Hola…otra vez…bueno, en ésta ocasión éste fic no es mío, yo no hice ninguna contribución, sólo traduzco (Hasta bilingüe salí) toda ésta idea le pertenece a Material-Blade, el auténtico autor de éste fic.
Disclaimer: Ranma ½ no me pertenece, sí, sólo Ranma ½ es todo lo que mi fic contiene ¿Pueden creerlo? Apuesto a que no. Y seguramente no pensaron que Ranma ½ tuviera fic que se escribieran una y otra vez ¿Verdad?
Su Guerra
"Everything you have, I will take. Everything you love, I will destroy. And then, I will kill you. This I vow."
— Saotome, Ranma
"Todo lo que tienes, lo tomaré. Todo lo que amas, lo destruiré. Y entonces, te mataré.
Es una promesa."
-Saotome, Ranma.
Prólogo
Durante años nos mantuvieron en esa jaula. Un hoyo negro para sus putas y sus cautivos. La debilidad. Los prisioneros. Aquellos a los que derrotaron. Yo fui uno de ellos. Y nos pudrimos ahí. Todos nosotros lo hicimos. Todos los que vinieron antes que yo, estaban muertos. Cosas rotas. Poca fuerza de voluntad. Ni el menor de ellos. Pero esos fuertes testamentos que se tenían desde hace tiempo que estaban rotos y rayados.
Recuerdo la primera noche. El miedo. El dolor de todo esto. Solía pertenecer a la tribu Amazona, había sido un símbolo. Y antes de esa noche, nunca había conocido el miedo. Terror. Antes de esa noche, nunca había llorado para dormir, deseando que la vida fuese sólo un sueño.
¿Fueron días? O ¿Fueron décadas que estuve en esa jaula? ¿Forzándome al capricho de nuestros "maestros"? Golpeándome hasta que la obediencia fuera la única cosa que recordara ¿Cuánto tiempo ha pasado?
No lo sé y no me importa.
El día en el que ella fue arrojada a mi celda, desnuda y fría justo como lo estuve hace mucho tiempo…fue el día en el que nací otra vez.
Akane Tendo estaba aterrorizada ¿Cómo podría ser? ¿Cómo podía ser posible? Bueno…obviamente ella supo cómo…¡pero sencillamente no podía ser!
¡Oh dios! ¿Qué haría? ¿Qué debería de decir? El terror se deslizó por su espina dorsal. Mousse… no era el tipo de persona que la dejaría por algo como esto ¿O sí?
Un momento…esto…podría estar mal.
Correcto, ella tenía que intentar otra vez, sólo para estar segura.
Diez minutos después y otras tres pruebas sólo confirmaron lo que había salido en la primera.
Estaba embarazada.
Oh dios.
Si era un niño podría casarlo con la pequeña Ranma-chan para unir las escuelas.
Agh…! Se estaba volviendo como su padre!
Su mente estaba saltando de un lugar a otro, tan rápido que apenas podía formar algún pensamiento coherente, era la única cosa que la mantenía apoyándose contra la pared, deslizándose hacia abajo y haciendo berrinche.
¡Kasumi! Kasumi sabría que hacer.
De pie, se acercó a la puerta, caminando lentamente, hasta que se topó con algo duro, rebotando y cayendo directamente al suelo.
-Auch…- ella gimió. –Oye, mira por dónde…¡Mousse!-exclamó aterrorizada.
-¿Estás bien, Akane?- preguntó preocupado mientras se arrodillaba a su lado, su blanca y larga túnica la había cambiado por ropa japonesa tradicional, una camisa verde y pantalones negros, haciéndolo parecer igual a Ranma, si realmente pensaba mucho en eso, la única diferencia era la falta de lentes.
Sus brazos rodearon su cuello sujetando sus rodillas alzándola fácilmente, Akane casi se desmayo. ¿Cómo demonios podía desagradarle éste hombre a Shampoo? No tenía sentido para ella.
Pero ella no pudo contener las lágrimas.
-Estoy…estoy bien, idiota- ella maldijo. –No hagas eso, se supone que tienes que avisarme cuando vienes-.
Ella estaba haciendo muchos berrinches ¡Maldita sea¡ ¿Por qué? ¿Por qué no había parado de llorar desde hace unos días?
