Bueno… Esta es mi primera historia, ciertamente. Espero que os guste este intento de humor XD Si les gusta, dejen review y eso… Dios, que nervios…
Disclaimer: Los personajes y demás pertenecen a su autor. Sólo me pertenece la trama de la historia y eso.
-Un poco más…-Murmuró Inglaterra a si mismo.-Un poco más de esto y estará listo…
El representante del Reino Unido se encontraba afanado en su extraña y rojiza pócima, supuestamente para echar en la bebida de los demás países en la reunión para que pudiesen ponerse serios y hacer algo de utilidad, mientras su mascota revoloteaba a su alrededor agitando sus graciosas alas verdes y haciendo ruidos de alegría. Esperaba que no tuviese ningún sabor exuberante para pasar desapercibido y que no tuviese ningún efecto secundario aunque en su grimorio no aparecía nada de eso.
-Wait…-Concentrado, cogió una misteriosa probeta de color morado oscuro que burbujeaba catastróficamente.- La cantidad exacta… Nada más… Ni nada menos…
Vertió unos pocos mililitros en el recipiente y lo dejo de lado, sonriente por su éxito en un encantamiento tan delicado y peligroso como es, pues un leve desequilibrio de los ingredientes podría tener desde un cambio minimo como una jaqueca hasta provocar la muerte. Y por mucho que odiase a algunos países, tampoco les deseaba lamuerte. Dejó en su lugar el libro de hechizos y se desenfundó su capa de brujo.
-Pequeño,-llamo la atención de la liebre voladora- ahora tiene que reposar durante 2 horas, vigila que no entre nadie ni nada y se mantenga en perfecto estado. Tengo que irme a hacer unas cuentas que me ha mandado la reina. Do you understand?
La graciosa criaturilla afirmó con la cabeza con un divertido silbido muy dulce y unas vueltas alrededor de su dueño, que le dedicó una sonrisa seguido de una caricia y salió. Pero pobre de él, olvidó cerrar la puerta escondida puerta con llave, y, con su sentido del deber intacto, el ser mágico, cuando se dio cuenta de tal contratiempo, salió volando en su búsqueda, recorriendo cada pasillo y habitación de la enorme casa evitando hermanos británicos curiosos o en busca de problemas que sólo querían molestar –en especial cierto pelirrojo hermano mayor– hasta que llegó a la habitación de Arthur, sin embrago, mientras el encargado de la seguridad de la olla mágica estaba ausente de su trabajo, cierto pequeño intento de país con enormes cejas y ojos azules examinaba cada rincón de la mansión hasta que dio con la habitación secreta y se puso a curiosear con un brillo de emoción en sus ojos. No se le escaparía la enorme poción, por supuesto, su vista paseó también por los diferentes ingredientes de distintos tamaños y extrañas texturas que se agolpaban por doquier. Había líquidos de todos los colores con etiquetas, "Sangre de unicornio", "Lágrimas de sirena", "Vómito de rana"…, y miembros de mucho animales, de preferencia murciélagos. También pudo apreciar un gran libro con tapas de cuero y aspecto desgastado y tenebroso. Contempló las páginas desgastadas y amarillentas de este mientras pasaba el dedo sobre la negra tinta que formaba las palabras escritas a mano. Nunca había visto nada así y empezó a murmurar una frase al azar en una página completamente aleatoria y la olla comenzó a brillar para sobresalto del pequeño que dejó el pesado libro aparte con una extraña sensación de tenebroso temor.
-El estúpido de Inglaterra sí que se aburre, jajajajaja.-Dijo para él mismo más nervioso que jocoso antes esa última experiencia.
Tal escenario le dio repelús a Peter pero su sentido más cabrón y divertido salieron a la luz, olvidándose casi por completo del brillo anterior, y con una risa traviesa propia de alguien de los años de Sealand empezó a verter rápidamente cosas al azar en la tinaja y dar vueltas energéticamente, una y otra vez, y añadía ese liquido negruzco, y también echaba esos polvos blanquecinos que parecían polen de alguna planta, y no le podía faltar un anca de rana que decían que estaban tan ricas aunque él nunca se le ocurriría probar a saborear. Se lo estaba pasando en grande hasta que empezó a burbujear frenéticamente y cambiar de nivel, a subir y a bajar aquel extraño líquido viscoso popurrí de cosas más extrañas si cabe. Aterrorizado ante la morbosidad de ese entretenimiento y resultado, la pequeña no-nación salió corriendo a su habitación al mismo tiempo que Arthur bajaba a averiguar que traía tan nervioso su amigo volador.
-What… the hell…?-Empezó a decir en su idioma natal.-¿Qué cojones está pasando?
Se asomó corriendo al brebaje y con una agilidad propia de un gato conjuró y se normalizó el líquido. Su mascota estaba asustada y pedía perdón por no haber estado allí con cara de infinita tristeza, nunca debió de salir de la estancia sin haberse cubierto tenazmente las espaldas.
-Es tan extraño…-Revisó el libro donde estaba la receta y parecía dar la clave para ese comportamiento expontáneo.-Pero…
El roedor empezó a darle pequeños toques con la cabeza en su brazo, pidiendo explicaciones totalmente atemorizado y arrepentido. El mago se enterneció por ese gesto y le acaricio con una sonrisa tranquila y ojos comprensivos.
-Tranquilo… Todo está bien, es una simple anomalía común en este tipo de hechizos. Ninguna propiedad está cambiada. Es normal que a veces pasen estas cosas, la magia no es una ciencia exacta.-Una carcajada se le escapó.-Es más… ni es una ciencia…
Eso pareció tranquilizar a la alborotada liebre, pero en el fondo de su ser sabía que algo iba mal. Muy mal. Pero su dueño parecía tan emocionado… Serían patrañas sin fundamento lo que sentía. No merecía la pena quitarle el buen humor de su dueño por algo que probablemente no sea por más pavoroso que pueda resultar.
-Ves, hasta se ha adelantado el período de reposo y la poción está lista.-Miró a su amigo con un deje de triunfo y satisfacción personales.-Ya verás cómo después de esto, USA, Germany, Spain y hasta el frog me lo agradecerán.-Acabó con una sonrisa arrogante en sus labios saboreando ya el éxito.
Él sólo lo hacía para que le diesen las gracias, no para ayudar a los demás países, ni a los mediterráneos. Sobre todo no lo hacía para ese estúpido mediterráneo que no dejaba de aparecérsele en sueños de naturaleza vergonzosa por el cual había empezado a consumir drogas para poder conciliar el abismal y lleno de sensaciones sueño sin que ese se le apareciera.
Oh, pronto sabría que iba a acabar en la hoguera por brujería como en antaño. O algo peor.
-Sólo hay que esperar hasta mañana.
Exacto. Sólo hay que esperar hasta mañana para que todo se ponga patas arriba…
