LIFE AS WE KNOW IT

Hola! Hace muchísimo tiempo que no escribía, pero ahora que tengo un tiempo libre, al fin me decidí. Mi historia se basa esta vez en la película que tiene por nombre "Life as we know it" adaptada a mi pareja favorita: Draco y Ginny. Espero les guste y los entretenga un rato.

PD: Los personajes son propiedad de J.K. Rowling.

CAPÍTULO 1

Ginevra Weasley a sus 25 años, se sentía la joven más afortunada y dichosa de todas. Tenía tres años de haberse graduado de la Universidad y ya tenía un muy buen empleo en una agencia de publicidad. Con su sueldo, había logrado alejarse de la "Madriguera", como llamaban a su hogar en Ottery St. Catchpole y adquirir un pequeño pero cómodo departamento en la ciudad. Desde hacía un año que vivía ahí y aunque al principio había sido difícil acostumbrarse a ser totalmente independiente, pronto había aprendido a sobrellevar su vida en la agencia y en su departamento.

Lo que más le agradaba era poder salir a sus anchas, sin rendirle explicaciones a su madre de a dónde iba y con quién salía. Y así disfrutaba con mayor gusto las visitas los domingos a su familia, cuando todos se reunían. Le agradaba poder contar lo bien que le iba en el trabajo y obsequiar a sus padres o sobrinos algunas cosas que le regalaban en su trabajo. Y ese domingo no sería la excepción. Tenía una grata noticia que contarle a su familia y sabía que los más pequeños serían los más entusiastas de todos.

Por ello, aquella mañana presagiaba ser un buen día. La chica se levantó en punto de las nueve, como acostumbraba los fines de semana. Lo primero que hizo fue levantarse y correr al baño para ducharse. Diez minutos después, salía enredada en una toalla y con el cabello escurriendo agua. Se acercó al minicomponente y lo encendió. Seguramente estarían las noticias habituales de deportes hasta las nueve y media, pero era lo que ella esperaba, escuchar los resultados de su equipo.

-…Esperemos que no sea una constante en la temporada

-Esperemos que no. Y por otro lado, los que no han resultado una decepción son los Aztecs de Bristol, quienes ganaron el partido contra los Blitz con un total de 13 a 7. Un partido bastante reñido, pero que sin duda Wood, el mariscal de campo supo resolver muy bien…

-Jaja… George tendrá que pagar- comentó ella mientras se vestía con unos jeans y una playera azul cielo con tenis color blanco. Recogió su cabello en una cola de caballo alta y apenas y se puso rímel y gloss. La chica se miró al espejo y dejó de prestar atención a la radio. Vio una figura de una joven alta, delgada y con buen cuerpo, con la piel blanca, de larga cabellera pelirroja y de unos ojos azules que brillaban de una forma especial. Le agradaba la imagen, excepto por las pecas que salpicaban su cara, haciéndola parecer algo infantil.

-En fin, domingo allá vamos- le dijo a la imagen que la miraba atenta desde el otro lado del espejo y se encaminó a la sala. Tenía algo de hambre, pero su departamento no estaba abastecido para alimentarla los domingos. La comida empaquetada o enlatada era solo para los días de trabajo, cuando no tenía tiempo de hacer algo más. Los sábados solía salir a comer con algunos amigos y los domingos se desquitaba comiendo con su familia en la Madriguera. Por un instante estuvo tentada a tomar una taza de café, como lo hacía habitualmente todas las mañanas sin falta, pero se resistió al prometerse que también el café descansaría los domingos.

Tomó su chaqueta del perchero de la entrada y ya estaba por irse cuando recordó lo más importante… ese día presumiría su nueva adquisición. Corrió a su cuarto y de la bolsa de mano sacó un juego de llaves para luego regresar a la puerta y salir con una sonrisa de su departamento. Al bajar las escaleras, ya se encontraba con los primeros niños que empezaban a bajar al parque de enfrente con sus perros para el paseo habitual. Algunos de ellos la saludaban o le platicaban alguna noticia de sus mascotas.

Era un edificio tranquilo, sus vecinos eran amables en su mayoría y los niños la querían mucho. Respondió cortésmente a las preguntas que le hacían mientras llegaba a la planta baja, pero en vez de dirigirse a la puerta de la salida, como lo hacía habitualmente, giró hacia una puerta pequeña que conducía a otras escaleras para el sótano.

-Alguien está despistada hoy?- pregunto Frank, el portero de su edificio, al verla caminar hacia allá.

