Por una idiotez
Por una idiotez. No lo puedo creer y pensar que todo estaba como miel sobre hojuelas… bueno no exageremos, pero las cosas iban bien, mi vida tranquila, ya no había súper aventuras para salvar el mundo de algún loco maniaco, todo se había tranquilizado a pesar de no tener miles de travesías a través del mundo, peleando con seres de magia oscura, con un - supuestamente "saludable"- juego de cartas, la vida iba bien, solo preocupándonos ahora de situaciones comunes, para adolecentes comunes, mi vida si bien puede ser mejor, tal pareciera que todo iba viento en popa.
Hace poco había conseguido un nuevo empleo en una cafetería cerca del centro, la paga estaba bien, mi padre, bueno digamos que él seguía con sus vicios pero ya no era tan agresivo como antes, todo se limitaba a que solo tomaba a desaparecer de vez en cuando con sus amigos a beber a algún lado y regresaba cuando no tenía más dinero para continuar, la verdad ya no me importaba, por más que quise razonar con él para que dejara ese mal habito nunca funciono, pero al menos ahora no llega agresivo y queriendo golpear a medio mundo, así que las cosas van bien.
Con mis amigos como siempre las cosas marchan de maravilla, de vez en cuando tengo tiempo libre me junto con ellos para ir a casa de Yuugi, a pasar el rato o a hacer una sesión de estudios, puesto que se acercan los exámenes, y doy gracias a tener amigos inteligentes y aplicados que me ayudan, porque bien se sabe que no tengo mucha madera para ello, ya daría yo gracias si pudiera ser un poco más inteligente, quizás no todo un genio, como el sábelo-todo-Seto-Kaiba, pero si que las cosas se aprendieran mejor, aunque quizás si fuera más listo, podría dejar al idiota de Kaiba como lo que es, un idiota.
Hablando de eso, acabo de recordar la estupidez que cometí hace poco. Y pensar que creía todo había sido una gran idea, aun no entiendo como todo termino así, será mejor que recapitulemos.
Era un día como cualquier otro en donde por llegar algo tarde –nuevamente – me mandaron a hacer algunos encargos los profesores, como siempre, ir por algunos mapas a la sala de audiovisuales, recoger algunos papeles en la copiadores y cosas por él estilo, en esta ocasión, habíamos tenido gimnasia y el profesor en turno me había mandado a guardar unos balones al gimnasio, puesto que en esta ocasión, habíamos practicado fuera, todo iba bien hasta que cerca de una zona de jardín logre visualizar a Kaiba, al parecer tenía poco de llegar no lo había visto antes, o quizás con sus mega privilegios de CEO millonario, lo habían excusado de hacer gimnasia –no se vaya a romper el señorito – es lo que pensé, estaba dispuesto a irlo a molestar un rato, cuando me di cuenta que había una chica frente a él.
–No me digan que eso es…
Si tal pareciera que eso era una típica escena de confesión, dudaba mucho que Kaiba se acercará asi por su cuenta alguien y mucho menos a una chica, así que me causo curiosidad y me acerque un poco, ocultándome tras unos arbustos. Por lo que pude escuchar la chica fue al que lo cito –ya sería extraño si no – y bueno no sería la primera vez que alguien se le declarará a Kaiba, había escuchado rumores de que otras chicas lo habían intentado, claro sin ningún éxito, pero también había escuchado que a veces Kaiba podía ser algo cruel con sus respuestas, con ese pensamiento, me dio curiosidad saber qué tipo de chica era la que se estaba confesando, ais que hizo un poco de esfuerzo para asomarme más sin mostrar mi escondite y ahí la vi, una chiquilla muy linda, de baja estatura, complexión delgada, un rostro pequeño y un largo y sedoso cabello negro, con unas facciones muy finas, era Megumi-chan una de las chicas más lindas de nuestro instituto.
