Disclaimer: Suzanne Collins es dueña de Panem. Yo sólo la vuelvo loca.
Este fic participa en el Torneo entre Distritos del foro Hasta el Final de la Pradera. (599 palabras)
Sus héroes
Las luces de las cámaras la ciegan por un momento a pesar de que ha hecho ésto lo que ahora parecen millones de veces, sobretodo ahora que saldrá la última película, las entrevistas le llueven. Félix Evenlight le da la mano sonriente y ella no puede evitar compararle con Caesar Flickerman, con aquél traje brillante y el cabello perfectamente negro, éste hombre no tiene una sola cana a pesar de estar en sus cincuentas y de arrugas ni hablar. No está permitido envejecer en televisión.
—¿Qué tal el vuelo? —le pregunta sin dejar de sonreír ni un momento. Suzanne se remueve incómoda en el asiento, la tonelada de maquillaje que le han puesto antes de entrar al set se derrite ante las docenas de focos y el traje que lleva puesto le aprieta la cintura y no la deja respirar bien.
—Perfecto, muchas gracias —logra decir, y aunque está segura que no sonó nada convincente, Félix Evenlight de "Buenas noches con Félix" sigue sonriendo con entusiasmo.
—Personalmente no he viajado en ésa aerolínea y desde lo de Massachusetts menos... pero he oído que ya han corregido el problema —comenta. Suzanne no quiere tomárselo a mal, pero le ha parecido agresivo. Si tan sólo el hombre quitara aquella sonrisa permanente.
Las luces parecen brillar aún más con un sonoro «flush», que pone a todos en el set en marcha.
—Un minuto. —Les dice una chica que lleva un sujetapapeles, tres radios en las manos y un intercomunicador en la oreja. Tiene la piel ceniza y ésa mirada inteligente que tanto imagina en sus personajes del Distrito 3.
De pronto tiene mucho calor. Las luces la desorientan y el rostro de Félix se vuelve cada vez más borroso.
—¿Señorita Collins? —La chica corre a su encuentro. Suzanne le sonríe, tiene los ojos de Wiress.
Un sordo dolor en la cabeza la despierta de golpe. Alguien la acuesta en la cama de nuevo.
—Tranquila, ya pasó.
Suzanne voltea la cabeza y arruga el ceño. «No otra vez» piensa. Mientras tanto, en una silla mirándole preocupado, está Beetee Latier.
Un rápido examen a su al rededor confirma sus sospechas, ha vuelto a entrar en Panem. Últimamente le pasa muy seguido, y quiere pensar que es su propia imaginación reviviendo la historia que creó y no ella volviéndose completamente loca.
La escena le resulta familiar, es una de ésas veces en la que es una campeona del Distrito 3.
—¿Quieres oír el plan? —pregunta Beetee con tono nervioso. Suzanne asiente con la cabeza—. Sin discusiones, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
—Wiress y yo iremos. Debe de haber alguien en el centro de control que aún pueda hacer algo, sabes que mi influencia en el Capitolio no es lo que solía ser y Wiress... —Beetee suspira derrotado y Suzanne lo entiende, ambos saben que no saldrá de la arena esta vez—. Ella me necesita.
Suzanne toma la mano de uno de sus personajes favoritos, pensando en lo injusta que ha sido con él. Beetee es brillante, es un genio loco que ama con locura. Pero al menos aquí, en su imaginación puede consolarlo.
—Lo lograremos. Todo ésto valdrá la pena, lo prometo —dice tomando su mano. Beetee la mira con un poco de envidia, quisiera poder tener su confianza, pero claro, él no sabe lo que ella—. Katniss es nuestra mejor apuesta.
En la mañana de la Cosecha para el tercer Vasallaje, ninguno de los dos campeones del Tres dejan de apretar su mano hasta que suben al escenario como tributos, una vez más. Suzanne se enjuga las lágrimas, henchida de orgullo. Son héroes. Sus héroes.
N/A:
Pues es lo que ha salido, espero que les haya gustado. La verdad es que me encantan todos los Distritos y el Tres tiene mucho de dónde cortar, es una lástima que haya llegado tan tarde. En fin, suerte a todos y un beso enorme.
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