Título: ''Maldito Bastardo''

Personajes: Kaoru Zuyiname (OC) x Yuu Kanda x Lavi

Género: Yaoi, Fantasía, Romance, Comedia.

Serie: D-Gray. Man

Capítulo 1: ¿Encuentro inesperado?


Quizás no me corresponda a mí escribir esto, posiblemente al final no llegue a ningún lado o pierda el sentido de la orientación, en fin. No fue idea mía, yo no planee nada de esto. Mi mundo se vio envuelto en esto gracias a una serie de sucesos que no fueron predecibles, nadie tuvo la culpa, tampoco pienso que alguien deba tenerla, ya que uno usa el término ''culpable'' cuando se equivoca en una acción o haya sido responsable de algún crimen, y por mucho que me cueste admitirlo; no siento que esto allá sido un error, ni nuestro encuentro, ni nuestras aventuras. Inclusive pienso que fue divertido, hasta cierto punto.

Y por supuesto todo tiene un comienzo, el de esta historia fue bastante especial, por así decirlo.


Corría como todos los días. Admito que al principio fue por huir del hombre que trabaja en el puesto de manzanas del pueblo –y ha sido así desde que tengo memoria– pero ahora era por algo aún más grande y terrorífico. Ocurrió una explosión y salí volando por el aire junto con algunas personas que estaban cerca de la plaza principal. No debía meter mis narices en otras cosas, debía concentrarme en conseguir comida; sin embargo no preví que monstruos redondos y gigantes saldrían de los cuerpos de las personas y comenzarían a disparar rayos morados por todos lados. Logre caer casi sin lastimarme pero estaba agotado, las personas no dejaban de gritar y estaba comenzando a marearme por el ruido. Entonces, un martillo gigante se comenzó a extender por el cielo, alargándose increíble y exageradamente, casi podría decir que era un tamaño estúpido. Estaba tan atontado con el objeto que no note que una de esas cosas se me acercaba, mi corazón dio un giro cuando entre tanto alboroto escuche el perfecto y casi sigiloso sonido de una espada blandiéndose ante la criatura y rebanándola hasta hacerla desaparecer. Ni siquiera recuerdo haber pestañado cuando me empujaron fuertemente hacia el suelo, por supuesto caí de inmediato ya que estaba absorto por el ruido y por el hecho de que todo estaba ocurriendo fastidiosamente rápido. Me sentía perdido completamente, mi cabeza estaba a punto de estallar, eran explosiones, temblores, cosas rompiéndose, cosas quebrándose, docenas de esas criaturas redondas que lanzaban rayos morados, un martillo gigante y la sombra de una espada. Finalmente perdí la conciencia; cerré mis ojos justo después de escuchar unas últimas palabras.

– ¿Yu? – murmuré recobrando la conciencia. Eran las palabras que escuche antes de desmayarme. Aunque no recordaba porque lo había hecho.

– ¿estas despierto? Qué alivio, – dijo una voz cercana, podría jurar que estaba sobre mí. –Oye ¿estás bien? – Mi cuerpo se sentía pesado, me costaba abrir los ojos pero debía saber que estaba pasando. Porque me desmaye, donde estaba y sobre todo quien era esa persona.

Lentamente me incorpore y la vista se tornó menos borrosa; era un chico de cabellos rojos con una banda en la cabeza y si, esta sobre mí. Me miro aliviado y luego extendió sus labios formando una gran sonrisa que me dejo atónito y sonrojado. De pronto llamo a su compañero porque pensó que yo estaba enfermo así que me levante para contradecirlo. –Estoy perfectamente.- Dije. El muchacho me creyó y extendió su mano hacia mí.

-Mi nombre es Lavi, y él es Yu.- justo después de pronunciar ese nombre, su compañero de larga cabellera azul lo miro de manera fulminante- Este… ¿No te hiciste daño, verdad?- Yo no estaba entendiendo muy bien lo que pasaba así que no estaba seguro de mi respuesta. Le pregunte donde estábamos y justo después entre en razón. Mire hacia todos lados, desesperado, pues estábamos en el bosque, uno que no conocía. Lavi me miraba con una ceja alzada y me pregunto nuevamente si me encontraba bien – Estamos en el bosque, ¿No lo notaste ya?-

Mi paciencia se estaba acabando, estaba en una zona que nunca había visitado, solo pensaba en que no debía estar muy lejos del pueblo. –Lamento haberte traído hasta aquí, veras; habían muchos akumas y muchas personas, así que pensé en llevarlos lejos de los civiles, luego vi que un akuma estaba cerca de ti, pero Yu llego a tiempo para salvarte, pero te desmallaste y caíste, habían tantos akumas que decidí llevarte conmigo- Hizo una pausa mientras caminábamos, curiosamente comenzó a caminar más rápido, yo también lo hice pues su compañero se veía bastante molesto. Lo único que llegue a escuchar de él en todo el camino fue ''Me llamas así de nuevo y te corto por la mitad''. Mire a Lavi de nuevo y este continuo con su relato. –Como sea, no te despertabas por lo que te escondí hasta que la pelea ceso y luego te lleve en brazos un rato,- Eso me hizo enrojecer un poco, sentí un nudo en la garganta de repente pero deje que continuara. – Y comenzaste a moverte. Desde allí ya conoces el resto. – Sonrió todo el tiempo, su rostro era muy bello. Ambos llevaban uniformes negros con un escudo que en ese momento no podía reconocer bien.

