Celos.

Como odiaba eso. Fruncía el ceño mientras observaba la sonrisa tonta de la castaña.

Tenía que admitir que la escena le provocaba ternura. Sin embargo eso no dejaba a un lado el malestar que le causaba el verlos.

¿Acaso no sabía que él estaba presente? Ni siquiera volteaba a verlo.

¿Qué tenía él que no tuviera Natsume Hyuga?

El mismo color azabache mostraba su cabellera, su mirada carmesí era tan inexpresiva como la de él.

¿Qué tenía el hijo, que el padre no, para que la mamá mostrara más interés por el primero?

Frunció aun más el ceño.

Amaba a su hijo. Pero también amaba a su esposa y no le agradaba la idea de compartirla.

Un suspiro escapo de la boca de ella mientras dejaba descansar a su pequeño en la cuna. Volteo a verlo con una gran y "tonta" sonrisa. Pero esta se desvaneció cuando se percato de su enojo. Cuando lo vio salir de la habitación sabía que algo andaba mal ¿Pero qué?

Lo siguió, esperando encontrar la respuesta. Lo encontró en la habitación de ambos, sentado en la cama dándole la espalda.

Sabía que ella iba tras él y lo confirmo cuando sintió el colchón hundirse, pero no voltearía. Lo abrazo por la espalda, estuvo tentado a corresponderle…

Pero no, esta vez no.

- ¿Qué sucede? – se sentó a su lado al no obtener una respuesta.

Él solo dejo que su cuerpo descansara en la cama mientras colocaba sus brazos tras la nuca, ella lo imito al recostarse a su lado. La distancia entre ambos era escasa. Su mano vago hacia el interior de la camiseta de él.

Le gustaba verlo, pero amaba tocarlo, sentirlo cerca de ella… Demasiado cerca.

Una sonrisa juguetona se formaba en sus labios mientras se acercaba aun más al cuerpo de su esposo. Un suspiro se escapo de sus labios ante las caricias de ella.

Pero no cedió.

- ¿Pensaba que preferías estar con él? – pregunto con reproche mientras giraba su rostro.

Sus caricias se detuvieron al darse cuenta de algo, mas no retiro su mano del pecho de él.

- ¿Estas celoso? – La castaña no lo podía creer.

- Claro que no – se apresuro a negar, pero la sonrisita de ella lo molesto aun más.

Sus ojos carmesí se encontraron con los avellana, un ligero rubor cubría sus mejillas y su sonrisa burlona adornaba sus labios.

Se recostó sobre él, sin perder el contacto de sus ojos – Estas celoso de nuestro hijo – afirmo – Eso es tan tierno – sonrió.

Como amaba esa sonrisa, la cual provoco que su ceño fruncido se relajara.

La atrajo a él, atrapando los labios femeninos.

La idea de darle un hermanito a su hijo llego a él cuando logro colocarse sobre la castaña. Sin embargo otra lo ataco… Si eso llegaba a pasar… Ahora ella se enfocaría en ellos…

¿Y él? ¿Dónde quedaría?

Malditos celos.

Fin.

[N/A]

Primero que nada gracias por leer. Espero que les haya gustado esta pequeña historia, la verdad es que estaba tan aburrida en una clase que esta fue mi única escapatoria para no volverme loca. Sé que no he actualizado NADA y les aviso que comenzare a actualizar a principios de Junio.

Tal vez haya una secuela de esta pequeña historia, me gustaría hacer sufrir a Mikan. Recuerden que se acerca el final de Gakuen Alice, es por eso que escribo este tipo de historias, rogando para que terminen así.

Espero que les haya agradado este Natsume celoso y berrinchudo, nos vemos.

Cuídense.