Seguro Kaiba no podría negar que ella era muy linda, y si es que Kaiba aceptaba salir con ella, al pensar en eso, sentí un pequeño malestar, no sé por qué, pero quiero atribuirlo a que me dio lastima el pensar en la pobre Megumi-chan como pareja de un idiota y egocéntrico como él, aunque también me llego la idea de que quizás él la rechace, con ese pensamiento un sentimiento de alivio se poso en mi, peor nuevamente se lo atribuí al hecho de que sería por no ver a la pobre Megumi-chan sufriendo por alguien como él, pero ahora que recordaba, Kaiba no suele ser tener mucho tacto y quizás dejaba a la pobre chica sufriendo por una de sus escuetas respuestas, o no, no puedo dejar que eso suceda, fue lo que me dije cuando decidí aparecer frente a ellos, justo en el momento indicado.
–Kaiba-sama, me gustas, por favor sal conmigo.
–Lo si…
Había escuchado la pregunta clave de Megumi, lo había dicho con una voz temblorosa pero Kaiba parecía inmune, así que antes de que dijera algo aparecí cubriéndole la boca, él pareció tensarse, puesto que no esperaba eso y al parecer Megumi-chan estaba igual, aunque ella parecía más avergonzada de lo que estaba, hasta hace unos instantes.
–Wuaa, pero si es Megumi-chan. –dije con sorpresa –pero que hace una chica tan linda perdiendo el tiempo con un amargado como este.
Dije mientras señalaba a Kaiba y este intentaba alejarse de mí, cosa que no lo iba a dejar por supuesto, mi mano seguía en su boca y había apresado una de sus manos para que no intentara escaparse, la otra no se movía, era donde tenía su maletín y tal aprecia no quería soltarlo, ni siquiera para apartarse de mí.
–¿Joey-kun?
Dijo la chica con sorpresa, yo solo me limite a sonreír, estaba a punto de contestarle cuando el muy bastardo piso mi pie, estuve a punto de soltarlo, pero no le daría ese gusto así que lo aprese más fuerte y seguí hablando con Megumi-chan.
–Sabes, no deberías confesarte a tipos como este, eres muy linda puedes encontrar a alguien mejor. –Le dije, además estaba enojado por el pisotón asi que quise hacerle una broma al ricachón –además yo creo que este tipo, batea para el otro lado asi que no te conviene Megumi-chan.
Al decir eso solo pude sentir como Kaiba se tensaba nuevamente y su mirada de ocio hacia mi se incremento, pero había dejado de forcejear por lo que solté mi agarre, era cansado permanecer así, el ojiazul estuvo a punto de reclamar algo pero esta vez la voz de Megumi lo interrumpió.
– ¿Qué demon…?
– ¡Oh, ya entiendo! –Exclamó –lo siento mucho en verdad, no quise ser grosera, debí sospecharlo.
– ¿Qué? – Preguntó Kaiba igual de confuso que yo.
–Eh… yo…
–lo siento. –Fue la escueta respuesta de Kaiba, pensé que sería peor, pero al aparecer i interrupción aminoro eso. O eso quiero pensar.
– No, yo lo siento en verdad, Kaiba-sama. Olvide lo de mi confesión por favor.
No entendía bien todo lo que balbuceaba y a pesar de todo pronóstico no se veía triste, por haberla interrumpido en su confesión o por el hecho de que prácticamente le había dicho que iba a ser rechazada y Kaiba no hiciera nada para que pareciera lo contrario.
– Que vergüenza. –Dijo – espero sean felices –fue lo último que escuche antes de que ella empezara a correr y desapareciera de nuestras vistas, por alguna razón sus últimas palabras me habían causado una vergüenza increíble, por lo que no me moví ni un ápice, hasta que escuche la voz de Kaiba, hablarme.
– ¿Hasta qué hora piensas soltarme, perro?
No me había dado cuenta, pero mi brazo seguía alrededor de su cuello, después de hacer que mi mano soltará su boca, estaba muy cerca de él como si fuéramos muy familiares –cosa que no lo somos – el solo movió su hombro de manera brusca para soltarse de mi agarre y comenzó a caminar.
