido por su maestro, quien negó con la cabeza sin despegar vista del frente. Tenía razón, el sharingan era inútil en esas circunstancias.
La nube de tierra y polvillo se fue disipando lentamente, los presentes no sabían con que encontrarse, solo podían sopesar la magnitud del golpe que había dejado todo rastro de vegetación y vida destruida. El rubio del equipo estaba impaciente, su cuerpo drenaba adrenalina sin permiso, a la diestra y siniestra, el kyubi en su interior ardía por salir, hace tiempo ya tenía el control, las cosas habían cambiado, claro que habían cambiado y ellos habían cambiado junto con todo y todos. Dejaron muchas cosas atrás, familia, amigos, amor, vida, sus energías crecían con ellos mismos, ellos mismos se transformaban en fuerza que no podían explicar, el destino los había golpeado duro, ellos decidieron manejarlo, echarle frente, superarlo, pero todo escapaba de su control, del control de sus manos. Eran poderosos y no lo sabían, querían más y para ello debieron de lastimar lo que ya tenían, debieron de destruir.
El copy-ninja se destapó su ojo sharingan, preparandoce para la amenaza, jamás pensó que gracia a sus propios alumnos él entendería más de ese extraño poder que se le había donado, podía manejarlo en la extención de la palabra, sabía utilizar las dimensiones, más conocido como el Kamui, descubrió como manejar su chakra para conservarlo y no agotar sus energías tan solo al ocupar su sharingan. Su percepción del chakra era tan perfecta que se podía comparar con la de los mejores ninjas rastreadores, aunque este no era su campo, pudo sentir la fuerza de su contrincante.
— Sasuke, Naruto, no bajen la guardia su chakra es muy poderoso
—Mph, no será problema para mi — respondió impasible el Uchiha
—El teme tiene razón, nada se compara con nuestra fuerza dattebayo
—Si se confían tendremos problemas
—Mhp
—Su fuerza es comparable con la de la Godaime Hokage
—¿La abuela Tsunade? Ella no puede ser—dijo el rubio confundido
—Lo sé, y eso hace esto más interesante — susurró el peliplateado
Los tres ninjas estaban tensos, la espera era eterna, ¿Qué tanto polvillo había levantado la onda expansiva? Pronto el aire fue tornándose más liviano y el espesor que lo caracterizó por ese momento se fue dando paso a una imagen más clara. Los tres ninjas observaron impasible a la persona que se encontraba de pie en medio del cráter, sus ojos parecieron dudar de a quien observaban, Kakashi pestañeó esperanzado que fuesen visiones, como todas la otras veces en que la culpa lo atacaba y debía luchar contra ellas y sus palabras que destruían su alma. Naruto refregó sus ojos con fuerza tratando de aguantar el liquido que se agolpaban en ellos, ya todo había cambiado, si, pero él no podía dejar sus sentimientos atrás, no podía convencerse aun de haber hecho lo correcto. Sasuke en cambio solo levantó su barbilla, no se esperaba lo que sus ojos veían, pero en el no se removió ni la más pequeña molécula, él ya había aprendido a la fuerza como matar a alguien antes de que muriese realmente.
—Eres... tu — susurró el Hatake con una expresión pálida
El jinchuriki del Kyubi estaba con la boca abierta, su corazón palpitaba al igual que el galopeo de una estampida de equinos, su boca se volvió pastosa, incapaz de pronunciar el nombre que tenía en mente, habían pasado muchos años y muchas lagrimas entre ellos, era algo personal, los demás no lo entenderían, pero él si, ella también.
Un silencio sepulcral los inundó hasta que el ninja que tenían al frente levantó la vista, sus ojos se cruzaron con cada uno de ellos, logrando dejar ver ira, rencor, odio. Siempre había sido un libro abierto, siempre habían podido interpretar sus cálidos sentimientos, el amor, el respeto, su energía casi tan escandalizada como la de Naruto, era el alma del equipo, pero ahora solo quedaba el recipiente de lo que alguna vez fue.
—Los encontré
Anne J. M.
Hola a todos.
Me desvelé anoche escribiendo los otros capítulos de Universo de acuarelas, peeero mi mente sacó otra idea a relucir.
Espero sea bien aceptada por vosotros, contaros que os parece.
Os quiero, hasta la próxima.
