Éste fic participa en el Reto Trimestral Masquerade de El Mapa Del Mortífago.

Resumen:

¿Qué pasaría si no estas en donde se supone que deberías estar, pero no hay forma de regresar a donde si deberías estar? Steve Rogers se encuentra en esta encrucijada, perdido en el Siglo XXI, un lugar en donde no hay nada ni nadie a lo cual regresar cuando acabe el día... Pero, ¿será posible que una loca noche con una chica británica le yaga cambiar de parecer?

Capítulo 1

Helicargador de SHIELD

.

Las personas se movían a su alrededor, algunas recogiendo y organizando el resultado del desastre que el plan de Loki causó, otras trataban que los equipos reaccionaran y algunas curaban las heridas de aquellos que durante en ataque, fueron lesionados. Puede que alguien en el último grupo estuviera viendo sus heridas, de hecho, pero podría estar disparándole y él mostraría el mismo interés que Tony en cualquiera de los sermones que su amigo Roddie solía darle.

Ninguno.

Pero Roddie no estaba aquí, como tampoco lo estaban muchos agentes de SHIELD que perdieron su vida durante el ataque, como Coulson.

Coulson, quien estuvo allí para Tony cuando al comenzar su vida pública como Iron Man, tuvo tantos de su lado en el gobierno, en el ejército y en la población, como extraterrestres en la luna.

Coulson, quien estuvo allí para Thor, cuando tras pasar de ser el príncipe de oro de Asgard a un desterrado a la Tierra o Midgard como el la conocía, estuvo allí cuando aquel monstruo de su mundo atacó el pequeño pueblo en donde estaban, poniendo en peligro las vidas de aquellos que no solo fueron su primer vínculo hecho por sí mismo y no por un título, sino también la de aquellos que estuvieron envueltos en el fuego cruzado.

Coulson, quien pudo ser uno de los pocos sino el único agente de SHIELD que no juzgó al doctor Banner por tener un alterego verde, alto, fuerte y furioso que tenía la tendencia de destruir todo a su alrededor cuando nunca tuvo oportunidad de algo diferente y al parecer tampoco alguna futura de solucionar el gran problema.

Coulson, quien junto a la Viuda Negra, nunca dudó en que Ojo de Halcón merecía la oportunidad de ser salvado, y que el caer en las manos de una loca deidad nórdica, no era su culpa.

Coulson, quien con aquellas viejas y desgastadas tarjetas, le infundió el ánimo y el valor que sentía, desfallecía con cada paso en el carnaval que era dar un paso en la loca, disfuncional y mal mes lado grupo que eran los 'héroes' a bordo del helicargador de SHIELD. Ánimo y valor que no había sentido desde varias semanas atrás cuando tras la más extraña noche con una completa desconocida de acento británico e increíbles ojos miel, de la cual nunca supo su nombre le hizo sentir por primera vez desde que despertó, que tal vez no todo estaba perdido...

La gente a su alrededor seguía trabajando, moviéndose y ayudando en cuanto pudiera, mientras él perdido en sus pensamientos, rememoraba aquella noche en aquel bar de la ciudad.

- ¿Señor se siente usted bien? - Preguntó una agente que si bien no era desagradable a la vista, si era molesta la forma en que sus ojos brillaban con un interés no muy recíproco al capitán.

- Perfectamente señorita...

- Pierce.

- Perfectamente señorita Pierce. - Cuando vió que no se movía pero seguía mirándolo, se forzó a preguntar, - ¿Hay algo con lo que le pueda ayudar, señorita Pierce?

- Muchas cosas capitán. - Respondió con descaro.

- ¿Algo que esté relacionado con SHIELD?

La evasiva pareció sorprenderla y acallarla a partes iguales. Bien. En el momento no tenía ganas de hablar con una mujer y si hubiera alguna con la que quisiera hacerlo, definitivamente no sería ella.

- Sí, capitán. Tras el ataque todos han de ser revisados por un doctor de SHIELD, por lo que necesitaba que viniera conmigo...

Asintiendo con la cabeza, la siguió al sobreabarrotado complejo médico del lugar, observando en el camino las decenas de agentes lesionados que poblaban el ahora limitado espacio. Por un pasillo vió a Tony regresar con Thor de lo que parecía ser un consultorio médico, con Ojo de Halcón y la Viuda Negra tras de ellos, al parecer riéndose del 'filántropo'.

- Lo tenías merecido, Stark, ya era hora de que alguien te bajara los sumos. - Hizo saber Clint.

- ¿Como es que tenía eso merecido? - Cuestionó el aludido.

- Porque crees que por ser uno de los hombres más ricos del mundo, además de ser Iron Man, entonces todas las mujeres tenemos que caer a tus pies. - Comentó Natasha.

- ¿Y no es así? - Contraatacó Stark.

- No, no es así. ¿Debo recordarte que Pepper no cayó por ti hasta hace poco sin importar los años trabajando para tí? ¿O que yo tampoco caí en tus 'encantos'?

- Pepper había caído bajo mis encantos desde hace rato, hace poco sólo lo hizo oficial y tú no cuentas como mujer.

- ¿Y entonces según tú que soy?

