Holaaaaa, como estan? Espero que bien... Aki les traigo otra nueva historia para que lean, ayer no la pudo subir porke tuve algunos problemas con el pc pero ahora si se las subo, para que lean y disfruten esta nueva idea loca...
Kaoru ryu, no es la idea que te mostre, porque estoy algo empantanada con esa u.u... pero es lo ke hay nu mas... espero luego sacar esa idea y ke la inspiracion divina regrese XDDD
Esto es otro Universo Alterno, (me gusta escribir de estos XDD). Es un K/K, me encanta esta pareja jejejeje
Ok, Otra vez empecemos con los avisos economicos... Rurouni Kenshin no me pertenece (buaaaaaa yo kero TT.TT)
negritas y (..): mis comentarios.
cursivas: Dialogos.
"...": Pensamientos de los personajes o algo importante XDDD
Nos vemos al finaaaaaall!
Casi Perfecto.
CAPITULO 1.
- El viejo ya ha perdido la cabeza.
Kenshin Himura, levanto la cabeza de la pantalla del ordenador cuando Sanosuke Sagara, tiro un informe encima de su escritorio antes de dejarse caer en un sillón de cuero.
- Tranquilízate.
Como siempre Sano se estaba comportando como si se le fuera a acabar el mundo. Sin embargo, ése no era el caso, o al menos todavía no. Efectivamente, las cosas podrían complicarse aun más. Katsura (NA: No sé el nombre de él porfis si alguien lo sabe digamelooo), presidente de Ishin Shishi Electronics (NA: Si nombre pa fome pero es lo ke hay no soy buena inventando nombres de empresas u.u), parecía estar acercándose demasiado a la línea que separa la excentricidad de la locura. Aquel ultimo informe había sido una verdadera sorpresa para todos los ejecutivos de la compañía. Sin embargo Kenshin estaba seguro de que encontraría la manera de solucionar aquel problema, como siempre.
- No me puedo creer que ni siquiera se nos deje elegir en esto -decía Sano-. ¿Cómo puede obligarnos a todos a ofrecer al menos diez horas de voluntariado a la semana en un centro de la comunidad?. No puede hacer eso¿Verdad que no puede?.
- Creo que ya lo ha hecho -respondió Kenshin, reclinándose sobre su sillón, intentando calmar a Sanosuke.
- Pero esto es ridículo. Especialmente en estos momentos. La empresa ya tiene demasiados problemas para tener que afrontar uno más. ¿Qué pasaría si esto da al traste con la fusión?. En ese caso, seremos nosotros quienes necesitaremos caridad.
Kenshin no pudo contestarle a eso. De hecho aquel informe le había hecho preguntarse si no iba siendo hora de que Katsura se retirara. Efectivamente, era una buena idea lo de intentar convertirse en ejemplo para el resto de la ciudad, per, en realidad, probablemente aquello era sólo una de las ideas de Katsura para ganarse el cielo.
- Podría ser una consecuencia del ataque al corazón que ha tenido -dijo Kenshin-. No te preocupes.
- Estoy empezando a pensar que no he ganado mucho con que me hayan ascendido. Todo lo que he hecho es vivir en el despacho durante estos últimos 6 meses. ¿Cómo quiere que encuentre tiempo para hacer el voluntariado durante diez horas a la semana?. Megumi y los niños me dicen que estoy tan poco en casa que van a tener que empezar a pedirme identificación para entrar en casa.
Kenshin se mordió los labios para no responder. No se puede pretender nadar entre los tiburones de las finanzas si se está rodeado de mujer e hijos. Kenshin había decidido hacia mucho tiempo que no podía permitirse tener una vida privada si quería ser parte de la dirección de una compañía tan importante como Ishin Shishi Electronics. Yo si no tenia tiempo para la vida privada, tampoco lo tenia para hacer de voluntario.
