The Midnight Shinobi
No me pertenecen Naruto, Mahou Sensei Negima, Castlevania ni los elementos de otras series presentes.
Capitulo 1
Era un día cualquiera en Konoha. La aldea se mostraba con su acostumbrado bullicio, producto de tener una economía muy desarrollada, ser una población bastante grande y contar con un servicio ninja muy solicitado.
Este ultimo hecho hacia que la oficina de la Gondaime Hokage estuviera hasta el techo de papeleo, el enemigo definitivo de todos los Kage. Sin embargo, Tsunade no estaba desanimada ese día.
Tras tres años y medio de espera, la rubia esperaba con ansias la llegada de dos ninja que ya se habían tardado bastante con su regreso.
Estos no eran otros sino Jiraiya y Naruto, quienes habían partido en un viaje de entrenamiento para hacer más fuerte al imperativo jinchuriki y protegerlo de Akatsuki, una organización criminal que estaba cazando a quienes portaban a los Bijuu en su interior.
Tsunade tenía claro que iba a ser algo largo y tardado, ya que a pesar de que Naruto era un joven de mucho entusiasmo y gran potencial, su desarrollo ninja dejaba mucho que desear. La Sannin respetaba mucho a su sensei y antecesor, Hiruzen Sarutobi, pero dudaba que mereciera el título de "El Profesor" cuando permitió que pusieran tantas trabas al aprendizaje del joven Uzumaki.
El problema que tenia la mujer era que desde hace año y medio, no recibía ningún de comunicación de su ex-compañero. Eso le estresaba pues daba la impresión de que le había ocurrido algo malo al par. No podía enviar ningún tipo de escuadrón a buscarles, ya que por razones de seguridad Jiraiya jamás indicaba en qué lugar se encontraban y era impensable ponerse a buscarlos por todo el continente.
Solo pudo sentir paz cuando le llego una carta de Jiraiya notificándole que en una semana llegarían a Konoha. Ese era el día estimado para la llegada y aunque luego le tragara el papeleo pendiente, no planeaba hacer nada hasta que Naruto y su sensei llegaran.
-Tsunade-sama hay muchas solicitudes pendientes por su firma. Se necesitan para hoy y ya esta atardeciendo-dijo Shizune llegando a la oficina con una nueva tanda de papeles.
-Pueden esperar-dijo con sequedad la rubia, que solo mantenía su mirada en la ventana de la oficina.
-Se que está emocionada por el regreso de Naruto, pero no debe descuidar su trabajo.
-Por un día que me retrase no se desplomara la aldea.
-La verdad es que tiene solicitudes con más de un mes de retraso-susurro la pelinegra para sí misma.
-Espero que ese bueno para nada no me haya mentido-dijo Tsunade con expresión de molestia. –De por si me preocupaba que su viaje le pegara sus costumbres a Naruto y todo ese tiempo sin saber ellos no me da buena espina.
-No tiene de que preocuparse. Estoy segura que ese par no debe haberse metido en ningún problema.
-Yo no contaría mucho con ello-dijo un hombre mayor, tosiendo para llamar la atención.
-¡Jiraiya!-dijeron las féminas al ver al Sannin sapo en una de las ventanas de la oficina.
El peliblanco entonces procedió a ingresar a la habitación y dar la cara por completo.
-Esto….. ¿Por qué no usa la puerta?-cuestiono Shizune.
-Es una molestia tener que pasar por todo el edificio para llegar aquí-contesto Jiraiya bostezando con evidente cansancio.
-Típico de ti. ¿Se puede saber dónde te habías metido? Pensé que llegarías más temprano-reclamo la Hokage.
-Lo siento, estime mal mi llegada-dijo el anciano volviendo a bostezar.
-¿Qué sucede? Pareciera que nos has dormido bien últimamente.
-Mi horario de acción cambio y mi cuerpo no lidia bien con las pocas horas de sueño que tengo-dijo el hombre mostrando que tenía unas marcadas ojeras.
-No me molestare en preguntar qué rayos has estado haciendo-dijo la mujer en referencia a las costumbres de su amigo. –Ahora bien, ¿Dónde está?
-¿Quién?
-¿Cómo que quien? ¿Dónde está Naruto?
-Oh….El dijo que se tardaría un poco en regresar, quería hacer algo primero.
-¿¡Cómo!?-reclamo la rubia golpeando su escritorio. -Ya se tardaron mucho en dar la cara. ¡Quiero saber donde se encuentra ese mocoso!
-Si te lo digo, posiblemente te molestaras-dijo Jiraiya bastante nervioso.
