To The End Of The Earth.
Bueno, aquí estoy con otro Fic, je, je xP, se que debería estar terminando mis otros xP, pero es que me vino un torrente de inspiración y no podía dejarlo escapar xP. Pero prometo, una vez terminada esta corta historia, volveré a lo mio xP (es mi primer fic de Saint Seiya xD, je, je). Bueno, no tengo mucho mas que decir, espero que les guste, y la disfruten tanto como yo al hacerla, y el resto lo dejo a su criterio xD.
Advertencias: Únicamente, Spoiler, para aquellos que no hayan visto, o no estén al tanto de los hechos acontecidos en Saint Seiya: The Lost Canvas. Y escenas de batalla mas adelante, ja, ja, ja, aunque viniendo de un fic de SAint Seiya, es lo que se espera ver, ¿no?
Descargo de responsabilidad: Saint Seiya: The Lost Canvas no me pertenece, pertenece a Shiori Teshirogi, y Masami Kurumada, solo ahgo esto por diversión y sin fines de lucro.
Pensamientos: ""
Diálogos: -
Sin mas vueltas, acá los dejo con el fic xP.
Capitulo 1: Realmente es…
Shion supervisaba el entrenamiento de los nuevos reclutas del santuario, desde su cómodo asiento en la cima del coliseo.
Hacía ya dos semana desde que había tomado el puesto de Patriarca, y desde entonces no había descansado ni un solo minuto con tal de cumplir la misión que Athena le había encomendado, el de reconstruir el Santuario y preparar a la nueva generación de Santos que protegería a la tierra de ahora en más. Debía admitir, que el trabajo estaba resultando más duro de lo que él creía, la gente cada vez estaba menos predispuesta a brindar su poder en son de la paz y el bien, y la muerte de los más poderosos santos de la orden de la diosa de la guerra, no hacía más que inspirar miedo a los caballeros que se encontraban en entrenamiento durante la guerra Santa que acaba de terminar hacia tan poco. En ese corto tiempo se había dedicado a profetizar mas palabras de aliento de lo que había hecho en toda su vida, sin contar que se encontraba participando en los entrenamientos de los novatos con el fin de ayudarlos a afinar sus habilidades en batalla; estaba agradecido que contaba con la ayuda de los pocos caballeros que habían logrado sobrevivir, que dedicaban todo su tiempo y esfuerzo en ayudar a los futuros protectores de la tierra, sin embargo se trataban mayormente de Santos de Bronce, y unos pocos de Plata, por lo que la intervención de Shion era necesaria para corregir algunas imperfecciones que podían escapar fácilmente a la vista de un guerrero, que no poseía el nivel de uno de Oro como él.
El ariano suspiro con cansancio, ese día su mente no estaba en el entrenamiento, ni aunque lo intentara, debido a que esa mañana había despedido a su mejor amigo, por quien sabe cuánto tiempo. Una semana atrás, con las heridas de ambos ya sanadas por completo, Dohko le había avisado que se marcharía del Santuario con el fin de buscar o entrenar nuevos caballeros en otras partes del mundo; Shion sabia lo inquieto que era su amigo, y de que su misión era muy diferente a la suya, era poco el tiempo que le quedaba al caballero de Libra antes de que tuviera que permanecer en un reposo constante con el objetivo de vigilar el sello que mantenía encerrado a Hades y sus espectros en los Cinco Picos, todo el tiempo que fuera necesario, por lo que no pudo impedir su partida, ni debía, por mucho que lo fuera a extrañar.
Ahora que esa sensación de paz se iba restaurando nuevamente en el ambiente, Shion empezó a sentir el peso de haber perdido a todos sus compañeros, sus amigos…su maestro, era realmente triste, pero no debía permitir que tales sentimientos se interpusieran con su deber. Se levanto de su asiento, y comenzó a bajar las escaleras para poder observar más de cerca el entrenamiento y poder distraer un poco su mente.