Hay que admitirlo, esta vez ella tenía una muy buena razón para llorar. Esta embarazada, ¡Oh Dios Mío! En verdad lo estaba, ella va a tener un bebé, un B-E-B-É y Mousse no lo sabía ¡No lo sabía!
Y ¿Si él no lo quería? ¿Sí la dejaba?
Dios ¿Cómo podía no llorar?
Ella casi golpea su cara en su hombro, rodeando con sus brazos su cuello mientras él la sostenía.
-Akane ¿Qué? ¿Qué pasa?- el preguntó. –Sé que no pude lastimarte mucho ¿Qué sucede?-.
Su voz era suave y cuidadosa. ¿Cómo sería cuándo él lo supiera? Cuándo le dijera que iba a tener un bebé, aunque ¿Tal vez él quisiera que abortara? ¡No! ¡Por supuesto que no! Pertenecía a la tribu de las amazonas, ellos no tenían abortos en China.
Aunque ¿Esto significaría que tendrían que casarse?
-Yo, bueno ¿Tú me amas?- balbuceó la chica.
Mousse sonrió –Por supuesto que sí ¿Qué ocurre Akane?- el preguntó.
Mouse se había acostumbrado desde hace mucho a las lágrimas de la chica. Ella lloraba casi todo el día y no le había tomado mucho tiempo a Mouuse hacer una conexión entre Akane y su padre llorón, era extraño. Después…después de la muerte de Ranma, Akane había…cambiado. Drásticamente, esto le dio raras ideas a la historia de Soun Tendo.
Ella se había vuelvo en una criatura llorona de emociones reprimidas. Toda esa emoción que la chica había contenido, siempre con su ira desatada ya que el objeto de su afecto había desparecido, dejando atrás a una niña que apenas podía pensar sin llorar. Ranma había sido su vida. Ranma había sido su amor. Ranma había sido todo para ella.
Ella no lloró mucho, aunque la muerte de Ranma le había dejado un fuerte impacto en ella. Nunca se volvió a enojar, instantáneamente su mente pareció saltar de una cosa a la otra tan rápido como para que los chorros de fuego dejaran a una chica completamente diferente de la Akane anterior.
Pero, era Akane, de quien se había enamorado.
Ahora ella se había vuelto cada vez más feliz día a día y Mousse ciertamente fue el que causó eso. El la estaba haciendo lo suficientemente feliz para olvidar su corazón roto.
Honestamente, Mousse no pensó que alguna de las prometidas de Ranma lo había amado como Akane lo hizo. Shampo…no estaba destrozada como Akane, ni tampoco Ukyo. Ellas dos estaban bien. Mousse recordó aquellos días. Una Mirada de la cara más joven de las Tendo meses después de que Ranma murió hubiera sido suficiente como para traerle depresión a cualquiera.
Ellos buscaron los restos en el Monte Horaisan. Días, Días se convirtieron en semanas y las semanas se convirtieron en meses. Buscando a través de la suciedad, por un cuerpo, por algo. Lo único que encontraron fue una de las muñequeras de Ranma.
Nada pudo haber sobrevivido al colapso de esa gran montaña.
Y Akane solo se había…apagado. Ella se volvió tan…diferente e incluso Kuno había parado de perseguirla. Por un corto tiempo Mousse recordó a Akane tomando refugio en Ryoga, pero eso era de esperarse. Ryoga había sido un gran amigo, incluso trataron de salir pero…sencillamente no funcionó. Ryoga había comenzado a molestarse y Akane seguía pensando en Ranma.
Pero ahora había pasado el tiempo suficiente para que ella olvidara y ahora él era su novio.
-Akane ¿Por qué estás temblando?- preguntó.
-Amm…Yo…yo estoy…eh…necesito ir…¡Necesito hablar con..! ¡Con mi hermana! Yo…regresaré en un momento-
Ambos oídos se animaron. Eso era inusual, no había muchas personas que visitaran el Dojo Tendo y pelearan, muchas personas simplemente caminaban por ahí, sólo lo suficiente, alguien estaba golpeando llamando la atención en el patio delantero.
