SEDUCCION POS-MARITAL
Esta es mi tercera historia, y sé que es un poco presuntuoso publicar nuevas historias sin siquiera haber terminado Posesión, pero definitivamente no me pude resistir, esta historia es del tipo Sustituta de tu amor, con solo tres capitulos, pero espero poder transmitirles los sentimientos de los personajes, igualmente es no apta para menores de edad, en los siguientes capitulos se incluyen escenas lemon, asi que si no tienes un criterio formado o eres de una sensibilidad digamos romantica y no aceptas este tipo de lectura, puedes abstenerte de leer. Muchisimas gracias a todos mis lectores, agradezco sus reviews y me halagan con las cosas tan bonitas que me dicen, les reitero que si desean hacer alguna clase de critica es igualmente bien recibida, ahora los dejo con esta nueva historia y espero que les agrade.
SCC no me pertenece, solo decidí usar a sus personajes para darles rostro a mis protagonistas, esta historia es fruto de mi alocada mente, si encuentran alguna semejanza con alguna novela, posiblemente no se trata de una simple coincidencia pues leo demasiadas y algun fragmento ha de haber quedado grabado en mi cabeza y "accidentalmente" la he usado, igualmente deseo dejar en claro que no lucro con esta historia, es solo aliviar mi inspiracion y hacerle un regalo a mis lectores.
LA CONSECUENCIA
-¿Que haces aquí?
Sin mediar palabra y sin esperar invitación entró en el pequeño apartamento, inspeccionándolo todo y encontrándolo insuficiente, era imposible que su princesa viviera allí, aparte de el mobiliario casi inexistente, el lugar era oscuro y frio, ninguna planta que lo embelleciera, no había ningún artículo que le hiciera pensar que ella viviera allí, ninguna fotografía, nada.
-¿Quiero que vuelvas a casa?
Incluso ella había cambiado, no era la misma mujer dulce y amable de antes, lo supo al escuchar una risa que ni siquiera llegó a sus ojos, una risa seca, sin emoción. –¿Has olvidado que soy una esposa infiel? ¿O vas a pasarlo por alto? Piensas recibirme en tu casa nuevamente, aun si llevo conmigo a mi hijo bastardo, la última vez que nos vimos no quería saber nada de ninguno de los dos.
-Sakura, tienes que escucharme, yo no. . .
-Yo también pedí ser escuchada, y a ti no te importó, me echaste a la calle ¿recuerdas?- SI él no lo recordaba ella si, la sacó de la cama que compartían a media noche, la arrastró escaleras abajo mientras ella intentaba descubrir cuál había sido su error, el nunca explicó nada, abrió la puerta de la que ella pensaba era su casa, y la arrojó, literalmente, sin importarle lastimarla o lastimar al hijo que gestaba en su vientre. Y lo peor de todo es que ella no pudo conservar siquiera su dignidad, lloró en el piso de la entrada, pidiéndole que la dejara entrar, le dijo que tenia frio, que no tenia a donde ir, que era media noche y a él no le importó.
-Sakura. . . en su voz sonaba la vergüenza.
-Syaoran, vete. Yo tengo que. . .
-Mami. . . una pequeña voz sonó en el cuarto contiguo.
Instintivamente quiso dirigirse al lugar desde donde provenía esa pequeña voz, se detuvo de repente, sabía que no podía entrar en la habitación, el miedo lo consumía, miedo a perderlos a ambos. Pero muy en el fondo sabia la verdad, sabía que nunca los había poseído, los había abandonado a ambos, sin atenerse a razones, los había echado de su casa en el momento en que más lo necesitaron, vergonzosamente tuvo que admitir que en ese momento los quiso muertos a ambos.
-Déjame verlo. ¡Por favor!- era la primera vez que lo escuchaba decir esas dos palabras juntas, Syaoran Li no era la clase de hombre que las dijera, "Por favor" no era una frase que figurara en su vocabulario, era extraño que aun después de escucharlo decirlas se sintiera igual de vacía, había soñado con la ocasión en que se diera cuenta de su error, y viniera a rogarle que regresara con él,
incluso imaginó que después de rogarle le diría las palabras mágicas, y entonces ella le lanzaría la súplica a la cara, y escupiría sobre su declaración de amor. Tal como él lo había hecho. Manifestó su deseo de que volviera. No se lo rogó, vamos ni siquiera se lo pidió. Mas sin embargo, las uso para la única cosa que no podría darle, jamás, ni en sus sueños más locos vería a Sheng. Lo repudió incluso antes de nacer, si todas sus acusaciones hubieran sido ciertas, la paternidad de Sheng era la única que estaba en duda. Pero ante los ojos de cualquiera que quisiera saberlo Sheng Kinomoto, no era su hijo.