-Te molestara más el puñetazo que te daré, si no me lo dices en este instante-dijo Tsunade tronándose los puños.
-Ok, te lo diré. El gaki dijo que estaba algo sediento y decidió ir por un trago antes de venir.
-…
-….
-….
-¿¡QUE!?-exclamaron tanto la Hokage como su ayudante al escuchar tal declaración.
-¡Ahora sí que te mato, Jiraiya!-reclamo Tsunade. -¿¡Cómo demonios permitiste que Naruto cayera en tal mal habito!?
-Es una aberración lo que hizo. Konoha ya tiene suficiente con una Hokage que calcula su presupuesto completamente borracha-dijo Shizune, quien se gano una muy mala mirada de Tsunade.
-No, no, no. Me han entendido mal. Naruto no fue a un bar ni nada por estilo-dijo Jiraiya, excusándose rápidamente.
-Oh, esta refiriéndose a que fue por un tazón de ramen-dijo Shizune, suspirando con tranquilidad.
-Eso tiene más sentido. No me extraña que fuera por una ración de esa sopa que tanto le gusta-dijo Tsunade.
-Están equivocadas de nuevo-dijo Jiraiya, esta vez suspirando con cierto pesar.
-¿Entonces a qué demonios te refieres?-reclamo la rubia, ya muy extrañada por la actitud de su ex-compañero.
Jiraiya solo trago nervioso, pues el no se sentía en posición de contestar a esa pregunta.
[En un bosque lejos de allí]
El ocaso cubría por completo un tranquilo y silencioso bosque, cuya fauna ya encontraba reguardada para la venidera noche. Sin embargo, una bandada de cuervos fue estremecida al momento que un hombre golpeo el árbol en donde anidaban, haciendo que las aves revolotearan y emitieran su estridente graznido.
Si bien cualquier persona solo se sentiría levemente alertada por tal ruido, el hombre que abría paso por el bosque sintió que su corazón se iba a salir de su pecho, pues de por si sus nervios estaban completamente encrespados.
El sujeto a simple vista era un don nadie, con ropas que no denotaban para nada un oficio respetable. Los manchones de sangre seca y los cortes en la tela más bien dejaban en claro que era alguien que tendía a meterse en muchas peleas e importunar a otros. Era tan solo un bandido de tercera cuyo mayor robo no alcanzaba para comprar un licor decente.
Era eso lo que le llevo a descargar su frustración contra un honesto aldeano, cuyo mayor pecado había sido salir de paseo con su pequeña hija. Como ese hombre solo tenía el dinero para comprarle una paleta a hija, el bandido le corto la garganta al ver que había escogido mal a su víctima.
El bandido se vio complacido ante los lamentos de la pequeña, que ahora trataba desesperadamente de despertar a su inerte padre. Podía ser que su asalto no había tenido frutos, pero al menos sabía que su vida no era la más miserable en ese momento.
Pronto se dio cuenta que estaba muy equivocado en esa observación.
Sin ningún tipo de aviso o señal, el bandido se dio cuenta que a su espaldas se encontraba alguien viéndole fijamente. No sabía de quien se trataba, pero tomando en cuenta que media un poco más de 2 metros y que vestía una muy elaborada gabardina roja con encajes amarillos y una capucha similar, le tomo como alguien con un capital decente.
El malhechor le amenazo con el mismo cuchillo con que le segó la vida al otro hombre y le solicito todas sus pertenencias.
El encapuchado no contesto, lo que molesto al bandido, que no dudo en agitar su arma para herir a su siguiente víctima. No temía ante la imponente presencia del encapuchado, pues él estaba armado y quería cuanto antes conseguir un buen botín.
Fue grande la sorpresa del bandido cuando noto que el encapuchado no se vio molestado por el corte propinado. Sin mediar palabras, el malhechor volvió a usar su cuchillo contra el de rojo, que nuevamente se vio indemnemente ante el filoso tajo.
Cuando el bandido se dio cuenta que el cuchillo no mostraba nuevos rastros de sangre, supo que las cosas no iban bien y lo mejor era poner los pies polvorosa. Que el encapuchado levantara un poco el rostro y mostrara unos brillantes ojos rojos, afianzo aquel pensamiento.
El miedo se apodero de la mente del bandido y le hizo correr frenéticamente por incontables minutos. Realmente no sabía si aquel encapuchado le estaba persiguiendo, pero sus instintos solo le decían que debía correr.
Eventualmente el agotamiento le hizo efecto y se detuvo tras un árbol para recuperar el aire. Ya estaba muy lejos de donde había cometido el asalto y estaba seguro de haber perdido a ese extraño sujeto.