-Yo, yo lo tengo- Akane dijo preocupada retorciéndose en el camino sin que Mousse cuidara de ella, corría hacia la puerta de enfrente.
Mousse arqueó su ceja hacia la chica, quien apenas estaba atendiendo a quien estaba en la puerta. Algo estaba mal, pero ¿Qué podía ser?
En ese momento, sus ojos se dirigieron a las envolturas de las pruebas de embarazo que se encontraban en la cama.
-Oh- Fue todo lo que pudo decir, su mente estaba tan impactada.
Ryoga miró hacia el reloj, esperando pacientemente por su cita destinada. El sudor recorría su frente, iba sintiendo sus cabellos en la parte trasera de su cuello con un horror abyecto el no saber que iba suceder hasta la fecha.
No era que él estaba listo para enamorarse definitivamente de ella, pero ellos casi nunca tenían citas. Además la versión de una chica acerca de una cita era tranquila…Él había descubierto recientemente eso debido a todos los finales de las peleas que había tenido en las citas.
¡Ja! Si sólo Ranma lo hubiera sabido en ese entonces pudo haberse librado de ella. Solo que ahora Ryoga se dio cuenta de que Ranma nunca quiso a la chica.
El suspiró, mientras su mente fue de nuevo a la pesadilla de su existencia. Y sin embargo ... no ... Porque, si no fuera por Ranma, ¿quién podía culpar a la hermosa mujer con quien estaba a punto de pasar la noche?
El apartó sus ojos del reloj con cautela. Ya era tiempo…una puerta y otra y otra. ¡Ah! Ahí está la salida.
Después de haber salido del edificio, un logro digno, ya que él estaba más que orgulloso considerando que él solo abrió tres puertas y todavía habían otras cuarenta en el establecimiento, el saltó.
La batalla fue en un instante, tan pronto como su novia tiró su arma contra él con pasión. El sudor vertido en su núbil cuerpo, el calor de verano viniéndose en el cuerpo de la hermosa chica y el no podía dejar de adorar el arco de su increíble tiro, siguió su arma hasta donde ella apenas lo echaba de menos.
Esquivando una vez, dos veces, ahora ella estaba sin armas, ella cuidaba los dos y le llevó un momento para la chica recuperarlos, el tomó su oportunidad. Arrebatando veintisiete pañuelos de su frente, les puso en marcha con una precisión vertiginosa a la chica, la furia caliente dada su visión como siempre lo hizo en el fragor de la batalla.
Aunque tenía que hacerlo con ese oponente en particular
La gracia de la niña fue increíble ya que saltó y aventó bandas para la cabeza girando casi tan rápido como podía ver. Ella había estado entrenando demasiado, y su habilidad no había disminuido en lo más mínimo.
Ella…siempre fue casi tan buena como Ranma. Seguramente faltaría poco, con esa gracia que incluso la chica de cabellera roja ya no podría igualar.
El podía admitir eso ahora, lo había decidido. La forma de Ranma chica fue verdaderamente la más hermosa chica que el pudo ver. Salvo por la belleza enfrente de él, su prometida. Sin embargo, no podía dejar de compararse a sí mismo. El era mejor a como lo había sido Ranma. Ahora el estaba seguro de eso.
"¿Puedes hacer la cima de la montaña como si estuviéramos en un Castillo de arena, Ryoga? Nunca lo lograrás y lo sabes" su mente se lo decía, pero él
El…nunca había intentado diezmar una montaña. Su ki, su fuerte ataque. El huracán del tigre, no era un poder tan fuerte como el rugido de león después de todo, el de él era una técnica perfecta, sin embargo, el de Ranma era fuerte, era el ataque más fuerte que Ranma pudo haber hecho…..
Bueno, eso no importaba más.
Antes de que él pudiera parpadear, la chica estaba encima de él. El rechazó las patadas de lado que la chica había de algún modo había hecho tan rápido con su pierna derecha, apoyándose en el borde del edificio en el cual se puso de pie. El saltó hacía atrás y estando lejos del arco de ella que giraba alrededor ¿Qué demonios?
-Sorprendido ¿No? Ella dijo delicadamente aún cuando su pie se estrelló contra su cara, la chica giraba en el extremo de un bonbori que ella había sacado de la nada.
