Disclaimer: Ok, aquí está lo obligatorio. Todos los personajes de aquí pertenecen a la fabulosa J.K Rowling. Si si si… hasta Sirius (que desgracia) No me pertence (demonios),
Espero sea de su agrado…
"Del amor al odio hay un solo paso, y viceversa"
Capitulo I. Tormentosas Vacaciones
Era el mes de Diciembre, y en una aldea del frío Yorkshire en Inglaterra, se veía a lo alto de la colina, una enorme mansión, elegante e imponente, delante de las demás casas que habían por allí, hacia una noche fría, de lluvia y de amenaza de una gran tormenta. La mansión pertenece a una de las familias de mayor arraigo en el mundo mágico, era de la familia Black, una familia tan elegante e imponente como su mansión. La familia Black, es una de las familias más antiguas en el mundo mágico, de sangre pura y de gran linaje. En esa mansión vivían los últimos miembros que quedaban de los Black.
En la sala principal, junto al fuego que desprendía la chimenea, se encontraban dos jóvenes, una de ellas bordaba un hermoso paño de seda y la otra se encontraba mirando embebecida el ardiente fuego, como si se tratara de algo digno de admiración
- Cuándo acabará este invierno?! Cada día se pone peor y nada de mejorías – dijo de pronto la joven que observaba el fuego, rompiendo el sepulcral silencio que reinaba en la sala. Se trataba de Andrómeda Black, una chica de tez blanca y cabellos castaños, hasta media espalda, los cuales estaban amarrados en una cola alta, tenía los ojos marrón claro, los cuales siempre se podían observar llenos de ternura y alegría. Hablaba con su hermana, Narcissa Black – No lo se, Andry. Yo también deseo que termine, tanto como volver a Hogwarts – dijo ésta entre suspiros, dejando caer el bordado en sus piernas. Narcissa era una joven de cabellos rubios como los más hermosos rayos del sol y de ojos mas azules que el cielo, era de apariencia como una muñeca de porcelana.
- Es nuestro ultimo año, Cissy, puedes creerlo?? Estoy muy emocionada, pero a la vez se que voy a extrañar todo cuanto hay allí – dijo Andrómeda a su hermana, la cual sonrió y camino hacia la ventana.
- Válgame Dios!!! Pero es que nuestro primo no aprende! No tiene remedio – exclamó Narcissa al mirar por la ventana, mientras movía negativamente la cabeza.
- Te refieres a Sirius? -
- A quien más? Pensé que mi tía Walpurga le había prohibido salir, y velo allí, llegando a estas horas, de lo más campante y empapado de pies a cabezas – Andrómeda se acerca a la ventana y sonríe divertida
- Como si no conocieras a Sirius Black, mientras mas le prohíbes algo, más rápido lo hace. Dime cuando le ha obedecido a Tía Walpurga. Eso lo lleva en su ser, decirle que no haga algo es animarlo a hacerlo más rápido -
Caminando hacia la entrada se podía ver a un joven alto, de atlético cuerpo, que venia entrando corriendo a la casa, mojado de pies a cabezas, tenia el cabello negro azabache, cayendo en su cara elegantemente, a pesar de la lluvia, y unos ojos tan azules que se podían confundir con el mas claro cielo de verano. Sirius era primo de Narcissa, Andrómeda y Bellatrix, y era el hermano mayor de Regulus Black. Contaba con unos 17 años, y cursaba el último año en Hogwarts, al igual que sus primas.
Al entrar a la sala, creyendo que no había nadie, se sobresalto al escuchar a su hermana Narcissa
- Otra vez de juerga y escapándote, primo? – le dijo con total seriedad, era una chica muy acostumbrada a obedecer las ordenes de sus padres, y la conducta de Sirius la veía absolutamente despreciable.
- Deja los sermones, Cissy, y las envidias, eso envejece – le contesto con una sonrisa - sabes que detesto el encierro, no soporto estar como un perro enjaulado entre cuatro paredes, me enerva la sangre, y además invitaciones como las de hoy no se pueden despreciar. Ahora, si lo que querías hacer era acompañarme, pues nada mas lo hubieras dicho – le dijo de forma sarcástica
- Oh Sirius! Es que contigo no se puede – le respondió esta, mientras que por otro lado llegaba Andrómeda con una toalla para el
- No le des importancia Sirius, sólo quiere molestar porque anda medio amargada – le entrega la toalla- Toma, sécate, estas empapado y a mi mama le va a dar el ataque si encuentra todo empantanado
- Gracias, Andry – se coloco la toalla alrededor del cuello, en eso se oyen unos pasos y una voz desde las escaleras, una voz muy conocida y que hizo sobresaltar por segunda vez a Sirius, pero esta vez no de susto necesariamente.
- Si no quieres que te descubran deberías ser más silencioso al llegar – le dijo Bellatrix, la ultima de las hermanas. Era una chica alta y delgada, de piel blanca, cabellos negros hasta la cintura, que llevaba suelto en estos momentos, con unos ojos grises y labios rojos que podían ser la perdición de cualquier hombre. Bellatrix es la más hermosa de las hermanas, a pesar de ser delgada tenia un cuerpo que era la envidia de todas las jóvenes del lugar.