- Un agente de SHIELD con fachada humana y parecido femenino.

- Ja. Ja. Eres verdaderamente hilarante, Stark.

- Lo sé.

- No lo dije como un cumplido.

- Pero lo es.

Sentía que una pelea se acercaba y por las expresiones de Thor y Clint, ellos lo presentían también. Era hora de sutilmente desviar la conversación y evitar la pelea.

- Escucho que al fin pusieron al 'filántropo' en su lugar...

Clint, Dios lo bendiga, captó su intención y siguió con su juego.

- ¡Deberías haberlo visto! - Respondió el arquero con diversión no disimulada, - Ahora eso, a diferencia de tu sentido del humor fue hilarante.

- ¿Y que fue lo que hizo? - Indagó el soldado.

- ¡Que fue lo que no hizo! Cuando él trató de flirtear con la doctora guiñándole un ojo, ella le preguntó que si usar el casco de su armadura le había dejado alguna clase de tic en el ojo. Luego, el idiota le dijo que era muy hermosa, que si no estuviera en una relación con Pepper él la estaría en una con ella y luego...

- Luego ella le respondió, - Interrumpió Natasha, - y cito, 'En ese caso agradezco que esté saliendo con ella, así no tendré el trabajo de decirle de que aún si fuera el último hombre en la Tierra, no saldría con usted, y le agradezco que primero se haga usted un favor y guárdese sus patéticas líneas para alguien suficientemente tonto para que se las crea y segundo se haga usted otro favor así mismo y mantenga su boca cerrada porque si no, se la cerraré de la forma menos placentera para usted, pero extremadamente buena para el resto del mundo. ¿Capiche?'

- Como dije antes de ser interrumpido, - Retomó Ojo de Halcón con una no tan disimulada mirada en dirección de la Viuda Negra, -Verdaderamente hilarante.

- Veo que al fin te pusieron en tu lugar Stark. - Observó Steve.

- ¿Y es que acaso estás del lado de ellos? - Preguntó el magnate de las armas apuntando al resto del grupo.

- Ellos parecen tener la razón por lo que iré con un sí. - Respondió. - ¿Y como se llama la doctora?

- La fierecilla se llama Hermione Granger. - Hizo saber Stark.

- Es un nombre extraño... ¿Shakespeare? - Se preguntó en voz alta.

- Sea como sea, no quieres saber. Ten cuidado hermano, muchos han entrado pero pocos han salido con vida de allí-

- Estás exagerando Stark - Interrumpió La Viuda Negra.

- La cueva del león son sus dominios, y la leona te atacará con todo lo que tiene. Sé fuerte y podrás tal vez salir con vida-

- Eso es simplemente ridículo, no lo escuches Capitán. - Agregó Natasha de nuevo.

- Recuerda que te necesitamos aquí para la pelea con Loki, su alteza real nórdica que es un real dolor en el trasero. No tengas miedo, estoy segura que ella puede olerlo.

- Quien parece tener miedo aquí eres tú, Stark. ¿No te hacías llamar el Hombre de Acero? Porque ahora solo pareces el bebé asustado en acero. - Comentó Clint. - Ve tranquilo, Capitán. La doctora Granger solo reacciona así con idiotas que ponen a prueba su paciencia.

- Es cierto, mi chequeo iba bien hasta que el bebé de acero entró y comenzó a molestarla. - Habló Thor por primera vez en la discusión, er conversación de lo que era la doctora Hermione Granger, - En su defensa, si no hubieras tratado con ella 'tus patéticas líneas' Stark, hubieses estado bien. Solo déjala hacer su trabajo y todo estará bien.

- Lo tendré en cuenta. - Pudo formular como respuesta.

Dejándolos atrás, encaminó sus pasos al consultorio de la renombrada doctora Granger. Era algo hilarante el recordar su respuesta a los intentos de Tony de ligar con ella, pero pobre no tenía oportunidad y ella se lo hizo saber desde un comienzo. Tocó brevemente la puerta, y a cambio recibió un 'Ya voy', como respuesta tras la puerta.

Supuso que le tomaría algunos minutos si la doctora estaba con algún otro paciente dentro de su consultorio, por lo que vagó por el pasillo hasta quedar frente a una extraña pintura en él. La observaba mientras de improviso,la puerta se abrió dejando salir a la Señorita Pierce, quien además de dedicarle otra mirada le dijo que podía entrar de inmediato al consultorio.

Entrando a la habitación, pudo encontrar a la fuente de la disputa del equipo en otras pequeña habitación conjunta al consultorio, dejando escuchar un lejano, 'Tome asiento señor Rogers. En un momento estaré con usted.' Acomodándose en la silla de madera frente al escritorio, esperó pacientemente a que la doctora regresara.

Finalmente pasos se escuchaban con dirección a él tras algunos minutos de espera. Se giró para encarar a quien lo chequearía, quedando casi congelado cuando reconoció quien era...

La chica del bar de unas semanas atrás de la que nunca supo el nombre, pero de la que siempre quiso saber más que eso...

- Tú...

- Tú...

Al parecer era lo único que ambos podían musitar, mientras dejaban que los recuerdos de esa noche los embargaran.