FANFINC CORTO
LO QUE ESTÉ ENTRE CURSIVA SON PENSAMIENTOS.
VUELVO DE ENTRE LOS MUERTOS PARA TRAERLES UNA LOCURA DE MEDIA NOCHE.
DISFRUTEN- CAMIKO NO PUNISHMENT
CAPITULO 1.
3 años de relación y mis amigos definitivamente ya no creían que nosotros no hubiéramos tenido nada íntimo, digo, Sakura Kinomoto, belleza andante, pero más inocente que un gatito recién nacido, o al menos eso proyectaba, pues sí que sabía cómo dejarme picado en caliente… y yo siempre cayendo.
-Syaoran enserio, no han hecho nada… ¿¡de nada?- Eriol balbuceaba, ya estaba más tomado de lo que le permitía pararse por otra copa, así que mantenía la botella de Black Label al lado.
-Nono, no mi buen amigo, nada de nada, la respeto y será cuando ella quiera que sea- Negaba con la cabeza y hacía gestos extraños, yo tampoco estaba muy bien, era verdad, jamás había pasado nada más que un inocente… bueno… muy candente faje, pero no no, hasta donde ella quiere.
Si, aún existen caballeros que llegan a sus casas a hacerse una corrida con su mano buena cuando les dejan con las ganas, antes de ir a un putero y engañarlas sin que lo sepan, claro que se puede, todo es posible, pero no… si la amas de verdad, llegaras a echarte un buen baño de agua fría, tomarte una cerveza todavía más helada, y a dormir como perdedor rechazado una vez más.
-Hay amigo, bien que te puedes tirar unas cuantas sin que se entere, ganas seguro NO te faltan, y que si no tendrás una que otra presa fácil por ahí- Dijo Yamazaki, el todavía más sobrio sosteniendo como dios manda su copa de vino Casillero.
-Por eso no tienes novia camarada… tu bandera es de todos los países- Espeté, viéndolo un poco perdido por el alcohol.
-¡JJAJAJAJAJAJAJA! Siempre alegrándonos la vida Syaoran- Eriol chocó su vaso con el mío mientras Yamazaki tomaba otro largo trago de su copa haciéndose el desentendido.
-Ya por favor Sakura, ¡soy tu mejor amiga! Ya dime enserio si no ha pasado nada, yo prometí contarte y te lo platiqué cuando Eriol.-
-No Tomoyo…- De nuevo enrojecí hasta las orejas, y es que sólo pensar que yo y él … ¡NO!. La última vez si no tuvo perdón de Dios, no, no , seguro quiere matarme, la última vez lo dejé completamente desabrochado del pantalón, yo sin sostén y me llama demasiado la atención que hubiera pasado si no hubiéramos escuchado la alarma mal puesta de mi reloj que rompió el momento.
-No… Ajá- Tomoyo me miró traviesamente, sabía que yo le contaría, sólo se aprovechaba de lo fácil que yo me azoraba.
-¡No amiga!- Le contesté desesperada en un intento por deshacerme del vil sonrojo.
La esperaba afuera de su casa, un poco desesperado por el cielo a punto de llover, casi negro. Miraba a través de la ventana de mi BMW negro, viendo impaciente como las nubes avanzaban y los árboles de la calle se movían como si el viento quisiera de verdad tirarlos.
Fijé de nuevo mi vista a la entrada de su modesta casa amarilla, cuando por fin se asomó su delicada, exquisita, escultura, sexy… perdón, me salgo del tema, su delicada figura por el marco de la puerta. La vi caminar con prisa hacia el coche, pues la lluvia no tardaba ni 3 segundos en caer y entonces se me ocurrió hacerle una escaneada a su vestuario y mi primitiva reacción fue azotar mis manos en el volante provocando que este pitara, y ella diera un respingo antes de nuestra preciosa costumbre de que se inclinara SÓLO UN POCO a darme un beso antes de que yo bajara para abrirle la puerta.
Pero con este viento y ella con esa desgraciada mini falda de flores corriendo iba a dejar que se inclinara un milímetro.
Más que de inmediato me bajé viendo toda la calle por si había alguien en la acera o cerca de ahí. Perfecto no había nadie.
-Amor si aún falta media hora para la reservación del restaurant, por qué tanta prisa, ni te he dado tu beso- Su labio inferior pronunciado por el puchero y su dulce voz me dejaron en stand by por unos segundos viéndola tiernamente y con ganas tremendas de meterme al carro sólo para que ella me diera mi beso y sonriera de nuevo, pero sopló el viento y NO tenía que actuar ya.
-Metete al carro Sakura, ahora- Casi la empujé a la puerta del copiloto y en lo que la abría sopló de nuevo el viento, esta vez acompañado de polvo que me hizo cerrar los ojos, y nada más voy oyendo:
-¡Con ese culito te has de cantonear bien rico amorcito!-
-¡Ya no soy virgen de los ojos!-
-Puta madre- dije en mis adentros. Sakura por inercia se controló la falda con las manos evitando que se volviera a alzar con el viento, sonrojadísima y muy avergonzada. Atiné a buscar con mis ojos descontrolados por el enojo creciente y localicé a dos bribones que cruzaban en la otra acera y por la vestimenta típicos albañiles alcohólicos y drogadictos.