-¿Eso es todo? ¿Hasta aquí puedes llegar? -escucho el bandido por encima suyo. -Pensaba que esta persecución seria más interesante-dijo el encapuchado que estaba parado en el tronco del árbol.
-¿¡Quien eres!?-fue lo único que pudo decir el malhechor antes de caer al suelo al no poder medir bien sus pasos y tropezar cuando intento alejarse.
-¿Qué no es evidente?
-¿Acaso quieres vengar a ese infeliz que mate? Lo siento, camarada. Así funciona la vida.
-No. Yo tengo otros asuntos contigo. Si me molesta lo que hiciste, pero tengo agradecértelo. De lo contrario, hubiera tardado en elegir a una buena presa.
-¿Eres uno de eso condenados ninja, verdad? ¿Crees que puedes ir molestando a los demás con tus jodidos trucos?-dijo el bandido apuntándole con su cuchillo.
-¿Qué puedo decir? Me dicen que es una mala costumbre que juegue con mi presa, pero yo encuentro muy entretenido.
-¿¡Qué demonios quiere decir eso!?-dijo el bandido levantándose.
-Sencillo, sabandija. Tú eres mi comida-dijo el encapuchado mostrando una sonrisa que incluía unos afilados colmillos, antes de abalanzarse hacia el bandido y levantarle con un brazo.
El malhechor trato frenéticamente de zafarse del agarre, pero el de rojo lo arrojo contra un árbol, provocándole un ligero aturdimiento y la pérdida de su arma. El encapuchado entonces le volvió a levantar y puso al descubierto el cuello del bandido con ambas manos.
Fue entonces cuando el encapuchado clavo sus colmillos en la yugular del bandido que apenas pudo reaccionar ante la acción. La vida fue dejando al sujeto que poco a poco fue poniéndose pálido y más delgado. En cuestión de segundos, el bandido parecía haber sido desecado como una pasa y al encapuchado solo le basto soltarle para que su cuerpo se convirtiera en polvo, dejando su ropaje tendido en el suelo.
-La sangre fue tan asquerosa como me lo imagine, pero al menos fue una buena porción-dijo el encapuchado con un suspiro de satisfacción.
-Eso no cambia el hecho de sigues perdiendo el tiempo con tus estúpidas "cacerías"-dijo una pequeña niña que apareció en el hombro del encapuchado.
La joven no aparentaba más de 10 años y el simple kimono blanco con cintas rojas le daba una apariencia más infantil. De cabello naranja el cual estaba peinado para dejar unos flequillos a los lados y una coleta atrás de su cabeza, claro que lo más destacable eran las orejas zorrunas que reposaban encima de esta. Su rostro no mostraba características resaltantes aparte del hecho de que portaba unos enormes lentes redondos sin montura.
-Vamos, Chisame-chan. Estoy segura que a ti también te gusta jugar con tus presas.
-¡Son casos muy distintos!-reclamo la pequeña. –Yo buscaba dejar en claro cuál era mi poder. Tu simplemente eres un mocoso jugando con su comida.
-Sabes que no estás en posición de decirme esas cosas.
-¡No me lo recuerdes!-dijo la pelinaranja golpeando la cabeza del encapuchado.
-Como sea. Ya estoy satisfecho y es hora de ir con ero-sennin y oba-chan.
-¿En serio necesitas regresar a esa aldea?
-Sí. Necesito lidiar con asuntos pendientes-dijo el encapuchado para entonces fundirse con la sombra de uno de los árboles y desaparecer.
[En la oficina de la Hokage]
Ya la noche había arropado la aldea y Jiraiya estaba a nada de recibir una paliza de la Hokage, que estaba ya preocupada por el estado del único Uzumaki de Konoha. Shizune también se encontraba molesta por la incertidumbre que creaba el Sannin y deseaba que contestara todas las incógnitas que tenían ella y su maestra.
Otra fémina presente era Sakura que como discípula de Tsunade, estaba al tanto del posible regreso de Naruto a la aldea. No tenía la misma inquietud de las otras, pero también quería saber que era de la vida de su compañero de equipo.
A pesar de que no eran extremadamente allegados, sentía su ausencia luego de esos largos años de espera. Contaba que con su reencuentro pudieran reiniciar su amistad sin los tropiezos con los que comenzó su relación.
-Supongo que lo mejor es que esperemos a mañana para ver a Naruto. Dudo mucho que aparezca hoy-dijo Shizune desilusionada.
-Naruto es alguien nocturno. Verán que llegara en cualquier momento-dijo Jiraiya.
