Hola, este fic es una historia alternativa que se ubica después del último episodio de la cuarta temporada, no se hace mención sin embargo de los hechos ocurridos en el capitulo And when I die porque como ya dije antes es una historia alternativa. A pesar de que comienza en esa parte de la historia se hace mención a muchos de los hechos ocurridos en la segunda temporada por lo tanto me disculpo de antemano por algún error que pudiera existir en la trama. Aunque esta narrado —al menos por ahora— por Sookie Stackhouse trata de una posible vida de Godric pre segunda temporada.

Este es mi primer fic, espero les guste, ¡estoy abierta a cualquier critica constructiva!

P.D: Los personajes que aparecen en esta historia no me pertenecen, excepto uno ;)


Nadie parecía entender que en tiempos como estos prefería estar sola, ya había pasado demasiado tiempo dependiendo de toda esta gente para salvarme una y otra vez la vida, o el caso contrario, demasiado tiempo salvando la vida de los demás. Ya no me alcanzaban los dedos para contar las veces que había estado a punto de morir, y no me engañaba, necesitaría más, muchos más.

Llevaba no sé cuánto tiempo en mi habitación tratando de disfrutar unas pocas de las horas de la soledad y tranquilidad que tienen los seres humanos normales, los que no viven rodeados de vampiros, hombres lobos, brujas, cambiantes y ahora las panteras también se habían incluido en la lista, trataba de disfrutar esas pocas horas de tranquilidad porque me temía durarían muy poco.

Mientras bajaba las escaleras y me dirigía hacia la puerta me di cuenta que aún era de día, por lo tanto quién sea que había llamado no era un vampiro, pero no estaba segura de si eso era bueno o era malo.

Traté de reconocer por la sombra que hacía contra el sol el cuerpo de la persona que estaba al otro lado, pero la pequeña figura pareció desconocida ante mis ojos.

Me sentía un poco más segura cuando por fin abrí la puerta.

Lo que me encontré me asustó, no por el hecho de que la chica que estaba en la entrada de tuviera un aspecto aterrador, sino todo lo contrario, tenía un aspecto tan dulce que daba miedo.

—Hola, me dijo con una voz cálida al mismo tiempo que esbozaba una pequeña sonrisa.

—Hola, ¿Quién eres?

Sabía que sonaba poco agradable pero no creía encontrar nada más que decir en ese momento. Había algo en esta chica que parecía imponente, trataba de descifrar que era tan extraño en ella. Parecía muy joven, aunque estaba vestida para evitar parecerlo no podía evitarlo.

—Tú debes ser Sookie Stackhouse, dijo sacándome de mi trance momentáneo e ignorando completamente mi pregunta.

Tenía un extraño acento que parecía ser la mezcla de muchos, eso me aterró por un momento, pero luego me miró con unos grandes ojos negros que parecían irradiar ternura y sentí como si alguien me abrazara en ese momento.

—Sí, yo soy.

—Bueno, en realidad ya lo sabía pero no encontré nada más apropiado que decir. Sé que sonará extraño Sookie pero yo conozco mucho sobre tu vida, y me parece injusto que no conozcas sobre la mía.

Estas palabras me habrían dejado heladas en cualquier otro tipo de circunstancia pero había algo sobre esta chica que me hacía sentir segura.

— ¿Puedo pasar? Dijo, mientras se quitaba un morral que llevaba a su espalda.

—Adelante, dije mientras le hacía espacio.

—Mi nombre es Eleanor, dijo casi al mismo tiempo que se sentaba en uno de mis muebles.

Debajo de la luz artificial parecía aún más joven, estaba tratando de descifrar el origen de sus rasgos cuando me interrumpió.

—Como te dije antes Sookie, yo sé más de tu vida de lo que piensas, es por eso que vine aquí a aconsejarte.

— ¿Aconsejarme? ¿Sobre qué? Dije con un tono irascible en mi voz.

Sentía que esta conversación no llegaría a ninguna parte y comenzaba a incomodarme, no permitiría que una total extraña se entrometiera en mi vida aunque me invadía un sensación de miedo el solo intentar hacer algo contra ella.

—Sé que esto no tiene ningún sentido para ti, pero lo tiene para mí. El problema es que son tantas cosas que tengo que decirte que no sé por dónde empezar.

— ¿Cómo es que conoces sobre mi vida? Dije, no era eso lo que realmente quería preguntar pero no me atrevía a hacer otra pregunta.

—Tenemos, digamos, unos cuantos conocidos en común.

Eso no estaba bien, la mayoría de la gente indefensa que conocía estaba muerta, y la no indefensa también lo estaba, aunque no del todo.

— ¿Quiénes son esas personas? Le dije, al segundo me había arrepentido de hacerlo, no estaba segura si quería escuchar la respuesta.

—Eric, Pam y Godric, dijo dudando, su voz se había convertido en susurro y sus ojos tenían un tinte de tristeza.

Sentí un pequeño alivio, pero después me estremecí, cualquier cosa que estuviera relacionada con vampiros —fuesen quienes fuesen— no podía ser buena.

— ¿Y ellos te contaron sobre mí? Dije, aterrada de lo que podrían haber dicho.

Godric no había tenido mucho tiempo para conocerme, y había sido yo quién lo había visto desaparecer. Pam no tenía una buena impresión sobre mí y eso era un eufemismo. Lo que Eric podía decir a alguien sobre mí no podía ni siquiera imaginarlo.

—No exactamente.

— ¿Ah no? Le pregunté totalmente desconcertada.

—Fue Lorena.

Todo parecía tan bueno para ser cierto, mi piel se había puesto de gallina en respuesta a ese nombre.

—No te asustes por favor, ni siquiera conozco a Lorena.

— ¿Y entonces como fue qué te habló sobre mí? No me digas que la gente va por ahí de buenas a primeras hablando sobre mí, dije casi gritando, había controlado por mucho tiempo la ira que se iba incrementando dentro de mí pero eso había sido la última gota que rebasó el vaso.

—Te sorprenderías, dijo mientras me miraba de forma divertida, con una sonrisa infantil que la hacía parecer aún más joven.

— ¿POR QUÉ LORENA TE HABLÓ SOBRE MI? Dije, trataba de parecer sería pero era difícil cuando a la persona que estaba delante de ti parecía hacerle gracia.

—En realidad escuché sus pensamientos.