STOP VIZARD DISCRIMINATION! Ok tenía que decirlo, después de lamentar por mucho tiempo la pequeña cantidad de fics acerca de los Vizards, he decidido hacer mi propio fic (si, hasta ahora). La idea es hacer varios drabbles con temáticas diferentes, el primero es algo triste, les advierto, pero tenía desde hace rato bosquejos de este capítulo. Espero que les guste :)

Grief

El cielo se nubla bajo una insistente promesa de desilusión, nublando lo que ya no puede ser y vistiendo lo que ocurrió con el manto de la ignorancia y el grito adolorido de un alma destruida. Observa con melancolía las hojas de los árboles que danzan alrededor de su cuerpo impulsadas por el gélido viento. Una, dos y tres se posan suavemente en su cabello, siendo apartadas rápidamente. No quiere que nadie la toque, no quiere que nadie la observe. Ella quiere guardar celosamente su dolor bajo capas y capas de energía falsa así que sonríe forzosamente a las hojas y al viento, e intenta con toda determinación mantener esa postura.

Sabe que eso está mal, así como está mal que ella esté allí, en medio de una inminente tormenta que amenaza con empaparla de pies a cabeza. Sabe que cuando vuelva, sucia y muerta de frio, Lisa le reprochará su falta de cuidado, a lo que ella alegará que el frio no puede dañar a un superhéroe y Hiyori gruñirá algo sobre chicas estúpidas. Sabe que Rose no hará caso a sus afirmaciones y le tenderá una taza de café y unas toallas tibias para que se seque un poco.

Sabe que después subirá enérgicamente las escaleras en busca de un baño caliente, y que no podrá evitar detenerse frente a la habitación continúa a la suya soltando un suspiro al verlo a él tendido en su cama boca arriba con la camisa desabrochada dejando ver el tatuaje que tantas burlas ha acarreado. Sabe que aunque lo desee no cruzará la puerta, porque ya lo ha hecho antes y no ha recibido más que gruñidos y un puñado de lastimeras disculpas.

Sabe que él no escuchará nada de lo que le diga, no escuchará cuando le repita que no es su culpa, que no tiene nada de que disculparse y que si no sale de su habitación más a menudo acabará siendo un duende triste y feo.

Luego se irá a su habitación y no volverá a salir hasta que todos estén dormidos. Bajará a la cocina y se sentará frente al café que ya se ha enfriado, tratará de beberlo de todos modos, y las lágrimas llegarán antes del primer sorbo. Sabe que no podrá detenerlas, pero aun así lo intenta, porque no quiere despertar a sus compañeros con sus sollozos. Las lágrimas dejan marcas en sus mejillas, frías, saladas. El dolor sigue siendo palpable y el vació está presente en cada paso que da.

Los recuerdos vienen poco después de las lágrimas, aún demasiado frescos. Recuerdos que duelen, recuerdos que dejan marcas, recuerdos demasiado vivos, demasiado tristes. Verá en su memoria la máscara formándose en el rostro de Kensei, verá los rostros de sus compañeros muertos y verá a Tousen, tres veces maldito Tousen, y a ella misma, aún más maldita, de pie viendo caer a las personas que una vez juró proteger. Se preguntará donde estaba su fuerza, donde estaba la fuerte teniente cuando el deber la llamaba, se dará cuenta que jamás fue tan fuerte como creyó y lamentará haberlo notado demasiado tarde.

Sabrá que es momento de irse cuando las manos le empiecen a temblar, pero esperará un poco más, porque una parte de ella espera y desea que él llegue a su rescate. Espera verlo de pie frente a ella como el poderoso líder que es, que le muestre con su fuerza que ella también puede ser fuerte, que le deje ver, al menos una parte del hombre que conoció y del capitán en el que confiaba. Esperará pacientemente, aguzando los oídos a cualquier ruido o señal de movimiento, ya sea el chirrido de una puerta o un par de pies bajando por la escalera.

Sin embargó Kensei no llegará. No llegara ese día ni ningún otro, y ella seguirá esperando, porque se ha vuelto una rutina esperarlo noche tras noche, en torno a una taza de café frio, dejando que las lágrimas resbalen y ahogándose en sus recuerdos. Lo seguirá esperando porque sabe que vendrá, que cualquier noche aparecerá frente a la puerta con el ceño fruncido y le gritara que deje de lamentarse como una idiota y se valla a dormir de una vez por todas.

Y entonces ella sabrá que todo irá bien.

Ok, esto salió mejor de lo que pensaba, y eso teniendo en cuenta que estamos hablando de una Mashiro TRISTE, no se si esto debe considerarse OoC, digo, las personas se sienten tristes a veces, sobretodo cuando tiene que huir de su hogar y ver a sus compañeros morir. Realmente espero que el próximo sea más animado/menos deprimente.

Gracias por leer!

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