Disclaimer: Harry Potter y sus personajes y todo.. pertenece a JK Rowling.

Es un fic de dos capítulos.. habla un poco de los merodeadores, Lily.. etc. Parece que la historia quede inconclusa, pero no, es que yo tiendo a dejar así las cosas :S y solo recalco determinados momentos y listo. Aunque me quede hecho un asco.. Bueno, dedicado a mis niñas potterianas.

MARAUDERS

El bullicio a su alrededor hacía que sus voces pasaran desapercibidas. James y Lily caminaban bajo una capa que les hacía invisible a la vista de todo el mundo. Lily no estuvo muy segura de aceptar su invitación y más sabiendo las normas que iban a infringir y además, usando ese objeto tan extraordinariamente raro, por no decir único, que le había comentado él que tendrían que ponerse una vez llegaran a Hogsmeade.

Estaba claro que no podían andar por el pueblo como si nada, puesto que la excursión no era hasta tres semanas después y alguien avisaría seguramente a Hogwarts.

"La opción más sensata –había dicho James-, es usar esta capa." A lo que ella respondió que la opción más sensata era quedarse en el colegio. Aunque una parte de ella, esa parte que normalmente mantenía a raya, estaba deseando escabullirse de allí con él, vivir una aventura fuera del castillo, dejar que la llevara a dónde quisiera.

Así que aquella tarde, a principios de noviembre, Lily y James caminaban entre grupos de magos y brujas que iban tan ensimismados en sus propios asuntos que no notaron si quiera las huellas que aparecían de la nada sobre la nieve.

-Entonces¿sueles hacer esto muy a menudo?-le preguntó Lily abrazándose más fuerte al brazo de él por miedo a que alguien notara alguno de sus pies o el borde del abrigo.

James sonrío para sí al sentir que ella se acercaba más a su cuerpo.

-Nunca en tan buena compañía. –le contestó, esta vez, con una sonrisa en los labios.

Lily no pudo contenerse y le devolvió la sonrisa, sabía perfectamente que no era la primera vez que James Potter usaba esa frase con alguna chica, así que, aunque sonriente, cambió de tema.

-¿Y a dónde tienes pensado ir?

-Ya lo verás, es una sorpresa –le contestó él bajando el tono de su voz.

Sabía que hacerse el interesante con Lily no le funcionaría puesto que ella le había calado desde la primera vez que se vieron. Y aunque había pasado mucho tiempo desde entonces, aquella primera impresión en el expreso, determinó la forma en que ella le había tratado hasta hacía poco tiempo. No le impresionaba sus proezas (o lo disimulaba muy bien) y nunca respondió a sus juegos como el resto de las chicas. Aquello le llamó la atención bastante, fastidiado por no obtener respuestas de ella, y al poco tiempo de convivir en Hogwarts, quedó fascinado además, por su inteligencia y un tanto decepcionado por cómo parecía ella ignorarle. Sin embargo, desde el final del sexto curso, la actitud de Lily había empezado a cambiar, mostrándose más amable y relajada ante él, y durante este último curso las cosas habían ido mejorando cada vez más.

-¿Es que acaso no te fías de mi? –le preguntó él, fingiendo estar dolido.

-Nunca me fiaré de ti, Potter –le contestó Lily, divertida-. Mientras que no me lleves a la Mansión de los Gritos, vale, no me he escapado del castillo para ver algo tan horrible.

-Para eso no tienes que salir de Hogwarts, Evans, hay cosas horribles allí también. Empezando por tu amigo Sev.. auch!! –gritó al sentir el pisotón de ella.

-¿Cuántas veces te tengo que decir que dejes en paz a Severus?. Puede que ya no sea amiga suya, pero él no le hace mal a nadie –le reprochó Lily.

-No, está demasiado ocupado con su reducido grupo de magos tenebrosos¡no me mires así! –exclamó ante la mirada dura de Lily-. Sabes que es cierto.

