Squared Root
Kaira caminó con paso firme a través del aeropuerto. Allí localizó a uno de sus compañeros de vuelo, el vocalista de la afamada banda que tanto éxito había alcanzado se encontraba sentado casualmente mientras leía un manga. Tomó asiento a su lado y le saludó sin mucha emoción.
¿Dónde están los demás?-
Han ido al sanitario, no tardan.- se conformó con oír eso. El resto de la banda estuvo de vuelta pronto. Los chicos rieron e hicieron llamadas mientras esperaban el inicio del abordaje. Ella mientras tanto, tecleó los primeros esbozos genéricos de lo que sería el informe de la gira.
El cielo nublado pronosticaba problemas climáticos de los cuales esperaban poder alejarse pronto, pero en el fondo sabían que no sería posible. Aun así, abordaron con calma. Ella continuó tecleando incesante. A su alrededor, por encima del zumbido de los murmullos pudo escuchar el sonido de una canción que conocía bien, y no pudo evitar cantarla por lo bajo.
Perdón, ¿decías algo?- inquirió el guitarrista retirándose los auriculares.
¿Eh? No, sólo… La canción que oyes, la conozco, estaba tarareando.-
¿Hanabi - Episode II?-
Exactamente…- sonrió y observó la pantalla del ordenador.
¿Estás preparando el informe? Pero si no hemos despegado…-
Sólo redacto algunas cosas genéricas para no olvidarlas luego…- El chico fijó su vista en la ventana.
Oh… Está lloviendo…-
Nos tomará un largo rato despegar…-
Mientras tengamos música y algo que leer, no hay nada que temer.-
Tienes razón.-
El tiempo pasó, la lluvia amainó y el despegue fue autorizado. La nave se alejó del país del sol naciente con rumbo a tierras lejanas. Tras largas y extenuantes horas, el viaje acabó, al menos, en parte. Era la primera parada de la gira. Kaira observó las luces de la ciudad a través de los cristales del auto y respiró el aroma de la ciudad brevemente. A su lado, Kai corroboraba la agenda para el día siguiente.
Han sido generosos con el tiempo que nos han dado para dormir.-
Había previsto un retraso debido a lluvias, así que lo programé en un tiempo prudente.- el líder le dedicó una sonrisa cansada que ella correspondió casi sin darse cuenta.
Todo comenzó como un sueño, como algo que solo se ve en las producciones televisivas o cinematográficas. Entre sonrisas y breves conversaciones que iban desde el extremo del coqueteo hasta el extremo de lo embarazoso, las semanas transcurrían con el guitarrista metiéndose cada vez más en la mente de Kaira. Y no sólo ella comenzaba a notarlo.
Kaira, dime algo.- instó Kai a su lado durante la preparación para el último concierto de la gira.
Lo que quieras.-
¿Te gusta Uruha?- Ella se quedó pasmada. Habían pasado tanto tiempo juntos, sentía tanta afinidad, que definitivamente, la respuesta era afirmativa.
Sí.-
¿Quieres que se lo diga?-
¿Qué? No, ¿por qué? … ¿Yo le gusto?-
Se lo preguntaré.- Ella le tomó del brazo
¡No! ¿Qué haces?-
Quieres saber, así que…-
¡No lo hagas!- el baterista rió abrazándola.
Dame una razón para no hacerlo.-
… Yo misma puedo decírselo.-
Entonces hazlo.-
… Pero… Yo… se lo diré luego.- El baterista le dio una sonrisa traviesa antes de partir.
El concierto fue incluso mejor de lo esperado, el equipo estaba satisfecho y orgulloso. La celebración no se haría esperar. El ambiente de euforia brindaba calidez al cuerpo frío de Kaira. Todos estaban inmensamente felices, y el guitarrista se acercó para abrazarle.
Qué bueno que estás aquí…- susurró mientras la sostenía.
Eres genial, realmente talentoso, simplemente increíble.- él acortó la distancia entre sus rostros.
¿En realidad piensas eso de mí?-
Sí… Pero no eres tan guapo como dicen.- le dedicó un gesto de inconformidad que provocó una sonora carcajada por parte de la chica.
