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Kanna: AJAJAJA creyeron que se desharían de mí pero no lo lograron he vuelto!
ch.ka: si para desgracia de algunos ¬¬ U
Kanna: mira que eres...¬¬#...bueno dejando de lado a mi mala conciencia, quiero decirles algo, había estado sufriendo de una depresión de escritora pero creo que ya paso.
DISCLAIMER: Beyblade no me pertenece, este es un fic hecho por fan's y para fan's, todos los derechos de la serie y manga pertenecen a Aoki Takao/ BB3 Proyect / Tv Tokio, este fic no es hecho con fines lucrativos, y como siempre lo he dicho, son solo divagaciones de mi ya afectada mente
Advertencia: Este fic narra una historia yaoi/shonen-ai relación chico por chico, si no gustas de la lectura por favor deja este fic.
Gracias...n.n
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Fallen Ángel
Autor: Neko-jin
†¥§Knn§¥†
Cáp. 1.
La historia de un ladrón
-DETENTE !...- grito un hombre a su espalda tratando de alcanzarlo, él corría velozmente, esquivando la gente de aquel castillo, abriendo las puertas con fuerza buscando una salida, miro una puerta, la pateo abriéndola, sintió el piso debajo de él desaparecer deteniéndose abruptamente, aferrándose fuertemente, a la perilla de la puerta, había entrado en una extraña habitación, en la cual no había piso. Eran ruinas antiguas al parecer un lugar olvidado del castillo. Sus músculos se esforzaban por no dejarlo caer, sus brazos se marcaban delineando sus fuertes brazos, recorrió rápidamente con su vista el lugar y noto una viga cerca ahí...
-"si me balanceo lo suficiente podré alcanzarla"...-pensó. Comenzó a mecerse de un lado a otro
Debajo de él varios saldados pasaron apresurados, al parecer sin notarlo, solo uno de ellos disminuyo su paso al notar una sombra en el suelo, al chico de cabello azuloso...
-"AHÍ ESTA!"-grito él joven soldado dando la alarma, y señalando el lugar en el que el ladrón se encontraba balanceándose, todos los soldados restantes aceleraron su paso, hasta quedar en guardia, tomaron arco y flecha que llevaban en su espalda y comenzaron dispararle una y otra vez, la agilidad del ladrón le permitió esquivar las flechas sin dificultad. Una de ellas rozo su brazo cuando él se lanzo directamente a la viga cercana, dio un giro gimnástico para llegar ahí dando unas cuantas vueltas y piruetas en el aire, cayo de cuclillas en la misma, alzo su mirada imponentemente fría, hacia los soldados que yacían bajo él.
La luz de la luna brillaba roja en esa noche, los soldados vieron al ladrón alzarse majestuoso, orgulloso e imponente, su mirada era lo único que brillaba en esa noche sus ojos brillaban como rubíes, con brillo extraño casi demoníaco, malévolo y frió. Varios soldados dieron varios pasos hacia atrás cuando esa mirada casi demente les miro, algunos comenzaron a correr presos del pánico, se escucho la voz del capitán ordenar el fuego, acto seguido varias flechas volaban en él aire hacia su dirección.
Lo único que se pudo percibir fue su pashmina blanca ondear, al dar la vuelta en redondo, una nube de vapor estallo, se escucho una risa macabra salir de ella, los desconcertados soldados, estaban totalmente perdidos en el miedo algunos decían que él era un fantasma, otros mas le llamaban él demonio, y los demás solo rezaban e imploraban que algo los salvara.
Aquella risa retumbo en todo el castillo causando un eco abrumador, el silencio siguió ese momento de locura, las mentes de los soldados vacilaban en la cordura y locura, aquel silencio se volvió aplastante y torturante prolongando así mas su momento de agonía, en un rápido movimiento, él ladrón salió de la nube de humo, extendió su mano y dejo ir unas pequeñas dagas que parecían ser plumas, cada una de ellas explotaba al tener contacto, por al rededor de 5 segundos en el suelo, dándole un mínimo tiempo de moverse entre ellos, los soldados cayeron muertos uno a uno, hasta que el ultimo en quedar de pie fue él capitán...
El ladrón apareció enfrente de él cuando el vapor comenzó a disiparse, la pashmina cubría la mitad de su rostro imposibilitando la probabilidad de describir sus facciones, solo sus ojos rojos eran lo que se podía apreciar de él, con paso firme se acerco al capitán, viéndolo temblar de miedo, su mirada incompasiva se fijo en él, con una vos ronca llena de cinismo pregunto:
-"que...acaso me temes?"...-
La mirada del capitán tembló de miedo al escuchar su voz, sombría, y con un tinte amenazante, se estremeció cuando su mirada se poso en él en forma divertida, mirándolo como si tan solo fuese un insecto una molestia algo fácil de acabar y sus ojos se volvieron espejos reflejando un temor impresionante
-"claro que te temo...eres él demonio...-susurro alterado
El ladrón hecho a reír divertido, y con un aire de falsa indignación, miro despectivamente al ser inferior delante de él y después de darle la espalda para seguir su camino susurro
-"no...Yo no soy él demonio...solo soy..."...-el capitán vio sus labios moverse, al el bajar su pashmina mostrándole su rostro, mas sus oídos no pudieron descifrar lo que el dijo, ya que el miedo, que lo domino al verlo aparecer esa pluma, en su mano, se lo impidió, volteo su confundida mirada al rostro del ladrón, y lo ultimo que pudo ver fue esa suave sonrisa en sus labios...
Una fuerte explosión llamo la atención de las personas del pueblo, el gran castillo ardía en llamas como si un ejercito mismo lo hubiera incinerado, los aldeanos consternados miraban horrorizados el espectáculo. Cuando una suave lluvia de plumas rojas cayo en todo aquel poblado.
-"fue él ladrón del Fénix, FUE ÉL LADRÓN DEL FÉNIX!-un aldeano histérico comenzó a correr por todo el lugar llevando el rumor del tan aclamado ladrón del fénix, provocando una exaltación masiva a su paso
En una taberna cercana un viajero, pedía un trago, su capucha impedía el observar su mirada, su cuerpo parecía ser fornido, de piel pálida casi blanca y algo tosca.
-EL LADRÓN DEL FÉNIX QUEMO EL CASTILLO!-
Un aldeano aterrorizado había entrado a la taberna, azotando la puerta a su espalda, su cuerpo sudaba, su respiración agitada, denotaba su clara falta de aire, todos dentro de la taberna habían fijado su mirada en él recién llegado, para después volverse hacia la puerta, se observaba una aura roja, en el horizonte varios, pueblerinos corrían despavoridos, buscando la manera de apagar el fuego para que no se propagara, el viajero miraba algo indiferente aquel espectáculo, y a pesar de estar sentado en la barra podía observar sin mucha curiosidad lo ocurrido el ruido de un tarro cayendo frente de él llamo su atención, él cantinero había dejado frente a él un tarro lleno de cerveza, y le miraba algo intrigado, él viajero le devolvió la mirada, y por fin se decidió a preguntar:
-"quien es él tan aclamado ladrón del fénix?"...-pregunto sin mucha atención
Al cantinero le tomo por sorpresa la voz del viajero, se escuchaba algo ronca y siniestra con un toque de sarcasmo e ironía increíble, su voz denotaba él claro reto, hacia todos y hacia todo, por fin sin mucho deseo e inclinándose un poco hacia al frente, quedando cerca de él, le hablo en voz susurrante
-"es él mejor del mundo, un azote y algunos dicen él demonio mismo"...-no pudo evitar su voz temblara por el miedo producido por ese azote
-"demonio?"...-pregunto él incrédulo mientras veía como él cantinero se alejaba un poco, y comenzaba su labor de secar un tarro que tenia en las manos, noto como el cantinero comenzaba a sudar frío y se ponía algo nervioso, sus ojos bailaban de un lado a otro como si observase que nadie le escuchara
-"dicen que nadie que haya visto su rostro, a sobrevivido, nunca nadie lo ha visto, y es el ladrón con la recompensa mas alta"...-continuo él cantinero-"como le dije dicen que es él demonio mismo, ya que puede usar el fuego a su voluntad, siempre que roba algún lugar lo deja hecho cenizas, y siempre busca la manera, de dejar su marca en el lugar"... -
-"dejar su marca en el lugar?"...-pregunto él, el relato comenzaba a hacerse interesante y había logrado llamar su atención.
-"si, siempre al día siguiente del incendio, las cenizas toman la forma de un fénix, es por eso que le llaman él ladrón del fénix, tuvimos suerte esta vez"-suspiro-"él ladrón del fénix perdono nuestro pueblo y no lo quemo"...-
Así el cantinero se alejo del viajero, este por su parte llevo el tarro a su boca, y de un solo trago consumió la bebida. Había estado fuera de la región por un poco mas de 2 años y ahora regresaba a encontrarse con esta novedad, lo que le pareció muy interesante y a la vez le intrigo demasiado era el ladrón del fénix, ese personaje tan singular, capaz de quemar aldeas enteras.
El cantinero regresaba a ver al viajero que yacía sentado en la barra, recordó que el viajero le dijo que solo estaba de paso y que no podía permanecer ni una noche, debía decirle que tuviera cuidado, ya que seria probable que el ladrón siguiera por los alrededores, mas al llegar al lugar lo único que encontró, fue el tarro vacío, y unas cuantas monedas...