El voló sobre el edificio pero fue atrapado fácilmente sintiendo fuertemente la patada. Si una cosa no había cambiado era la resistencia y la dureza de un Hibiki. Siempre había sido mejor que Ranma en ese aspecto. Lástima que no contaba con lo suficiente como para derrotar a la chica.
¡Demonios! ¡Él estaba en una pelea! Am…¿cita? ¿Qué demonios estaba pensando?
Su paraguas estaba en sus manos antes de que se diera cuenta. Y la apuñaló en el lado del edificio sin pensarlo. Delimitación de nuevo hasta la parte superior del edificio, lamentablemente dejando el arma de bambú atrás, que se arqueó sobre su prometida con facilidad.
Sonriendo ante su mirada irritada, el puso en marcha unos cuantos boomerangs como si fueran pañuelos siendo ella su objetivo, ésta al aterrizar los bateó con mucha facilidad
-Tu flojeaste- la chica exclamó acaloradamente. –No habrá diversión para ti esta noche-.
Eso fue más que suficiente para que el pobre muchacho se perdiera en la desesperación.
-¿Qué? Tú aprendiste un nuevo truco, eso no significa que yo haya flojeado, estoy más que de pie- El gritó en señal de protesta.
-Lo encontré en los registros del pueblo, así que ya perdiste- la chica replicó, su voz afilada con la misma rabia y fuego que él comenzaba a amar de ella.
Se formó una sonrisa en su rostro y él tiró otro pañuelo. Sólo uno, pero éste era un poco diferente.
El pañuelo voló a una velocidad que ni siquiera Ranma hubiera podido comprender. Una gran cantidad de arena cubrió a la chica antes de que pudiera parpadear.
-Creo que tú eres la única que ha estado flojeando, airen-. Dijo con una sonrisa lujuriosa al mismo tiempo que la blusa de la niña se abrió.
La chica parpadeó, por un momento, parecía no reaccionar ante lo que él había hecho, entonces ella se dio cuenta de que sus pechos cubiertos sólo por un bra estaban un poco afuera a plena luz del día y los restos de su blusa se encontraban en el suelo.
Shampoo tuvo la decencia de sonrojarse con furia.
-¡eso no fue justo, hiciste trampa!- él la miro y la ira de la chica hizo que bajara un poco su cabeza.
-Así que el prometido de Shampoo es más fuerte que ella, nada mal. Pero Shampoo, am…yo necesito entrenar más-.
Ryoga sonrió orgulloso ante el uso correcto de la chica en los pronombres, pero el decidió que no estaría de más recompensarla por lo idiota que él había sido, e intento llegar alegremente a un acuerdo en su natal chino.
Cuando la chica estalló en una carcajada, el asumió que había dicho algo mal
-Airen tonto- ella replicó cuando su ataque de risa finalmente paró. La china se acercó hacía el con alegría, sonriendo, mientras dejaba que sus brazos se deslizaran por sus hombros, mientras él se recargaba sobre su espalda.
-Por lo menos, ¿Qué palabra?...lo intentas- la niña terminó después de buscar la palabra a usar, después de esforzarse un poco para llegar a él.
Ryoga sonrió.
-Así que…¿no habrá diversión para mí están noche?- murmuró, cambiando una parte maliciosa por la parte expuesta de su escote.
-Parece un poco como debería de ser, yo te digo eso-
La chica se ruborizó aún más, había pasado mucho tiempo desde que Ryoga la derrotó, pero no se arrepintió de eso, sabía que Ryoga estaba lejos de ella…justo como…como Ranma lo estuvo.
Ella no lo negó. Eso la apartaba de pensar hace mucho tiempo en viejos amores. Lo había hecho bien, logrando mantenerlo fuera de su mente por casi tres semanas, días como estos…las puestas de sol, le recordaba aquellos días persiguiéndolo, lo que ahora ella admitía, probablemente había sido una presa incapturable.
Fueron buenos tiempos, independientemente de que al final se hubiera ganado su corazón.
De cualquier manera…eran mejores tiempos, no serviría dejar el amargo sabor del recuerdo de Ranma en ella.