-No- fue su respuesta. Esperaba que no lo dijera, esperaba que le diera una excusa, no esa negativa que no dejaba lugar a dudas, y todo era su culpa, sus celos.
-Necesito que me entiendas, las pruebas que me mostraron eran muy incriminatorias, Yo no sabía que pensar, pasé mucho tiempo atormentado, pero esas fotografías. . .
-esas fotografías fueron la prueba definitiva, te entiendo, no sé como abría reaccionado yo. Pero eso no quiere decir que pueda perdonarte, ya no tenemos nada, no quedó nada de lo que teníamos.
-Claro que tenemos algo, Yo nunca deje de amarte, y tenemos a nuestro hijo.
-Hay tanto resentimiento aquí- dijo colocando una mano sobre su corazón –que me es imposible amarte, me hiciste tanto daño que en mi no queda nada para ti, ni para nadie salvo Sheng.
-Sheng- murmuró - significa Victoria.
-Es lo que fue para mí traerlo al mundo, pasamos por muchas carencias, no podía trabajar en mi estado, no tenía ni para comer, hasta que me encontré con la señora Sonomi y su hija Tomoyo, ellas me ayudaron.
-Yo estoy tan avergonzado. . .
-No necesito tu vergüenza, necesito que entiendas porque no puedo volver, y porque no puedo compartir a mi hijo contigo. Porque Sheng es mi hijo, solo mío, y ahora quiero que te vayas.
Perder nunca fue una opción para él, desde el momento en que la vió la deseó, cuando descubrió su naturaleza dulce y tierna la quiso aún más, salieron juntos por varios meses, hasta que le pidió que fuera su mujer, para él con que se mudara a su casa era suficiente, ignoraba que fuera el tipo de mujer que soñaba con el matrimonio, recordaba con una sensación agridulce su primer pleito de enamorados, el le había dicho que no era necesario un papel para poder amarse libremente, ella quería que todo fuera correcto, quería entregarse a él completamente, que formaran una
familia, que no hubiera opción de separarse una vez casados. La idea lo aterrorizó, no porque pensara dejarla alguna vez, pero el hecho de sentirse atado a alguien, sumado con el hecho que sus padres no tuvieran un matrimonio feliz, lo aterrorizaba, no quería casarse con ella si el matrimonio los llevaba a algo parecido a la vida de sus padres.
Esa primera vez, la sedujo hasta que ella cedió, la convirtió en su mujer si, pero el precio que tuvo que pagar fue el hecho de que Sakura cargara sola con sus remordimientos, se la veía apagada y triste en momentos, la primera vez que quiso hablarlo con ella, dijo que eran alucinaciones suyas, que ella estaba muy bien.
No debió creerla, debió darle solución después de convivir casi seis meses, debió casarse con ella, pero ignoró el hecho que Sakura cada vez se perdiera el amor propio. Cuando conoció a Touya Kinomoto su hermano, lo había hecho de la peor manera, regresaba temprano a casa esa noche, y cuando llegó lo escuchó repudiarla, diciéndole que era una mujerzuela, que había perdido el respeto por si misma, que le era imposible creer que su hermana se hubiera convertido en una ramera solo por un hombre.
Ella lloraba a lagrima viva, diciéndolo que lo amaba tanto que no le había importado que no le pidiera matrimonio, el alma salió de su pecho al oírla decirlo, hasta ese momento no había entendido la intensidad de su amor por él. Para cuando se dispuso a defenderla del hermano, este ya se había ido.
Esa noche la consoló, sintiéndose un miserable por causarle tanto dolor, ella, le sonrió con esa dulce sonrisa que le embotaba los sentidos, y le dijo que no era su culpa, que había sido su decisión, le contó que no había manera en que regresara a su casa en la pequeña Tomoeda, y que el mensaje enviado por sus padres era que no volviera a pararse en su casa.
Una semana después, la llevó a cenar, siempre había sido un hombre práctico, nada de Romanticismo hasta que la conoció, esa noche le pidió de la manera más humilde que le hiciera el gran honor de convertirse en la señora Li.
A un par de meses de la gran boda, que su hermana mayor Mei Ling Li se empeñó en hacer, les llegó la noticia que la Familia Kinomoto había sufrido un accidente, todos fallecieron a excepción de la hermana pequeña de Sakura, Sayuri, tenía 19 años y era dos años menor que Sakura, pero era su viva imagen, la boda se pospuso un año más y Sayuri fue a vivir con ellos. Gran error.