-¿Entiendes lo mal que suena eso?-reclamo Tsunade. –Una de mis esperanzas era que Naruto madurara con su viaje, pero no quería que se volviera un condenado pervertido como tú.
-Te aseguro que él ha madurado-aclaro el peliblanco. –Al menos un poco-susurro para sí.
-Eso no justifica que se haya vuelto tan impuntual.-cuestiono Sakura. –Pareciera que Kakashi-sensei le pego una de sus costumbres.
-Naruto al menos tiene excusas convincentes a sus tardanzas.
-Eso espero-dijo Tsunade. -Planeaba que hoy tuviera una prueba para medir el crecimiento de sus habilidades, pero a esta hora es imposible.
-No veo eso prudente. No, no, no. Esa definitivamente no es buena idea-dijo Jiraiya.
-¿Por qué? ¿No le entrenaste para combatir en la noche?
-Por el contrario. Puede que exagere un poco, pero Naruto en la noche es tan fuerte como tú y yo-dijo el peliblanco desconcertando a las presentes.
Ninguna de las féminas pudo hacer más indagaciones al tema, pues una bruma negra se hizo presente en el centro de la habitación y le alerto.
-No hay de qué preocuparse. Ese Naruto-dijo Jiraiya, a lo que las presentes le vieron con más desconcierto.
Del fenómeno oscuro se materializo un sujeto alto con gabardina roja. La claridad de la habitación permitía ver otros detalles del mencionado, como unos gruesos pantalones de mezclilla color negro, unas pesadas botas con armazón metálico. La gabardina tenía al reverso una enorme cruz amarilla, con un muy distintivo espiral rojo en el medio.
El porte del sujeto solo podía pertenecer a un hombre y esto quedo demostrado, cuando este poco a poco fue desabotonando los botones delanteros de su gabardina, dejando ver unos muy trabajados pectorales. Era reseñable que la piel del sujeto era algo pálida, pero al nivel como la cierto Sannin enemigo de Konoha.
Cuando el sujeto se quito la capucha a las féminas se les callo la mandíbula, pues bajo ella se encontraba un rubio muy conocido para ellas. Este no era otro que Naruto, quien conservaba sus muy particulares marcas zorrunas en las mejillas. Su cabello había perdido algo de brillo, pero había crecido un poco. Su estilo seguía siendo picudo e incluía unas largas patillas que fueron reconocidas por Tsunade y su ayudante. Los ojos zafiro del chico ahora eran rubí, lo que resultaba algo muy extraño. Claro que no tanto como cuando este les ofreció una sonrisa al saludarles.
-Hola, Sakura-chan, Shizune-chan, Oba-chan. ¿Qué tal todo?-dijo el chico con sus colmillos al descubierto.
El folklore del continente shinobi incluía un extenso abanico de criaturas que iba desde las más pequeñas criaturas de invocación hasta los enormes Bijuus. Había leyendas muy respetadas como las que envolvían al Shinigami y otras que eran objeto de total burla como las de Pie Grande. Algunas eran cosas que solo hacían presencia en obras de ficción que solo leían fanáticos de la lectura.
Era por eso que Tsunade, Shizune y Sakura, quienes pasaban extensos periodos en la biblioteca para mantenerse actualizadas con el ámbito medico, reconocieron de una todas las características de un ser que debía ser ficticio.
-¡Kyaaaaaaaaa! ¡Un vampiro!-exclamaron las tres mostrándose muy impactadas.
-Wow. Se dieron cuenta más rápido de lo que esperábamos-dijo Jiraiya.
-Tienes razón-dijo Naruto igual de sorprendido.
-¿¡C-como!? ¿¡E-enserio eres un vampiro!?-dijo Tsunade, que sostenía un collar de ajos que había sacado de quien sabe dónde, al tiempo que Shizune y Sakura temblaban a sus espaldas.
-Es correcto, pero me gustaría que no lo publicaran a todo el mundo -cuestiono el rubio.
-No te preocupes. Ya tenía un sello de silencio en la habitación-dijo Jiraiya.
¡T-tu! ¿¡P-porque te muestras tan tranquilo!?-dijo la Hokage.
-Luego de un tiempo me acostumbre a la situación del gaki. A decir verdad, no es algo tan sorprendente una vez que recuerdas que Orochimaru hace todo tipo de experimentos raros.
-Agradecería que no me compara con ese tipo raro-aclaro Naruto. –Lo mío es mil veces más fuerte que todo lo que hace esa serpiente-dijo mostrándose orgullo.
-Eso no lo dudo.
-N-no hablen como si estuvieran hablando de un tema cualquiera-cuestiono Shizune.