-Tenebroso es una palabra muy fuerte. Usan las artes oscuras, ya lo sé, me peleé con Severus debido a eso, como ya te conté. Pero le conozco y pese a haber perdido el lazo que nos unía sé que es incapaz de hacer daño. No es.. tenebroso James.

-Muy bien, dejemos a un lado a Snape y sus costumbres. No he venido aquí a que hablemos de él, sino a que mires a tu alrededor.

Lily no fue consciente de que habían dejado las últimas casas atrás, hasta ese momento. Habían pasado de largo por Cabeza de Puerco y tras unos minutos caminando se habían internado en un pequeño claro del bosque que rodeaba Hogsmeade. El contraste entre el verde oscuro, casi azul de los árboles y el blanco de la nieve que los coronaba, nunca le había parecido tan hermoso. Lily salió de debajo de la capa y dio varios pasos dentro del círculo sin árboles, respirando profundamente.

-¡Esto es una maravilla! –exclamó fascinada.

Se dio la vuelta para mirar a James, pero éste aún seguí invisible. Lily le buscó con la mirada unos instantes, con una expresión de deleite en su mirada. En seguida notó como la agarraban por la cintura, aún sin poder verle.

-¿Te arrepientes ahora de haber dejado tu seguro colegio? –le preguntó James al oído.

Lily no respondió sino que le quitó la capa de invisibilidad muy despacio, descubriendo un rostro maduro, serio, sin rastro de su prepotencia, que la miraba con deseo, con cariño e incluso un poco de vulnerabilidad.

Y le besó. No era la primera vez, pero sin duda fue una de las más especiales.

Durante un momento sólo existieron ellos dos, en aquel pequeño paraje. Pasaron el resto de la tarde allí, sentados en una roca que había justo en el medio, hablando y comiendo lo que habían conseguido en el Gran Comedor en el almuerzo. Cuando volvieron a Hogwarts, eran más de las una de la madrugada.

Se despidieron de nuevo, en la sala común y antes de que ella hubiera subido un par de escalones, James la llamó.

-¡Lily¿y si nos quedamos aquí?

Bajando despacio el primer escalón, se situó frente a él con una expresión de curiosidad.

-¿Aquí? –preguntó -¿quieres que durmamos en la sala común?.

-Mira a tu alrededor, yo lo veo más acogedor que los ronquidos de Sirius.

Lily soltó una carcajada y se quedó pensativa un momento.

Le había gustado James Potter desde hacía unos años, aunque nunca quiso reconocerlo. Se había escandalizado siempre de la costumbre de su grupo a meterse en líos y saltarse las normas.. y desde que habían empezado a salir, haría poco menos de un mes, había infringido más normas que en los más de seis años que llevaba en Hogwarts: se habían saltado algunas clases (gracias a algunos trucos de Sirius), habían recorrido el castillo y los alrededores por varios pasadizos que conocía James (y aquella misma tarde le había mostrado el mapa que le permitía hacerlo con toda seguridad), y, recordó ruborizándose, habían ocupado un par de veces, clases vacías.

-Eres una mala influencia para mí, James –le dijo con una mirada pícara.

-Pues ¡refórmame!, moldéame a tu antojo, te aseguro que te voy a dejar –le respondió guiñándole un ojo.

Poniendo los ojos en blanco, le siguió hasta el sofá que había enfrente de la chimenea.

-Pero no me dirás que desaprovechar este fuego encendido y este cómodo sillón, no sería una estupidez.-le dijo James.

-Totalmente –le contestó Lily intentando parecer seria –. Tendremos que aprovechar la ocasión por hoy.

Sonrientes se recostaron en el sillón, quedándose adormilados a los pocos minutos, debido al cansancio y al calor que desprendía la chimenea.

-Pero no te acostumbres Potter –le dijo Lily con voz soñolienta-, adoro mi cama.

-No me extraña –dijo James antes de bostezar-, yo también la tengo en alta estima, algún día tienes que presentármela.

Volviendo a sonreír y sin ganas de contestarle, Lily se quedó dormida, seguida por James a los pocos minutos.