Él estaba a favor de las obras de caridad y contribuía a ellas a menudo. Sabía perfectamente lo que significaba tener que confiar en los extraños para conseguir ayuda. Sin embargo, dar dinero era diferente de dar tiempo. El dinero lo tenia, el tiempo, no.
- Tal vez podemos hacer algunas donaciones que contenten a Katsura -sugirió Kenshin.
El mismo Kenshin estaba hasta arriba de trabajo. Había demasiadas cosas que dependían de él en aquellos momentos. Estaba negociando una importante fusión para la empresa. Si lo conseguía. La posición prominente de Ishin Shishi en el mercado estaría asegurada durante años.
Si fallaba... Aquello era algo impensable. El fracaso no era una opción para él. Así que no fracasaría. Cuando consiguiera aquella fusión, estaría casi garantizado que él seria el nuevo presidente de Ishin Shishi. Entonces todos los años que había pasado escalando puestos en la empresa habrían merecido la pena.
Por aquella razón, aquel informe no iba a cambiar en absoluto sus planes.
- Hablare con Katsura -concluyó Kenshin, concentrándose de nuevo en la pantalla del computador-. No te preocupes.
- Pero¿y si no puedes hacer que cambie de opinión?.
- Entonces, buscare la manera de que este problema se convierta en una ventaja.
Así seria. Nada, ni nadie, iba a detener su ascenso hasta lo más alto de Ishin Shishi. Ni siquiera Katsura y su informe. Haría cualquier cosa antes de tener que pasarse 10 horas a la semana haciendo de niño bueno en un centro de la comunidad. Cualquier cosa.
- Entonces¿qué vas a hacer con él?.
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Kaoru Kamiya se inclino bajo su vieja mesa de metal, intentando meter un trozo de cartón sobre la pata que tenia coja. Al oír aquellas palabras, se puso de rodillas y miro por encima del escritorio. Kaede Shinoka, una de las más devotas asistentes del centro de ancianos de Kyoto, estaba en la puerta. Kaede era lo que los caballeros llamaban una verdadera dama. Incluso a la edad de setenta años, seguía haciendo que las cabezas se volvieran a admirarla por su irresistible combinación de arrolladora personalidad y unos ojos verdes de lo más increíbles.
- ¿Hacer con quién? -Preguntó Kaoru, doblando un poco más el cartón.
- Con el chico nuevo. He oído rumores de que hoy va a venir uno nuevo.
- El chico nuevo, como tú le llamas, es un nuevo voluntario. -respondió Kaoru.
- Querida, no creas que vas a engañarme -replicó Kaede, con una sonrisa que probablemente había roto algunos corazones en su época-. Sé que es joven. ¿Por qué te crees que estoy tan interesada?. Podría ser perfecto para ti. -Kaoru no quería darle alas a Kaede, pero no pudo reprimir una sonrisa.
- No intentes buscarme pareja. Ese hombre va a venir aquí para ayudar al centro.
- Tú eres parte del centro.
- Sí pero no soy una parte que necesite reparación.
- Oh, Kaoru, los hombres son como sombreros. Ninguna mujer necesita uno de verdad y algunos días, dan más problemas de los que valen. Pero, si se tiene la suerte de encontrar el perfecto, te bendecirá la vida (NA: Te apoyoooo, sabio consejo XDDD)
- Yo no quiero, ni necesito, un sombrero -replicó Kaoru. Muy a su pesar, dejó escapar una carcajada-. Además Kenshin Himura, no es un sombrero. Es un pez gordo de Ishin Shishi.
Saber que iba a tener a uno de los principales ejecutivos de la empresa trabajando para ella, hacia que Kaoru se lo pensara dos veces. Sin embargo, el centro necesitaba toda la ayuda que pudiera conseguir y, además, ella animaba a las empresas a hacer que sus empleados ejercieran de voluntarios. Pero el vicepresidente de Ishin Shishi Electronics, era lo último que necesitaba, especialmente, dado que sabia que se le había obligado a ofrecerse de voluntario. Aquel hombre como los que eran como él, no querría estar en otro lugar que no fuera en su trabajo. Probablemente acabaría dándole más problemas que ayuda.