Cerca de ahí una pequeña vereda que llevaba fuera del pueblo, se extendía, y él viajero caminaba siguiendo el sendero, era de noche, y la algarabía del pueblo hacia pasar por desapercibida su presencia, su capucha se mecía, a su paso, y varios mechones caían a su cara cubriendo sus ojos, diviso un bosque, y no le pareció mala idea descansar ahí. Detestaba el ruido y alboroto, por eso pensó que no seria buena idea descansar en el pueblo. Comenzó a adentrarse juntando leños a su paso, encontró un árbol grande, y bastante frondoso, dejo caer pesadamente la leña que había recolectado, para después dejarse caer cerca del tronco del árbol, levanto su mano sobre los leños apilados, dejo su palma extendida a una distancia considerable, sus ojos brillaron en la oscuridad, una corriente muy fuerte de aire soplo y se arremolino en su palma, para formar una esfera pequeña que lentamente se volvía luminosa, movió su palma hacia enfrente arrojando la esfera a la leña e iniciando el fuego, viendo como se encendía lentamente miro de manera enigmática y pensativa la fogata, levanto su mano y miro su palma con la que había hecho el pequeño conjuro, 'yo puedo iniciar el fuego, mas no puedo crearlo de la nada' pensó, después de esto él viajero volvió a acomodarse en el tronco del árbol, paso sus manos detrás de su nuca, y cerro los ojos, sonrío triunfalmente, mientras susurraba
-"con que él ladrón del fénix"...-
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Debía sentir su presencia, utilizar su oído, detectar cada sonido que fuera algo fuera de lo normal, escuchar hasta lo mas mínimo en aquella penumbra, sus ojos por ahora no le servían de nada, la venda que permanecía en ellos, le impedía ver algo, lo único que sus ya cansados párpados percibían era aquella oscuridad total, solo podía divisar el sonido del viento mecer los árboles, sentir la suave brisa acariciar su cuerpo y mecer su cabello, escuchaba el sonido de la cascada cercana, un sutil sonido llamo su atención una suave presencia que, de no haber sido por su buen, sentido de la percepción, no habría notado, era débil, y se movía rápidamente para evitar que él con su intuición le siguiera, acerco sus manos cerca de su pecho, y los coloco de forma horizontal, sus palmas quedaron paralelas, una en frente de la otra, una suave brisa soplo, y en el centro de sus manos un pequeño relámpago verde comenzó a nacer, poco a poco comenzó a hacerse grande hasta quedar como una esfera, eléctrica, agudizo por ultima vez su sentido y cuando escucho ese débil sonido lanzo la esfera en sus manos.
El ataque fue correspondido por un fuerte rayo azuloso, una fuerte explosión se provoco al choque de ambas energías, una enorme nube de polvo se levanto, confundiendo demasiado al joven que tenia los ojos vendados, cubrió su boca evitando tragar mas polvo y tosió un poco intentando desaparecer esa horrible sensación de tierra en su boca...
Una presencia congelo su sangre, el lugar del que provenía no le agradaba, en su espalda una enorme sensación congelante se encontraba, una mirada brillo maliciosa al haber tomado a su atacante por sorpresa, estiro su mano y la coloco en la espalda de su rival.
Todo paso tan rápido, la sensación congelante de esa presencia, el movimiento tan rápido de colocar su mano en su espalda, todo, sintió un leve dolor al caer al suelo, mientras una sonrisa juguetona se delineaba en su rostro, al quitar la venda de sus ojos.
-"príncipe Reí, no creo que esto sea cosa de risa se ha puesto ha pensar lo que pasaría en una batalla,sí alguien lo atacara como yo lo hice ya estaría muerto"-
Su largo cabello negro, era sujetado por una cinta blanca evitando que el cabello del chico se desordenara en medio de sus batallas y deberes, se puso levemente de pie mirando a su tutor, quien solo supo recibirle con una mirada dura, esperando respuesta a lo que él acababa de decir. Lo único que se le ocurrió hacer fue, sonreír en forma de disculpa haciendo que él entrecejo de su tutor se frunciera aun mas molesto por la tranquilidad y paciencia de aquel joven, al ver hacerlo tal gesto él príncipe, comprendió, que necesitaba dar una respuesta antes de provocar la ira de su tutor él sabia que cuando esos ojos azules relampagueaban, no era buena seña, y para mala noticia de él, aquellos ojos comenzaban a mostrar un brillo algo irritado y molesto.
-"perdóname Yuriy...pero dime algo, en verdad crees que en esta tierra algún día habrá guerra, eso simplemente no puede ser, además no creo que exista alguien mas fuerte que tu, es por eso que ganaste mi puesto de tutor a pesar de tener casi mi misma edad"...-dijo él príncipe en clara seña de disculpa
-"a pesar de eso joven príncipe, nunca debe cerrar la posibilidad de una guerra, mientras exista ambición en este mundo siempre habrá alguien que desee, apoderarse de todo"-
Sus ojos se entrecerraron, llenos de algo parecido a la melancolía, no era la primera vez que Rei veía a Yuriy así, siempre que hacia eso, ó intentaba convencer a Yuriy, de que la guerra era algo que ya no existía en su época, ó al menos en su reino, Yuriy ponía ese semblante, parecía viajar a determinado lugar en el tiempo, y perderse ahí, su tutor y compañero, lo mas cercano que tenia a un amigo.
Aun le sorprendía el hecho de que su tutor fuera tan solo un año mayor que él, aquella expresión madura en su rostro, esos ojos azul ártico estaban llenos de sabiduría, su cabello pelirrojo era, algo que llamaba mucho la atención de él, sus facciones finas, cuerpo delgado, que contrariaba la gran fuerza que poseía y que en varias ocasiones, Rei había comprobado, esa tez nívea, que le era muy sensual a todas las mozas de palacio, ó al menos eso había escuchado.
Había sido todo un misterio el por que él, cierto día, había aparecido de la nada, y como había impresionado a su padre siendo él único tutor en ponerlo en su lugar, era muy buen hechicero, podía controlar toda clase de energía, y como él le había explicado, todo ser poseía esa capacidad solo era cuestión de encontrarla, ponerse en contacto con ella, y entrenarla, sí, le había enseñado mucho, mas no sabia nada de él, ni de su pasado, de donde provenía...donde había aprendido todo lo que sabe, quienes eran sus amigos, ni siquiera sabia su cumpleaños, claro no era culpa de él simplemente cuando quería rozar el tema, Yuriy le evitaba y aprovechando su posición de tutor, si el se atrevía a insistir, los castigos para Rei eran muy severos, siempre evitaba su pasado, ese era el misterio que mas le intrigaba.
Sin darse cuenta fijo su mirada en su tutor, mirándolo con escrutinio
-"basta Rei, deja de mirarme así"...-susurro el pelirrojo al sentir la mirada, algo, perturbarte de su acompañante, sabia lo que se preguntaba el joven de ojos de ambarinos, no le molestaba el hecho de algún día contarle a Rei su pasado, lo que en verdad le preocupaba era, que el joven príncipe no le entendiera, conocía bien su manera de pensar, y no creía apropiado el decir al joven príncipe mas de lo que lo en realidad necesitaba saber, y algo que en realidad no era apropiado para Rei era saber su pasado
El joven aludido río de forma pasiva, esa forma que solía muchas veces desesperar a su tutor, mas poco a poco se acostumbraba a su manera tan característica de ser.
-"por lo menos logre que me llamaras por mi nombre"...-sonrío, y se encogió de hombros
Sabia de antemano que su tutor era reacio, a llamarlo por su nombre y solo lograba en ciertas ocasiones que el lo hiciera, la formalidad era algo que a Yuriy, no le gustaba olvidar.
-"calla,"-ordeno en vos aun baja-"volvamos a palacio...termino la lección de este día"...-dijo en su tono de voz normal
Rei se sorprendió su tutor solía ser mucho mas estricto y exigente y ahora se mostraba mas relajado y despreocupado...
-"eh? Por que? Aun no llevamos ni la mitad de lo acostumbrado no me digas que te estas ablandando Yuriy?"...-dijo juguetonamente el príncipe
Yuriy sonrió antes de volverle la mirada a Rei, sus labios se torcieron en gesto burlón, desconcertando a su pupilo, haciendo que la sonrisa del pelirrojo se acrecentara... a Rei siempre le gustaba tener esa clase de juegos no importando que el fuese por lo general el perdedor, aunque tenia que aceptar que eran esas pequeñas discusiones lo que lo hacían, distraerse de sus responsabilidades, las volvía mas amenas...
-"claro que no"...-dijo mientras comenzaba a caminar-"y no te preocupes mañana lo recuperaras, esa sonrisa que tienes...lo mas probable es que desaparezca en el baile no es así 'joven príncipe'?"...-fijo su mirada en aquellas orbes doradas
Una sonrisa triunfal se pinto en aquellos finos labios al ver al joven futuro soberano, golpear su frente con la palma de su mano, claramente fastidiado.
Rei sabia de antemano que en cada baile, su padre le hacia la misma pregunta, lo mismo con lo que simplemente, lograba amargar su día aquella pregunta que por una extraña razón aborrecía... el si ya había escogido una prometida?. Suspiro lleno de resignación y comenzó su camino al lado de tutor debía volver a palacio para alistarse, muy en contra de su voluntad, mas como Yuriy solía decirle, 'deberes, son deberes'.
Yuriy vio su semblante entristecer, y aunque conocía muy bien la razón nunca hallaba respuesta que lograse darle un momento de tranquilidad a su joven pupilo, como maestro en muchas ocasiones Rei esperaba que Yuriy tuviese todas las respuestas a sus dudas, pero Yuriy sabia muy bien que había cosas inevitables cosas, que se hallaban fuera de su alcance, miro por el rabillo del ojo a su discípulo, y devolvió su vista al frente...
-"algún día tendrás que asumir responsabilidades joven príncipe"...-
Y ahí estaba de nuevo ese semblante frío en su rostro, aquella actitud formal que muchas veces le desconcertaba demasiado, y que por mucho que desease entender no podía, sabia a lo que se refería con sus palabras, era un príncipe, y como tal no podía dejar sus responsabilidades, algún día su padre moriría y el, como único heredero tendría que tomar la corona y gobernar, el problema era que para hacerlo tenia que elegir una esposa, y eso no era algo fácil de hacer, todos sus prospectos a mujer estaban muy por debajo de sus propias expectativas, y eso era lo que en verdad le molestaba, era demasiado libre como para vivir atado a un compromiso...
El joven príncipe de aquella región tranquila y pacifica, se encontraba en medio de su entrenamiento como futuro soberano era lógico que aprendiera tácticas de guerra, y se veía altamente obligado a ser él mejor en ello, siendo él futuro heredero al trono, mas, lo que molestaba demasiado a su tutor, era el simple hecho, de que, a él parecía no importarle en lo absoluto sus deberes reales, siempre se la pasaba escapando, y prefería divertirse en el pueblo, que pasar un rato en palacio estudiando un poco de las lecciones que recibía en el día.