–Yo no soy un desviado.
Alcance a escuchar, parecía que si le molesto en verdad lo que dije, aunque me sorprendió el ver o más bien el creer ver un pequeño sonrojo en su cara, aquella acción solo me dio un escalofrió que recorrió todo mi cuerpo, por lo que decidí que lo más sano era ir a hacer lo que me había dicho el profesor o estaría todavía más en otros serios problemas.
xoXOOXox
Ese día las clases siguieron como siempre, sin ningún otro incidente y así paso el resto de la semana, o al menos eso me gustaba creer, porque desde hace algunos días siento muchas miradas ante mí y algunos cuchicheos a mi alrededor, no quiero parecer paranoico pero en verdad eso es inusual.
Otra clase aburrida había terminado, muchos alumnos se paraban de sus asientos y comenzaba a platicar, entre ellos estaban mis amigos, en esta ocasión no quise seguirlos, seguía con la sensación de tener miles de miradas clavadas en mi espalda, además que mis amigos también estaban raros, así que cuando me invitaron a unirme a ellos, decline la oferta diciendo que estaba cansado por lo que me recargue en mi asiento, acomodando la cabeza en la mesa de mi pupitre, mi vista vagaba por todo el salón hasta que se detuvo en un punto.
Ahí a unas cuantas bancas a la izquierda en la parte de atrás, pude observar a Kaiba, sentado observando su fiel computadora, sin prestarle atención a nadie más que su máquina, me le quede observando un tiempo. No era raro ver a alguien perdiendo el tiempo con un computador, pero sabía que Kaiba no hacia eso, el se ponía a trabajar, a veces me preguntaba qué clase de adolecente era, no parecía un chico, parecía un anciano con esas actitudes –no sé qué es lo que le gusta a la gente de él –me dije.
Aquel pensamiento, me remontó al día en que vi aquella confesión a Kaiba, tal pareciera que desde ese momento no había cruzado palabra alguna con el ricachón, y bueno no es que hablemos a menudo, pero ahora pareciera como si nos evitáramos. Mi vista seguía clavada en él, ya que me quede pensando que es lo que atrae a la gente a tipos como él, digo esta bien que sea un genio y sea rico, pero ¿por el dinero vale la pena estar con una persona así de amargada?, me pregunte, bueno si es apuesto o eso dicen muchas chicas, me dije una vez que comencé a observarlo detenidamente.
Sabía que era alto, me ganaba por un buen par de centímetros, su complexión era buena, se veía algo delgado, pero sabía que Kaiba era fuerte, nuestras peleas me lo han hecho saber, ha habido varias ocasiones en las que hemos llegado a los golpes, pero recuerdo que Kaiba siempre trata de cubrirse el rostro –claro siendo una celebridad no puede dar su imagen –me digo, esta vez poniendo atención en su facciones faciales.
Su rostro es alargado, con una mandíbula algo afilada, su tez un poco morena, que queda bien con su cabello castaño, el cual siempre está bien peinado, todo en su lugar, incluso el flequillo que cruza por su frente y el cual solo hace acentuar más esos extraordinarios ojos azules, los cuales te pueden congelar en un momento si es que estas dispuesto a hacer enojar a ese ricachón. Me pregunto si él amara sus dragones de ojos azules porque sus ojos son de ese color, digo con lo egocéntrico que es, puede suceder.
Una pequeña risilla sale de mis labios con ese pensamiento. Pero mi vista sigue inspeccionando su rostro, ahora me detengo en los labios son delgados y de un leve color rosáceo, si lo vez detenidamente, no son muy diferentes a los de otros chicos o chicas, pero en muchas ocasiones hacen ver como si solo una fina línea fuera su boca. Me preguntó si su labios serán suave al tacto, cálidos o fríos como es su ser, quizás sean tan ponzoñosa como su lengua y nuevamente me dan ganas de reír por ello, por poco y suelto alguna carcajada si no es que antes me doy cuenta que su boca se mueve y él me está mirando. Demonios.
