Skip Beat no me pertenece.

Tada one love

Su vida había cambiado drásticamente. Ahora tenía 20 años y vivía en EUA. Kuu otou-san y su autonombrada madre Juliena Hizuri le habían dado alojamiento. Su carrera iba viento en popa. Le costó un poco adaptarse a su nueva vida, sobre todo después de lo ocurrido. Pero era feliz. O casi. Algo le faltaba. Era él. A pesar de todo lo extrañaba, lo seguía amando. Hace tiempo que había perdonado sus mentiras, porque ocultarle información tan importante, también era una forma de mentir. Pero no había tenido el valor de comunicarse con él. No después del gran secreto que había ocultado. ¿Qué derecho tenía de odiarlo por sus secretos y mentiras si ella hizo lo mismo al enterarse de eso? Ninguno. No tenía ningún derecho. Así que ocultaría sus sentimientos en lo más profundo de su corazón y saldría adelante. Además, ahora lo tenía a él.

Ren nunca había superado que ella se hubiera ido. Ocultarle que él fuera Kuon Hizuri no fue tan malo, pero cuando esa noche le dijo que era Corn, ella se enojó tanto que huyó. Huyó de él, huyó del país, huyó de sus sentimientos. Porque ella también lo amaba, pero nunca le iba a perdonar el hecho de ocultarle algo tan importante.

Sabía que Yashiro y Lory estaban enterados de dónde se encontraba, pero no quería saberlo o iría a buscarla y a suplicarle un perdón que nunca obtendría.

Tres años habían pasado. Cuánta falta le hacía. Jamás había dejado de amarla. Jamás. Si tan solo ella regresara y le diera una oportunidad…pero por ahora, había decidido perdonarse a sí mismo.

-Iré a visitar a mis padres-le dijo un día a Lory.

Lory escupió todo el té que tenía en ese momento en su boca.

-¡¿Qué?!-

-¿Alguna objeción?-

-No, para nada-Intentaba aparentar tranquilidad.

-Necesito una semana de vacaciones por lo menos-

-De acuerdo, te las daré, solo déjame ponerme de acuerdo con Yashiro-

-Ok, avíseme en cuánto sepa en qué días podré irme-

-Puedo preguntar, ¿por qué ahora?-

-Necesito arreglar aunque sea una parte de mi vida para seguir viviendo-

-Ren…-

Él se retiró de la oficina.

Lory estaba contento de que al fin quisiera ver a sus padres, pero si iba directamente con ellos, se encontraría con ella. Necesitaba hablar urgentemente con Yashiro, pero sobre todo con Julie y Kuu.

-¡¿Qué?! ¿Él quiere venir?-gritó Kuu al recibir la llamada de Lory.

-Sí, ¿lo detengo?-

-No-respondió Julie enseguida, uniéndose a la llamada.

-Pero, ¿y Mogami-kun?-

-Ellos tienen que hablar-

-¿Crees que sea lo correcto?-

-Kyoko aún lo ama-

-Ren también lo hace-

-Es necesario que arreglen todo-

-¿Y no crees que se enojen?-

-¡Qué se enojen! ¡Esto es por su bien!-

-De acuerdo Julie. Él llegará la próxima semana-

-Bien-

-¿Le dirán a Mogami-kun?-

-No, que sea una sorpresa-

Una semana después, Ren se encontraba frente a la casa de sus padres. Tocó el timbre y la puerta se abrió inmediatamente.

-¡Hijo!-Julie se lanzó sobre él.

-Mamá-

-Kuon-detrás de su madre se hallaba Kuu Hizuri.

-Padre…-

Los 3 se sentaron en la sala para poder hablar tranquilamente.

Momento después la puerta se abrió nuevamente.

-Tadaima-era Kyoko, quién se quedó congelada al ver quién estaba con sus padres.

Ren se quedó con la boca abierta al verla. ¡Estaba preciosa! Bueno…siempre lo había estado.