En realidad, si era sincero con el mismo, no era más que una escusa para ver a alguien en particular; a pesar de que ella había perdido sus poderes no se había dado el lujo de tomarse vacaciones o simplemente hacer una vida normal como una simple mujer, sino todo lo contrario, una semana atrás después de arreglar un poco el desastre en su lugar de origen, Jamir, regreso al Santuario, y daba extenuantes ejercicios físicos a los hombres y mujeres en entrenamiento. El lemuriano sintió como su cuerpo se encendía de alegría y orgullo al pensar en ella, sin duda era una mujer increíble que no se dejaba vencer por nada, y anteponía sobretodo su responsabilidad como caballera, el caballero de Aries pensaba que si él fuera el que hubiera perdido sus poderes, se encontraría verdaderamente desamparado o dispuesto a abandonar. Bueno ese fue el caso del caballero de Unicornio, Yato, quien al volver con ella y ver la decadencia en la que había caído el Santuario, su falta de poderes, y finalmente la desaparición de Sasha y Temna, lo había terminado de convencer que debía tomar otro camino, alejado de la soledad y desesperación que dejaba la guerra.
El joven patriarca permitió que una sonrisa adornara su rostro, mientras fingía prestar atención a los movimientos de los principiantes, ya que lo único que deseaba era llegar a cierto sector donde podría observar, aunque solo fuera por unos instantes, a Yuzuriha en todo su esplendor, realizar una serie de volteretas en el aire. Actualmente, el ver a su antigua compañera de entrenamiento, era lo único que le traía algo de felicidad a su corazón.
Pero, se llevo una desagradable sorpresa al ver que aquel grupo de entrenamiento que tanto deseaba ver, se encontraba trabajando sin supervisión alguna. Extrañado por la ausencia de la muchacha, se acerco a sus alumnos, para ponerse al tanto de la situación, tal vez solo había ido a buscar algo y regresaba.
- Buenos días, jóvenes- Saludo cortésmente, tratando de disimular su excesivo interés por la guerrera de la grulla.
- Todos interrumpieron abruptamente su actividad y se inclinaron levemente en señal de respeto.
- Buenos días, Patriarca- Respondieron en unisonó.
- ¿Cómo está yendo la formación?- Pregunto, a la vez que miraba atento alrededor como si ella fuera a aparecer de la nada.
- Muy bien, Patriarca, je, je, je, la señorita Yuzuriha es muy buena maestra- Respondió una de las pocas muchachas del lugar, que casualmente no llevaba puesta la máscara que era obligatoria entre las mujeres que aspiraba a ser caballeras.
- Aunque muy exigente…- Agrego uno de los muchachos, mientras se enderezaba el hombro.
"Je, je, je, se nota que son alumnos de Yuzuriha" Pensó divertido al ver la evidente influencia que ella tenía en ellos.
- Ja, ja, ja, ciertamente lo es…Pero les garantizo que si siguen correctamente su entrenamiento, serán unos increíbles caballeros en muy poco tiempo- Les dijo, haciendo un leve guiño con el que todos se entusiasmaron, si el más importante entre los caballeros lo decía era una verdad casi absoluta para ellos- Hablando de Yuzuriha, ¿saben donde se encuentra?- Aprovecho el momento para preguntar lo que quiso saber en primer lugar.
Todos se miraron mutuamente, preguntándose con la mirada si alguno sabia de su paradero, sin embargo todos negaban con la cabeza o se encogían de hombros, la joven sin mascara dirigió su mirada nuevamente a Shion.
- Lo sentimos mucho, Patriarca, pero no sabemos dónde se encuentra la señorita Yuzuriha- Respondió algo apenada por no poder ayudarlo- Ayer estaba actuando algo extraña, se la veía como desganada, tal vez enfermo o algo porque no nos ha avisado nada.
- Ya veo…- Respondió con el ceño levemente fruncido, con una creciente preocupación en sus ojos- Gracias, chicos…sigan con lo suyo.
- Si…- Respondieron todos, tratando de ignorar el hecho por el cual su maestra no se presento al entrenamiento, trataban de quitarse la idea de que otra guerra había comenzado, y que ello podría ser la causa de su ausencia.
Shion daba zancadas rumbo a la pequeña residencia, donde vivía la caballera de plata actualmente. La incertidumbre lo estaba carcomiendo; una parte de él lo reprendía por estar sobre exagerando, que hubiera desaparecido un par de horas no significaba que ella fuera a estar en peligro ni nada parecido, pero otra parte de él le decía que las peores cosas ocurrían cuando uno menos se lo espera, y el no saber cómo se encontraba emocionalmente no sabía que esperar de ella. "Yuzuriha es una mujer muy centrada y serena, no creo que cometa alguna locura….Ugh pero también es tan cerrada, incluso a mi me cuesta saber cómo se siente en ocasiones, y con todo esto del patriarca no he tenido la oportunidad de hablar con ella" Pensó con ansiedad que le obligo a correr el último tramo hasta su cabaña.
