Rana Clyde

Nueva historia, corta pero ya que, después escribiré algo mas largo!.


La rana Clyde había sido el mejor amigo y confidente de todos los secretos de Eric Cartman, al principio no le importaba para nada que su novio se la viviera con esa rana, pero ahora esa rana había sido el motivo más grande de su preocupación por la relación con el castaño, el no era de esos chicos celosos que no dejaban a su pareja y la distanciaban de sus amigos, realmente era alguien muy liberal con respecto a su relación, sin embargo estos últimos días se había quedado a dormir con el castaño y entre sueños este mencionaba "Rana Clyde".

No tenía razones lógicas para celar a su novio de un muñeco de peluche, pero 3 días seguidos que durmió en su casa, entre sueños Cartman sólo mencionaba "Rana Clyde", acaso se olvidaba que el estaba ahí, ¿Porqué en ninguno de esos días había soñado con el?, si que le molestaba ese estúpido peluche que la madre de su novio había repuesto después de que Kyle lo rompiera, ¿como era posible que Eric pensara mas en ese estúpido muñeco que en el?.

Maldición, ahora estaba mas que seguro que se encontraba enamorado de Cartman, nunca había sentido celos de algo o de alguien, por culpa de una tercera persona, pero en este caso era diferente, Eric era muy especial, y mas para el, era tan único que pudo lograr lo que ninguna otra persona, por su culpa ahora el se encontraba celoso.

Era fin de semana, volvería a quedarse en la casa del castaño, si esta vez volvía a mencionar a la estúpida rana, lo golpearía, sin importar que este estuviese dormido, lo que mas le importaba era que esa rana no fuera mas importante que el.

- Eric – hablo el rubio

- ¿Qué quieres Kenny? -le pregunto sin voltear a verlo

El rubio se acerco al cuello del castaño y lo mordió con fuerza.

- ¡¿Que rayos te pasa?! -pregunto molesto

- Nada –le respondió el rubio, volviendo a sentarse a su lado

Si odiaba a la rana, pero no podía hacerle daño, por lo que se le ocurrió hacer algo que molestara al castaño, había marcado visiblemente su cuello y eso, por lo menos eso ya era una gran ganancia, esa noche escucho de los labios del castaño, por fin mencionar su nombre entre sueños, así que el sábado y el domingo también le mordió, ninguna de esas noches había escuchado, ni una vez "Rana Clyde".

El lunes siguiente todos en la secundaria de South Park, notaron al "Gran Eric Cartman" con una bufanda, y el rubio soltó una risita.