-N-naruto. ¿En verdad eres una de esas criaturas chupasangre que salen en los libros?-dijo Sakura.
-Preferiría que no usáramos el término chupasangre. Suena demasiado raro. Pero si, puedo decir que tengo una dieta basada en el consumo de sangre. Debo decir que me gusta mucho la de tipo B, pero sin duda mi favorita es la tipo O-dijo el rubio viendo fijamente al pelirrosa.
Aquellas palabras fueron suficientes para helar a Sakura, que tenía ese tipo de sangre, y hacer que se desmayara.
-J-jiraiya. Tienes mucho que explicar-dijo Tsunade. -Quiero saber que le paso a Naruto Uzumaki en este instante.
-Naruto Namikaze Uzumaki si no te importa oba-chan. Hay cosas que no es necesario ocultar-dijo Naruto.
-¡Un momento! ¿Él lo sabe?-dijo la Hokage sorprendida.
-Sí. Ciertas circunstancias propiciaron a que fuera completamente honesto con él-dijo el peliblanco.
La noche fue larga en más de un sentido y aunque los presentes estaban cansados, las expectativas del relato de Naruto y Jiraiya evito que el sueño les venciera.
[Flash Back]
Todo se remontaba a un día cualquiera hace año y medio. Tanto Naruto como Jiraiya se encontraban en las fronteras del País de la Tierra, con el primero entrenando para controlar al Kyubi y el segundo buscando una forma para hacer que ese proceso fuera más eficiente.
Estaban bastante alejados de cualquier asentamiento, por lo que un intenso ajetreo en sus proximidades llamo su atención. La lógica decía que debían alejarse, pero dado que Jiraiya era un especialista en la búsqueda de información, era su deber averiguar que sucedía.
La escena que encontraban era completamente inverosímil. Se trataba de un enorme grupo lagartijas aladas de colores oscuros que solo podían ser comparadas con los legendarios dragones, peleando contra una hermosa mujer rubia vestida con kimono floral que tenía pinta de ser una marionetista, porque estaba acompañada por dos muñecas de madera de cabello verde.
Mientras las criaturas exhalaban rayos y llamas de una forma que hacían palidecer los jutsu de muchos jounin, la mujer rubia se defendía de las bestias usando un raro Ninjutsu para Jiraiya, pues implicaba la generación de hielo. Naruto en cambio lo asocio con el Kekkei Genkai usado por Haku, el shinobi con el que se topo en el País de la Olas.
El Sannin realmente no sabía cómo tratar con la situación. Una parte de él le decía que debía observar todo con detalle y otra le decía que debía tomar a Naruto y escapar de allí. Esa última acción se vio imposible de cumplir, pues antes de que se diera cuenta, Naruto se lanzo a ayudar a esa mujer que peleaba con los dragones.
Si necesitaba ayuda no era claro, pero el chico se vio en la necesidad de ir a socorrer a quien aparentemente estaba en desventaja.
Realmente no fue mucho lo que pudo hacer Naruto contra las bestias que enfrentaba, ya que incluso la técnica más fuerte con la que contaba, el Rasengan, era repelida por la dura piel de los dragones. Sin embargo, su presencia fue oportuna pues ayudo a la mujer a preparar una mejor ofensiva contra sus enemigos.
Jiraiya quedo en una pieza cuando vio que esa mujer podía convocar tormentas heladas que hacían que las bestias se convirtieran en trozos de hielo y cayeran en pedazos.
Todo parecía ir bien, pero en un desafortunado descuido, Naruto fue golpeado por las garras del último dragón en pie. No se trataba de un simple rasguño. El costado derecho del chico casi había sido arrancado por el golpe, dejándolo en un estado sumamente grave.
El desbordante Chakra del Kyubi mantenía al chico con vida, pero Jiraiya sabía que su discípulo necesitaba de atención médica inmediata o de lo contrario no la contaría. El problema era que no tenía conocimientos elevados del Ninjutsu Medico y ninguna de sus invocaciones sería capaz de ayudar apropiadamente al chico, como si sucedía con las babosas.
La rubia que se encontraba en el lugar también se vio preocupada. No conocía a Naruto de nada, pero era un hecho que quedo muy agradecida por la ayuda que recibió de él.
Jiraiya pregunto desesperadamente por una forma para curar a Naruto, pero esta dijo que era bastante mala en el área de curación, cosa que hizo que el Sannin palideciera. No le preocupaba la reacción de Tsunade ante esa tragedia, le estresaba el haberle fallado a Minato y Kushina en la misión de cuidar a su hijo.
-Hay una forma de ayudarle-dijo la rubia.
