Hola! Hace unos cuántos meses que no publico nada, pero ésta tarde, nos tuvieron una hora y media sin hacer nada en el trabajo asi que me dediqué a escribir, y me salió esta pequeña historia, y en cuánto llegué a casa, la pasé al ordenador. Espero que os guste.

¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO 2016!


El ambiente en el coche se podía cortar con un cuchillo, y sólo se oía la dulce voz de Adele con su último gran éxito. Las caras de los dos ocupantes del coche reflejaban la tensión vivida hacía tan sólo unos minutos, y de momento, ninguno parecía dispuesto a hablar. Ambos estaban sumidos en sus pensamientos. Hotch agarraba con fuerza el volante, tanto que tenía los nudillos blancos, y el ceño más fruncido de lo normal. Emily miraba por la ventanilla, y se retorcía las manos con nerviosismo. Puso la radio al entrar al coche, a pesar de que no era lo normal, para intentar llenar el silencio, para calmar los fuertes latidos de su corazón y para sí, intentar que su jefe se relajara y la bronca que sabía que se avecinaba no fuera tan fuerte.

-No debiste hacerlo -dijo Hotch en voz baja. Observó por el rabillo del ojo la reacción de su subordinada. Apenas se inmutó.

-Lo sé.

-No puedes ponerte en peligro gratuitamente, Prentiss, somos un equipo, y hay normas, hay que seguirlas para conseguir el objetivo principal, salvar a la víctima sana y salva y atrapar al sudes.

-Lo sé.

¿En qué estabas pensando? Podría haberte matado, has sido una inconsciente al presentarte ante el sudes sin chaleco y sin pistola. Esta vez ha salido bien, pero...

De reojo vio que Emily miraba por la ventana, y parecía ausente, y ante su falta de palabras, Hotch paró el coche a un lado de la carretera y la obligó a mirarlo. Ella apagó la radio cuando Adele terminó de cantar, no tenía ganas de escuchar la siguiente canción.

-¿Qué pasa, Emily?

-¿Crees que soy buena en lo que hago, Hotch? -preguntó ella con un hilo de voz. Él la miró sorprendido al principio, después le cogió la mano y le hizo que le mirara a los ojos.

-Eres de los mejores agentes que ha tenido la Unidad, Emily. Eres valiente, inteligente, terca, no tienes miedo a nada, no hay más que ver lo que has hecho hace un rato, estás dispuesta a todo por este equipo.

-Gracias Hotch. Y lo siento. Supongo que quería demostrarme a mi misma que puedo seguir haciendo este trabajo. Aunque no creo que haya sido la mejor forma de hacerlo, ¿no? -bajó la cabeza avergonzada, pero sonriendo.

-No, no lo ha sido. Es normal que de vez en cuando dudes, a todos nos pasa, pero eres buena, Emily, y te necesitamos, te necesito.

Hotch sonrió, y durante un instante, Emily juró que vio en sus ojos un destello que algo más que un simple apoyo a su amiga, aunque fue muy fugaz. Emily se obligó a sonreír, y con un leve apretón de su mano, se soltó.

-Deberíamos ponermos en marcha, antes de que el resto envíe un equipo de rescate por nosotros -bromeó la agente. Su jefe estuvo de acuerdo.

Cuando reanudaron la marcha, Emily volvió a encender la radio. Sonaba una canción de Maroon Five, y empezó a tararearla. Se sentía mucho mejor, y sabía que las palabras de Hotch eran sinceras. De vez en cuando, a todos les entraba el pánico, todos tenían dudas de si mismos, el trabajo que tenían era muy duro y desgastaba a cualquiera, y siempre necesitaban a alguien que les recordara que valían mucho más de lo que pensaban.

Miró a Hotch de reojo y lo vio tararear también la canción. Y por primera vez en todo el día, sintió que valía la pena todo el estrés al que se veían sometidos todos los días, sólo por momentos como aquél.

FIN