Eres como Rusia, fría y difícil de conquistar.- dijo apartando la mirada mientras la ceñía a su cuerpo. Se ruborizó. – ¿No es así?- Kai se acercó a ellos.
Hey, ¿tienes la tarjeta de la habitación?- Uruha asintió, extrayendo su billetera para entregar el objeto que el baterista solicitaba. – No puede ser, ¿aún usas esa cosa vieja? ¿no te da vergüenza?- observó riéndose de su amigo.
¡No tiene nada de malo!- Kaira quiso tomar la billetera de entre las manos del guitarrista, que terminó rodeándola con sus brazos mientras forcejeaban tiernamente.
… Kaira, ¿te gusta Uruha?- la pálida tez de la chica se tornó roja de repente.
…Sí.-
Uruha, ¿te gusta Kaira?- ella no quiso ver si asentía o negaba, siguió centrada en el forcejeo fingido. El baterista rió y se alejó, ante lo cual la chica cedió y se libró del abrazo, sin ser capaz de ver a los ojos de su acompañante.
… Creo que me iré, es tarde…-
¿Sabes? La música… suena mejor cuando estás aquí.- Antes de que pudiese contestar, Reita se acercó algo alcoholizado y les abrazó.
… Cómo los quiero… A ver, anímense, tienen una expresión tan tímida… ¡Una broma para romper el hielo! … Los dos se van de vacaciones a la playa… y vienen las olas… Uru dice… Amor, tengo una noticia buena, y una mala: Las olas se han llevado a tu madre. Kaira pregunta cuál es la buena… Y Uru responde… Esa, la mala es, ¡que la han devuelto!-
Qué mal gusto…- susurra Kaira.
Estás muy ebrio… ¿por qué no vas a tu habitación? Has hecho un buen trabajo, necesitas descansar…-
Tú no eres mi mami… Pero tú… Kaira…- Uruha apartó a Reita haciendo que se apoyara en sus hombros.
Vámonos, jovencito. Regreso en un momento…-
Yo… ya me voy a mi habitación. Gracias por todo.-
Está bien...-
La chica partió con una sonrisa en el rostro. Ella simplemente no podía dejar de pensar en la dulzura de las palabras y la expresión del guitarrista. En ese momento, incluso la luz que se reflejaba del exterior en el techo de la habitación le parecía maravillosa. Su lugar en el vuelo de regreso estuvo entre Ruki y Uruha, con un Kai que constantemente jugaba con su cabello desde atrás, ansioso por saber qué había sucedido. La chica no podía hacer más que dedicarle sonrisas tímidas. A su lado el guitarrista conversaba apaciblemente sobre el viaje, y ella le escuchaba gustosa, pero el cansancio comenzó a vencerle eventualmente. Sus ojos se cerraban por periodos cada vez más largos de tiempo. No tuvo demasiado tiempo para descansar, pues el aterrizaje se produjo más pronto de lo que imaginaba. Tras despedirse del equipo, tomó un taxi, pero alguien más lo abordó también.
¿Qué haces?-
Vamos juntos a casa.-
… ¿Hablas en serio?-
Claro que sí. Cuéntame lo que sucedió.- ella sonrió y le explicó brevemente lo que había ocurrido. – Oh, ¿en serio? Esperaba algo… más.- dijo mirando a la chica algo decepcionado. Pronto cambió esa expresión y la abrazó. – Gracias por tu trabajo duro. Te veo mañana.-
Las horas pasaron rápidamente, y el regreso al trabajo era inminente. Ruki se encontraba en el estudio para el momento en que Kaira llegó. Tras entregar su informe, se sentó a su lado.
Estuviste increíble en la gira, tienes mucho talento. Ha sido un placer trabajar contigo.- él sonrió.
Gracias. Oh, quería hacerte una pregunta… ¿Qué piensas de Kai?-
Es un gran baterista…-
Ah… Y, ¿sobre Uruha?-
… Es muy amable, encuentro agradable compartir con él.-
Han pasado mucho tiempo juntos… Eres una chica muy linda, ¿sabes?- Reita se hizo presente.