-¿Hablas en serio?-dijo Jiraiya recuperando la esperanza.
-Sí, pero debo advertir que el precio será muy grande. Este chico no tendrá una vida normal y estará condenado a una vida de soledad y exclusión.
-Madame. Le aseguro que eso no será nada nuevo para el chico. Solo pido que le salve. Este muchacho merece vivir.
-Solo espero que recuerden que se los advertí-dijo la rubia para entonces cortar la palma de una de sus manos. De la herida empezó a surgir una espesa sangre roja, la cual fue puesta en una copa de hielo que formo la mujer. –Bebe esto y vivirás. No de la forma que crees, pero al menos veras un mañana.
Sin estar en posición de negarse, Naruto acepto cuando Jiraiya le ayudo a beber de la copa. El Sannin no entendía muy bien como aquello funcionaria, pero debía confiar en que era un jutsu muy avanzado de curación.
Varios minutos de tensión pasaron y Jiraiya ni la mujer pestañaron ante la expectativa de lo que ocurriría. Un fuerte grito del rubio les hizo saber que el chico estaba recuperando fuerzas y entonces se percataron como la carne ausente en su herida volvía a su sitio y cerraba por completo la herida.
-¡Ha funcionado!-dijo el peliblanco viéndose muy aliviado.
-¡Es increíble! No pensé que aceptaría mi sangre tan rápido-dijo la rubia.
-El ya tenía un factor de curación acelerado. Tal vez eso debe haber influido.
-No. Eso más bien hubiera provocado un rechazo a lo que hice.
-Disculpe si mi pregunta resulta atrevida, madame. Pero debo saber quién es y cómo fue que curo al gaki.
[Fin Flash Back]
-Su nombre era Evangeline McDowell y la forma en la que me salvo es bastante obvia-dijo Naruto. -Me convirtió en un vampiro, justo como lo era ella. No puedo decir que sea algo agradable, pero es mejor estar muerto "muerto"-dijo el joven mostrándose serio.
-Me causo una gran impresión el giro que tomo nuestro viaje y no estaba seguro de cómo lo llevarías, por eso no te dije nada en todo este tiempo-dijo Jiraiya.
-Ciertamente no es algo con lo que alguien podría lidiar muy bien-dijo Tsunade mostrándose pensativa.
-Sin embargo, confiaba en que ustedes tres podrían lidiar con los hechos. Opte por decirles todo cuanto antes, ya que no quiero ocultarles lo que soy. Supongo que ya Sakura sabe de mi posición como jinchuriki, así que no debería causarle mayor revuelo.
-Sí. Luego de investigar sobre los Bijuu pude deducir muchas cosas sobre ti-dijo la pelirrosa. -Lamento mi anterior comportamiento y aunque me causa algo de miedo este asunto del vampirismo, entiendo perfectamente cuál es tu posición. Gracias por confiarnos esto.
-Debo decir que estoy casi sin palabras-dijo Shizune. –Nunca pensé que algo así te pasaría, Naruto. Al menos es propio decir que no saliste mal parado. Suelen decir que los vampiros son seres cadavéricos y demacrados, pero tú estás hecho todo un galán.
-Suena como una desesperada, Shizune-dijo burlonamente Tsunade. –Pero ciertamente estos años te han tratado bien, Naruto. Ya no eres el enano que parecía un chiste de ninja. Eres un shinobi hecho y derecho.
-Supongo que has entrenado mucho, Naruto-dijo Sakura tratando de ocultar el sonrojo que le provocaba admitir que el rubio era un buen partido.
-Es correcto. Evangeline me entreno para que aprendiera a usar mis nuevas habilidades y me enseño otras cosas más-dijo el Uzumaki.
-Ella dijo que era lo mínimo que podía hacer por las molestias ocasionadas-dijo Jiraiya.
-¿Esa mujer era de alguna aldea ninja?-dijo Tsunade.
-No, pero ella dijo que era del este.
-Es decir que era del País del Agua.
-No. Mucho más al este.
-¿Lo dices en serio?-dijo la rubia sorprendida.
-Las naciones elementales pronto no serán las únicas potencias conocidas, Tsunade. Debemos estar preparados.
-Y eso implica que reclame algunas cosas que me pertenecen, Oba-chan. Espero que entiendas que no puedo seguir en el mismo apartamento que habitaba. Necesito la casa de mis padres
-No es algo tan sencillo-dijo la Hokage. -Eso implicaría que se reconociera como el legítimo sucesor de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki. Tendrías que asumir la cabeza de ambos clanes y un montón de cosas que seguramente te molestaran.