- Me niego a creer que ese hombre no vaya a animar un poco las cosas por aquí -dijo Kaede-. Además, si es uno de los ejecutivos, tal vez nos pueda ayudar a planear nuestras finanzas.
Por mucho que a Kaoru le gustara que así fuera, aquel hombre probablemente sólo sería capaz de trabajar en presupuestos de miles de millones. Además, sus propios ingresos estarían tan llenos de acciones, bonos e incentivos que no sabría ni lo que hacer con la Seguridad Social o con los poco ahorros de los ancianos.
Sólo podemos rezar para esperar lo mejor.
Kaoru se tuvo que meter un poco másdebajo de la mesa para tratar de meter el carton para asi poder arreglar la mesa. Fue cuando sintio que alguin descolgaba el telefono.
- Espero que lo que estes marcando no sea un numero de la linea erotica -repuso Kaoru desde debajo de la mesa.
- No lo es, es una conferencia -respondio una voz masculina, pero quesi bien era de un hombre no era la voz de alguno de los ancianitos del centro.
Intento salir dedebajo de la mesa lo mas dignamente posible, pero eso no evito que se pegaracon esta, al levantar la vista vio a un hombre joven conun traje, hecho a la medida, que lo delataba, además estaba utilizando el teléfono de Kaoru como si fuera suyo. Ella, lentamente, se puso de pie intentando borrarse una mancha negra de la pechera de la camiseta que llevaba puesta sin conseguirlo.
El hombre la contempló divertido. Tenia unos ojos maravillosos, de un color violeta con las orillas doradas, de lo más interesante, casi cálido. Aquellos ojos le daba un aire de sinceridad que, sin ninguna duda, le habían ayudado a las absorciones y los despiadados negocios que habría tenido que hacer a lo largo de su vida laboral. Sus víctimas, atraídas por el brillo inocente de aquellos ojos violetas, se habrían visto engullidas antes de que pidieran darse cuenta.
Era muy guapo, aquello había que admitirlo, media más de metro ochenta (NA: Ya si sé Kenshin es bajito pero yo kero ke sea alto así ke se me aguantan un más es mi historia y hago lo ke kiero yo... XDD), y llevaba el pelo, rojo como el fuego, peinado hacia atrás, de manera que dejaba al descubierto su bronceado rostro. El rostro era también muy atractivo, donde sus ojos violetas/dorados destacaban.
"Apuesto a que paga más por ese corte de pelo de lo que yo gasto en la compra de la semana", pensó Kaoru, estudiándole mientras él tecleaba números en una calculadora.
Cuando lo único que él hizo para reconocer su presencia fue un ligero movimiento de cabeza, Kaoru decidió que aquello era más que suficiente. Se inclinó sobre la mesa y dio unos ligeros golpecitos en el teléfono.
- Sólo tenemos una línea. Tiene que colgar.
- Necesito que esas cifras, ya estén revisadas, estén encima de mi mesa antes de las 5 Misao -le decía él a su secretaria mientras se limitaba a levantar una mano como la única respuesta a Kaoru-. No puedo esperar hasta mañana. Habré acabado aquí a las cuatro y media.
- ¡No puede bloquear esta línea! -insistió Kaoru.
Una cosa era que aquel hombre fuera muy guapo y otra que se fuera a convertir en la peor de sus pesadillas. Sólo llevaba allí doce segundos y estaba a punto de conseguirlo.
Probablemente un hombre como Kenshin Himura, tenia muchos contactos con otras empresas y podría ayudarla a conseguir donaciones, pero también había una posibilidad que no la ayudara en absoluto. Tal vez lo único que haría seria pasarse el tiempo hablando por teléfono haciendo su propio trabajo si ella no lo detenía antes.
Sin molestarse a preguntar de nuevo, Kaoru se limitó a extender de nuevo la mano y cortar la comunicación.
- ¿Qué demonios...?.