Aún así, la invadían pensamientos de cómo pudo haber sido su vida ahora, con ranma, el hombre que peleó con Saffron, quien estando muerto, aún así, se lo llevó con él. El pensamiento la hacía estremecerse aún, pero tenía que cambiar, Ranma…se había ido. Y ella tenía tuvo que olvidar o nunca hubiera podido ser capaz de superarlo.
No era que Ryoga era una mala captura. El hombre podía caminar en el fuego por ella. Y honestamente, el probablemente podría volver basura a Saffron si tuviera la motivación adecuada. Incluso Ranma podría ser humillado por él.
Probablemente…
De repente unos golpes vinieron desde las escaleras frente a la puerta.
Que extraño, nosotros no la abrimos durante horas.
-¿Quién está aquí? Shampoo preguntó. La chica entonó, el ruido se hizo más fuerte.
Entonces el sonido de la puerta que se abrió se oyó a continuación. Sus ojos se estrecharon.
Nabiki Tendo estaba cansada. Todo el día había estado trabajando rigurosamente en su tarea y se había dado cuenta de que no era suficiente para terminar, o realmente hacer mella en todo lo que tenía que hacer.
Colectando dinero en la universidad era aún más difícil a comparación de la preparatoria. Todos los estudiantes eran muy tramposos e inteligentes.
Por supuesto, ella era más inteligente todavía. Pero esos estudiantes habían hecho Tokyo en U, no eran tontos. Incluso un poco de cerebro fue suficiente para ser capaz de evitarla. A diferencia de Furinkan dónde había sido una reina, su palabra, su ley, aquí no era más que un chiste. Colectores de matrículas eran más fuertes que ella.
Pero ella había crecido, vaya que lo había hecho. Tenía planes, grandes planes por hacer. Incluso después de que terminara la universidad, ahí era donde estaba la elaboración de su campo de batalla. Ella sería nuevamente la reina. Oh si, ya llegará el momento.
Pero primero tenía que terminar su maldita tarea. Nadie le dijo cuán difícil podría ser la universidad.
Afortunadamente, las finanzas no eran un problema para ella. Sin papá pidiendo prestado su dinero cada dos días para la reparación de la casa o Kasumi con un poco de dinero para la cena de esta noche, había mucho menos de que preocuparse. ¿Matrícula?, ¿vivienda? Solo eran un pedazo del pastel, ojalá no se vieran obligados a residir en estas pequeñas y malditas habitaciones. Obligados a estar con una chica que era incluso más extraña que Ryoga.
Problablemente, no kuno, tal vez el par de oro, pero sin duda más extraño que Ryoga.
-Luces como una mierda, Nabiki-. Rita su compañera de cuarto rió hacía ella, Nabiki se volteó en su cama y gruño a la única chica que se echó a reir. Suspirando ella miró el reloj montado en la pared, las dos y media, correcto. Agunata quedó de encontrarse con ella para pagar sus cuotas a las tres y media, un montón de tiempo para cerrar los ojos por un par de horas.
…
Un momento…
¡Maldición!
-¡Cállate! Nabiki maldijo, al mismo tiempo que se arropaba, sus ojos enfrentaban la luz del sol de media tarde filtrándose por la ventana.
-Tengo un examen este viernes y estoy muriendo por dentro-. Ella bromeó con los brazos cruzados.
-¿Quieres una soda?- preguntó la chica Chirpishly, su pelo rubio y el acento insoportablemente extranjero le hacía roer los nervios de Nabiki.
-Por lo general me ayuda cuando estoy muriendo por dentro- ella rió.
-Claro- respondió Nabiki.
Su compañera de habitación era cuatro años mayor que ella y está aquí solo porque sus padres que son increíblemente ricos no la quieren cerca, o al menos eso se insinúa. Nabiki saltó ligeramente debido a la dureza de la puerta de su habitación y de su compañera.
Lánguidamente, Nabiki se levantó. Odiaba abrir la puerta justo cuando estaba teniendo una siesta. Ella sabía que Agunata le aterraban los visitantes. Ella casi se rió de la chica, que ahora estaba en su cama, cubierta por sus sábanas y temblando, sería muy gracioso si no fuera tan común. Chica curiosa.
Nabiki abrió la puerta para encontrar tres soldados, todos claramente miebros de la Autodefensa Militar Japonesa. Militar de alguna clase. Todos ellos fueron condecorados con medallas, pero uno, el pequeño, se destacó mucho más que los otros dos.