-No- respondió ella girando y regresando hasta donde estaba el hombre.

-Me temo que la salida es de este lado, señorita Weasley

-Sí, pero me temo que por esa salida no pasará mi carro- contestó sonriente

El hombre se sorprendió y abrió los ojos como platos con la noticia.

-Carro ha dicho?

-Si Frank, ya tengo uno

-Pero cuando? Cómo?

-Ayer en la tarde me lo entregaron en la agencia. Es pequeño pero me va muy bien. No te lo pude contar porque era noche cuando llegue y ya no estabas, obviamente.

-Pues muchas felicidades señorita. Ya lo sabe manejar?

-Claro! Mientras me lo daban, Anton me estuvo enseñando a manejar en el suyo.

-Pues me da gusto. Como odiaba verla sufrir por un taxi en las mañanas cuando tiene prisa.

-Jajajaja… eso no pasará más. Que tengas buen día Frank- se despidió ella

-Igualmente y respete los semáforos

Ginny sonrió y bajó las escaleras hasta el sótano. Caminó unos cuantos metros hasta su cajón de estacionamiento y miró orgullosa el reluciente carro rojo que tenía delante. Se subió y salió hacia la casa de sus padres. Como era domingo y no pasaban de las diez, el tránsito era fluido, de modo que en cuarenta y cinco minutos estuvo llegando a Ottery. Era un pueblo tranquilo pero bastante bonito. Lo rodeaban montañas y ríos, con árboles verdes que lo hacían su lugar favorito para descansar de la ajetreada ciudad.

Como era temprano aún, decidió parar en el mercado y comprar algunas cosas para la Madriguera. Compró fruta fresca, un juego de tazas nuevo, ya que en su última visita, su pequeño sobrino había acabado con tres después de caer y golpear la mesa. Compró en la pastelería algunos panques y pasó a la tienda de antigüedades a buscar algún libro para su padre. Casi eran las once cuando volvió a conducir el corto tramo hasta la Madriguera. Como esperaba, los autos y camionetas de sus hermanos ya estaban ahí. Así sería mayor la sorpresa cuando llegara.

Entró por el camino que conducía al patio de la entrada y tocó el claxon. De inmediato media docena de cabezas asomaron por la ventana y segundos después, sus hermanos y sobrinos abrían la puerta para ver el nuevo auto. Ginny se estacionó y todos bajaron las escaleras del pórtico para verlo mejor.

-No es verdad!- dijo Charlie emocionado

-Lo es!- contestó ella bajando

-Tía, tu auto está increíble- gritó su sobrino, subiendo de inmediato al asiento del conductor

-Ese auto es de juguete hermanita- se burló Fred

-Jajaja… es para mujeres hermanito. Me va bien, verdad?

-Jamás lo usaría para salir- dijo George llegando a su lado

-Que bueno, así no tendré que inventar excusas para no prestárselos.

-Lindo auto hija… es bastante moderno- le dijo su padre saludándola.

-Te voltearás en esa cosa- dijo Bill saliendo también

-Ja ja… es un minicooper! No me voltearé!- le dijo ella

-Tu auto esta chiquitito. No podrás llevarnos a todos a pasear en él- comentó su pequeña sobrina

Todos rieron ante el comentario de la pequeña y luego de que sus hermanos lo revisaran, entraron a desayunar.

Draco Malfoy despertó temprano ese domingo. Por lo regular, no lo hacía antes del medio día, pero no había salido de fiesta la noche anterior. Lo primero que hizo fue revisar su celular para ver si había un mensaje de su amigo con una disculpa por haberlo abandonado la noche anterior. Sentía que era lo menos que merecía, pues lo había puesto de muy mal humor el hecho de que Blaise le cancelara por salir con una chica. Al final, había tenido que quedarse en casa viendo películas y durmiendo temprano.

Pero no. No había ningún mensaje de disculpa de parte de su amigo. Solo estaban los ya esperados mensajes de varias mujeres que lo buscaban para salir, pero que a él ya no le interesaban en lo más mínimo.

-Muchas gracias amigo- soltó de mala gana y salió de la cama. Odiaba el silencio así que se dispuso a escuchar la radio para saber las últimas noticias de deportes.