Oh… Por favor… Perdóname, fui una molestia la noche de la celebración… No sé qué te dije…-
No hay problema…-
¿Cómo pudiste ser descortés con la nueva novia de Uruha?- clamó Ruki.
¡No soy su novia!-
… Por ahora.- dijo Kai entrando. – Por cierto, ¿dónde están los guitarristas? Kaira, por favor, localízalos.- Ella obedeció y procedió a comunicarse con los miembros de la banda que no estaban presentes.
El trabajo continuaba permitiendo que Uruha y Kaira compartieran tiempo juntos, haciéndose cada vez más cercanos, mientras trataban de ignorar tontamente sus sentimientos, ante lo cual sus compañeros no podían más que propiciar sus acercamientos, con clara desconfianza en las habilidades de cortejo del guitarrista y la asistente.
Hey, Kaira, ¿harás algo en la noche?- inquirió Kai sentado a su lado mientras revisaban algo de papeleo.
No lo creo…-
Habrá una maratón de películas en casa de Ruki, ¿te gustaría ir?- ella aceptó. Kai se encargaría de llevarla allí.
Era una magnífica noche, fresca y despejada. La maratón dio inicio con una película de horror.
… Tengo hambre…- indicó Kai al término de la película. – Vamos por hamburguesas.-
¡Sí!-
Pero Kaira no tiene hambre, ella se quedará.- instó Reita. – Y alguien debería acompañarla, porque nunca antes ha estado en casa de Ruki.-
Sí. Uruha, ¿quieres que te traiga algo?- inquirió el vocalista.
No tengo hambre.-
Bien, vamos.- declaró Aoi levantando las manos mientras corría hacia la puerta principal como un cachorro emocionado por salir al parque.
La oscuridad reinaba en la habitación. La pantalla de la TV mostraba los créditos acompañados por música suave. La mano de Uruha recorrió tímidamente el brazo de Kaira hasta su mano para sostenerla. La llevó a sus labios para besarla, a lo que ella respondió acercándose. Recibió tímidamente los besos sobre sus labios. La puerta se abrió de súbito y los chicos cayeron al suelo.
¿Qué hacen?- preguntó Ruki con naturalidad, siendo el único que quedaba en pie. La pareja no respondió.
Todo fue asquerosamente dulce durante las primeras semanas. Las maratones de películas en casa de Ruki se hicieron costumbre, y la chica estaba feliz de sentirse incluida en la vida del guitarrista. ¿Qué tan bueno podía ser? Uruha era el paquete completo: Inteligencia, talento, dulzura y sensualidad. Y ese paquete traía un extra: una banda completa de personas talentosas y amables que acogerían a Kaira como una amiga más. Llegar a aquella compañía era lo mejor que le había sucedido.
Los días pasaban, y las responsabilidades crecían. El nuevo proyecto implicaba largas horas de trabajo en el estudio, entre sesiones de fotografía, grabación y reuniones. Kaira apenas conseguía ver a Uruha unos pocos minutos al día cuando llevaba algún documento o tenía la ocasión de encontrarle en un receso. Kai por otro lado, la visitaba con frecuencia, por ser quien coordinaba el trabajo con ella.
… Ok, está perfecto. Ah, y deberías llevarle algo a Uruha, hoy trabajará hasta tarde.- ella sonrió.
Lo haré.- Se levantó y se dirigió a un café cercano para comprar snacks. Caminó feliz por los pasillos al encuentro de su pareja. Abrió cuidadosamente la puerta de la sala para no perturbar la reunión, encontrando al guitarrista cargando al vocalista en sus brazos. Un destello de sorpresa apareció en el rostro de los chicos.
Me asustaste.- dijo el pequeño al tiempo que Uruha lo depositaba en el suelo
No fue mi intención… Les traje un snack.-
Wow, ¡delicioso!-
Lo sé, lo traje porque es tu favorito. Y éste también es tu favorito, ¿no? Ruki.- el pequeño humedeció sus labios.
Claro que sí. Gracias Kaira.-
… Cariño, estaba preguntándome si el fin de semana podríamos…-
Cielo, este fin de semana debo terminar de componer con Ruki…-
¡Ah! Está bien… Debo regresar al trabajo… Nos veremos luego.-
Te llamaré más tarde.- ella asintió regresando a su oficina.