Al llegar ni se molesto en tocar la puerta, sabía que ella lo regañaría de estar allí, sin embargo prefería eso a esperar en la puerta por algún tipo de repuesta. No le llevo ni medio minuto darse cuenta de que ella no se encontraba allí. Maldijo la pérdida de sus poderes, de ser así la hubiera encontrado en un santitamente a través de su cosmos. Apretó los puños tratando de relajar un poco sus nervios, no entendía porque su ausencia provocaba tal efecto en el, ¿Se sentía responsable de ella, ahora que él era el Patriarca, líder de los ochenta y ocho caballeros? Era la explicación lógica que podía pensar en el momento.
Se masajeo suavemente los ojos cansados de tanto estrés, y los nervios extras que esa mujer le daba, y fue allí cuando la vio, una tela larga y roja, esparcida por toda la cama, se acerco lentamente, y tomo la estola con sumo cuidado. Las cosas se ponían peor por minuto, era bien sabido que Yuzuriha no se sacaba la estola de su madre, ni para dormir, y no solo eso, un brazalete de oro brillaba también abandonado arriba de la cama, Shion lo como con la otra mano, aquello era una pieza conocida para el…después de todo el mismo lo había forjado durante su infancia, recordaba las noches de insomnio tratando de darle la forma correcta para poder darle un obsequio respetable a su amiga y compañera de ejercicio.
Respiro profundamente, tratando de poner sus nervios bajo control, al mirar esos objetos en su mano se dio cuenta de que no necesitaba el sentir su Cosmos para encontrarla, solo tenía que usar un poco su cerebro y pensar que tipo de lugares frecuentaba su amiga. Con pensarlo tan solo un poco la respuesta vino muy clara a su mente, y sin dudarlo un segundo, se dirigió hacia el acantilado con vista al mar, a unos metros del templo de Athena.
Yuzuriha miraba distraídamente a mar, simplemente disfrutando de su belleza. Jamir quedaba entre continentes por lo que contemplar el mar era algo imposible para ellos. La rubia desde niña soñaba con la oportunidad de poder vivir junto al mar, y el poder disfrutar de la suave brisa marina golpear su cara al despertar, o el poder observar el ocaso con una taza de té, y buena compañía; su padre solía asegurarle que si se daba la oportunidad la llevaría a vivir junto al mar como ella tanto quería. Sonrió ante el pensamiento, aquello se veía tan lejano en ese momento, un toque de nostalgia se instalo en su corazón. No era algo que solía de pasarle, pero aquel día parecía estar particularmente sensible, esa fue principalmente la razón por la cual no se presento a su entrenamiento, necesitaba un momento a solas para pensar y reflexionar, desde que había regresado a la vida no se había dado un tiempo para ella misma, y esa mañana al despertar sintió que lo necesitaba con urgencia.
A diferencia de Yato, ella había logrado comprender las palabras y las intenciones de Athena, ella deseaba que dieran lo mejor de ellos mismo a pesar de no poder pelear como lo solían hacer; y ella creyó que no sería difícil superar la pérdida de sus poderes, si seguía cumpliendo su deber como Santa de Athena, por mas diminuta que fuera su tarea. Sin embargó le estaba resultando muy dolorosa la situación, no porque ella tuviera a necesidad imperiosa de estar en el campo de batalla o de pelear frente a frente con sus enemigos, si no porque sentía que algo le faltaba, una parte muy importante de ella se había ido con su Cosmos, y se sentía muy incompleta; y el ver a los demás hacer arder su cosmos, poder sentirlo y liberarlo a placer no hacía más que aumentar su pesar. Aun así eso no había sido la gota que derramo el vaso, si no el no poder sentir la presencia de lo demás, antes con sus habilidades al sentir el cosmos de a otra persona podía percibir como se sentía respecto a ella, que intenciones tenia, su valía, ahora no era más que una nebulosa que no le permitía sentir nada en particular…y ella un cascaron vacio.