-…Y por otro lado, los que no han resultado una decepción son los Aztecs de Bristol, quienes ganaron el partido contra los Blitz con un total de 13 a 7. Un partido bastante reñido, pero que sin duda Wood, el mariscal de campo supo resolver muy bien…

-Blah, blah! No lo supo resolver, los Blitz son asquerosos- comentó mientras se ponía un pants

-… Pues el final de temporada se acerca y al parecer los Bulls también están en su mejor momento. En una de esas y el final de este Premier Britbowl tendrá su participación en un enfrentamiento con los Jets, que bueno… No digo que están en su mejor temporada, sino en la más gloriosa temporada con casi el 100% de sus partidos ganados, a excepción del lamentable suceso contra los Cardinals, cuando su mariscal de campo estuvo lesionado...

-Por su puesto… Los Jets son ganadores- sonrió Malfoy apagando la radio y saliendo de su habitación.

Su departamento, ubicado en una zona bastante acomodada de la ciudad, era bastante amplio. Acondicionado con muebles caros y de buen gusto, modernos aparatos electrónicos y una mucama que le hacía el aseo, tal lugar mostraba sin duda el hecho de que Draco era un joven bastante adinerado. Trabajaba en la empresa familiar, cuyo giro era la producción de equipo deportivo, de los Jets de Coventry. Los Malfoy se encargaban de la producción, distribución y venta de todos los accesorios de ese equipo y de algunos de ligas menores.

Draco Malfoy se encargaba de las relaciones públicas, aunque realmente, Blaise Zabini, su mejor amigo y compañero laboral era el que realizaba la mayor parte del trabajo. Draco solo era el junior, hijo único y por la tanto consentido de Lucius que tenía ese puesto por ser la empresa de la familia. Sin embargo, a pesar de su poca participación, su padre le daba un excelente sueldo con el que solventaba todos sus gastos y se daba sus lujos. Nunca le faltaba dinero para desperdiciar en fiestas, mujeres, autos y el juego.

Además de su apellido y su fortuna, Draco tenía una apariencia física envidiable: era un joven de 26 años de cuerpo atlético, alto, rubio y de ojos grises. Su cara tenía el perfil perfecto para ser un modelo, casi parecía ser la de un Dios griego. El joven sacaba ventaja de todas sus cualidades para coquetear con cuanta mujer quería. Y sobra decir que lo conseguía con bastante facilidad. Era una persona que con una mirada coqueta y una media sonrisa, dejaba pasmada a más de una.

Por eso, estaba molesto con Blaise, quien siempre lo acompañaba a los clubes nocturnos, bares y casas de juego. Odiaba quedarse en casa, pero salir con otras amistades le resultaba poco atractivo. En realidad, lo detestaba. Sentía que nadie estaba a su altura para ser un compañero de fiestas y solo Blaise soportaba sus arranques de rebeldía y su arrogancia. Era su amigo quien siempre lo sacaba de apuros y podía ser capaz de seguirle el paso.

Desayunó de mala gana porque se sentía ofendido. Blaise había conocido la semana anterior a una joven publicista que trabajaba en una revista de moda para mujeres jóvenes y desde entonces, había estado como ido, hablando con ella durante la semana, mandándose mensajes a todas horas, hablando de ella en cualquier oportunidad y justo el sábado, su amigo había salido con ella, dejando a Draco disgustado y encerrado en casa.

Cansado de esperar, el rubio tomó el teléfono y lo llamó.

-Diga

-Te oyes dormido

-Estaba dormido. Creo que aún lo estoy

-La chica está ahí?

-Quién? Luna?

-Haa… Así se llama?

-Sí. Así se llama y no está aquí

-Te cansaste de ella al fin o fue al revés?

-Ninguna de las dos cosas… La dejé en su casa después de salir del club.

-Porque?- le preguntó sorprendido.

-No planeo que con Luna sea algo de una noche. En verdad esa chica me agrada bastante. Quiero seguirla conociendo y…

-Agh! Veo venir una historia cursi así que voy a colgarte para no vomitar y luego, te marcaré en la tarde cuando seas consciente de lo que dices y me puedas contar la verdad

-No voy a cambiar de opinión más tarde amigo. Es la verdad.

-Flojera! Me estás dando flojera…

Draco colgó el teléfono y se disgustó aún más. Lo que le faltaba! Su mejor amigo embobado con una joven que no recordaba bien como era, pero ya odiaba.

Ginny llegó a su departamento antes de las seis de la tarde. Había pasado una entretenida tarde de domingo con su familia, comiendo hasta no poder más y jugando con sus hermanos y sobrinos. Mientras guardaba la comida que su madre le había puesto para llevarse a su departamento, escuchaba los mensajes de su contestadora.