-Hola señora ¿Es usted Nabiki Tengo?-pregunto a la ligera.
-Es señorita Nabiki- su compañero de habitación hiló de su lugar oculto en la cubre.
Nabiki suspiró.
Genma Saotome era un hombre Viejo, cuando su muchacho murió, el estaba casi seguro de que el chico se había llevado su alma con él. Otras cosas por supuesto, ha dado lugar a apariciones relativamente mayores que hace dos años y medio.
Aún así, no era un hombre tan viejo. Sintió su edad, pero no dejo decaerse como Soun cuando perdió a su esposa hace ya tantos años, no, el aprendió el error de su amigo y sabía que vivir en el pasado no le ayudaría.
En su lugar, estaba preparándose una vez más, era un poco mayor, pero como Happossai no le había hecho daño ahora era un poco más rápido, un poco más fuerte. Pero el sabía que podía hacerlo otra vez. Su pequeña hija, llamada Ranma antes que su hermano mayor, a pesar del género indebido del nombre, sería el más grande artista marcial nunca antes conocido. Pasando a Ranma por interminables kilómetros, pero esta vez habría diferencia, no saldrían de esa casa.
Había aprendido el error de eso , y se dio cuenta de que en el corto tiempo en que Ranma se había mantenido dentro de Nerima, su habilidad se había triplicado con seguridad. ¿Eso significaría que la pequeña Ranma se haría mucho más fuerte aquí?
Tal vez fue la colección de artistas marciales que los habían atacado de sus distintos viajes que habían creado un increíble avance en Ranma, pero aún así, muchas de esas personas se quedaron aquí. Ryoga y Shampoo estaban más que dispuestos a cuidar al protegido de su antiguo amor y Mouse y Akane estaban mucho más fuertes de lo que habían estado alguna vez.
Los dos realmente deberían tener un hijo, de lo contrario, otro viaje a Jusenkyo podría ser necesario, las escuelas podrían unirse.
Genma encontró que a pesar de todos los problemas que tenía, había uno sólo que superó a todos. El nunca le dijo a su hijo lo orgulloso que estaba de él, no realmente y ahora se lamentaba por eso.
Él no dejará a su hija, si ella muriera primero que él o si lo enterrarán dentro de cincuenta años, ella sabe que la ama, no importa lo que la chica hizo con su vida.
-¿Esposo? ¡La cena está lista! Y Ranma necesita un cambio…otra vez, esta vez es tu turno- escuchó la voz de Nodoka.
Genma gruño, y se paró de su estado meditativo, profundamente dentro del Dojo. Ha pasado caso un año y medio ahora. El santuario de Ranma estaba en el otro extremo justo enfrente de donde él estaba parado, era curioso pedirle un consejo a su ahora hijo muerto.
Pero el volvió a intentarlo, aquí, estaba en lo cierto.
El caminó lentamente adentrándose a la casa, a través del calor de la tarde y entró ingeniosamente por la puerta trasera. Cuando se hizo el Dojo, se vió obligado a hacer la habitación del fondo con el fin de poder tener más espacio. El trabajo de Genma era enseñar a los estudiantes de los Tendo, él había pagado por eso y ahora ambos eran bendecidos por las escuelas que se mantenían.
Soun había encontrado su unidad después de que Ranma murió. Diez años buscándolos, e incluso con los amigos de Ranma. El hombre tenía un alto grado de artista marcial, pero cuando se trataba de sparring, anhelaba otra pelea con su hijo pero no podía esperar a que su hija estuviera lista en la materia..
Ella ya estaba mostrando los signos, el ojo diestro, la habilidad de patear y lanzar puñetazos a su madre cuando ésta le daba comida que no le gustaba. Fue muy lindo, pero los recuerdos de cómo era Ranma cuando joven, picaban como avispa, pero para eso había un montón de distracciones para ahuyentarlos.
-Esposa, yo recuerdo claramente cambiarla hace menos de tres horas, es tú turno- el se quedó en su demanda, la voz varonil diciéndole que no aceptaría un no como respuesta.
