Peacemake Kurogane no me pertenece. El Shinsengumi, sin embargo, sí existió como fuerza de élite en el Japón del siglo XIX.


Querido hermαno

I

Querido hermano:

Nosotros los ninjas, en esta Era y siempre hemos sido solo un instrumento falto de emociones. Es por eso que cuando nuestros padres murieron y quedé al cuidado de ti, por un momento, pasó por mi cabeza educarte como un simple muchacho exento de toda infelicidad; pero no se puede torcer el camino trazado incluso antes de que nacieras.

Te eduqué como ninja, hice que pensaras como un ninja, que no tuvieras apego a nada. Incluso a mí. Recuerdo el día en el cual con la inocencia propia de un niño me preguntaste si llegarías a ser tan buen ninja como yo. Tu carita infantil y tu sonrisita me encandilaron por unos momentos, pero te respondí que sin entrenamientos y con tantas emociones a flor de piel era imposible. Lo tomaste tan enserio que dejaste de reír y entrenabas sin cansarte. Nunca te lo he mencionado pero estoy muy orgullosa de ti.

Con la llegada de Tetsu a nuestro cuartel, hay ciertas cosas que cambiaron dentro de mí y, a pesar que no lo demuestres, también esos cambios se sucedieron dentro de ti (te conozco Susumu, soy tu hermana). Demuestras más emociones todos los días, aunque sea enfado pero emoción al fin. Siento que tu humanidad perdida en el último rincón de tu mente vuelve poco a poco a flote.

Hay tantas cosas que quisiera decirte que las palabras se escurren de este pincel y cobran vida propia, pero soy una kunoichi y aunque quiera no puedo correr a abrazarte como cuando eras niño. No puedo. Y son en esos momentos que nuestra eterna aliada, la oscuridad se vuelve mi compañera y observa en silencio a la mujer que hay detrás de la kunoichi.

Le he pedido a Tetsu que cuide de ti, a simple vista parece absurdo que un muchachito inocente e impulsivo como él cuide de ti, porque en primera el que necesita que los cuiden es él y el papel de tutor debería ser tuyo. Pero Tetsu, a pesar de todo, será capaz de enseñarte cosas que yo no he podido, yo te eduqué como ninja pero no pude hacerte sonreír genuinamente desde hace mucho tiempo.

Los acontecimientos de esta era se están precipitando, y los días, cada día que pasa es una batalla para seguir con vida, eso lo sabes y por eso quiero pedirte un favor: Susumu, querido hermano, busca la dicha en tu vida, procura ser feliz, eres un ninja, es cierto, pero aunque nos tachen como seres carentes de humanidad y nos comportemos de esa manera, nunca olvides que eres un ser humano. Confía en lo que te digo y deja que Tetsu te muestre todo lo que yo no he podido.

Ayumu.

Ayumu Yamazaki terminó de escribir, limpió el pincel y guardó el pergamino en el cajón de su escritorio. Escribir no era su fuerte, pero le ayudaba a relajarse y la desahogaba para así ponerse de nuevo su inquebrantable máscara de shinobi. Mientras se ponía el kimono azul se preguntó qué pensaría Susumu si llegara a leer lo que ella escribía. Lo más probable era que levantara la ceja y luego se marcharía tan silencioso y serio como siempre. Terminó de acomodarse el kimono y arreglar sus cabellos y, sigilosa como un gato, salió a cumplir su misión.

—*—

II

Hasta el Fukuchō, Hijikata Toshizō, se veía bastante apenado por la forma horrible en la que la Ayumu había perdido la vida en manos de los Ishin Shishi Chosū. Susumu la había encontrado tirada de cualquier modo en una calle solitaria. Tenía la ropa hecha jirones y ensangrentada, su cuerpo tenía claras señales de haber sido torturada cruelmente y era evidente que habían abusado de ella salvajemente. Tetsu había encontrado su kimono ensangrentado en el escondite de los Chosū y corrió desesperadamente buscando a la muchacha; pero cuando llegó a la calle solitaria encontró a Susumu llorando abrazado al frío cuerpo de su hermana. La oscura noche y la lluvia que caía daba la impresión que los cielos también lloraban a Ayu-nee.

Okita se había levantado de la cama decidido a despedirse de quien, en vida, fuera una amiga para él. El «Trío Chistoso» permanecía silencioso y taciturno en un rincón, a veces, una lágrima se escapaba de alguno de ellos. Saitō elevaba una silenciosa oración y Susumu… ¿En dónde estaba Susumu? ¡ Y Tetsu tampoco estaba!

Sobre el techo del dojō de los Shinsengumi, un joven vestido con ropas oscuras lloraba todas las amargas lágrimas que en su vida había guardado. Se maldecía por ser tan débil y dejar que su hermana se sacrificase de esa manera; él sabía que a pesar de las atrocidades que cometieron con ella, no había revelado nada. Había muerto para protegerlo. ¡Y él no había podido hacer nada carajo!

—¡Susumu-kun! ¡Susumu-kun!

¡Ah, demonios! Y ahora se aparece el único e insoportable enano del cuartel solo para…

Tetsu tenía un pergamino en la mano y sus ojos de avellana estañan llorosos. Subió al techo, apoyó su espalda contra la de Sususmu y le entregó el pergamino.

Susumu sintió un nudo en la garganta al reconocer la letra de su hermana. Lágrimas frescas caían en silencio sobre el pergamino, mezclándose con los kanjis. Era el deseo póstumo de su hermana; ella quería que sea feliz. Ella quería que el enano pelirrojo lo hiciera sonreír.

Sus labios se curvaron en una imperceptible sonrisa. El dolor de haber perdido a su hermana nunca se iría, pero quizás Tetsu podría hacer más llevadera la carga.

—Susumu-Kun… ¡Ayúdame que me caig…! —El pelirrojo no pudo terminar la frase porque cayó de bruces contra el suelo ante la divertida mirada del «Trío Chistoso» y la asustada de su hermano Tatsu.

Una bella mujer enfundada en un kimono azul observaba la escena desde la lejanía.

Busca la dicha en tu vida hermano.

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¿Se merece un review?


Bitácorα de Jαz: Las escenas en las que me basé son las de Tetsu con Ayumu, cuando ella le pide que cuide de Susumu y, la escena final, en donde Tetsu está con Susumu y este cae del tejado mientras el espíritu de Ayu-Nee los mira desde arriba. Como pueden ver, ambas escenas las he modificado un poco.

También vi un vídeo en YouTube con las escenas de la muerte de Ayumu, las de Tetsu y Susumu llorando por ella y con la canción My Inmortal del grupo Evanescence de fondo.


Editαdo: el 25 de setiembre del 2014, jueves.

¡Jajohecha pevê!