- Lo primero de todo -le interrumpió ella, levantado la mano-, es que no se dicen tacos (NA: Maldiciones, garabatos, insultos o cualkier sinónimo ke le kieran poner), en este edificio. Eso le va a costar un yen. En el futuro, espero que encuentre una manera más apropiada de expresarse.
- ¿Quién demonios...?
- Lo digo muy en serio. Ahora ya me debe dos yenes. Supongo que usted será Kenshin Himura.
- Sí -respondió él, haciendo todo lo posible por reprimirse-. Mire, me doy cuenta de que sólo tiene una línea, pero esa llamada por teléfono era vital para mí. Solo tardaré unos minutos.
Una persona más razonable hubiera permitido que utilizara el teléfono. Sin embargo, Kaoru sabia que si se lo permitía, él se pasaría la vida colgado a aquel teléfono y ella no conseguiría que hiciera nada. Ella necesitaba que alguien se encargara de conseguir dinero para el nuevo hogar de ancianos. Y la mansión victoriana cercana al lago era un lugar perfecto.
Hasta aquellos momentos, la ciudad sólo les había cedido doscientos mil yenes lo que pagaría el edificio, pero no las obras de renovación. Kaoru tenia que conseguir el resto del dinero antes de que se acabara el contrato de alquiler del presente edificio, al cabo de los dos meses. Si ella no podía conseguir el dinero para las obras de renovación y acondicionamiento, todo el proyecto se iría al garete.
- ¿Por qué no utiliza su celular para hacer sus llamadas?.
- Está estropeado, así que, si me da un par de minutos... -afirmó él, extendiendo la mano hacia el auricular.
- Me temo que eso es imposible. Yo necesito el teléfono. Es vital para que yo pueda conseguir donaciones.
- Bueno te prometo que mi llamada no le entretendrá mucho –insistió él sin soltar el teléfono-. Acabaré con tiempo de sobra para que usted pueda realizar sus propias llamadas.
- Usted está aquí para ayudar, no para utilizar el teléfono .-le espetó Kaoru, dejando aflorar su fuerte temperamento.
Él sonrió de una manera que hizo que el pulso de Kaoru se acelerara. Unas pequeñas arrugas le irradiaban de los ojos que le hacían aun más atractivo.
- No estoy intentando hacerle la vida difícil –dijo él.
- Pues lo esta consiguiendo.
Aquello pareció surtir algún efecto. La sonrisa flaqueó sólo por un instante. A Kaoru le pareció que la estaba evaluando de nuevo. Él nunca habría esperado que ella se le enfrentara.
- ¿Y si le prometo que la próxima vez que venga, traeré mi teléfono?. –Kaoru tamborileó las unas encima del escritorio. Quería ser razonable, pero no deseaba ceder terreno.
- ¿Qué le parece si le dejo utilizar nuestro teléfono a cambio de una donación para las obras de nuestro nuevo edificio?.
- ¿Piensa cobrarme por utilizar el teléfono? –preguntó Kenshin, mientras la sonrisa desaparecía del rostro.
- No exactamente. Digamos que, durante esos diez minutos, yo hubiera podido ser tan afortunada como para encontrar a alguien de una importante empresa que hubiese estado dispuesto a hacer una donación considerable para el centro.
- Supongo que no estará hablando en serio. En esos diez minutos, no hubiera pasado de la recepcionista... –Ella sabia que Kenshin tenia razón, pero no quería admitirlo.
- De hecho –insistió ella-, he hecho bastantes buenos contactos en los últimos dos meses. Estoy segura de que puedo conseguir muchas donaciones. En cuanto a lo de utilizar el teléfono...
- Demonios...
- Señor Himura, ya le he advertido sobre el uso de tacos. Me debe ya tres yenes.
Durante un segundo, la mascara impasible del ejecutivo se levantó para dejarle ver a Kaoru lo contrariado que estaba. Pero enseguida aquella máscara volvió a cubrirle el rostro.