Ella le sonrió y luego usó sus ojos…sus hermosos ojos, nervios, usando sus instintos femeninos para atraerlo a algo que él se estaba comenzando a resignar ¿Cómo? ¿Cómo podía ser de ella? Pasó unos instantes con la mujer que estaba parada frente a la estufa, fugas de vapor rodeando su cuerpo, cubierto por un delantal y extrañamente sin kimono por debajo de él en su lugar traía pantalones y una blusa de manga larga. Ella lo miro fijamente y movió sus ojos que normalmente sólo funcionaba una vez al día para conseguir que hiciera algo por ella
Honestamente, si lo usara más de una vez, podría conseguir mucho más cosas pero por ahora ya lo había hecho. Era su arma para luchar contra su tono exigente.
Evidentemente, el suyo era mucho más fuerte.
-Bien- el murmuró alejándose, la mujer rió y se volteó hacía la estufa.
De repente, alguien llamó desde la puerta principal que era dura, fuerte y firme haciendo eco en la parte trasera de la cama.
-Yo…- Genma comenzó a hablar.
-Yo iré…- su esposa lo llamó alegremente, interrumpiendo además de temer que Genma se escapara de cambiar los pañales.
Genma caminó dentro del cuarto de la bebé y encontró a su hija haciendo berrinche. No se había dado cuenta antes de que abriera la puerta del cuarto. Mm ¿Se considera como un hábito bastante malo? Asistente para la optimización de su hija llorando sin duda no era una gran idea.
¡Oh bueno!
Genma hacía tiempo que había inventado, perfeccionado una gran y potente técnica. Valorado por la madre, niñeras y curiosamente por unos pocos maestros Zen de todo el mundo, la técnica todo se vale de las artes marciales en el cambio de pañales era una maravilla.
Es segundos la niña estaba muy felizmente creando torres con los bloques y comenzaba a golpear otra vez. Ella iba a cambiar el mundo, sin duda, lo haría.
-Esposo, ven a la sala, ahora- esta frase provino de Nodoka su voz era urgente, pulida por la preocupación.
Una gota de sudor bajaba por la frente del hombre y de un salto se paro, para caminar por los pasillos hasta llegar a la habitación de enfrente. La preocupación lo encadenó al ver a no menos de tres oficiales militares parados en su vestíbulo.
¡Él había pagado todas sus deudas! Había pasado mucho tiempo en la cárcel pero todo eso había finalizado ¿Qué podía ser ahora?
-¿Quiénes son? Y ¿Qué quieren aquí?- dijo humildemente.
Genma tenía una mala opinión acerca de los oficiales, pero nunca antes se había encontrado con militares peor aún así dudaba que no sería muy diferente a la policía local. Irritante, arrogante y débil. Y no necesariamente en ese orden. Ellos pensaban que un arma era suficiente para defender a un país, cuando un verdadero artista marcial podría destruir con un movimiento especialmente fuerte. Tontos.
-Genma y Nodoka Saotome, supongo- el pequeño de los tres hombres preguntó, vestido en un traje negro que Genma creyó reconocer en sus días de viaje con el maestro a través del mar sobre los barcos. Pensó que parecía elegante y actualizado desde entonces.
Decorados con medallas de todo tipo, los tres, el más bajo ha mantenido un aire de autoridad que regula fácilmente a los otros dos mas o menos como una copia de seguridad. Honestamente Genma estaba un poco sorprendido de que estuvieran aquí, por lo menos no eran tan arrogantes, si se trataba de alguna pelea pasajera sería premiado por ellos, por lo menos conocían su poder de energía.
-Si- dijo Genma arrastrando las palabras.
-¿Qué es lo que desean? He pagado las deudas con la sociedad, yo no quiero problemas ¿Por qué están aquí?- exigió, la autoridad de su voz al hablar con su esposa era una miseria a comparación de su ira de ahora.
El hombre tuvo la decencia de retroceder un poco, pero solo un poco.
-Todo va bien y sin hacer nada- Genma pensó.
-Genma y Nodoka Saotome, soy Kyoke Setsoki, Jefe de Asuntos Exteriores de Ayuda al Emperador, estoy aquí para adquirir, así como otros individuos específicos, Genma, tu país te necesita-.