El joven príncipe Rei era una de las joyas mas codiciadas por la nobleza, cada baile real, él joven príncipe se veía asediado por las jóvenes doncellas, hijas de los nobles del reino, algunas lo hacían por mero interés, por mera ambición al trono que él joven algún día adquiriría y otras mas simplemente le acechaban, por pura vanidad ya que le veían a él como un trofeo digno de poseerse, y pensándolo bien en un mundo tan superficial como el que vivía, eso no era de extrañarle, prefería encontrar mil veces a una pueblerina, que a una noble, por lo menos las aldeanas, le ponían mas atención a lo que decía.
Era muy divertido cuando una campesina le regalaba alguna fruta ó alimento, y él con una simple sonrisa, encantaba y agradecía a la joven, no era de esperarse su aspecto podía conquistar a cualquier hombre ó mujer que se encontrara cerca de él, mas ninguno nunca podía llegar a ver mas allá, de esos ojos felinos, bellamente ambarinos, nadie, pensaba si aquel, cuerpo delgado, pero bien delineado, era algo mas que un objeto de deseo.
Una mano se poso en su hombro dándole ánimos, había estado caminando con la mirada baja y aun sentía ese enorme vacío en su interior, levanto la vista y observo al dueño de esa mano, Yuriy le infundía animo a su manera, no lo miro y tampoco le dijo nada, en cuanto le hubo mirado había retirado su mano, aquel acto basto para que la sonrisa de Rei se pintara en su rostro, aunque vacilo un poco cuando su tutor adelanto el paso.
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La gran algarabía en palacio no era de esperarse, mozas iban y venían, cocineros, peones, todo aquel que trabajara en palacio, se movía de un lado a otro trayendo plata fina, acomodando cortinas, todo debía quedar espléndido en el salón en que se llevaría a cabo el festejo.
A pesar de estar encerrado en su enorme y fría habitación, podía escuchar todo eso y mas, colocaba una hermosa y elegante cinta roja alrededor de su cintura, resaltando en aquella faldilla blanca, con las bellas franjas azules que poseía al final del frente, las joyas de su traje brillaban de forma singular, ató su cabello en esa fina banda de bordados verdes, no mas de 10 centímetros, cerca de su nuca, para después el resto de la cinta ser completamente blanca con un pequeño empedrado al final de su cabello, mas a pesar de todo aquel lujo y comodidad Rei se sentía inconforme y ello, siempre terminaban por sacarlo de quicio, no importaba cuan bello fuera todo eso, no dejaba de ser superfluo, y eso a él le exasperaba enormemente. Miro su triste reflejo en el espejo, sus pendientes brillaron y con un deje de resignación, dejo escapar un suspiro al verse él mismo claramente fastidiado, compuso una de sus mejores sonrisas, y salió en dirección del gran salón, sabía que nunca nadie escucharía el grito de su corazón.
Ese grito era un sonido mudo en un mundo muerto.
Las trompetas del salón sonaron anunciando al futuro soberano, Rei se encontraba en medio del enorme portón, estando ya acostumbrado a que todas las miradas se posaran en él, camino con gracia, por la gran alfombra roja, escucho el enorme portón cerrarse a su espalda mas no le presto atención, dirigió una breve mirada fugaz a su tutor, que se hallaba parado justo detrás de su padre, ocupando su lugar como concejal del castillo, el traje blanco de Yuriy, le hacia ver mucho mas atractivo, esa elegancia con la que el sabia moverse, y ese porte militar, le daban cierto toque de encanto a su persona, a pesar se ser muy sencilla su forma de vestir no dejaba de verse aristocrático, versátil, y elegante diviso el trono, y a su padre sentado en el, Yuriy se encontraba junto al lugar que le correspondía, un trono menos llamativo que el de su padre, el trono de la reina por desagracia se encontraba vacío al morir su madre años atrás.
Camino directamente hacia su padre, él le recibió con una enorme sonrisa, le saludo como todo buen noble, beso su mano para después besar su mejilla como hijo que era y se sentó en su lugar. A la firme voz de su algo anciano padre, Ren, la banda comenzó a tocar dando por iniciado el baile...
-"llegas muy tarde"...-susurro Yuriy para que su voz solo pudiera llegar a lo oídos del príncipe
-"no me gustan estos bailes..."-interrumpió el príncipe-"y ya se lo que vas a decir 'deberes son deberes' no es así?"-dijo el en el mismo tono, su mirada aun se encontraba al frente y nunca se había posado en la de su tutor no quería un regaño silencioso por parte de Yuriy suficiente martirio tenia en estar ahí sonriendo tontamente a los nobles, solo para saludarlos.
Yuriy suspiro resignado, al ver que Rei ni siquiera le había dirigido una mirada, dejando al príncipe dar por terminada la pequeña discusión que ni siquiera le había dejado comenzar. Sabia que en momentos así era imposible tratar con él, su antipatía por aquellos bailes de una forma u otra termina por ser descargada en el, si el continuaba insistiendo.
El baile se encontraba ya adentrado cuando, varias jóvenes se acercaron a Rei invitándolo a bailar y el como buen caballero, debía aceptar, se le había enseñado que nunca debía rechazar la invitación de una dama, tomo la mano de la doncella que en ese momento le pedía la pieza.
Rei la guió al centro de la pista, y al sonar de la música comenzó a guiarla. Su paso ligero y buen ritmo le hacia un excelente bailarín y guía, su manera grácil y encantadora de pasearse por la pista encanto tanto a los invitados que le dejaron a el y a su pareja bailar solos en el centro de la pista.
A pesar de tener una sonrisa tierna y enternecedora, una mirada calmada y feliz, a los ojos de su tutor no era mas que la mascara de realeza que se le había enseñado a Rei desde pequeño. Mas como el se decía así mismo no estaba en sus manos juzgar la vida del joven príncipe, ni las decisiones que su padre tomara por su 'bien'.
Yuriy aun cavilaba en las posibilidades del futuro Rey, a veces pensaba en que seria una carga muy difícil para el debido a su propia naturaleza, Rei no podría soportar todos los cargos de un Rey demasiado tranquilo liberal e incluso despreocupado, de las cosas, Rei solía ser una persona feliz a el no importaban los lujos la aristocracia o la política, todo ello era un tema sin sentido para Rei y muchas ocasiones así lo demostraba, también sabia que Rei no caía en ser un sujeto tonto, el chico era mucho mas audaz y astuto de lo que aparentaba solía parecer distraído pero, en realidad siempre estaba al tanto de su situación y su entorno, sabia tratar problemas con madurez y con sabiduría no era precipitado en realidad muy equilibrado en su manera de pensar, pero a todo esto quien se daba verdadera cuenta de ello, durante el tiempo que había estado ahí parecía que todos solían ver a Rei como una joya preciada y lo era, solo muchos valían su peso por la corona, mas que por su propia persona...
La música ceso cuando la puerta del salón se abrió repentinamente, dejando ver a un alterado guardia entrar precipitadamente, algo desesperado y con paso vacilante intento llegar al Rey, Yuriy y el príncipe le veían algo aturdidos, una mirada breve se cruzo y ambos pudieron sentir que un instinto fuera de lo normal comenzaba a dispararse, algo...una especie de energía, emanaba de su mano, el cuerpo de Yuriy se tenso, su rostro palideció era la primera vez, en mucho tiempo que sentía semejante poder. Algo que le provoco un escalofrío fuera de lo común, Rei noto los cambios de semblante en su maestro Yuriy solía ser muy frío como para demostrar una emoción fuera de su cinismo arrogancia y altanería, pero ahora claramente podía ver el miedo correr por sus orbes turquesa...
-"señor el la fortaleza cercana ha desaparecido"...-hablo por fin el guardia intentando recuperar el aliento, y temblando, al acercarse temeroso al trono.
-"como dices? explícate"...-ordeno el Rey intentando descifrar el mensaje de su lacayo
-"la fortaleza vecina desapareció...y el siguiente es vuestro palacio"...-afirmo algo aterrado el lacayo dejando caer sus rodillas al suelo, en forma de derrota
-"no volveré a decirlo, explícate"...-ordeno Ren mas sereno, al no encontrar una coherencia a sus palabras
-"ayer en la noche la fortaleza cercana, fue invadida, ningún guardia sobrevivió...para fortuna de los aldeanos, su señora se encontraban fuera de sus tierras y aun esta viva, mas todo la fortaleza desapareció...no hubo nada que sobreviviera al fuego"-
Yuriy había escuchado atento, el relato, podía ser una amenaza potencial, un ataque así a una fortaleza completa, debía tratarse de un gran ejercito para hacer algo así.
Rei por fin pareció reaccionar y se movió de su lugar reverencio a la doncella y beso su mano antes de alejarse de ahí, escucho atento al guardia hasta que callo súbitamente.
-"sabes quien ataco el castillo?"...-pregunto el príncipe seriamente
Sabia pregunta pensó Yuriy mientras miraba a Rei, eso por lo menos le demostraba que ponía atención a sus lecciones...
El guardia sudo frío ante esa pregunta dudando que le creyeran, ni el mismo podía creerlo, respiro profundamente e inclino la cabeza en seña de respeto.
-"fue un ladrón, mi señor"...-contesto el guardia
La sorpresa no se hizo esperar en los rostros, de los ahí presentes y varios murmullos comenzaban a escucharse entre los invitados. Una exaltación peligrosa pensó Rei, y algo ilógica como podía ser posible que un simple ladrón lograra tal atrocidad no debía ser un error...
-"pero que locura estas diciendo"...-menciono Rei incrédulo
-"se que es difícil de creer alteza ni yo mismo lo creo, pero es verdad...ningún ejercito, o suceso extraño paso antes del ataque,"...-
-"así que un solo hombre, logro eso?"...-al parecer Ren el padre de Rei se encontraba igual de consternado que su hijo.