A dos años de vivir junto se casaron en lo que fue una boda "soñada" en palabras de Sakura, nunca se imaginó que pudiera hacerla feliz con tan poco esfuerzo, era la misma de antes, su espíritu vivo una vez más, completamente renovado. En la noche de bodas concibieron a su hijo, ahora lo sabía. Y tal como él lo hubiera previsto el feliz matrimonio duró 6 meses más.
A los 3 meses de casados Sakura comenzó a mostrarse muy misteriosa, tenia salidas sin avisarle y a altas horas de la noche, un mes más tarde ramos de flores llegaban para ella decían que era maravillosa, que la amaba, su carácter posesivo quiso reclamárselo, pero la confianza que le tenía lo hacía dudar firmemente, seguro estaba equivocada la dirección.
Sus dudas comenzaron a aumentar, cuando encontró una fotografía, en donde Sakura de espaldas se encontraba abrazada de un hombre, podía ser una foto antigua porque Sakura se veía mas joven, pero era imposible porque vestía uno de sus vestidos favoritos, comprados justo antes de casarse.
Luego siguieron las llamadas telefónicas, un hombre que preguntaba por ella. Así transcurrieron los siguientes tres meses, una tarde llegó un ramo de flores, acompañado de una fotografía.
En la tarjeta pudo leer: "Gracias por la dicha de convertirme en padre, adjunto un recuerdo de esa tarde" en la fotografía había un par de cuerpos entrelazados, el rostro de la mujer estaba cubierto por los cabellos castaños, pero era fácil reconocerla por el costoso anillo de compromiso que se alcanzaba a ver en su mano, tenia fecha de un par de días antes de la boda.
En ese momento enloqueció, la rabia crecía dentro de él, se sentía engañado, un completo estúpido, por tres meses había estado recibiendo las pruebas, y el se negó a reclamarle, nunca lo creyó hasta esa tarde, se emborrachó, y decidió que no podía tener a esa ramera metida por más tiempo en su cama. Cuando llegó a su casa ella dormía plácidamente ignorante de que su engaño se había descubierto, bruscamente la despertó y comenzó a arrastrarla por la casa rumbo a la puerta, no le importaba si le hacía daño, es mas la quería muerta, a ambos, a ella y al bastardo que llevaba en el vientre, era evidente que no era hijo suyo, hasta la noche de bodas se habían cuidado para no embarazarse, o por lo menos eso creía él. Pero su amante decía ser el padre, Así sea, se dijo.
La echó, de su casa, la arrojó a la calle solo con lo puesto, se quedó en la puerta llorando, mientras la escuchaba rogarle al otro lado de la puerta, dos veces intentó abrir, pero las dos veces se arrepintió.
De eso hacía casi dos años, el mes pasado se enteró de la verdad por pura casualidad, regresaba de un viaje de negocios y se encontró a Sayuri en su cama, había decidido no echarla a ella, porque a fin de cuentas no tenia culpa de los errores de Sakura, y además era casi una niña que había perdido a sus padres. Sayuri no estaba sola en su cama, con ella se encontraba el hombre de las fotografías, cuando el hombre la llamó Sakura, la revelación de que no era Sakura sino Sayuri la amante de ese hombre fue como un baldazo de agua.
Las verdades se fueron destapando poco a poco, Sayuri se decía enamorada de él, ella había tramado todo, ella enviaba las flores, ella era la amante y no Sakura. Pero ahora su vida estaba acabada. Esa noche bebió más que nunca, lloró por su estupidez, por su falta de confianza, por haber perdido a la mujer que amaba, por hacerla sufrir y por haber despreciado a su hijo.
Ahora, no había más en su vida, estaba solo como un perro viejo, todos lo habían dejado, no había una sola alma en la casa, con Sayuri corrió a toda la servidumbre, no quería a nadie en su casa, nadie que lo viera y se compadeciera de su estupidez, había suficiente alcohol en su despacho como para ahogarse en el, y como era lo único que podía hacer para no dañar a alguien más, lo hizo.
Este es mi primer capitulo y espero les agrade, intentaré no tardar tanto en publicar, pero en ocasiones la escuela no me lo permite, pero como bandera blanca les ofrezco el cuarto capitulo de posesion, asi que si son tan amables pueden esperarnos a mi historia y a mi, les prometo que no se arrepentiran!!
Besos desde tierra Azteca!!