El hombre habló con elocuencia, como si el discurso no hubiese sido ensayando, las palabras fluían como si rodasen por su lengua.
Genma parpadeó dos veces.
-¿Estoy siendo reclutado?- preguntó Genma.
Setsoki frunció el ceño y decidió hacer caso omiso a la cuestión.
-Necesito que los dos vengan conmigo inmediatamente, el emperador tiene necesidad de verlos-¿Nuestro país nos necesita? ¿Para qué?- Genma reclamo, pero un codazo de Nodoka llegó más rápido que su observación, pero no lo lamentó.
Interrumpió, mucho más educadamente que como Genma lo había hecho, Nodoka asumió su papel de esposa tradicional, pero aún no estaba libre de escepticismo.
-Por supuesto. Somos ciudadanos de Japón. Estaremos encantados de ayudar de cualquier manera en lo que el emperador desee. Pero... Si me permite la pregunta ... ¿por qué? Nosotros esperamos que sea capaz de decírnoslo-.
Setsoki cortó bruscamente a Nodoka.
-A ésar de todo, tienen que venir, tienen que ser embajadores de la finca hoy conocida como la Nueva China-.
-¿China?- Genma explotó con odio. –Tengo una hija y me pides que lleve a mi esposa en plena guerra civil-
Setsoki hizo una pequeña sonrisa.
-Ay por favor, tenga en cuenta que la guerra en China ha terminado, un nuevo monarca ha tomado el trono-
-¿Enserio? Esa es una buena noticia- Nodoka interrumpió antes de que Genma tuviera la oportunidad de hablar.
-En efecto, señora- el hombre respondió moviendo su mano para acomodarse su gorra militar.
-Y es por eso que necesitamos que vengan con nosotros con el fin de permanecer en paz con la Nueva China, te lo aseguro, usted y los suyos no sufrirán daño alguno-.
Genma miró a los otros dos soldados con suspicacia, habían permanecido en silencio detrás de Setsoki, como muros de piedra. Todos fueron sancionados. Teniendo en cuenta que seis o siente años podrían engañar a Kuno, aunque trabajaran para él.
Sus ojos se centraron nuevamente en Setsoki. El hombre estaba cansado con seguridad e irritado, parecía que estaba haciendo esto durante todo el día.
-¿Algunos otros? ¿Cómo quién?- Genma preguntó ociosamente. A juzgar por el hombre se pudo dar cuenta de que había algo de sinceridad en su voz. Rabia de no saber la razón por la que fue tirando a esa gente de su vida.
Eso fue casi lo único que dejo a Genma simpatizar con el hombre.
-Entonces supongo que no sabes porque nos necesitan-. Nodoka preguntó expresando las reflexiones de Genma.
-Yo…temo que el emperador no me dijo nada bien, señora- afirmó decepcionado.
-Mis órdenes son para que usted y su esposo se presenten en la oficina de asuntos exteriores mañana por la tarde, por cualquier medio necesario-.
Las palabras no se entendieron como una amenaza. Nodoka y Genma eran lo suficientemente poderosos como para tomar las armas de esos hombres antes de que cualquiera de ellos parpadeara. Curiosamente, parecía que lo sabían.
Un momento de silencio pasó.
-¿Se puede garantizar que ni mi hija ni mi esposa sufrirán algún daño?-Genma le pregunto fuertemente.
-Si…siempre hay algún riesgo, pero no habrá ningún peligro, la lucha ha terminado, muchos espías lo han confirmado, ha terminado- dijo el hombre de una manera segura.
Genma aún parecía escéptico.
-y… ¿Mencione que este pago se realiza enn siete pagos?-
-¿Cuándo nos vamos?-…
Notas:
Bien…he terminado el primer capítulo, espero les guste, pero díganme ¿Quieren que continúe la historia? ¿Les gustó?
Bueno por si alguien más lo sigue dudando yo NO hice esta historia, no me pertenece, si quieren dejar un comentario ¡bien! Si quieren contactar al autor sólo busquen este fic en mis favoritos o si no yo les puedo pasar su recado XD.
Cuídense.
Sparring: en contexto deportivo se usa para describir a una persona o equipo que sirven al deportista para practicar, no contra quien compites de forma oficial, sino con quien juegas en los entrenamientos...