-Ya me las arreglare. Lo único que mantendré en secreto es mi condición. No es algo para que todo el mundo lo sepa.
-Entiendo. Supongo que ahora no la llevas muy bien con cosas como la luz solar.
-Ciertamente me molesta el sol, pero puedo lidiar con él. No soy un vampiro de segunda como los de esos libros. Es solo que quiero mantener mi perfil bajo como lo haría cualquier ninja.
-Me agrada escuchar que pienses así.
-Aparte de nosotros. Solo dejare que Kakashi lo sepa. Eso suponiendo que trabajare con él cómo lo hacíamos años atrás.
-Sí. Planeo que tú, Sakura y Hatake trabajen en equipo. Aunque es algo que luego podemos discutir.
-Me parece bien. Ha sido un viaje y quiero descansar un poco.
-Cielos, ya casi amanece y se supone que hare unas rondas en el hospital-dijo Sakura. Supongo que no podre darte un recorrido por la aldea. Ha cambiado mucho desde que te fuiste y quisiera enseñártela.
-Puedo esperar a que estés libre.
-De acuerdo.
-Yo también me retirare. Es sorprendente que ya amaneció-dijo Tsunade.
-¿Acaso esta demente?-reclamo Shizune. -Ya dejo muchas cosas pendientes y tiene que hacer los trámites para que Naruto-kun pueda reclamar sus cosas.
-Pero…-dijo la Hokage con una lágrima en los ojos.
Naruto y Jiraiya entonces salieron de la torre, con el rubio poniéndose de nuevo su capa para cubrirse. Ambos empezaron a caminar por la calle, aun ausente de transeúntes.
-Gracias por no haber hablado demás-dijo el rubio al Sannin.
-No tienes nada que agradecer. Tú pediste algo y yo cumplí.
-Y por eso yo también cumpliré con mi parte. Después de todo, Tsunade si pico como esperabas.
-Ella puede ser muy cabeza dura, pero como Hokage no tiene como negarse a los hechos. Como único heredero de los Namikaze y Uzumaki tendrás a tu alcance libertades por las que otros hombres matarían.
-Debo decir que al principio pensaba que tu idea era una completa estupidez, pero viendo como reaccionaron Sakura y Shizune, no dudo que tendré éxito.
-Así es, Naruto. Tu conseguirás un harem y yo escribiré las mejores novelas eróticas de la historia-dijo el peliblanco riendo.
-Cuyas ganancias serán distribuidas en un 60/40 a mi favor.
-Sigo viendo ese trato injusto.
-Primero, tu intimidad no es la que se verá perturbada. Segundo, de por si tu no gastas más que en cosas baratas. No se para que te preocupas por el dinero. Por último, el trabajo difícil me toca a mí.
-¿Difícil? ¡Solo mírate! Con esa apariencia es sencillo que conquistes a cualquiera. Justamente por eso que tus libros serán un éxito.
-Solo por favor no hagas que la personalidad de mi personaje sea una basura. No quiero que sea un emo resentido con toda la existencia.
-Yo no haría tal cosa.
-Tengo mis dudas-dijo severamente el Uzumaki. -En fin. Voy a descansar un rato-dijo el chico. Aunque antes de que dieran un salto hacia su hogar, se percato de una escena a lo lejos.
-No debe alejarse de esa forma, Ojou-sama-dijo un hombre vestido con el traje estándar de Konoha a una chica frente a él. –Se expuso a un grave peligro.
Se trataba de una chica de piel clara y cabello castaño, que vestía un conjunto de entrenamiento femenino purpura con un chaleco corto color beige. Decir que era una adolescente era tal vez decir mucho, pues su altura era correspondiente con la de los graduados genin.
Su identidad era más o menos clara, pues sus distintivos ojos perla eran sin duda el Byakugan. El doujutsu del clan Hyuga.
El hombre junto a la chica también era de ese clan y al parecer estaba bastante molesto.
-Yo hago lo que se me venga en gana. ¡No soy ninguna niña!-dijo la castaña.
-Eso no significa que puede apartarse de mí.
-¡Tan solo me aleje para revisar una tienda! No sé por qué haces tanto alboroto.
-Paso 5 minutos lejos de mi vista.
-Y fueron los 5 minutos más libres de mi vida. No necesito que tengas tus ojos sobre todo el tiempo.
-Pero su padre ordeno que….
-¡Me importa un bledo lo que diga Otou-san!-dijo la chica saltar lejos de allí.
-¡Espere, Ojou-sama!-dijo el hombre para luego seguirle.
-Ja. Parece que esa chica tiene problemas. ¿De casualidad sabes quién es?-dijo Naruto a Jiraiya.