Al escuchar sus palabras, Sirius se voltea y la ve, clava sus pupilas azules en el frío color que desprende los de ella y sonríe seductoramente, como casi siempre tiende a hacerlo
– Bellatrix, como estas? Yo estoy muy bien gracias? Y para tu información, querida prima, me vale madre si se enteran o no, y a tampoco debería importarte – le dijo fríamente sin quitarle los ojos de encima.
Sirius, se despidió de Andrómeda y subió las escaleras, pasándole por un lado a Bellatrix y apenas rozándola, sus mirada se cruzaron fugazmente y un escalofrío recorrió sus cuerpos por la cercanía de aquellas pupilas, el siguió hacia su cuarto, dejándola allí a mitad de escaleras parada. Al instante Bellatrix le dedico una mirada a sus hermanas, que estaban en la sala, arreglando todo para ir a dormir, y les dio las buenas noches y se fue para su cuarto, que había sido eso? Que le estaba pasando? Se preguntaba mientras caminaba hacia su dormitorio.
Al día siguiente, el clima había aplacado un poco, al bajar a desayunar encontraron cartas de Hogwarts, en las cuales, a pesar de las vacaciones, se había decidido realizar un baile de Navidad en el colegio, la carta decía lo siguiente
"Queridos Alumnos:
Se les comunica que el día 25 de Diciembre, quedan cordialmente invitados al baile de gala que se celebrara en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería con motivo de las Fiestas Navideñas.
El baile se llevara a cabo a las 8:00 p.m., en el Gran Comedor. Sin más por los momentos.
Atte. Prof. Albus Dumblendore"
- Vaya, vaya, un baile de navidad, que emocionante – comento Bellatrix con ironía – pero me imagino que nosotros tendremos que asistir, no mamá? – le pregunta a Druilla Black, quien le responde afirmativamente, y Bella hace un gesto de indignación
- Tu siempre tan animada no Bella? – le comento Sirius por lo bajo, lo cual mereció por parte de su prima una mirada asesina, causando en el gracia y sonriendo picadamente.
El resto del desayuno transcurrió con bastante normalidad. Al acabar de desayunar, Sirius les escribió a sus amigos, con la intención de que se encontraran en el callejón Diagon para realizar las compras del dichoso baile. A eso de las tres de la tarde, en una mesa de un restaurante del callejón, se encontraban tres jóvenes charlando amenamente, uno de gafas y cabello negro, otro de cabello castaño claro y uno rubio algo relleno. Se trataba de los amigos de Sirius: James Potter, Remus Lupin y Peter Petigrew, ellos han sido amigos desde que ingresaron a Hogwarts, se hacían llamar los Merodeadores, y eran la envidia de casi todos el colegio, debido a la hermosa amistad que los unían, por no decir que eran los chicos más guapos que habían en Hogwarts, tal vez con excepción de Petegrew.
- No puedo creer que se hayan inventado semejante tontería, como ese baile de navidad – llego diciendo Sirius indignado a manera de saludos para con sus amigos.
- Vaya Canuto, de todos al que menos me imaginaba indignado de esa forma era a ti. No creo que sea por conseguir alguien con quien ir al baile –comento James, bromeando ante el comentario de su amigo
- No, eso no es, por Merlín Cornamenta, como piensas eso! Todo lo contrario, que me voy a meter en un lío, por decirle a alguna en especifico que vaya conmigo al baile, la mitad de Hogwarts se va a enojar – dijo sonriendo con suficiencia Sirius
- Vaya modestia amigo, no cambias en nada – le dijo James, ante lo cual sus amigos rieron, mientras que Sirius ponía su mejor cara de seductor.
- Ahora si, hablando en serio. Con quien tienen pensado ir? Yo no tengo la mas mínima idea a quien invitar – comento Sirius, dándole un sorbo a la cerveza de mantequilla que había pedido
- Yo iré con Lily, por supuesto, no lo dudaría ni un segundo – dijo James – Tu Canuto no tendrías problemas, mas de la mitad del colegio está suspirando por ti, claro, me refiero al genero femenino…. Aunque no se si alguno de los otros también suspire por ti – sonrió al momento que Sirius le daba una patada a modo de juego – Tu Lunático?
- Todavía no lo se, tengo en mente a alguien, pero cuando me decida les digo – les dijo Remus a sus amigos, algo avergonzado
Estuvieron un rato charlando, y contándose lo que habían hecho en las vacaciones, riendo. Después que terminaron de tomarse la cerveza, fueron a comprar lo que necesitaban para el baile. Al llegar al callejón Diagon, entraron a una tienda donde, según habían dicho, se podía conseguir la mejor ropa de fiesta para hombres, se trataba de Magic Smoking, al entrar una señora delgada y de cara amable los atendió
- Bienvenidos jóvenes, muy buenas tardes, en que les puedo ayudar? – les pregunto la señora Liz, encargada de la tienda. Los chicos le explicaron lo del baile y la señora Liz los ayudo a escoger sus prendas, comenzó a sacarle todo tipo de trajes, unos muy elegantes, otros más sencillos. Después de un tiempo viéndolos y probándoselos, los chicos salían de la tienda con sus respectivos vestidos para el gran baile.