-Hola querida. Soy tu tía Sue. Solo quería saber si lograste el descuento para la suscripción de la revista para tu prima Charlotte. Llámame.

-Si tía… gracias por preguntar por mí- dijo irónica

-Hey niña tonta y rebelde en su carro de juguete. Olvidé decírtelo hoy pero el próximo sábado será el partido de Alex y Zack de beisbol. Es a las doce y espero que vayas a apoyar a mis hijos.

-Jajaja bien Charlie! Ahí estaré…

-Amiga! Espero que hayas traído bastantes provisiones de comida de la casa de tu madre. En cuanto llegues a tu depa llámame. Debo contarte todos los detalles de mi salida con Blaise… Aaaaay! Me siento enamorada! Jajaja espero tu llamada.

Ginny sonrió y corrió a acomodarse en su sillón mientras tomaba el teléfono y llamaba a su mejor amiga Luna. Trabajaban juntas para la revista de "Vanity" y desde que se conocieron se volvieron inseparables. Luna era su compañera de compras, fiestas y su confidente. Era una chica divertida y con ideas bastante locas, pero agradable.

La semana pasada, Luna se había quedado más tarde en el club Underworld, en donde había conocido a un apuesto joven de nombre Blaise Zabini y con el que había estado hablando toda la semana. Ginny la observaba todos los días en el trabajo sonriente y deslumbrante por los mensajes que ese joven le mandaba y como la amiga que era, la apoyaba en todo. La calmaba, le sugería algunas frases para responderle y la animaba con él.

-Hola Luna enamorada!

-Hola pelirroja atolondrada!

-Jajajaja… mira quién lo dice. Si no fuera por mi gran ayuda, la semana pasada alguien hubiera puesto sal en vez de azúcar al café por pensar en cierto chico moreno y atractivo.

-Jajaja. Lo sé. Eres la mejor. Te debo la vida por ello

-Cierto

-Como estuvo la comida con tu familia? Que dijeron de tu auto de juguete?

-Lo mismo que tu, boba, que es de juguete

-Jajajaja, te lo dije

-A mí me gusta! Groseros!

-Sigue siendo de juguete. Que nos mandaron?

-Pescado con un montón de hierbas que saben excelente. Mamá te mandó saludos y un traste bastante enorme de Fresas con crema

-Aayy! Amo a tu mamá! Es lo máximo… Creo que ahora que tu cuarto en la Madriguera está vacío debería mudarme con ella.

-Jajajaja serás bastante bien recibida, estoy segura. Pero cuéntame ya… Y omite los detalles que me vayan a producir pesadillas

-No hay tales. Blaise es increíble. Salimos a cenar y luego me llevó a "Bond" un club bastante exclusivo. Sentí que vería a una celebridad en cualquier momento… Juro que es de los mejores lugares a los que he ido en mi vida. Puedes creer lo influyente que es?

-Amm… increíble y adinerado. Dos cosas poco comunes en la actualidad.

-Lo sé. La pasamos muy bien. Reímos de muchas cosas, bailamos, tomamos unos tragos y al final, cuando creí que me llevaría a su departamento… me trajo al mío.

-No puede ser! Que le hiciste?

-Nada, lo juro. Me dijo que se moría de ganas por estar conmigo, pero que no quiere llevar las cosas apresuradamente, sino que debemos conocernos más.

-En serio? Y luego te confesó que es gay?

-Jajaja no aún. No lo creo. Es un caballero

-Dios! Esa clase de hombres se extinguió en el paleolítico, o algo así, no lo sé. Segura que no es gay?

-Muy, muy segura. Ahora me entiendes? Casi diría que me voy a enamorar

-Jajaja. Yo también lo creeería si conociera un hombre así. Me alegro bastante por ti, pero síguelo conociendo. No me gustaría que sufrieras un desengaño.

-No te preocupes. Estoy tomando mis precauciones… Pero de verdad! Fue excelente. Mañana en el trabajo te contaré más de él. Deseo que me des tu opinión amiga…

Ginny continuó escuchando a su amiga por un largo rato más y luego colgó. Sonrió feliz al saber que su amiga estaba tan contenta con este joven, que por ahora, le parecía prometedor… Si tan solo ella pudiera encontrar a alguien así…

-O por lo menos la mitad de bueno que es este Blaise Zabini- se dijo a sí misma y luego rió.

"No sé, tal vez tenga un amigo" pensó y encendió el televisor.