-"si señor"...-dijo resignado
-"eso no importa"-dijo Yuriy despectivamente-"por que dices que nuestro reino será el próximo?"...-
Antes de sacar cualquier deducción Yuriy debía saber el mínimo detalle para poder trazar la estrategia mas efectiva, por eso debía permanecer frío, e inmutable a cualquier suceso, solo era cuestión de táctica.
-"por esto"...- dijo a la par que levantaba una pequeña nota en su mano derecha
-"una nota?"...-susurro Ren
-"leeré lo que dice... si me lo permite señor"...-dijo el guardia dirigiéndose a Ren
El rey asintió con la cabeza y espero.
"Dentro de 5 noches en luna llena vendré por el ojo del tigre, si aprecian su vida, y la de su gente, no intentaran detenerme..."
Palabras simples y concisas que habían congelado y atemorizado a varios de los ahí presentes, sus intenciones eran tan claras, que daba miedo la afirmación inminente de su amenaza. A pesar de eso el rey lo tomo más como una burla, que como una amenaza durante casi 100 años nadie había desafiado el poder de su palacio, y ahora no permitiría que un simple ladrón se mofara de él sin más, era cuestión de honor y orgullo...
Una simple frase que había logrado estremecer a mas de una persona en la sala, Rei y su padre no podían creer lo que pasaba, alguien les amenazaba y se mofaba de ellos al mismo tiempo...era una herejía el decir que robaría el ojo de tigre. Una nueva duda asalto la mente de Rei, la joya de ojo del tigre era mas una reliquia familiar que una joya de valor, el ojo de tigre no dejaba de ser una simple joya, y si lo pensaba mejor había joyas de mucho mayor valor en palacio, por que precisamente el ojo de tigre?, un acertijo que descifrar si quería ser de ayuda en una situación tan poco usual como esta, tomo su barbilla en seña de meditación y miro de nueva cuenta la carta que el lacayo tenia en sus manos...
El guardia noto la expresión de Rei, y le miro, recordó que aun no explica el proceder de la carta y el solo pensar el lugar del cual la había recogido le revolvía las entrañas, se hallaba justamente en el cadáver calcinado de uno de los guardias de las puertas, su cara aunque calcinada, había quedado como una mascara de piedra, petrificada en un clara expresión de profundo terror. Contuvo a su estomago y trago duro, miro de vuelta Rei y se inclino...
-"encontramos la carta, en el cadáver del guardia de la puerta señor"...finalizo el guardia
Yuriy cruzo sus brazos en su típica pose arrogante, el idiota que se había atrevido a mofarse de esa manera lo pagaría con su vida. Fuesen cual fuesen sus intenciones, había logrado desatar su furia, nadie le desafiaba de tal manera, y como responsabilidad suya no podía permitir tal acto, un hombre muerto, pero aun así para que enviar un ultimátum, por que desafiar abiertamente al rey y sus hombres sin un aparente propósito, por que tanto misterio en la joya del ojo del tigre, por la forma de actuar del ladrón, pareciera que intentaba mofarse de ellos, pero ese era su verdadero motivo, era algo confuso ponerle sobre aviso? Miro por el rabillo la hoja que yacía en la mano del lacayo.
Su energía se había vuelto casi imperceptible, algo muy extraño, eso significaba que aquel sujeto había dejado su energía a propósito, pero cual era?. Un rayo partió su mente al sentir esa esencia tan lúgubre y siniestra, una aura roja emano de la carta que aun tenia en su mano el guardia, Yuriy se aterro al darse cuenta de que se trataba.
-"suelta eso!"...-grito y ordeno Yuriy al arrebatar de las manos del guardia la nota, la arrojo a lo alto la carta comenzó a resplandecer...Yuriy trazo un circulo en el aire con sus manos y una esfera tomo cuerpo material envolviendo la carta dejándola en un campo energético, esta estallo dentro de la burbuja haciendo un estruendo enorme, a pesar de estar dentro. Una fuerte onda se sintió en el lugar, aturdiendo a los presentes por unos momentos, y derribando a unos cuantos mas...
Al volver todo a una aparente normalidad, la burbuja que cubría la carta se cristalizó y rompió en un fino polvo de hielo.
-"quien haya esto hecho, sus intenciones son serias"...-susurro Yuriy entrecerrando los ojos
Rei había visto el gran desempeño de su tutor, y le miraba, admirado de la fortaleza de este, fue cuando paso, en medio de la multitud, sintió una suave presencia que llamo demasiado su atención. una mirada como nunca la había sentido sobre el, instintivamente volteo al lugar de donde provenía, se topo con unos ojos extremadamente rojos, una mirada tan diferente a las demás, diferente a lo que el jamás en su vida llegase a conocer, esas gemas color sangre le habían embelesado como nunca, una mirada fría, desdeñosa a todo lo que a el le rodeaba, para desgracia de Rei esa mirada había desaparecido rápidamente sin darle tiempo de divisar a la dueña ó dueño de ella.
Entre publico había visto la carta explotar, estratégicamente confundido entre el publico para que nadie pudiese notarlo, pero a la vez nadie si quiera notaba su presencia, como si de un fantasma se tratase y sin que nadie se diese cuenta, a el pareció no extrañarle, toda esa situación. Aun cuando la burbuja reventó el permaneció inmutable y atento a toda la situación...
Un fino pantalón de vestir negro y una blusa blanca de olanes, sus labios se torcieron en una sonrisa algo lúgubre, pero divertida...
"es bastante astuto y poderoso, será mejor cuidarme de el, parece ser que su elemento favorito es el hielo".
Una de las puertas cercanas al salón se cerro discretamente, sin que los invitados lo notaran, por el corredor antes de salir de palacio, sus pasos se escucharon fuertes y claros por todo el pasillo, provocando un eco, bastante resonante en aquella soledad...
Una de sus manos de dirigió al saco que llevaba, le tiro a mitad del pasillo, una fina prenda blanca una pashmina, se extendió siendo mecida por el viento en los corredores, la ato cuidadosamente a su cuello, y con esta cubrió sus facciones, solo dejando su mirada rubí, brillar, la ventana al final del pasillo se volvió su salida, arrojándose de ella, y solo dejando una estela de plumas rojas en su lugar...
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Después del horrible incidente, los invitados se habían retirado por orden del Rey, y ahora en el enorme salón solo se hallaba, Yuriy Ren y Rei, el rey se encontraba muy exaltado aun por la impresión, y comenzaba a dejar que el miedo le dominarle, gritaba cosas incoherentes, decía que no permitiría tal humillación, que alguien lo pagaría con su vida y cosas mas estrepitosas, Rei se toco levemente la cabeza, cuando un fuerte mareo se presento, tenia extraña sensación, era como si algo quisiera volver a su cabeza, pero no sabia lo que era, simplemente era una sensación, una epifanía, vio la silueta de una persona, al parecer un hombre espaldas a él, un suave aroma a olivo embriago sus sentidos extasiándolo, estiro su mano intentando alcanzarlo, le tomo del hombro y comenzó a bajar sensualmente delineando su silueta hasta su cintura, donde dejo su mano reposando, aquel sujeto volteaba a verlo lentamente, esa mirada rubí, sensual y encantadora, lentamente se transformo en una turquesa familiar, rompiendo su visión que le miraba extrañado y sorprendido.
Se sintió despertar de un sueño y su cabeza dolió profundamente, le costo un poco de trabajo enfocar las cosas a su alrededor pero cuando al fin lo logro se dio cuenta de las cosas, tenia Yuriy sujeto de la cintura, casi llegando a su cadera y eso no era todo su otra mano se había posado en su pecho, abrazándolo por detrás, mientras su tutor le veía extrañamente perturbado por esa reacción.
-"estas bien Rei?"...-
Toco su cabeza de nuevo y soltó de inmediato a su tutor pidiendo disculpas en susurro, su semblante palideció y se sintió repentinamente cansado, miro a Yuriy aturdido y pudo percibir claramente su preocupación, sonrió débilmente, de una manera lastimera, y se tambaleo un poco.
-"solo necesito descansar"...-
Rei se aparto de Yuriy al notar sus claras intenciones de sujetarle, avanzo rápidamente hasta la salida y desapareció, la mirada de su padre le siguió y se torno muy preocupada, los ojos de Yuriy brillaban con reflejo analítico, le había dado la impresión de que Rei ocultaba algo, y creía no equivocarse...
-"Yuriy"...-dijo el Rey muy preocupado
La voz del Rey le hizo voltear y encontrarse con la mirada cansada del anciano, por cortesía le reverencio, y el anciano le hizo una sutil seña con la cabeza indicándole se acercara, Yuriy se acerco obediente y el Rey comenzó a caminar seguido de cerca por el pelirrojo, le tenia algo intrigado el mutismo del Rey.
Se detuvo al llegar a la mesa del comedor en donde con un gentil movimiento de mano le pidió al pelirrojo tomara asiento, el hechicero obedeció y se sentó tranquilamente, el Rey tomo asiento y entrelazando sus dedos dejo a su expresión llenarse de una concentración increíble, Yuriy le observo largo rato esperando a que dijera algo, hasta que por fin los labios del rey hablaron...
-"este ladrón, esta afectando a mi hijo, de alguna manera?"...-sus ojos temblaron mientras formulaba la pregunta, deseaba una negativa por parte del tutor de su hijo, pero en su interior, el sabia que eso era casi imposible...
-"aun no lo se"...-dijo el pelirrojo cerrando los ojos abatidos
-"algo le ocurre a Rei"...-afirmo su padre
-"si, pero no se si esos cambios sean producto de este problema"...-
-"que se hará para prevenir el ataque de ese ladrón?"...-
Yuriy examino un poco sus palabras antes de contestar, y con una actitud táctica contesto:
-"si no es molestia alteza quisiera hablar con la guardiana de la joya"...-
El rey le miro analítico por unos instantes, decidiendo en si era prudente el dejarlo ir. Al notar el pelirrojo la duda en sus ojos insistió...