Por otro lado, a pocas tiendas de allí, las primas de Sirius se encontraban comprando sus vestidos; estaban en "Glamour y algo mas", una prestigiosa tienda en la cual se podían conseguir lo mejores trajes de fiesta de la comunidad mágica. Al entrar a la tienda, se habían topado con una compañera de clases, encuentro de poco agrado para Cissy y Bella, se trataba de Lily Evans, una estudiante del séptimo año, de la casa de Gryffindor, de la cual era prefecta.
- Vaya, vaya Evans. Te ganaste la lotería o es que ese es el premio por tu patética labor en el colegio – le dijo Bellatrix a Lily – No sabia que en esta tienda permitían la entrada a gente de semejante calaña – culmino con desprecio, dirigiéndole una mirada de frialdad a la chica. La pelirroja le dedico una mirada impregnada de odio a Bella y salio de la tienda sin decir palabra, hace mucho que Lily sabia que nada conseguía con enfrentar a las hermanas Black, especialmente con Bellatrix Black que han sido enemigas prácticamente desde que se conocen; con la única que se llevaba bien era con Andrómeda Black, que era completamente diferente a su familia, al igual que Sirius.
Dentro de la tienda las chicas buscaron sus vestidos, zapatos y accesorios, después de un buen rato dentro, como buenas mujeres, tenían todo lo necesario. Al salir de la tienda se encontraron a los chicos que venían en esa dirección, James busco con la mirada a su novia y al no verla se excuso con la idea de buscarla. De igual manera se disculpo Narcissa al observar que a lo lejos venía su novio Lucius Malfoy junto con su pandilla de amigos.
- Hola Andrómeda – saludó cortésmente Remus a lo que la chica le respondió con un tímido "Hola" y una sonrisa – Bellatrix… - le saludo, haciéndole un gesto con la cabeza.
- Hola – le respondió fríamente, pasando su mirada hacia Sirius, que la veía con una sonrisa de esas tan típicas de el. Ellos no sabían el por qué, pero sentían que se podían perder toda la vida en los ojos de cada uno, ella en el profundo y expresivo azul de el, el en el frío y cautivador plomo de ella. El contacto, que creían que solo ellos se habían percatado, fue roto bruscamente por una voz fuerte y varonil, se acerco un joven alto, de piel blanca y espeso cabello negro, el cual sin reparos abrazo a Bellatrix; se trataba del futuro marido de ésta, Rodolphus Lestrange, un joven de alcurnia, el partido perfecto según su propia familia.
Si bien era cierto que Bellatrix no sentía absolutamente nada por Lestrange, mas que una simple amistad, la crianza que le han inculcado no lleva la enseñanza del verdadero amor, sino que mas valor tiene el linaje, el dinero, la conveniencia. Sin embargo, Rodolphus no se limitaba a disimular sus sentimientos e intenciones para con ella.
- Hola mi vida – le dijo una vez que se separó de sus labios – Tenia tiempo sin verte y ya estaba volviéndome loco – le decía al oído sin dejar de abrazarla. Bellatrix sonreía y miraba de soslayo a Sirius, sintiéndose a la vez algo incomoda, mientras que éste observaba la escena con aparente indiferencia.
- Lo se, amor, yo también estaba impaciente por verte – le decía Bella a su novio, mientras le acariciaba el rostro y luego le dio un fogoso beso en los labios. Sirius alzo las cejas y miro a los otros dos.
- Vamonos de aquí, Lunático, el ambiente comienza a apestar – dijo Sirius a su amigo, obligándolo, prácticamente a empujones, a caminar - Vienes Andry?
- Creo que es lo mejor, no quiero interrumpir sus escenas amorosas – dijo con mala cara, mirando a su hermana y su prometido.
Caminaron un buen tramo, Sirius iba absorto en sus pensamientos, cuando un grito de su amigo lo hizo salir de su ensimismamiento
- Que pasó Remus? – le pregunto entre sorprendido y molesto.
- Llevamos rato preguntándote si quieres ir a comer un helado o si propones otra cosa? – le pregunto Remus extrañado ante su actitud
- La verdad a donde decidan ir, estará bien – les dijo algo distraído todavía
- Estas bien Sirius? – le pregunto con preocupación su prima, al observarlo tan distraído, tan distinto a como es el.
- Si, si, estoy bien. Es mas, vayan adelantándose ustedes, yo los alcanzo en un momento – y salio corriendo hacia atrás, como si buscara el camino por donde anteriormente venían caminando.
En el café que estaba frente a "Glamour y algo más" estaban Bella y Rodolphus, tomando un café, tomados de las manos, cuando se abre la puerta y Bellatrix se queda viendo hacia ella con asombro.