- De acuerdo. Usted gana... Esta llamada es tremendamente importante. ¡Que Dia... caracoles!. Le haré una donación. ¿Cuánto?. –Kaoru no supo lo que contestar ya que nunca habría esperado que él accediera. ¿Cuánto?. Ella miro el reloj que él llevaba puesto, fino, de oro. Muy caro.
- Quinientos Yenes (NA: Supongan ke es harta plata... en realidad no tengo la mas mínima idea de cuanto es un yen, pero según lo ke me dijo el Pato (si el es mi novio n/n) en pesos chilenos 1 yen es bastante dinero...).
- ¿Cómo¿Esta loca?. No le pienso dar di un maldito centavo. –Aquello era el colmo. Kaoru rodeo el escritorio hasta estar delante de Kenshin Himura y se irguió todo lo posible para que su mediana estatura, pareciera algo más.
- Ya son cuatro yenes. Y si vuelve a decir un solo taco más en este edificio, voy a rechazarlo como voluntario. Según tengo entendido, si jefe, el señor Katsura, le designo específicamente para que trabajara aquí. Me imagino que no le agradara mucho que le despidan el primer día de su trabajo.
- Katsura no me da ningún miedo. Así que no tiene por qué amenazarme con eso. Yo he venido aquí a trabajar de voluntario, así que usted me necesita más de lo que yo la necesito a usted.
- Eso no es cierto. No necesito a nadie que esté más interesado en utilizar mi teléfono que en ayudar a los ancianos. Nos ha ido muy bien sin usted hasta estos momentos, así no ira igualmente de perlas sin usted en el futuro. Así que, señor Himura¿Qué prefiere, Mi teléfono por 500 yenes o que llame al señor Katsura para decirle que nuestra colaboración no ha funcionado?.
Al ver cómo él la miraba, Kaoru hubiera podido pensar que lo hacia con admiración. Al menos eso era lo que hubiera dicho de cualquier otro hombre. Pero estaba segura de que Kenshin Himura no la admiraba. Solo la veía como un pequeño obstáculo en su camino.
Sin embargo, mucho antes de que él se sacara la chequera del bolsillo interior de su chaqueta, Kaoru supo que había ganado la batalla, lo que le provocó un pequeño vuelco del estomago. Había ganado.
- Quinientos yenes a cambio de utilizar el teléfono siempre que yo quiera durante las próximas dos horas –dijo él inclinándose para extender el cheque.
- Quinientos yenes y usted podrá utilizar el teléfono durante no mas de treinta minutos mientras este aquí hoy –replicó ella.
Él se detuvo, deteniendo la pluma sobre el cheque a medio escribir. No la miró, ni dijo palabra, entonces bajó la mano una vez más y termino de escribir. A Kaoru le pareció que le había tocado la lotería cuando él se lo extendió.
- Puede ponerlo a nombre de quien quiera. Del centro, del contratista de obras... o tal vez para usted –dijo él.
- Vaya señor Himura¿casi no nos conocemos y ya se ha formado una opinión de mi?. A mi también me encantan sus rasgos de personalidad.
- ¿Cómo sobreviviré aquí sin decir tacos constantemente?.
- Se utiliza la imaginación. Por cierto –añadió ella, mirando el cheque-. Sigue debiéndome cuatro yenes.
- ¡Caracoles! –exclamó él sacando la billetera.
- ¿Lo ve? –dijo ella, reprimiendo una sonrisa-. Ya sabia yo que encontraría la manera de conseguirlo –añadió, mientras tomaba los cuatro billetes que él le extendía y los metía, junto con el cheque en un sobre-. Ahora gracias a usted, he empezado de un modo inmejorable mi fondo para renovaciones y obras del nuevo centro de ancianos.
- Solo pido que usted sea la directora, Kaoru Kamiya.
- Sí –afirmo ella, extendiendo la mano-. Y puedo decirle sin ninguna duda que ha sido un placer conocerle, señor Himura.