-"regresare antes del amanecer, la fortaleza esta a 1 hora de camino y la noche es joven"-pero el rey seguía callado probablemente dudando-"alteza este es un verdadero problema, si no quiere visitas inoportunas"...-
-"esta bien Yuriy"-interrumpió el soberano-"dejare que te encargues de esta situación, confió en que harás lo posible por evitar"...-pensó un poco buscando la palabra-"malos entendidos, pero he de pedirte la mayor discreción posible, una situación de caos en la cuidad daría mas ventajas al ladrón y lo sabes, has lo que tengas que hacer"...-puntualizo el Rey
-"alteza"...-
Volvió a reverenciarle y salió a toda prisa del salón, mando traer una capa, para resguardarse del frío y mando ensillar su caballo.
A la entrada del palacio le esperaba un mozo que sostenía las riendas de su caballo, un hermoso corcel blanco, relincho a su llegada y reparo un poco, relinchando.
Salió a toda velocidad del palacio dejando que la oscuridad devorara el camino, el viento golpeaba fuertemente su rostro iba a todo galope, una capa blanca con un fino brocado cubría sus hombros, la capucha tenia filigrana de oro en el estribo haciéndola lucir elegante y fina, levanto su vista al observar un poco de luz en el camino, miro el cielo y la luna aun se hallaba menguante, 'en cuatro días'
Apresuro el paso de su corcel, al recordar la luna llena, y por fin después de casi una hora de camino, diviso la pequeña villa, en donde se hallaba la fortaleza, tiro fuertemente de las riendas haciendo reparar a su caballo, le impacto la escena, la fortaleza había desaparecido, y solo las cenizas de lo que alguna vez fue quedaban, a pesar de que los pueblerinos habían recogido la mayor parte de los escombros, aun había demasiados estragos, el caballo dio un rodeo, para después sentir la presión de las riendas obligándolo una vez mas galopar.
Ubicado a las faldas de los restos un campamento de soldados se hallaba en un regimiento improvisado, uno de los soldados al parecer un coronel de la guardia, le recibió, Yuriy le explico brevemente el motivo de su visita y pidió hablar con su señora, el coronel acepto, no de muy buen grado, el hecho de que las insignias colgadas en su hombro le informaran que Yuriy era un general, no lo había tomado con mucho entusiasmo, pero por cualquier motivo, Yuriy ahora lograría su cometido, fue escoltado hasta una tienda algo mas ostentosa a las demás, entre en ella, y al final de esta se hallaba un fino velo de seda que servia de cortina.
Una hermosa mujer de cabello castaño y ojos marrón salió de detrás de la cortina y le miro algo cansada, su semblante lucia afligido y algo perturbado...
-"Oh maestro Yuriy, no sabe cuanta alegría me da verle"...-le saludo la mujer
Yuriy se acerco a ella, tomando su mano le beso gentilmente
-"El placer es siempre mío, Cortesana Tachibana"...-
La mujer sonrió complacida de los buenos modales del pelirrojo, pero su sonrisa vacilo por instantes...
-"imagino que viene para que le ponga al tanto de la situación?"...-interrogo
-"si no es una molestia, una mujer tan hermosa como Ud. no debe llevar este tipo de responsabilidades"...-
-"muy gentil de su parte maestro, por favor acompáñeme con una copa de vino"...-sonrió
Le invito a pasar del otro lado de la cortina, varios cojines se hallaban acomodados encima de una alfombra roja formando una cama algo rustica, pero cómoda, la cortesana se sentó en medio del lugar Yuriy prefirió permanecer sentado en el extremo, la castaña le ofreció una copa llena de vino, y Yuriy la tomo en sus manos...
-"Que fue lo que paso, se me informo que Ud. no estaba en su casa, Señorita Hiromi"...-
Hiromi, lleno su copa y sorbió un poco de ella para aclarar su garganta, se quedo viendo fijamente el vino, y comenzó lentamente su relato
-"Si, su alteza me llamo para dar un informe personal, en palacio, fue cuando ocurrió el desastre alguien vino y se llevo"...-
-"la joya"...-interrumpió Yuriy con semblante serio
Hiromi fijo sus ojos en el general, y algo dudosa de sus palabras le comento
-"Creo que alguien, le informo a ese ladrón que la fortaleza estaba sola, y que la joya se encontraba aquí"...-tosió delicadamente-"deberás esperar la próxima visita de mi señor"..-
Yuriy revolvió el contenido de la copa descuidadamente, mientras su cabeza analizaba la situación.
-"eso quiere decir que la noticia llego a ti estando en palacio y que un posible traidor se encuentra entre nosotros"...-
-"si"...-dijo desanimada
-"alguien ataco el palacio esta noche"-dijo el pelirrojo llamando la atención de su acompañante-"fue el mismo ladrón, dándonos un ultimátum, para no oponer resistencia, y entregar la joya"-pudo notar como la castaña no comprendía del todo sus palabras así que siguió con su relato-"amenazo con robar la joya en luna llena"...-
-"pero como? y con que propósito?"...-dijo asombrada
-"no lo se, pero voy a averiguarlo, escuche que nadie sobrevivió al ataque es eso cierto?"...-pregunto cauteloso
La determinación en sus ojos le exigió de alguna manera la verdad, y pensando en que no podía negársela-"me temo por desgracia que así es"...-
-"eso no me ayuda"-pensó en voz alta-"no hay nadie que me pueda decir que clase de hombre tiene la joya, y si son verdad sus suposiciones, alguien le pondrá sobre aviso de los movimientos de palacio"...-
Yuriy se puso de pie considerando prudente el dejar el tema, debido a la expresión de Hiromi supo que por más que quisiera averiguar, no obtendría nada más de la castaña.
-"me retiro, cortesana"...-Yuriy se puso de pie y beso la mano de la chica
-"tenga cuidado general y suerte"...-
Emprendió el viaje de regreso.
Después de casi una hora de camino por fin llego a palacio, se retiro a su habitación sin comentar nada con nadie, quito su saco y lo arrojo descuidadamente sobre una silla, observo a través del ventanal, y miro con recelo la luna, su día al parecer normal, se había vuelto agitado y frustrante, sobo un poco su sien meditando lo próximo que haría, había muchas posibilidades pero debía escoger la mas practica y eficiente, cansado de dar vueltas al asunto, miro su cama, tal vez un poco de sueño le ayudaría a aclarar su mente, se tiro en su cama sin molestarse en cambiar su ropa y cerro los ojos, después de un rato cayo profundamente dormido...
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Seguía maldiciendo, la hora no podía conciliar el sueño, a pesar de que este quería vencerlo, cada que cerraba los ojos esa mirada carmesí aparecía en su mente, esos ojos penetrantes que repugnaban su tonto mundo, había caído bajo el embrujo de aquella mirada, y es que como olvidar algo que solo pensabas tener en sueños, eso le mataba le torturaba y le molestaba. Además de que se regañaba, por la situación debía preocuparle mas el incidente en el baile que una mirada, pero no podía evitarlo, el baile de esa noche solo provocaba que esa mirada se volviera mas poderosa, y algo aterradora...Suspiro cansado y algo molesto había rondado en su habitación como un león enjaulado, sintiéndose aprisionado por las paredes de su habitación, en un ultimo intento se dejo caer de la cama, quejándose, y poniendo su brazo en su frente intentando acallar todo pensamiento. Cansado de combatir con la almohada, se levanto de la cama, coloco una suave bata de seda cubriendo todo su cuerpo, salió por el pasillo ahora oscuro de palacio y camino hasta los jardines, cerezos se encontraban floreciendo en esa noche cálida, decidido a relajarse saco las suaves san dalias y dejo al pasto rozar la planta de sus pies, se detuvo y mío la copa de los árboles pétalos caían deleitando al joven príncipe, su cabello largo negro, era suavemente acariciado por el viento, a la vez arrullaba los suaves pétalos de sakura alrededor de el.
Sintiéndose enormemente relajado permaneció debajo de uno de los tantos árboles, dejando a su mente olvidar todo lo aquello en esa noche ocurrido. Se sentó y cerró sus ojos por fin, dejando que lo único que escuchase su cabeza fuera el sonido del viento en las ramas de los árboles.
Cerro sus ojos y paso parte de la noche ahí, cuando por fin su mente se hubo calmado y el sueño esta vez ganaba la batalla, decidió que lo mejor era volver a la cama, había olvidado por completo aquello ojos, y por fin se sentía en paz, su carácter tranquilo y calmado había vuelto.
Se levanto del tronco del árbol, y comenzaba a caminar hacia la enorme puerta que daba a palacio cuando algo le sorprendió, vio una figura caer de uno de los árboles, adquirió una pose de defensa coloco su mano justo frente a el y dio un ligero salto hacia atrás, al principio vio una sombra, cuando una nube se aparto de la luna, la luz se filtro por las ramas dejando ver un poco la identidad, del desconocido, una larga pashmina blanca se encontraba envuelta en su cuello caía por sus hombros hasta la mitad de sus muslos, llevaba un pantalón entallado de color azul, una camiseta holgada junto con un extraño saco de mangas cortas ((chamarra)) llena de prendedores, y broches algo llamativos, sus manos tenían unos guantes de que solo cubrían la mitad de sus dedos, le daba la espalda sin permitirle ver sus facciones.
Rei brinco al encontrarse tan sorpresivamente con un extraño, su aura parecía extraña era un tipo serio, su energía no era común y eso le decía el aura que despedía su ser, se quedo estático pero sin bajar la guardia, mirando algo confuso la situación...
-"quien eres?"...-susurro el joven Rei
Aquel extraño volteo sin decir palabra alguna, sus ojos lograron confundir al joven príncipe, haciendo saltar su corazón, no, nunca podría olvidar aquella mirada fría arrogante y pasiva.
La pashmina cubría la mitad de su rostro dejando ver solo, unas curiosas marcas azules que Rei no logro distinguir muy bien, su cabello azul bicolor brillo de extraña manera, al igual que sus hermosos ojos carmesí.
Se perdió en aquella imagen mientras el viento mecía el cabello de ambos, Rei se sentía hechizado, algo había en aquel extraño que llamaba su atención, aquel misterio era algo incitante y amorfo, pasional y quimérico, etéreo y demoníaco, aquel extraño parecía ser todo, una imagen de lo perfecto.