-El shinobi que le acompañaba era Touma Hyuga, así que puedo deducir que ella debe ser Hanabi Hyuga, pues Touma es el encargado de ser su guardaespaldas.
-¿Y porque necesita un guardaespaldas?
-Ella es hija de Hiashi Hyuga, el líder del clan. Aunque es su hija menor, ella es la próxima heredera del clan.
-¿Hiashi? Eso quiere decir que ella es hermana de Hinata, ¿verdad?
-Es correcto.
-Mmmmm.
-Ciertamente es alguien que pudiera estar en tu mira, debo decir que es demasiado pronto. El libro no debe tener contenido ilegal.
-¿¡Por quien me tomas, maldito Ero-sennin!?-reclamo Naruto.
-Solo comento. Dada tu situación, puede que tengas gustos particulares.
-Tengo gustos normales. Los justos que tendría cualquier hombre.
-No. Tú eres un pervertido lolicon-dijo una pelinaranja en la mente del chico.
-Tú cállate.
-No es algo que puedas negar. Yo soy el vivo ejemplo de tu afición.
-Fue un accidente.
-Uno que no tiene perdón-reclamo Chisame.
Naruto entonces finalmente se dirigió a su casa, no sin antes comprar un par de ramen para llevar. Fue una compra fugaz y no dio la cara a los propietarios, pues aun cuando eran personas muy apreciadas, sabían que ellos no procesarían bien su apariencia.
Su apartamento era un sitio gobernado por el polvo y las telarañas, pero el chico no le dio mayor importancia y se dispuso a comer de la sopa junto a la pelinaranja que se manifestó en el exterior.
-No me llena ni me satisface, pero me sigue encantado el sabor del ramen-dijo el rubio sorbiendo los fideos.
-Hubiera preferido algo dulce-dijo Chisame.
-Es un poco ridículo con lo amargada que eres-dijo el chico que entonces fue ensartado por los palillos que usaba la chica.
-¿¡Quien pidió tu opinión!?-reclamo la de lentes.
Naruto no pudo objetar, pues su atención se poso en una mancha negra que se manifestó en el medio de la sala.
-Por fin. Ya estaba pensando que esa baba no daría señales de vida-dijo el rubio quitándose los palillos de la frente.
Del suelo surgió una masa negra que manifestó un par de ojos completamente amarillos, con una burlona y afilada sonrisa.
-Saludos, mi señor. Es un placer poder comunicarme con usted-dijo el oscuro ser.
-Ahórrate las formalidades, Zetsu-dijo firmemente Naruto. -Solo dime lo que me interesa. ¿Ellos ya harán su movimiento?
-Ese es el motivo de mi visita. Akatsuki pronto mandara un equipo a Suna por el Ichibi.
-Perfecto. De todos los objetivos, sin dudas ese será el más complicado. Es bueno que sea el primero o sería difícil de alcanzar en el futuro.
-Pain piensa que se deben sellar los Bijuu en orden por lo que sus movimientos serán predecibles.
-Es bueno saberlo. Ahora retirare, no dudo de tus habilidades de infiltración, pero no quiero correr riesgos. Avísame cuando capturen al Bijuu.
-Como guste, mi señor-dijo Zetsu para volver a desaparecer.
-Es repugnante lo lambiscón que es esa cosa-comento Chisame.
-Pero es un aliado muy eficiente.
-¿Acaso estás insinuando que soy una inútil?
-No, pero tomando en cuenta que solo te apareces para quejarte y comer, si puedes decir que eres algo haragana…-inmediatamente Naruto recibió una patada de la pelinaranja.
-Eres un caso perdido.
-Dices eso, pero igual me quieres.
-Ja. Eso quisieras-dijo Chisame negando. –A todas estas, en serio crees que fue buena idea de que revelaras tu condición a Konoha.
-Claro que lo fue. Si las personas de mi círculo de confianza lo saben, no sospecharan de cualquier comportamiento que no sea propio de mi viejo ser.
-Dudo mucho que confíes en esa gente.
-No lo hago, pero allí está la segunda razón. Es más fácil guardar un secreto cuando los demás piensan que no les guardas secretos.
-Te recuerdo que ese tipo de jugarretas es el área de los Kitsune, no de los vampiros.
-Eso solo aplica para los comunes y corrientes. Yo soy distinto.
-De eso no hay duda.
-Ahora descansemos un poco. Tenemos muchas cosas que hacer.
Esta historia estaba programada para salir con las otras dos más recientes, pero termino retrasándose por motivos varios. Espero que les guste.