Las semanas pasaban con el arduo trabajo de la banda limitando el tiempo que todo el equipo tenía. Durante una de las reuniones matutinas de todo el equipo, Kaira recibió una petición extraña. Ruki, que se encontraba sentado atrás de ella junto a unas chicas tocó su hombro para llamar su atención.
Kaira, ¿tendrás unas tijeras que puedas prestarle a las chicas?-
Uh… No…- él sonrió y le hizo saber la respuesta a las señoritas. La reunión estaba por comenzar, y encontraba extraño que Kai no estuviese presente aún. Discretamente, comenzó a llamarle con su móvil. Cuando apareció, estaba notablemente malhumorado, pero esperó hasta que la reunión finalizara para hablar con él. –¿Qué ocurre?- Cuando el baterista se enojaba, tenía una expresión que daba la impresión de poder asesinar a cualquiera que cruzara su camino. Él le enseñó la pantalla de su móvil, en la cual había varias fotografías. Ella no lo entendía, y le hizo saberlo.
¿De quién podría ser esto?- Se trataba de una fotografía del suelo, que dejaba ver el respaldo de una silla y un mechón de cabello en el suelo.
… Eso es…- él señaló la silla que había estado ocupando minutos antes. En efecto, en el suelo se encontraba el mechón de su cabello. No pudo evitar llevar la mano a su cabellera. Kai le enseñó más fotografías. Todas eran tomas de ellos juntos, de espaldas, en la oficina.
¿Qué…?-
¿Cómo es posible que permitas que te hagan esto?-
No entiendo… ¿Qué sucede?-
¡Alguien ha estado fastidiándote! ¿No te has dado cuenta? ¡Es acoso! Están… ¡Burlándose de ti! ¡Maldita sea!- ella tomó a su amigo por los brazos.
Cálmate… Es sólo un mechón de cabello… No me importa.-
Esto circula por toda la empresa, quieren que llegue a Uruha para dañar tu relación.-
Kai… Gracias por preocuparte, pero nada malo pasará. Todo va a estar bien.- le aseguró. La respuesta del músico fue un fuerte y prolongado abrazo.
Kaira decidió continuar ignorando lo que pudiesen decir en la oficina. No permitiría que su relación con Uruha se viera afectada por rumores o ataques contra su apariencia. Sin embargo, no podía evitar extrañar pasar tiempo junto a Uruha, simplemente intentaba distraerse con el abundante papeleo que le correspondía.
¿Qué sucede?- preguntó Kai sentándose en el escritorio.
¿De qué hablas?-
Estás muy tensa.-
No es nada.-
Ya sé… ¿Vas a hacer algo más tarde?-
… Trabajar.-
Y, ¿más tarde?-
Ir a casa.-
… Avísame cuando salgas.- fue todo cuanto dijo antes de irse. Aun así, Kaira decidió obedecer. Él le pidió que esperara unos minutos junto a su auto. Finalmente apareció y condujo a un lugar que era desconocido para ella, pero permitía una vista hermosa y estaba rodeado por un frondoso bosque.
… La próxima semana, habrá una reunión de la compañía que se llevará a cabo en un resort. Podrás disfrutar de tiempo con Uruha allí.-
Sí… Lo sé, ¿a qué viene eso?-
… No deberíamos pasar tanto tiempo juntos. Esta… Es la última vez que salimos así.-
¿Eh? ¿De qué hablas? Kai, eres mi amigo…-
Kaira, no quiero lastimarte…-
¿Lastimarme? ¿Cómo podrías hacer eso?-
… No sé, podríamos haber tenido un accidente viniendo…-
Pero no sucedió…-
Suficiente. Vamos, te llevo a casa.- El misterioso comportamiento de Kai no logró más que aumentar la tensión de Kaira. Las ansias por ver a Uruha la consumían, pero Kai se había ganado un lugar especial en su corazón, siendo el amigo que le arrancaba sonoras carcajadas en horas de oficina y se preocupaba incluso por la caída de uno de sus cabellos.
El tiempo pasó entre largos informes y profunda soledad hasta que el viaje de la compañía se efectuó. La chica estaba emocionada, esperando a su pareja junto al lago. Cuando él se hizo presente le besó y abrazó tiernamente.