Casi olvida respirar, mas lo recordó al ver al extraño hacer un suave movimiento, levanto su mano y su dedo índice quedo dirigido al cielo, mientras escucho suavemente el susurro de su voz
-"la luna"...-
Aquella voz le provoco un escalofrío enorme por toda la columna terminando en su nuca, como era posible que un ser con un aura tan mágica poseyera una voz áspera e inexpresiva, algo terrorífica y caótica.
Sin saber exactamente por que obedeció la seña de aquel extraño y miro el cielo, ubico rápidamente la luna, mostrándose, como un gran ovalo semi deforme, brillante de un blanco nácar como en pocas noches se observaría, lo que mas llamaba la atención era ese sutil contorno rojo que parecía hacer la luna.
-"luna Menguante"...-susurro el futuro soberano, afirmando la fase lunar
-"llena"...-susurro el extraño
Por alguna extraño razón sintió un enorme mareo, el suelo bajo sus pies comenzó a moverse, y su vista se nublo disminuyendo considerablemente su visión, sus pies parecieron perder toda fuerza, mientras su vista intentaba enfocar al extraño, una sonrisa torcida fue lo ultimo que vio de el, le pareció verlo moverse mas no estuvo seguro, ya que todo en esos momentos giraba sin su autorización, sus ojos se cerraron de golpe mientras el caía abruptamente en dirección al suelo, la ultima sensación que pareció percibir fue a alguien sujetándole, junto con un delicioso y delicado aroma a olivo después de eso todo quedo negro.
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-"Yuriy Yuriy"...-
Se despertó alarmado, saltando sorpresivamente de su cama, aquel llamado había logrado despertarlo mas de quien era, las sombras de la habitación se mostraban amorfas, los ojos de Yuriy tuvieron que tomar un tiempo para acostumbrarse a falta de luz, toco su cabeza ubicando todo a su alrededor, abrió los ojos llenos de sorpresa al percatarse de algo, algo simplemente escabroso, la presencia de su pupilo se debilitaba a cada segundo que corría, se levanto de la cama y corrió a las habitaciones principales subió, los escalones de marfil hasta llegar a el pasillo, al final de este una enorme puerta de madera ya hacia entre abierta, su sangre se congelo, sus ojos se entrecerraron y sus manos temblaron.
"Maldición, maldición,"
Arrojo lo mas lejos que pudo la puerta, y dejando ver de lleno la habitación, que para su infortunio se encontraba vacía.
Salió a toda prisa de ahí, corría lo mas rápido que podía, fue cuando se paro en seco, al sentir la presencia de su pupilo desaparecer, sus ojos temblaron y se estrecharon al sentir ello, y como si una ilusión se formara ante sus ojos, lo vio, el espacio a su alrededor se volvió negro, sin nada al parecer, un suave pétalo de sakura cayo justo frente a sus ojos, seguido de muchos mas, la silueta de su pupilo se apareció en medio de ellas, justo de espaldas a el, vio una gran llamarada aparecer en frente de Rei, y quemar todas las sakuras que le rodeaban acercándose acechante al joven príncipe, sintiéndose aterrorizado, al ver a esa gran llamarada dejando a su paso una lluvia de sakuras incendiadas, y sobre todo al ver a Rei caer con los ojos cerrados.
Se obligo a despertar ahora sabia su dirección aquella ilusión le había dado la ubicación exacta de su alumno, el fresco aroma, los cerezos, la frescura del ambiente, todo, no podía equivocarse, Rei se encontraba en el jardín.
Bajo lo más rápido que pudo, por las escaleras se abrió paso, hasta llegar al jardín, miraba a ambos lados buscando a su pupilo y amigo. Cada segundo cada minuto su preocupación se volvía terror, si algo le pasaba a Rei nunca se lo perdonaría.
-"Rei?...Rei?...Rei"...-
Detrás de el árbol con el tronco mas alto, ancho, y frondoso, aquel suave aroma a cerezo, invadió sus sentidos, rodeo el árbol, vio un cuerpo delgado cubierto con un suave cabello ébano, de apariencia sedosa, corrió en su auxilio y le tomo suavemente en sus brazos, acurruco el suave rostro del neko, acaricio el rostro del chino y verifico sus signos vitales, quito un mechón de cabello de su frente, respiro aliviado, al notar que solo se encontraba inconsciente.
Aprovechando, la soledad del lugar, Yuriy presiono el cuerpo del príncipe contra el suyo, y beso suavemente su mejilla, le tomo en sus brazos y lo condujo a su habitación.
Lo deposito, lentamente en la cama, y le miro dormir por un rato, cuido sus pasos al salir, y volvió a su habitación, pronto amanecería.
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Los molestos rayos de sol invadían su rostro, los pájaros trinaban de una forma demasiado molesta, viendo interrumpido su sueño, lo único que hizo fue, terminar de despertarse se estiro un poco y bostezo para relajarse un poco. Se lavo y comió algo..
Comenzó su travesía, recorrió de nuevo el sendero, que llevaba al pueblo, mas esta vez observo desde una colina cercana, dándole una amplia visión de todo lo que era el pueblo...
Las ruinas incineradas del castillo, le sorprendieron, como lo había dicho el cantinero de la taberna, una enorme figura de un fénix, era lo que formaban las cenizas en el centro de lo que alguna vez fue el castillo, algo impresionado por aquella marca, se dirigió de nueva cuenta al castillo, una sonrisa alegre y desafiante se pinto en su rostro mientras sus pies lo llevaban de regreso al pueblo consternado.
Llego a su destino y miro a varios pueblerinos, alrededor de los restos del castillo, su capa color café claro, ondeo un poco al detenerse junto a un pueblerino que organizaba a los demás, para ayudar a recoger los escombros restantes...
-"Que sucedió aquí?"...-pregunto intentando parecer alguien que no sabia nada de lo ocurrido, el organizador le miro algo extrañado mas sin ninguna premura le contesto:
-"el ladrón del fénix asalto nuestro castillo y se llevo, la llave de la guardia del ojo del tigre"...-
Algo confundido, sin saber exactamente de que hablaba el aldeano siguió interrogando
-"el ojo de tigre? que es eso?"...-
-"no lo sabe señor?"-dijo de vuelta el aldeano, pareciéndole algo increíble que no supiera de que hablaba, el joven agito su cabeza en seña de negación.
Ahora que lo observaba bien, el joven frente a sus ojos no parecía de los alrededores, su ropa desgastada, aquellos pantalones algo rasgados, y la capa que cubría sus ojos y su cabeza le daban un aspecto temerario, llego a pensar que se trataba de un ladrón pero desecho esta idea, si quisiese robarlo por que perder el tiempo en preguntarle cosas, obvias. Devolvió su vista al frente y siguió su relato
-"el ojo de tigre, es una joya que puede liberar un gran poder, eso dice la leyenda, nadie sabe que pasaría si las joyas de los 4 reinos principales, se unen"...-
Una suave brisa llamo la atención del aldeano, el viajero había desaparecido.
Había caminado rápidamente entre la multitud y se había perdido, las palabras del pueblerino retumbaban en su cabeza, era algo interesante ese ladrón podía significar un reto, si es que sabia el secreto de la joya del ojo del tigre y era mucho mas peligroso, si ya tenia alguna piedra mas en su poder, si quería llevar a cabo su plan tenia que llegar rápidamente, entro en un callejón, cercano, y sin aviso desapareció...
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Los rayos de sol golpeaban su cara, le intentaban despertar , antes de abrir los ojos miles de imágenes revueltas, aparecieron en su cabeza revolviéndola en un mar turbio de emociones encontradas, mas una ultima fue la que le hizo despertar de repente, un joven de espaldas a el, que lentamente comenzó a voltear dejando ver su ropa extraña, con el rostro cubierto, dejando solo a la vista sus ojos hermosamente carmesí, aquella mirada pareció agrandarse provocando una gran confusión y sorpresa en el heredero.
Se levanto abruptamente de la cama, sin saber en realidad el por que, sobo un poco su cabeza y la agito levemente intentando saber que pasaba mas lo único que lograba recordar era su ultima acción, se había dejado caer perezosamente en su cama después del baile.
Se detuvo un poco, por una extraña razón aquella simple respuesta no le dejaba tranquilo tenia la impresión de que algo más faltaba, pero que era.
Un leve toquido había llamado su atención, uno de los sirvientes de palacio había llegado a informarle que el desayuno estaba listo, se levanto de la cama y cuando se iba a apoyar en el suelo, un suave temblor en sus piernas mas un casi imperceptible mareo le incomodaron, tomo asiento en la orilla de la cama, y respiro profundamente intentando hacer desaparecer aquel malestar, abrió sus bellas orbes ambarinas, lucían cansadas y algo aturdidas, mas comenzaban a mostrar un leve brillo de tranquilidad.
Rei comenzaba a sentirse mejor.
Se vistió como de costumbre, y bajo directamente al enorme comedor, vio a su anciano padre sentado, con ese porte real, esperándole listo para comenzar su desayuno.
Rei se acerco a el y propiamente reverencio a su padre como era debido.
-"buenos días padre, espero haya dormido bien?"...-sonrió
-"buenos días hijo"...-devolvió el saludo-"y en verdad con el asunto de ese ladrón, no mi querido hijo, mi noche no ha sido placentera"...-termino algo cabizbajo el rey
Rei se sentó a su lado y tomo su mano en señal de apoyo,
-"ha pensado que es lo que se hará?"...-
-"sí lo único que me queda hacer es dejar a Yuriy a cargo del ojo de tigre"...-dijo resignado el anciano
Rei miro instintivamente al ultimo lugar de la mesa, siendo su maestro y tutor el siempre debía permanecer a su lado, miro en el rincón en el que Yuriy solía esperar a que terminara su desayuno, mas en aquella mañana fría el joven pelirrojo no estaba.
Esto le extraño y desconcertó, definitivamente estaba seguro de que Yuriy no podía haberse quedado dormido, eso nunca pasaba, Yuriy era demasiado responsable como para que le sucediera algo tan ridículo, definitivamente algo no estaba bien.