-Estás nada más para empinarte y prenderte mamita-
Sakura se metió al carro más rápido que inmediato, y yo azoté la puerta, la azoté como si hubiera sido la cabeza de cualquiera de esos dos par de hijos de puta, pero ese último comentario si me hizo arder, y a pesar de la lluvia que comenzó a caer , sentía el calor en todo mi cuerpo.
-¡Syaoran espera!- La oí decir, dentro del carro, pero le puse seguro con mis llaves que traía en mano para que ella no saliera.
Mi cuerpo se movió solo, en dirección a esas personas, pero salieron corriendo y por la lluvia que arreciaba hasta que no veía nada por delante, se escaparon, riendo.
Le pegué al poste de la electricidad con ambos puños gritando hasta que creí haberlo dejado de lado. Ah el último comentario no dejaba de palpitar en mi cabeza, regresé al carro, completamente empapado, con algunos cortes sangrantes en mis puños.
Quité el seguro del carro, me metí de un jalón y cerré la puerta, el agua escurría por mi camisa, y la sangre por mi pantalón por mis manos apretadas contra el volante, aún estaba enojado, veía la lluvia, y de sólo pensar que alguien más que yo podría… Me pegué en la cabeza contra el volante, lo hice pitar de nuevo.
Y entonces por fin hablé, aún viendo a la lluvia. Me controlaba demasiado pues si la veía estallaría en groserías.
-Ves porqué detesto esas falditas… se le ven extremadamente bien, pero esas piernas, esa cadera y esas espectaculares pompas eran mías con un carajo, mías, y mostraba demasiado mío así. Con todos los hombres volteándola a ver. ¡¿Ves porqué te dije que te metieras más rápido que enseguida al maldito carro?
-Amor….- Su voz temblaba pero yo seguía enojado como el demonio. Azoté de nuevo las manos en el volante.
-¡TU ERES MÍA! Ningún hombre más que yo debe tener el privilegio de observar lo que hay debajo de tu ropa, NADIE, si quiera debe osar a mirarte jamás, más que yo.- Mis labios se apretaban, conteniendo las palabras, pero cuando giré mi cabeza a verla… ella estaba llorando.
-¡Mierda!- Grité. Ella dio un pequeño salto de susto, respiré, muchas, demasiadas veces. Quité mis manos del volante, las puse a mis costados y volví a girar mi cabeza que ahora descansaba en el cojín del asiento.
Ella aún agarraba su falda, bajándola, tratándose de cubrir lo más posible como si aún el viento estuviera jugando con ella, mantenía sus hombros encogidos, su cabeza gacha escondida de mí por los bucles de cabello caramelo que caía suavemente en sus hombros. Vi como caían las lágrimas a su regazo.
-Siento haber sido tan brusco… siento haberte gritado, discúlpame soy un monstruo, pero no me pude controlar, lo que traté de evitar a toda costa pasó, pero pues no se puede hacer nada, ya pasó cariño-
-Ya no soy tuya- Soltó, y volvió a sollozar.
-¿¡Pe- PERDÓN?- Ahora sí que mi cuerpo se giró completamente hacia ella, ¡¿Qué?
-Ya no soy tuya… esos hombres…, ni siquiera tú has visto tanto, te fallé , ya no puedo ser tuya, no lo merezco, me siento impura, me siento sucia, me siento…- La callé con un beso, no soportaba tanta dulzura, me quitaba la cordura, esta mujer me volvía loco.
-Amor, amor, amor, amor. Te amo, por favor no digas tonterías, tu eres mía, ¿si? No me digas lo contrario porque me muero. Me llené de celos es todo, y me enojé mucho, como voy a permitir que te falten al respeto así , discúlpame, me descontrolé-
-¡Está sangrando!- Su carita se asustó y sus ojos preciosos esmeraldas se abrieron desmesuradamente cuando posé mis manos enmarcando su cara y sintió algo caliente correr por sus mejillas que no fueran sus lagrimas.
-No importa… no me importa si se me sale un riñón por la herida, solo retira lo que dijiste- Ella volvió su mirada hacia mí, y la sostuvo mucho tiempo indefinido, comenzaba a asustarme por la respuesta cuando noté su creciente sonrojo.
-Q-Quiero ser tuya- Tartamudeó
-Hoy…quiero ser más tuya, quiero que me…- Tomó un largo respiro, miraba cualquier cosa menos mi rostro, yo seguía manteniendo mis manos alrededor de su cara, dándole valor a lo que fuera que fuera a decirme.
-¿Quieres que yo?- Le animé. Ella buscó en mis ojos para que yo le completara la frase, pero en verdad que no sabía de que hablaba. Suspiró de nuevo y sus esmeraldas que tenía por ojos me golpearon de repente en la mirada.
-Quiero que me hagas el amor-
Continuará