¿Cómo ha ido el trabajo?-
Bien, es duro pero vale la pena. ¿Sabes? Ruki es definitivamente genial. Si fuese una chica, me gustaría que él fuera mi novio.-
Si yo fuera un chico… De todos modos te acosaría.- contestó ella, ganando un gesto afectuoso por parte de su amante.
¿Quieres ir a la habitación?- ella accedió.
El guitarrista jugó con los mechones de cabello de su pareja sobre la almohada.
¿Sabes? Antes… había estado con personas. Pero… nunca había sentido por nadie, lo que siento por ti.-
Yo tampoco había sentido algo similar antes.-
¿Quieres ir con los chicos más tarde?-
… Claro.-
La reunión aunque breve, fue un respiro en el ajetreo de las semanas de trabajo. Sin embargo, Kaira no podía evitar sentirse abandonada por Uruha. Durante los pocos minutos que podían pasar juntos, él no mostraba interés en ella. Sentada en su escritorio mientras esperaba que la sesión de grabación terminara, garabateó una carta expresando sus sentimientos. Cuando se dirigió a la cabina, encontró a Reita, quien le informó que Uruha había salido poco antes, pero se encontraba en un café cercano. Se sintió un poco tonta por esperar distraída, y emprendió su camino al café.
Te lo digo, es una mujer impresionante, guapísima.- comentaba Aoi.
No, no. ¿Viste a la chica que me habló más temprano? Ella es increíblemente guapa.- instó una voz que conocía bien. Los chicos rieron. Dos mujeres de la compañía se acercaron a la mesa, sentándose junto a Aoi y Uruha. Kaira dobló la carta en sus manos. El castaño tomó uno de los mechones de cabello de la mujer a su lado y jugueteó con él. ¿Cómo podía no darse cuenta de que estaba allí? Se acercó lentamente a la mesa. Él dejó el cabello de la mujer de inmediato.
¡Cariño! Estuve esperándote…-
Lamento la tardanza…-
Te llevaré a casa.-
No, hice que perdieras el tiempo, está por llover y sé que quieres ir al gimnasio. Lo siento.-
De ningún modo. Te llevaré a casa.- ella negó.
Una amiga vendrá por mí. Ve a casa. O al gimnasio. Lo que debas hacer.- Los guitarristas se levantaron, se despidieron y dejaron el establecimiento junto a Kaira. Ambos siguieron la ruta hasta la estación, Kaira por su parte, esperó a que doblaran la esquina, guardó la carta en su bolso y caminó despacio a casa. Sólo había logrado sentirse peor.
Aunado a su malestar anímico, comenzó a sentir malestares físicos. Mientras estaba trabajando, las náuseas no dejaban de asaltarla. Se dirigió a los sanitarios, más, los de señoritas se encontraban en mantenimiento. Miró a su alrededor y corrió a los servicios de caballeros. Las violentas arcadas lastimaron su garganta. Al salir del cubículo se llevó una sorpresa.
¿Qué sucede?- inquirió Ruki - ¿estabas vomitando?-
Me ha caído mal el desayuno, ha de ser el café.-
Le diré a Uruha que te lleve a casa.-
No, no es necesario.- dijo mientras lavaba sus manos. Se vio en el espejo. – Ruki… si Uruha me engañara… ¿Me lo dirías?-
… Claro que sí.- le dedicó una sonrisa antes de salir.
Gracias.-
Con el paso de los días nada mejoraba. Por el contrario, una espiral de humor sombrío, debilidad y náuseas parecía absorberla lentamente. Sus manos cubrían su rostro intentando aliviar la vista borrosa que comenzaba a presentar.