-Tsu…no…Hizuri-san…-ése era Kuon Hizuri, no Tsuruga Ren, su apariencia lo decía todo, además ella sabía muy bien que su verdadero nombre ya no era un secreto.

-¿Mogami-san?-preguntó él igual de sorprendido.

-Él vino a visitarnos-intervino Julie al ver que ninguno de los dos decía nada más.

-Oh, ya veo-fue lo único que Kyoko pudo decir mientras su rostro se llenaba de pánico.

Julie al verlo, se acercó a ella.

-Kyoko, ¿qué te parece si le preparamos la cena a los caballeros?-

-Sí…-

-Vamos-Julie la sacó de ahí y se la llevó a la cocina.

-Okaa-san…él…-

-Aún no sabe nada, pero lo sabrá en algún momento-

-¿Qué voy a hacer?-el tono de Kyoko se volvía cada vez más angustiado.

-¿No crees que tan solo deberías contarle todo? Él entenderá-

-¿Aún después de lo que le he ocultado todo este tiempo?-

-Kyoko, tú aún lo amas-esa era una afirmación-¿qué tal si él también lo sigue haciendo?-

-No creo que eso sea posible-

-Nunca lo sabrás si no lo averiguas-

-Pero, tengo miedo…-

-Yo estaré contigo pase lo que pase-

Mientras tanto en la sala de estar, Kuon hablaba con su padre.

-¿Por qué está ella aquí?-

-Ella vive aquí-

-¿Desde cuándo?-

-Desde que dejó Japón-

-¿Es decir que todo este tiempo, ella ha estado con ustedes?-

-¿Acaso no lo sabías?-

-No he querido saber nada de ella-

-Qué inmaduro has sido hijo, pero ahora ¿hablarás con ella?-

-No creo que ella quiera hablar conmigo-

-Tarde o temprano tendrá que hacerlo-

Un rato después la cena estaba servida.

Kyoko tenía que subir las escaleras, pero le faltaba valor para hacerlo.

-¿Mamá?-una pequeña voz le llegó a todos los presentes.

Un pequeño niño de unos dos años y medio bajó por las escaleras.

-¡Mamá, ya llegaste!-el pequeño se lanzó a los brazos de Kyoko.

-Hola mi amor, ¿tienes hambre?-le preguntó fingiendo serenidad.

-Sí, ¡mucha!-

El pequeño se fijó en Kuon.

-¿Quién es él?-se bajó de los brazos de su madre y se paró frente a un atónito Kuon.

-¡Uso!-mencionó el niño sorprendido-¿él es mi papá?-

Kuon aún confundido y más aún con esa pregunta, le habló.

-Hola pequeño, yo soy Kuon Hizuri-

-¿Kuon Hizuri? ¿El hijo de obaa-san y oji-san? ¡Oh! ¡Él es Kuon Hizuri!-

Kuon no sabía que decir, ni que pensar. Ese niño era idéntico a él. Los ojos, el cabello, todo.

Era un mini Kuon.

-¿Llamó mamá a Kyoko? Eso quiere decir que… ¡No puede ser!-

Kyoko entristeció al escuchar a su hijo. Siempre había deseado saber quién era su padre y no había tenido el valor para hablarle sobre él, aunque sabía perfectamente quién era Kuon Hizuri. Y tampoco es como si su hijo no hubiera acertado.

El niño sonrió.

-Mucho gusto Kuon. Boku wa Ren desu. Yoroshikun onegai shimasu-se presentó en perfecto japonés.

-¿Ren? ¿Se llama Ren? ¿Por qué?-

Le devolvió la sonrisa.

-Gusto en conocerte Ren-

-Bien, mi amor vamos a cenar-le indicó Kyoko al pequeño.

-Sí, mamá-

Los 5 cenaron juntos, lo más tranquilos que pudieron, ya que las dudas asaltaban la mente de Kuon y Kyoko moría de los nervios.

.

.

.

.

.

.

Aún no sé cuántos capítulos tendrá esta historia, pero no serán muchos.