Él tomó la mano que ella le estrechaba de una manera de lo más profesional, sin embargo, ella sintió un cosquilleo que le subía brazo arriba, desde la mano. Normalmente, aquella sensación significaba que se sentía atraída por un hombre. Sin embargo, en el caso de Kenshin Himura, aquello, solo significaba que había electricidad estática entre ellos. Nunca se había sentido atraída por un tiburón de las finanzas y no iba a empezar entonces.
Kaoru soltó la mano de Kenshin y dio un paso atrás.
- Espero que disfrute trabajando aquí señor Himura.
- Llámeme Kenshin –replicó él tomando el teléfono-. Me gusta tutear a la gente que es capaz de sacarme tanto dinero.
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Kenshin contempló como Kaoru salía de la oficina. Había roto su regla numero uno, la de "nunca menospreciar a un oponente". Al principio, no se había dado cuenta de que Kaoru Kamiya podría serlo. Cuando había salido debajo de la mesa, le había parecido una mujer fácil de dominar, e increíblemente sexy, con aquel largo cabello negro azulado, que ondulado le llegaba hasta casi a la mitad de su espalda incluso pasándola, y aquellos inmensos ojos azules. Bajo los jeans y camiseta, había unas curvas que habían hecho que su imaginación se disparara por derroteros desconocidos.
Sí, había menospreciado a Kaoru. Se había imaginado que la directora seria una mujer apacible a la que podría convencer para que le permitiera realizar su propio trabajo mientras estuviera allí. Por supuesto, algunas veces estaría dispuesto a ayudar, pero no podía pasarse 10 horas a la semana ignorando el trabajo que se acumulaba en el despacho. Tenia demasiados proyectos en mente.
Tras mirar el reloj, llamo a su ayudante, Misao Makimachi (NA: Se escribe así no?). por suerte, ella seguía en le despacho encargándose de todo.
Kenshin sabia que lo único que tenia que hacer era sobrevivir un par de semanas. Había pasado por peores situaciones como la absorción de Kincaid del año anterior. El trabajo voluntario seria coser y cantar.
Mientras esperaba que Misao contestara, vio a Kaoru trabajando en la sala principal del centro. Ella no era lo que había esperado, pero tenia que admitir que la admiraba. No muchas personas eran capaces de hacerle frente, además todas sus técnicas habían fallado con ella lo que no esperaba de una mujer que pasaba el día trabajando con ancianos, sin embargo, ella había conseguido sacarle 500 yenes.
Continuo con su llamada de teléfono durante algún tiempo, hasta que una sensación extraña le hizo mirar a dónde ella estaba. Sus miradas se cruzaron, Kenshin espero que ella sonriera, pero Kaoru no lo hizo, en vez de eso, frunció el ceño, y señalo el enorme reloj de pulsera que llevaba en la muñeca y extendió cinco dedos.
Al mirar a su propio reloj el que Katsura le había dado por su trabajo en el caso Kincaid, se dio cuenta de que aquella maldita mujer tenia razón, solo le quedaban 5 minutos.
Definitivamente 500 yenes no compraban nada en aquellos días.
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- Es un bombón.
Kaoru se dio la vuelta y se encontró con Kaede y su mejor amiga, Yumi, directamente detrás de ella (NA: Siiii la puse vieja jjajajajaja). Las dos mujeres estaban mirando a Kenshin Himura a través de la puerta abierta.
- No está mal –admitió ella, de mala gana. Sabia que las dos mujeres a pesar de ser mayores, tenían razón-. Pero si se cree que se va a pasar todo el tiempo al teléfono, lo lleva claro. –Las dos mujeres iban detrás de ella mientras Kaoru iba apartando las sillas para hacer sitio para la fiesta de cumpleaños.
- Mi Shishio era así de guapo –decía Yumi
- Yumi–le replicó Kaede, haciendo un gesto con los ojos-, Shishio media poco más de metro y medio. No se parecía en nada a ese hombre.