-"y ya ha encomendado esa misión a mi tutor?"...-dijo Rei volviendo su atención hacia el anciano rey
-"no, esperaba verle esta mañana mas el mando decir que haría todo lo posible, por evitar que el ladrón del fénix robara la joya, y por lo que se ahora esta investigando en la biblioteca, al parecer llamo mucho su atención el pequeño incidente de la carta"...-
La mirada de Rei se volvió intrigante, y especúlate, tomo uno de los cubiertos en la mesa y comenzó a comer, sin volver a cruzar palabra con su padre, ciertamente el ladrón del fénix pagaría muy cara aquella intromisión y burla en el palacio de su padre.
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Había entrado dentro del callejón después de que el aldeano le había informado acerca del próximo, posible ataque del ladrón de fénix, simplemente esto para el simbolizaba un reto enorme, no podía permitir que alguien mostrara mas supremacía que él. y si sus sospechas eran lo que pensaba, seria un juego muy peligroso
Una sonrisa torcida se pinto en sus labios, lentamente llevo sus dedos a ellos y los junto justo encima de su boca, exhalo una gran bocanada de aire y el sonido de un silbido retumbo en todo aquel callejón.
Un suave aleteo comenzó a escucharse a lo lejos, pronto la silueta de un ave de plumas plateadas se diviso a lo lejos, al acercarse comenzó su descenso en círculos planeando, aleteo un par de veces antes de posarse en la mano que gentilmente se ofrecía para ser su posadera.
El ave trino complacida al aceptar esa invitación, claramente se notaba que estaba muy a gusto, su amo sobo un poco su cabeza en gesto cariñoso, para después llevar su mano justamente a la capucha que había mantenida oculta su identidad.
Sus hermosos ojos lavandas brillaron al sentir el sol, su cabello del mismo color se acomodo gracilmente en su cabeza, haciendo un gesto tranquilo ayudo a un poco a que algunos mechones rebeldes volvieran a la posición que el deseaba, dejo ver aquello guantes de medio dedo de color café oscuro, una camisa blanca holgada y un pantalón holgado de color carmín, unas botas altas hasta la mitad del muslo complementaban su atuendo haciéndolo parecer un simple vagabundo.
-"parece que tenemos trabajo Falborg..."-susurro el viajero
El ave trino, un halcón bastante grande para los de su especie a simple vista se podía denotar la majestuosidad del ave, sus rasgos no diferenciaban de los de cualquier halcón promedio, pero su tamaño era lo inusual, aquel plumaje plateado le hacia ver único, y aquellos ojos relampagueantes, muy semejantes a los de su dueño confirmaban la verdad de su educación.
-"si, al parecer tenemos que hacer una cita con el 'ladrón del fénix'"-dijo rascando la cabeza del ave-"tenemos trabajo"...-acerco al ave hasta quedar a la altura de su orificio que servia como oído.
El ave lanzo fuerte graznido, en seña afirmativa, extrañamente su cuerpo pareció volverse gaseoso comenzando por sus alas.
Parecieron diluirse, y aquella nube gaseosa en la que se había convertido la gran ave, comenzó a moverse en espiral.
De un gran salto que dio aquella nube, se coloco en la espalda de aquel joven volviéndose unas hermosas alas y este levanto el vuelo, alejándose de aquel callejón.
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La biblioteca era demasiado oscura, tomando en cuenta de que el sol brillaba a fuera de palacio, su única compañía la luz tenue de una vela era su única acompañante y amiga, buscaba preocupado por todos lo rincones de todo aquel lugar, una enorme fila de libros desacomodados y tirados en todo el suelo de la biblioteca, se veían causando una gran impresión de desorden, mas eso poco o nada le importaba al joven maestro pelirrojo...
-"demonios, se que nadie puede dominar de tal manera el fuego"...-susurro malhumorado el pelirrojo
Sus ojos brillaron llenos de incertidumbre, el reflejo de la luz de la vela le daba una apariencia algo mística a su semblante, aquella sensación de preocupación no se alejaba de él, era algo extraño y misterioso, no solo era el simple hecho de aquel poder que se había desatado en el palacio, no era algo mas podía sentir una sensación corriendo por toda su espina, lo que le producía un escalofrío horrible, producto de su sensibilidad a situaciones tan poco usuales, su propio instinto le ponía sobre aviso de algo que parecía ser mucho mas peligroso de lo que hubiese visto. Volvió a tomar un libro polvoso de la hilera y casi azotándolo sobre la mesa lo abrió y examino...
El brillo de la vela era lo único que se reflejaba en sus concentrados ojos, leía presurosamente buscando lo que el deseaba, hojeaba los libros de forma rápida y apresurada, mas aun así no obtenía ni la mínima pista de algo claro
-"se que no cualquiera puede hacer lo que ese ladrón hizo, sus intenciones son muy serias, incluso a mí, me costo mucho trabajo evitar la catástrofe que hubiera podido causar aquella carta, si no la hubiera contenido ahora todo el pueblo estaría hecho ruinas, debo pensar en algo rápido"...-
Yuriy junto sus manos dejando sus codos recargados en la mesa y permitiendo que sus manos fueran las que rozaran sus labios, no pudo evitar sudar cuando ese miedo le invadió al solo pensar las grandes tragedias que ocurrirían al enfrentarse a un enemigo tan poderoso, pensó que aquel ser debería destacar en lo inusual, ninguna persona antes conocida por él, había podido hacerle sudar de aquella manera, no solo era su representación, aquella firma, no era una actitud altanera como lo había pensado en un principio, por el contrario, aquel ladrón no solo vendría por la joya había lanzado un claro desafió, no solo quería robarla, quería infundir miedo en el transcurso de su travesía, solo una persona lo suficientemente capaz se atrevería a algo así, teniendo la plena seguridad de que saldría victorioso...
-"debo hacer algo a prisa"...-
Yuriy se levantaba de aquel escritorio en el que leía, pensado en todos los sucesos de la noche, después del baile había visto a Rei muy cansado, su semblante había cambiado por un semblante mas enfermo, se había retirado a su habitación sin querer hablar con él, el rey por su parte no había dejado que el mismo fuese a ver el estado de su pupilo, después de calmar un poco la preocupación del rey, y después de hablar con la corteza, volviendo a palacio, había intentado dormir sin mucho éxito, pensó en demasiadas cosas, una de ellas el simple hecho del estado de Rei, era un chico especial con un poder único, era mucho mas sensible que el, toda clase de energías, sobre todo energías negativas solían causar mucho daño en Rei, fue cuando recordó el incidente en el que había encontrado a Rei tirado en uno de los jardines de palacio, haciéndolo llegar a la conclusión de que Rei había presentido, inconscientemente la nueva amenaza que se acercaba, ese motivo era lo que lo había hecho saltar de la cama, y salir a toda prisa, fuese lo que fuese que ahora amenazaba el palacio era su deber evitarlo. Una extraña mirada nostálgica se pinto el ojos de Yuriy junto con un tinte de dolorosa amargura, se quedo quieto con sus manos aun apoyadas en el escritorio...'no puedo permitir que Rei muera'
-"no quiero volver al pasado"...-
Susurro esas palabras, pensando en voz alta , los libros fueron los únicos testigos mudos de la tristeza que destilo su mirada en esos instantes...
Salio algo cansado de la biblioteca, tallo un poco sus ojos cansado, desde el pequeño incidente de Rei había estado en la biblioteca buscando respuestas. Y aunque no pudo hallar algo en concreto se dio cuenta de una cruel revelación, si dejaba correr mas tiempo la vida del príncipe podía correr peligro...
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Desayunaba amenamente con su padre, ensimismado debido a los últimos acontecimientos en palacio, aquella tragedia definitivamente le hacia perder el apetito, por el momento solo se dedicaba a ver la comida con mala cara, pensando en una solución para algo así, entre todos sus revueltos pensamientos sobre la noche, que aquella mirada rubí surgió de lo mas profundo, por un momento la repudio hasta que su propio instinto le toco una alerta, justo después del incidente de la carta, había visto aquella mirada rubí, concentrándose en aquella visión del pasado encontró algo inusual, aquella mirada lucia diferente de las demás, era cierto, pero aquella mirada tenia algo extraño, y una pregunta se formulo rápidamente en su cabeza, por que en aquella mirada no se mostraba la sorpresa por la situación, por que esa mirada parecía tan tranquila en una situación de peligro como esa, cerro sus ojos para ver mas claramente esa imagen en su cabeza, ahí fue donde la vio una mirada, falta de miedo o sorpresa, por el contrario una mirada, divertida y expectante, calculadora y fría, como si esa mirada fuese dueña de la situación...
-"disculpe joven príncipe, se le ofrece algo mas?"...-
Rei brinco al escuchar la voz del criado que se había acercado, levanto la vista débilmente, viendo al sujeto, un hombre mayor, encorvado y calvo, su rostro lleno de arrugas le impedía ver a Rei con claridad sus ojos, sus parpados se hallaban caídos, y su cuerpo se encorvaba con facilidad, pero algo mas fue lo que llamo la atención de Rei al anciano, podía sentir algo sentir, una emoción, algo fuera de lo común, una extraña sensación que le causo un mareo involuntario.
-"Esta bien, joven príncipe?"...-
El anciano se acerco y tomo a Rei del hombro, el volvió su mirada furica, todos sus sentidos se alarmaron a su toque, sus ojos se estrecharon peligrosamente y sus pupilas se rasgaron en forma de amenaza, su piel erizo y sus manos se tensaron al tacto, ahora que hacia memoria nunca antes había visto a ese anciano en palacio, agudizo sus ojos y sus pupilas se dilataron, la habitación desapareció a su vista solo la figura del anciano quedo en ella, un vapor extraño podía ser percibido por Rei, enfoco un poco mas siendo discreto, un aura rojiza se formo al rededor del anciano pasando de tonalidades violetas a rojizas, formando un alo luminoso y amorfo alrededor del viejo. Recordó rápidamente una de las lecciones de su tutor, si no mal recordaba solo un buen hechicero podía crear una ilusión tan buena que pasase casi por real, sin duda alguna aquella aura era la energía que mantenía la farsa, pero quien demonios era?