– ¿Qué tanto me vez, perro inútil. Se te perdió algo?
Por alguna razón me sonroje, cuando me di cuenta que me observaba, así que solo atine a voltear mi rostro a otro lado soltando algunas palabras.
– Quien podría estar perdiendo el tiempo observándote, idiota. Más bien deja de observarme a mí, que siento tu maldita mirada ponzoñosa. –dije de manera acida, volteando nuevamente mi rostro hacia él.
–No tengo tiempo para tus tonterías Wheeler. Si vas a estar con tu cara de perro hambriento, ve y hacela a tus amiguitos, yo no tengo tiempo de cuidar una mascota.
–Eres un gran…
–Vaya, hacía tiempo que no los veía pelear. –Interrumpió mi amigo Tristán. –ya empezaba a temer que los rumores fueran ciertos hahaha.
–¿De qué demonios, estás hablando Tristán? –pregunté, posando toda mi atención, en mi amigo.
–Oh ya sabes, esos rumores que están circulando por toda la escuela. Según parece alguien se entero de que Kaiba tiene pareja y es hombre y bueno…
–A ver espera un momento ¿el ricachón tiene pareja y encima es un hombre? –vaya eso me había sorprendido y yo que lo decía por molestar, pero si es así entonces a qué demonios venia eso de "no soy un desviado y blablablá" volví a dirigir mi mirada hacia el CEO, pero hacia como si no estuviese poniéndonos atención, cosa que lo dudo, puesto lo acabo de gritar y creo ver levemente un tic en su ojo derecho, cosa que me causo mucha gracia.
-hahaha ¿y se puede saber quién es el afortunado? –esto iba a ser épico. –hahaha si supiera en lo que se ha metido, pobre idiota hahahaha.
No podía aguantarlo era lo más loco que pudo pasar, bueno si quitamos mis extraños pensamientos de hace un momento, pero en verdad esto me estaba matando, tenía un dolor horrible en el estomago por la risa, mi amigo parecía querer decime algo, pero no podía entenderle
–pero espera, espera. Esto es genial, pero… ¿yo que tengo que ver en esto? –dije mientras aun soltaba una que otra risa, esto era increíble.
Mi amigo estaba a punto de contestar cuando de pronto se escucho un ruido, de una banca arrastrándose de manera escandalosa.
Dirigí mi mirada al sitio de donde provenía el ruido y solo pude ver a Kaiba guardando rápidamente sus cosas, mientras se detenía a unos pasos de mí y me observaba desde lo alto ya que yo seguía sentado en mi pupitre.
–deja que yo te diga que es lo que tienes que ver con eso Wheeler. –vaya quizás mi broma si lo inicio, me sentí un poco mal por eso, pero el gruñon ojiazul siguió hablando sin dejarme decir ni una palabra.
–parece ser, según esos rumores, que mi pareja, el pobre idiota. No es otro más que TÚ imbécil. –dijo haciendo énfasis en el Tú, mientras salía del salón, con un humor no muy agradable y yo. Solo me quede ahí, intentando procesar toda la información, voltee a ver a mi amigo Tris, para ver que eso no era más que una broma por parte del engreído ese, pero en su rostro solo encontré incomodidad, voltee a ver a mis demás amigos y compañeros y todos estaban igual.
Mi mente empezó a trabajar a mil por hora, ¿cómo es que había terminado esto así? Si yo que recordará nunca había hecho algo que diera pie a pensar en eso ¿o sí? Está bien que quisiera hacerle una broma a Kaiba pero… eso era la broma.
Ahora que recordaba, Megumi-chan había dicho cosas raras, algo así de lo siento y sean felices, después me di cuenta que parecía abrazaba a Kaiba y eso de que él batea para el otro lado. Todo empezaba a encajar, me sentí palidecer. Maldita sea yo y mi estúpida broma, no solo había acabado jodiendo a Kaiba, si no a mi también, maldita, maldita sea. Todo por una Idiotez.