- Vale –admitió Yumi que lejos de estar ofendida reía sin parar-. Shishio no era muy alto, pero era bien guapo. Y sabia muy bien como encandilar a una mujer.
- ¿Crees que ese bombón también lo sabe? –Preguntó Kaede a Kaoru, dándole un codazo.
Muy a su pesar Kaoru miro a Kenshin. Tenia el aspecto y seguridad en sí mismo que podrían acelerar el puso de una mujer. La cuestion era si se tomaba algún respiro para hacer la experiencia memorable. ¿Se regocijaría en cada caricia, en cada beso?.
La mirada de Kaoru se dirigió hacia la boca de él. El gesto que había en sus labios le decía que algo no lo satisfacía. Mientras él hablaba, Kaoru se preguntó que se sentiría si un hombre como aquel le susurraba a una, palabras de amor al oído (NA: yo tb kero saber)
- Creo que la hemos hecho ver las estrellas –comentó Kaede.
- Tengo que volver al trabajo –dijo Kaoru, parpadeando mientras miraba a los dos mujeres, avergonzada de lo que había estado pensando.
- Claro que sí, querida –dijo Yumi-. No permitas que te molestemos.
Rápidamente, Kaoru movió mesas y sillas y trató de ignorar la conversación que Kaede y Yumi mantenían en la esquina de la sala. Luego fue a la cocina por el pastel de cumpleaños, no quería oír lo que las mujeres estaban diciendo, pero sabia que estaban hablando de Kenshin. Tenían la costumbre de interferir en la vida amorosa de Kaoru ya que las dos mujeres pensaban que a iba siendo hora de que sentara la cabeza. Le habían presentado nietos e incluso bisnietos con tal propósito, pero no habían conseguido nada. Kaoru tenia una clase de hombre en mente. Uno que adorara a los niños y que le gustara estar en casa. Y sus nietos viajaban todo el tiempo y al bisnieto no le gustaban los niños.
Sin embargo, las dos mujeres no habían cejado en su empeño, cuanto más se negaba Kaoru, más decididas estaban ellas a encontrarle pareja,. Les parecía que a la edad de 25 años, si Kaoru no se casaba pronto, se moriría sola. Cuanto mayor se hiciera, menos tendría donde pescar. Al menos eso era lo que pensaba Kaede.
Kaoru volvió a mirar hacia su despacho. Hablar de pesca o de tiburones le recordaba que había uno que necesitaba recordar un par de cosas. Tenia que volver al despacho y recordarle las reglas al señor Kenshin Himura. Tal vez, él era el jefe en su despacho, pero en el centro de Ancianos de Kyoto, solo era un voluntario más para ayudar en la fiesta de cumpleaños.
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Kenshin se pasó una mano por el pelo. Se sentía como un fumador en un vuelo intercontinental. La sensación de no poder hacer nada le llenaba de una frustración que, si no lo dejaba escapar, la haría explotar.
Por el rabillo del ojo vio a Kaoru aparecer por la puerta. No estaba ni a la mitad de su conversación con Misao, pero sabia que no debía forzar su suerte. Se tendría que quedar a trabajar en el despacho unas horas aquella noche para ponerse al día con el trabajo.
- Mira Misao, tengo que dejarte. La guardiana está aquí.
Al mirar a Kaoru, vio que ella no sonreía. Rápidamente, concluyó su conversación telefónica y colgó el auricular y se sentó al escritorio justo después de que ella lo hubiera hecho. La pequeña mesa casi no ponía espacio entre ellos.
- Necesitas un escritorio más grande –dijo él, poniendo la agenda en su maletín-. Diabl... Ostras –corrigió él al notar la mirada helada que ella le dedicaba-... Necesitas un despacho mas grande. Todo el edificio de hecho, es demasiado pequeño para las actividades que se desarrollan aquí.
- Señor Himura...
- Ya te he dicho que me llames Kenshin.