Suspiro, abrazando una de sus piernas, mientras la otra colgaba del acantilado, tal vez debía de hacer lo mismo que Yato, volver a Jamir, y vivir una vida normal, casarse, ir al mercado, tener hijo, criarlos, pero sabía que si hacia eso se sentiría aun peor, frustrada, sentía que si hacia eso solo traicionaría su corazón, la confianza de sus padres, su hermano…. de Shion. "Shion-Sama…no creo ser capaz de verlo a los ojos otra vez, ya no soy nada comparado a él, traicione su confianza, y la de los demás a quienes prometí volverme una guerra digna de Jamir" Pensó con unas lagrimas amenazando escapar de sus ojos.
- Je, de todas maneras no creo que lo vea…está muy ocupado con su nuevo puesto como Patriarca, como para perder tiempo con alguien como yo…- Pensó en voz alta.
- ¿Quién no perdería su tiempo contigo?- Pregunto una voz familiar tras ella.
La joven lemuriana se sobresalto al escuchar esa voz tan familiar, imposible de no reconocer para ella.
- ¡Shion-Sama!- Exclamo ya parada, y mirándolo aun algo choqueada, ¿Por qué estaría el allí?¿La habría venido a buscar enojado porque no se había asistido a su entrenamiento? Debía de ser eso…- Siento no haber presentándome al entrenamiento, es que….
- Je, je, tranquila no he venido por eso- La interrumpió al ver la consternación en sus ojos- Solo he venido a ver cómo te encontrabas, tal vez charlar…hace un buen tiempo que no lo hacemos con tranquilidad.
- Oh…- Desvió la mirada al notar lo esplendoroso que se veía en su ropaje de Patriarca, y de pronto se sintió muy poco en su presencia- No era necesario que alguien como usted se tomara la molestia de…
- No digas tonterías, Yuzuriha...no importa la posición que tenga- La interrumpe nuevamente, acercándose hasta ella con una sonrisa conciliadora- Para mí, nosotros siempre seremos Yuzuriha y Shion, los traviesos aprendices de Hakurei de Altar- Rio tontamente, mientras le colocaba su brazalete nuevamente en su brazo izquierdo, y rodeaba su cuello descubierto con su larga estola- Mucho mejor….- Murmuro, en señal de aprobación al verla con las pintas de siempre y una leve sonrisa adornando su rostro.
- Shion-Sama….- Susurro, mirándolo con una mezcla de cariño, tristeza, y admiración- Gracias….
- Je, ¿qué te parece si mejor nos sentamos?- Le sugirió, a lo que ella acepto asintiendo, y ambos se sentaron en el lugar que antes ella ocupo sola.
Así permanecieron por un largo tiempo, si decir nada, simplemente disfrutando de la presencia del otro, y del hermoso follaje. Aunque, Shion más que mirar hacia el horizonte, admiraba el hermoso rostro de su compañera que en ese momento se veía invadido por una tristeza casi imperceptible, pero no para él. Había sentido un alivio terrible al verla allí sentada, absorta en sus pensamientos, su corazonada había sido acertada, sonrió complacido, después de todo el ella seguía siendo la misma Yuzuriha que había conocido desde que eran tan solo unos niños. El escuchar su voz solo había terminado de eliminar todo ese estrés que venía acumulando, era sorprenderte lo mucho que podía hacer en él con tan poco. "Realmente está muy decaída, debe estar pasando por momentos muy difíciles, como pude ser tan estúpido de no verlo antes…no importa, voy encargarme de eliminar toda esa tristeza aun tenga que hacer lo imposible" Reflexiono decidido, y sin pensarlo tomo su mano derecha con su izquierda, demostrándole todo su apoyo en ese pequeño gesto, el cual sorprendió a los dos por igual.
Yuzuriha lo miro con asombro, una clara interrogación en sus ojos, la cual desapareció al instante de mirarlo directamente a aquellos ojos color avellana. Él le estaba demostrando que era completamente incondicional con ella, y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal que pudiera aliviar un poco su dolor. "Este hombre realmente es….", ella no podía comprender como hacia Shion para hacerla sentir tan cómoda alrededor suyo, y hacerla olvidar de sus miedos, de su vergüenzas con una sola mirada, hacia solo unos minutos ella creía imposible la posibilidad de poder mirarlo de nuevo a los ojo, y ahora se veía incapaz de dejar de mirar a sus hermosos orbes acaramelados.
- ¿Te sientes bien?- Le pregunto en tono suave, aunque él sabía muy bien la respuesta, y también sabía que en un principio ella lo negaría.
- Estoy perfectamente bien….¿Por qué lo pregunta Shion-Sama?- Respondió nerviosa, sin mirarlo, no tenía el descaro de mentirle en la cara.
