Incógnitas.
Kon no era muy cercano a las gemelas Kurosaki, pese a que de intervalos vivía en su habitación prisionero en una jaula rosa con muchos otros peluches asquerosamente femeninos pertenecientes a la torturadora Yuzu. Sí Kon tuviera que dar su opinión, diría que Kurosaki Yuzu era el ser que más terror le daba en la faz de este mundo o los otros. Lo torturaba cociendo su cuerpo, sacándole los ojos para ponerle unos que según ella eran "más brillantes o más bonitos" y vistiéndolo de las formas más humillantes, ridículas y denigrantes, todo con una sonrisa de fingida dulzura. La odiaba desde el fondo de su ser. En cuanto a Kurosaki Karin, ella también era mala, con sus patadas dolorosas, pero al menos no era igual a su gemela, no creía que podría sobrevivir sí existían dos como esa rubia macabra. No sabía mucho más de la pelinegra que no sea que le gustaban las cosas de chicos y tenía un poco de reiatsu y no le interesaba saber más.
Cuando Ichigo se fue a entrenar y lo dejó en su cuerpo para cuidarlo, Kon tenía que pasar más tiempo con las dos niñas aterradoras y su padre loco que era un shinigami pero no debía decir que sabía eso. A pesar de estar a salvo en el cuerpo del adolescente no podía evitar seguir estremeciéndose cuando veía a Yuzu jugar con el cuerpo vacío del león de felpa, pero fue entonces cuando notó algo extraño en la otra hermana. Ella parecía deprimida y ni siquiera tenía ánimos para hacer su comentario sarcástico habitual o para mirarlo con desconfianza como acostumbraba. Aquel detalle de la más pequeña en la casa le llamó la atención, pero no hizo intentó alguno por indagar en el asunto. Ni que ella fuera su verdadera hermana, como mucho luego le diría al idiota de Ichigo que sea menos mal hermano y se ocupe de las niñas.
Sin embargo, así como notó que la chiquilla estuvo decaída por varias semanas, no pudo evitar notar como de repente todo rastro de depresión se esfumo y un día se apareció en la casa con una sonrisa tan grande que lo asustó horriblemente, ¡ella incluso le pasó la sal cuando se la pidió en la cena en vez de ignorarlo! Su mente comenzó a crear teorías locas sobre drogas o secuestro extraterrestre.
Decidiendo que Ichigo lo mataría si no averiguaba qué estaba mal con su hermanita (y también por una pequeña pizca de curiosidad) comenzó a seguir a la más joven de la familia Kurosaki cuando iba a la escuela. No notó nada extraño en ese entonces, ella no se saltaba clases ni nada, así que cambió de táctica y probó a seguirla después de la escuela. De todas las cosas que podría haberse imaginado, definitivamente nunca se le cruzó por la cabeza que la razón de la felicidad de la niña fuera un shinigami de alto rango con cabello blanco, ojos turquesas y una mirada que haría retorcerse de miedo hasta al más valiente de dos metros de altura. No pudo creerlo, pero lo confirmó al ver la misma sonrisa ridículamente feliz en su rostro al hablar con el chicuelo que parecía ignorarla con total descaro sin siquiera fingir escucharla.
Por un momento entró en pánico. ¿Desde cuándo la niña pelinegra conocía a un shinigami, a un CAPITÁN por sobre todas las cosas? ¿Cuánto tiempo llevaba conociéndolo? ¿Qué tanto sabía del mundo espiritual? ¿Acaso lo estaba utilizando para tener respuestas? ¿Acaso él la estaba utilizando para saber cosas de Ichigo o la familia Kurosaki? Sí, eso último era lo más probable. Eso debía ser.
Decidiendo que era su deber como reemplazo de Ichigo cuidar de la familia, en especial de las niñas pequeñas no importa que tan aterradoras fueran, Kon se impuso a sí mismo la misión de seguir a los dos niños, o bueno, a la niña y al mortal shinigami con engañosa apariencia de niño. Había esperado combates contra hollows, tecnología peligrosa, otros shinigamis, hechizos demoniacos, posesión fantasmal, encarcelamiento o las puertas del mismo infierno, pero solo vio… a los dos pequeños jugando futbol con sus otros amigos humanos.
Su mandíbula casi se desencaja al presenciar al frío y aterrador capitán pateando una pelota de aquí para allá con niños humanos como si fuera uno más de ellos (uno increíblemente superior pero uno más al fin y al cabo) y sus teorías comenzaron a perder fuerza solo para disolverse en la más plena y absoluta confusión. ¿Qué estaba pasando aquí? No podía entender porque los dos más improbables para estar juntos, estaban juntos, y jugando como si nada. Ni siquiera podía pensar en un motivo por el cuál esto estuviera pasando, y aunque hubiera podido de todos modos pronto se distrajo al ver a la diosa de diosas Matsumoto Rangiku alentándolos en las gradas, con ese hermoso par de pechos agitándose mientras saltaba.
Luego de un buen rato babeando sobre la hermosa mujer, escuchó un silbato sonar sacándolo de su ensoñación y se limpió la baba mientras volvía su atención a la niña que supuestamente se había prometido vigilar con su vida, solo para que su boca cayera hasta el piso a la par que sus ojos casi se salen de sus cuencas al vislumbrar como Karin depositaba un pequeño beso en la mejilla del capitán.
Al ver al capitán sonrojarse como cualquier otro simple mortal, Kon de repente tuvo todas las respuestas a sus incógnitas y sonrió al alejarse ya sin nada de qué preocuparse respecto a la seguridad de la mocosa.
Ah, con que solo era eso… Amor de niños.
Fin.
Holaaa! :D
Esto participa en la Semana HK. Personaje: Kon-sama el mejor de Bleach xD
Ojala les haya gustado :3 Los personajes de Tite!
COMENTEN! *o*
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