- De acuerdo, Kenshin. Ya te he explicado que estoy en el proceso de conseguir un nuevo edificio para el centro. Pero el tamaño de mi oficina y el de mi escritorio es la menor de mis preocupaciones. Lo que sí me preocupa es lo que tienes la intención de hacer mientras estés aquí.
Directa al grano. Eso le gustó a Kenshin, la observó de nuevo dándose cuenta de lo atractiva que ella era, sin embargo, la apariencia de Kaoru no debía preocuparlo. Ella no era su tipo, a él le gustaban las mujeres preocupadas solo por su carrera, las que sabían como comportarse en una reunión de negocios y no las asistentas sociales de largo pelo negro y enormes ojos azules.
- ¿Qué creías que iba a significar hacer voluntariado en el centro?.
- Ayudar en lo que se pueda –dijo él-. Supongo que ya sabes que el propósito de que yo este aquí es el de animar a otros empleados de Ishin Shishi a que se impliquen en trabajos de voluntariado.
- ¿Colaborarán esos empleados en horas de oficina, como tú?.
- Claro que no –respondió él notando la censura que había en aquellas palabras-. En mi caso, si no estoy dormido, estoy trabajando. Básicamente, todas las horas del día, son horas de trabajo para mi. –Ella le contempló, por la manera en la que ella lo miraba, él intuyó que no le caía muy bien. Y eso que le acababa de dar 500 yenes.
- Mira –dijo ella-, necesito utilizar voluntarios, pero solo si están interesados en ayudar. si estas aquí solo para que tu jefe sea feliz...
- Tengo intención de ayudar –se apresuró él a responder-, de acuerdo admito que preferiría no tener que pasarme aquí 10 horas a la semana. Sin embargo, haré todo lo que pueda para ayudar.
- Bien –replicó ella reflejando en su rostro todo lo que estaba sintiendo por dentro.
- Entonces¿qué puedo hacer para ayudar?.
- No sé. ¿Qué sabes hacer? –Por la manera en la que ella se lo había preguntado, Kenshin se sintió como si no supiera hacer nada. O al menos nada que a ella le sirviera.
- Se me da bien dirigir cosas.
- ¿Cosas?.
- Y personas.
- Ya me lo había imaginado –dijo ella, poniendo las manos encima de la mesa. No llevaba anillos y tenia las uñas cortas. Una mujer práctica-. Esta tarde me gustaría que ayudaras con la fiesta de cumpleaños. Celebramos una para cada anciano todos los años, encontraras las decoraciones en el estante superior del armario de la cocina.
Aquella idea no atraía mucho a Kenshin. La verdad era e no sabría lo que decir a aquellas persona. Nunca había conocido a sus abuelos, su madre se había marchado cuando él tenia dos años y su padre había muerto muchos años atrás. Afuera del trabajo, no conocía a nadie que tuviera más de 50 años. ¿De qué se podía hablar con personas que ya no trabajaban?.
- ¿Y después de la fiesta?.
- Entonces tal vez podrías llamar a alguno de tus amigos y "dirigirlos" en la dirección de sus chequeras. Necesitamos donaciones.
Con eso Kaoru salió del despacho. Kenshin la contempló marcharse. Genial. No solo tenia que pasarse gran parte de la semana ayudando sino que también tendría que molestar a sus amigos.
No había duda alguna. Tenia que salir de aquel lugar enseguida.
CONTINUARA...
Bueno, aqui estuvo el nuevo fics que estoy escrbiendo... este va a salir un pokito mas lento porke lo voy a ir subiendo a medida ke vaya terminando cada capitulo porke no he tenido mucho tiempo pa adelantarme por lo menos un capitulo mas... (ya me enrede yo misma )
Espero que les haya gustado este fics... y espero sus Reviews shi? y me opinan de ke les parecio y ke kierencambiar o algo XDDD
En cuanto al otro fics...son 15 capitulos asi ke falta pal final... y kiero ke me digan si desean o no unepilogo si? Bueno pero esto lo escribire enproximo capitulo del otro...
Nos taremos viendo
Matta ne...
