La Hermandad y la Gema
Prólogo
-¿Eh…?
¿Dónde…donde estoy?
Una luz completamente blanca me ciega. Trato de moverme, pero es inútil. Siento mis pezuñas y mi cuerpo, pero soy incapaz de moverme. También trato de gritar, pero el resultado es lo mismo. Lo único que oigo son mis pensamientos.
-"¡Twilight!"
Escucho a alguien, pero soy incapaz de identificarlo. La luz blanca poco a poco se apaga, dando paso a una luz rojiza. Siento un suelo frío y duro en el cual reposo mis pezuñas. Me muevo, pero no soy yo quién lo hace…es como si fuera una marioneta. Siento humo en mi cara, como si ocurriera un incendio.
-"¡Twilight"!
Vuelvo a oír a alguien, y esta vez soy capaz de reconocer la voz. Es…la princesa Celestia. Mientras escucho esto, mis ojos se aclaran. Estoy dentro del palacio de Canterlot. Pero no es el palacio que yo he visto. Está hecho ruinas. Los ventanales están rotos, y veo fuego por todos lados. Intento gritar, pero no sale ningún sonido de mi boca. Me doy cuenta que mi nariz está sangrando.
¿Qué es lo que esta sucediendo? ¿Dónde estoy?
De repente, siento el contacto de alguien con mi pezuña. Agacho la vista.
Era la princesa Celestia. Se encontraba en el suelo, junto a mí. Noto inmediatamente la sangre que corre por su nariz y por su boca. Su cuerpo está lleno de heridas, suciedad y sangre.
Esto…no puede ser cierto…no puede estar pasando.
Veo como la princesa se arrastra hacia mí, con la poca fuerza que, al parecer, le queda. Levanta la cabeza y me mira.
-Twilight…no…-Intenta unir las palabras mientras unas lágrimas corren por sus mejillas. Estaba llorando, mientras bajaba la cabeza y caía bruscamente al suelo.
Quiero moverme y ayudarla, como quiero comprender que es lo que está pasando.
-No…por favor…Twilight…-Suspira mientras continua llorando.
Mientras eso pasaba, sentí un ardor en mi cuerno. Celestia se levantó, por efecto de mi magia, y yo, sin poder hacer nada, trataba de evitar todo eso. De repente, sin darme cuenta, susurré unas palabras:
-¿Por qué no puedes morir de una maldita vez?
No entendía lo que sucedía. No entendía porque me encontraba allí, porque había pasado todo eso. La miré nuevamente, antes de lanzarla contra una de las paredes del castillo.
"¡PRINCESA!"
Me acerqué a ella. Nuevamente la tomé con mi magia. Junto a la profunda herida en su cabeza por el choque, note algo más.
No estaba respirando.
Traté de llorar. Traté de salir de todo esto, mientras yo simplemente me quedaba allí, parada, como si no hubiera pasado nada.
"No…esto…no puede ser cierto...es imposible que esto sea real"
Abrí los ojos.
Frente a mí, me encontré con mi cama. Al lado, sentía los ronquidos de Spike, profundamente dormido. Miré la ventana de la biblioteca. Era plena noche. Sólo había sido una pesadilla.
Traté de dormir, pero no pude. Millones de ideas respecto al sueño que tuve me impidieron dormir.
La peor, era la idea de que eso no había sido una pesadilla.