Kaira, me preocupas. Tienes un aspecto enfermo.-
Me siento enferma.-
¿Qué sucede?- le dio una mirada apagada. – Estás triste, o enojada…- relató lo sucedido y resumió la carta. – Dios, ¿qué le pasa a Uruha? … Ven, vamos a hablar con él.- dijo tomando la mano de la chica para ponerla de pie. Mientras caminaban por el pasillo, ella comenzó a correr al sanitario. La siguió, notando que vomitaba una vez más. – Ve a hablar con Uruha. Voy a traerte algo y luego, te llevaré a casa.-
Ella obedeció a Kai, encontrando a Uruha en la sala de producción. Le extendió la carta y esperó mientras la leía. Uruha leyó como quien lee los titulares del periódico: superficialmente. Al final sonrió y prometió que las cosas se arreglarían al terminar el proceso del disco. Ella sin embargo, sentía que nada cambiaría. Y si lo hacía, con cada disco tendría que pasar por el mismo ciclo. Ruki entró para continuar trabajando y ella volvió a tomar la carta en sus manos antes de salir.
Kai la buscó en su oficina más tarde, tenía una bolsa de farmacia en sus manos.
No tenías que traer medicina…-
¿Medicina? Necesito que vengas conmigo al sanitario.- ella le dio una mirada de extrañeza. - … No imagines cosas, sólo ven.- Le siguió, él giró el pestillo, asegurándose de que nadie más entraría. – Necesito que tomes este test.-
No estoy embarazada…-
Entonces no tendrás problema.- ella tomó la prueba y la realizó. Kai observó a su amiga y decidió acogerla en sus brazos mientras esperaban el resultado. -… No me agrada verte triste. Sonríe… Me encanta cuando ríes. - pidió acicalando su cabellera.
Estoy cansada. Bien, ¿satisfecho? Mira.- dijo levantando la prueba triunfante. Kai la vio y sonrió.
Ok, entonces, deshagámonos de esto.- dijo tomando la caja para volver a empacar el objeto. -… Kaira…-
¿Qué?- él le enseñó el instructivo impreso en la caja y la prueba. Ella palideció. Acto seguido, se precipitó hacia la sala donde había visto a su pareja por última vez. Abrió la puerta sin tocar, no sabía qué decir, y su mente quedaría en blanco ante la escena que se revelaba frente sus ojos.
El sueño de muchas fans estaba materializándose frente a ella. Ruki estaba sentado a horcajadas sobre el guitarrista, que movía sus caderas sugestivamente mientras sus labios se rozaban apasionadamente. Kai había seguido a la mujer desde el sanitario, no pudo más que sostenerla ante la escena. Ella intentó despertar, pero no era un sueño. Uruha se había incorporado y acomodaba sus ropas y cabello, Ruki hacía lo mismo dándole la espalda. Kaira quiso retroceder, se preguntaba si Uruha no diría nada.
-… No, Kaira… Vámonos.- Kai se apresuró a conducirla lejos de allí. Ella abordó el auto temblando, sin decir una palabra. Kai la miraba mientras intentaba mantenerse enfocado en el camino. De repente, estalló en una carcajada histérica. – Kaira…. Kaira…-
- ¿Qué me iba a decir? ¡Si era él con quien me engañaba! ¿Él le dará el hijo que tanto quiere? ¡Me gustaría saber cómo!- su risa fue aminorando. Con lágrimas en los ojos vio a Kai. - ¿Tú lo sabías? ¿Por eso decías que no querías lastimarme? … ¿ERA ESO?-
- ¡Kaira, no! Yo… Sólo quiero que seas feliz…-
- ¿Cómo puedo ser feliz, si lo he dado todo con Uruha y recibo esto?- Kai no podía dejar de mirar a la mujer destrozada a su lado.
- Kaira, Yo… ¡TE…!- Su exclamación fue interrumpida por el estallido de los cristales y el sonido del metal siendo forzado. El dolor se hizo presente en el cuerpo de Kai. ¿Qué había pasado? Estaba totalmente espantado, ¿qué sería de su carrera? Sus piernas… Sus pies se movían. Sus manos estaban ensangrentadas y temblorosas, pero se movían. Sintió su frente húmeda, seguramente por los trozos de cristal roto. El airbag le había protegido. ¿Qué había sucedido, de nuevo? "Te…" ¿qué? ¿a quién le decía eso? Kaira… Con dolor y los ojos cerrados giró la cabeza a su lado, el corazón latía irregularmente en su pecho. Trató de hacer acopio de valor para verla, mientras la conciencia comenzaba a escapar de él.