Se levanto de golpe de la silla arrojando al anciano lejos de si, sus manos se colocaron cerca de su pecho, las mantuvo a una distancia, pequeña palma con palma cerro los ojos y se concentro, una pequeña esfera de energía blanca se formo en sus manos, esta fue creciendo mientras cambiaba a un color verde, arrojándola directamente al criado y haciéndolo retroceder dando un salto, todo ello lo hizo en una leve fracción de segundos, desconcertó a su padre al cometer acto tan repentino, aquella esfera fue claramente un ataque de distracción, aprovecho el momento para tomar una nueva posición justo delante de su padre, sabia que era viejo y que no podría correr para huir, así que el tendría que protegerlo.
Los pensamientos de Rei fueron interrumpidos por una risa, que se escucho en todo el lugar, volvió su mirada al criado, se hallaba en medio del salón, estático, su aura se volvió repentinamente roja y visible, ahora no solo Rei podía percibirla, noto el semblante de su padre al ver algo así, ciertamente era un aura poderosa, pero no intimidante para Rei, un frío viento soplo abriendo de golpe todas las enormes ventanas del comedor, aquellos enormes ventanales, se abrieron, como si cediesen paso a algo mucho mayor, el viento se movió en remolino justo en el lugar de criado, mientras aquella risa se hacia cada vez mas sonora, la boca del anciano se torció y por breves instantes, se pudo notar la vivacidad de su aterradora sonrisa...
-"puedo ver que el joven príncipe es muy astuto"...-
Aunque sus palabras no fueron gritadas, el viento pareció acallar, solo para que su voz se escuchara, el viento soplo con mayor fuerza al anterior y Rei tuvo llevar su mano hacia al frente de su rostro para evitar el golpe del viento por completo, y poder seguir observando, 'imposible' pensó cuando llamas parecieron desprenderse desde sus pies, levantándose en un remolino de fuego que rodeo por completo al intruso, repentinamente el fuego cedió dejando solo una nube de humo y ceniza roja que flotaba alrededor de él. Su pashmina termino por acomodarse cayendo suavemente como cascada, orgulloso arrogante y retador, de un cuerpo esbeltamente bien delineado, piernas firmes, y condición atlética, fijo sus orbes rubí en los presentes pasando una breve lista, deteniéndose justamente en Rei, mirándolo indiferentemente...
El mundo cayo a su espalda cuando esos ojos se clavaron en el, aquella mirada, sus ojos temblaron confundidos, aquella mirada, aquella que le había fascinado, aquella que intento negar por breves instantes, era la misma mirada de su enemigo, la confusión comenzó a bombardear su cabeza, discutía consigo mismo diciendo que era algo completamente ilógico y sin sentido, en ningún momento pudo apartar la mirada de esos ojos, se sentía dominado, fuese quien fuese el dueño, no podía resistir esa mirada, altanera y posesiva, llena de un fuego que comenzaba a quemarle, ahora inevitable, no podría mas contra la verdad, la mirada que le había cautivado la noche anterior en el baile era la mirada de un ladrón.
Se sintió realmente extraño al ver al joven príncipe, pudo leer en su mirada el que le había reconocido, algo que por instantes le turbo, si mal no sabia había pasado completamente desapercibido la noche anterior, pero ahora que veía al joven príncipe reaccionar así, ya no se encontraba tan seguro, por cualquier motivo eso no tenia que ser suficiente para distraerle de su misión, recordó que su principal objetivo era, infundir temor en lugar, lanzar el desafió que le permitiría llevar a cabo sus planes. Miro afanosamente al príncipe retándolo con la mirada, levanto su mano a la altura de su hombro dejando la palma hacia arriba, un fuerte sensación de calor corrió por su cuerpo y una suave brisa movió sus cabellos, justo en su mano, plumas rojas comenzaron a nacer, formando una fuente que se elevaba hacia lo alto, ascendían todas en un remolino, hasta que por fin cuando la primer pluma llego a la altura deseada, esta se detuvo, deteniendo así el trayecto de las demás, parecieron flotar unos instantes suspendidas en el aire, rápidamente todas se juntaron entrelazándose, y formando un fino polvo de color rojo, que en instantes se materializo en una espada.
Su mirada aun confundida dio paso, a un nuevo sentimiento de indignación y molestia, con su mirada le había desafiado, observo su mano y vio como con su magia formaba aquella espada mágica, sus pupilas se contrajeron inevitablemente, y el color siempre ambarino de sus orbes brillo en un dorado intenso, un sentimiento de furia le hizo apretar los puños, una molestia con aquel ladrón, y una molestia con el mismo, analizo rápidamente la situación al mirar atrás y ver a su padre justo detrás de el, observo con cautela como la mano de su padre se dirigía a su cinto justo a la empuñadura de su espada, por muy bueno que fuese su padre en el arte de la esgrima, jamás podría contra el poder de un hechicero, movido por su instinto Rei se movió rápidamente arrojando a su padre al suelo, dejándolo a una distancia considerable de el, su ceño se frunció, e imitando al ladrón coloco su mano a la altura de su hombro. Estaba muy equivocado si el creía que era la única persona capaz de utilizar energía en el palacio, el aura de Rei creció de manera impresionante formando varios rayos que emergían de su cuerpo, formando ondas al rededor de el, sujeto su muñeca con la mano libre y toda su aura pareció concentrarse en la palma de su mano, todos rayos emergentes de su cuerpo comenzaron a reunirse en su palma, para que desde la base de ella, los rayos se materializaran en una espada semejante a la de su contrincante.
Fracciones de segundo fueron las consumidas en el proceso de las espadas todo sucedió muy rápido y ahora Rei se lanzaba en contra de el ladrón, sin mas el le hizo frente y le detuvo con su espada, ambas espadas relampaguearon mostrando por leves instantes sus verdaderos cuerpos, la espada del ladrón pareció volverse una flama, al igual que la de Rei pareció mostrar un rayo, para casi de inmediato volver a verse como 2 espadas normales, el choque de ambas provoco una onda expansiva que se extendió por el piso, Rei observo el aura de su atacante, que iba en aumento al igual que la suya. Simplemente era imposible, aun se negaba a creer que todo lo que había visto en la mirada de ayer, se resumía a un simple ladrón, tan cegado estaba por la furia que olvido la lección mas importante que su maestro de había enseñado, 'nunca subestimar a un enemigo' como era posible que aquella belleza fuese simplemente una ilusión, que intentara matarlo, una suave voz dentro de el hablo susurrantemente, diciéndole que toda aquella furia simplemente era por que esa mirada seguía encantándole a pesar de todo, seguía haciéndole sentir extraño, lleno de un sentimiento que aun no podía descifrar y que tal vez nunca descifraría. Inevitablemente perdió concentración en su batalla, algo que no paso desapercibido para su oponente, el ladrón lanzo una patada directa hacia el estomago del príncipe, gracias a sus increíbles reflejos Rei le evito por poco.
-"me niego a creerlo"...-susurro Rei
El ladrón sintió un despliegue de poder proveniente del joven príncipe su aura se elevaba de un modo alarmante dando el toque de retirada, correspondió el aura del príncipe y el choque de ambas , provoco que ambos cuerpos salieran despedidos por los aires, el ladrón logro hacer de una fea caída, un precioso aterrizaje. Su cuerpo giro completamente 180° para caer de pie cerca de una ventana, comenzó reír de una forma siniestra.
-"será muy divertido convivir con ud. alteza..."-dijo sarcástico mientras una nube de vapor emanaba de sus pies hasta cubrirlo por completo-"faltan 4 días para luna llena"...-hablo entes de desaparecer por completo
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Aclaraba su cabeza mientras caminaba por uno de los pasillos, cuando sintió una brisa caliente que emanaba frente de si, una esencia poderosa que le advirtió el peligro, sus pies se movieron al identificar el lugar del que provenía, el comedor, abrió la puerta del comedor de golpe, la imagen le impacto un poco, la mesa del comedor completamente volteada, la comida regada, el rey tirado en el suelo, y Rei de rodillas muy agitado y pálido.
Vio al joven príncipe en aquel estado y se acerco muy preocupado a el. se arrodillo a su lado y le tomo por los hombros, preguntando con sus bellos ojos árticos 'que había ocurrido?'
-"el...estuvo...aquí"...-dijo muy agitado Rei
-"imposible"...-
Ahora confirmaba su mayor sospecha aquel misterioso ladrón no seria una presa fácil de cazar, mas cuando esa presa era tan escurridiza como para haberse ocultado de el.
El rostro de Yuriy frunció su entrecejo algo preocupado, sin notar que un par de ojos le miraban
-"así que el gran hechicero Yuriy Ivanov trabaja en este castillo"...-susurro aquel ser mirando lleno de odio al joven pelirrojo desde las afueras de uno de los ventanales de palacio
n/a
kanna: huuu las cosas se ponen interesantes, nee? aunque creo que están algo confusas no, aun quedan muchas dudas al aire, con respecto al ladrón del fénix no? todos sabemos quien es o no? pero mi querido neko descubrirá que ese ladrón es mas de lo que aparenta, Yuriy es un bello hechicero muy astuto por lo que vemos a poco no? es un general y tutor muy responsable, y esa responsabilidad la adquirió de un lugar en especial, por el momento aun quedan demasiados acertijos que resolver el más intrigante con respecto a las joyas.
Espero no aburrirles y sobre todo espero y disfruten el Cáp. después de todo por eso lo hago, quiero mandar unos saludos muy especiales a ciertas personitas que espero y sigan por aquí, mi querida Gabz, ya volví y esta vez para quedarme, espero verte muy pronto y ojala podamos charlar un poco, gracias por ese apoyo gracias a ti recupere mis ganas de escribir, el otro es para mi querida Roquel: nee-san ojala te guste este fic ya que va dedicado a ti, con mucho cariño .n, vale preciosa?
Bueno esperando unos cuantos comentarios de su parte, les quiere mucho la loka neko-jin
((Kanna))
Ch.ka: y ahora si me dejas fuera no?
kanna: no querida conciencia n.nU
ch.ka: en fin, pero volveré!