- Yuzuriha…- La llamo sin apartar la vista ni un segundo de ella- Tal vez engañes a lo demás pero no a mi…si no deseas decírmelo está bien…pero ten presente, que estoy aquí para ti.
Ella lo miro apenada, no era su intención tratar de engañarlo, tan solo que no deseaba verse tan débil enfrente a la persona que más admiraba. Además esa mirada tan intensa que le dedicaba en ocasiones, la hacía sentir tan expuesta, como si él fuera capaz de ver cada fibra de su ser, y eso la hacía sentir desprotegida, la asustaba por simple hecho que no sabía qué hacer, que sentir….
- Shion-Sama, yo….ufff, no sé qué hacer, pensé que podría soportarlo, y seguir adelante, pero me siento tan vacía…. y el tomar otro camino no está en mi corazón- Le confesó consternada.
- Yuzuriha….- Susurro, sintiendo su dolor como el suyo propio.
- No me interesa pelear, si no simplemente, el poder sentir la calidez del cosmos al arder, y la de los demás- Termino con sencillez.
El patriarca la observo en silencio durante unos minutos, sabía que no había mucho que pudiera hacer por ella, si es que realmente existía una forma de regresarle sus poderes, pero él decidió que por mas mínima que sea la posibilidad, el intentaría de cumplir con su deseo, todo por verla sonreír una vez más.
Se paro bruscamente del suelo, llamando la atención de su compañera, quien siguió sus pasos levantándose lentamente, y mirándolo con curiosidad.
- Shion-Sama, que es…..- Ella no pudo llegar a articular ni una palabra más, ya que unos fuertes brazos la aprisionaron en un cálido abrazo.
- No te preocupes Zuri, te prometo que recuperaremos tus poderes, cueste lo que cueste- Le prometió, susurrando en su oído, abrazándola con más fuerza durante ese breve momento.
- Shion….-Sama…- Balbució la chica, que no sabía si estar más sorprendida por el gesto afectuoso, el que la llamara como cuando eran niños, o que le prometiera tal locura.
Ya recuperando un poco de control de sus acciones, la soltó de su apretado abrazo sin darle tiempo a responder el mismo, y la miro con una leve sombra roja adornando sus mejillas.
- Sé que puede sonar algo loco, je, je- Se rasco la cabeza nervioso, pero la miro con determinación…una determinación que ni el mismo creía capaz de poseer- Pero encontraremos la forma, te lo juro….
- Shion-Sama, no es….
- No seas tonta- Le dedico una sonrisa sincera- Te avisare en cuanto sepa algo…
Yuzuriha le devolvió el gesto, conmovida por la forma tan dulce en que él la trataba. Y por su parte Shion estaba feliz de haber podido socavarle una sonrisa.
- Bueno, ya me tengo que ir, tengo unas cuantas cosas que hacer- Anuncio, y sin más comenzó a marcharse rumbo al salón del patriarca a resolver unos asuntos que había dejado pendientes.
- ¡Espera!- Lo detuvo en seco con su llamado- Voy contigo, después de todo tengo que ver cómo van mis alumnos…
El la miro sorprendido, supuso que ella seguiría reflexionando aquí sola, pensando que rumbo tomar de ahora en más, sin tener en cuentas las palabras de un carnero loco. Sin embargo allá estaba ella sorprendiéndolo nuevamente, levantada, lista para seguir luchando, con la confianza de que el cumpliría con su palabra. "Esta mujer, realmente es…."
- Pues…vamos juntos entonces- Le contesto con una sonrisa, a lo que ella asintió enérgicamente, y se puse al día con él, caminando hacia el Santuario, en dulce compañía del otro.
Je, je, bueno espero que haya sido de su agrado ^w^, lamento que haya sido un capitulo cortito, peor es que recién es el comienzo, ya se va a poner interesante XD, je, je. Y si buscan mas acción lamentablemente van a tener que esperar al capitulo 4, pero no se preocupen, je, je, no voy a tardar xP.
Ah, algo que me he olvidado de mencionar antes de comenzar, el titulo proviene de una canción del grupo musical, Keane; elegí ese tema porque tiene similitudes con la trama, y me parecía el mas adecuado. Por lo tanto ni el titulo me pertenece xD jajaja.
Je, je, nos vemos, suerte xD.