-Espera un minuto.- pronuncie ligeramente alterado. -¿Akumas dices? – Lavi me miro con el rostro de quien no entiende porque me sorprendo, como si fuese algo de todos los días. Luego volvió a sonreír y asintió.

– Así es, pero descuida, ya nos encargamos de los que estaban en la plaza.- Seguía sorprendido, pues parecía que todo esto que estaba pasando no tenía relevancia. Pero aún seguía con lagunas en mi cabeza, mire sus uniformes negros nuevamente y el escudo plateado, ese escudo.-Disculpa, Lavi-san,- no entendía muy bien porque estaba tan nervioso ni porque actuaba tan formal en ese momento, pero supongo que luego lo descubriría – Ese escudo.

-¡Oh! ¿Te refieres a este?- me pregunto señalando el susodicho, yo asentí –Es el escudo de los exorcistas,- dijo sonriente –Son los que se encargan de exterminar a los akumas que viste antes.

-¡¿Exorcistas?!- exclame tan pronto como dejo de hablar. Él solo asintió.

Entonces le pregunte si sabía hacia donde nos dirigíamos y volvió a asentir. – Una joven nos dio una dirección antes de que los akumas aparecieran, según lo que nos dijo es muy cerca de aquí. Aunque hemos caminado más de lo que pensaba.- Suspiró un poco decepcionado. Quería seguir preguntando, aún tenía muchas dudas pero quizá no era el momento.

Caminamos un poco más, el bosque comenzó a hacerse menos denso y los arboles estaban más separados. Más adelante se podía distinguir una pequeña cabaña deteriorada, se veía que el techo estaba a punto de caerse, la entrada estaba realmente descuidada, como si nadie estuviese viviendo allí durante años. Los ojos de Lavi brillaron justo en el instante en que vio la cabaña.

-¿Dónde estamos? – pregunte completamente desorientado, creo que más que antes. Lavi me respondió muy sonriente; estábamos en lo que parecía ser la casa de una anciana solitaria. ''tratamos de encontrarla para que nos respondiera algunas preguntas pero nos perdimos'' decía con una sonrisa nerviosa, rascando su cabeza. ''en fin. Una vez terminemos con esto te llevaremos sano y salvo al pueblo'' estaba un poco aliviado, de verdad no me encantaba la idea de quedarme solo, así que le agradecí honestamente y luego toco la puerta. El ambiente se tornó espeso de pronto, por un instante sentí que podía tocarlo, el otro exorcista se colocó de inmediato a la defensiva y preparo su catana, mientras él sacaba un martillo minúsculo y éste crecía en tamaño.

Lavi se colocó delante de mí. Desde ese punto parecía tan alto y por primera vez en el día se veía serio. ¿Akuma? Pensé, pero no podía escuchar nada aún, la cuestión era que cada segundo que pasaba me estaba poniendo más nervioso. El resto es sorprendente, los llamados akumas aparecieron de pronto por todos lados, y estoy seguro de que eran más que la última vez. Ambos exorcistas pidieron a coro que unas inocencias se activaran y luego Lavi grito algo así como ''Crece, crece, crece'' Su martillo se hizo enorme y podría jurar que el tal Yu llamo a su catana ''Mugen''.

-Oye chico, será mejor que entres y te escondas,- grito Lavi –Nosotros te alcanzaremos en un rato.- asentí sin rechistar, no podía hacer más nada. Trate de abrir pero la puerta no cedía, así que arroje una piedra a la ventana y rompí el vidrio, supongo que luego me disculparía, aunque estaba seguro de que allí no vivía nadie y la supuesta dirección estaba equivocada. Entre al lugar y estaba completamente oscuro, se veía muy poco ya que entraba casi nada de luz exterior, y claro era solo el de la ventana por la que entre y algunas grietas del techo. El olor a humedad y moho eran muy fuertes, trate de visualizar una linterna pero fue inútil, además, estaba preocupado por los exorcistas que luchaban afuera, el ruido y las explosiones no se detenían, debía hacer algo, no podía quedarme allí solo a esperar. Recorrí desesperado lo que parecía ser a sala pero no encontré algo digno de llamarse ''arma'' además del hecho de que los objetos que allí se encontraban estaban bastante acabados. Mientras seguía buscando recordé algo; Lavi me había llamado chico, yo había olvidado decirle mi nombre, pero supongo que eventualmente lo haría, aunque me sentí un poco mal de que no me lo preguntara. Luego de un rato buscando encontré un viejo cuchillo de cocina que no se veía tan oxidado ni estropeado por el tiempo y el desuso. Mire decidido hacia la puerta, debía servir para algo, me prepare para pelear cuando de pronto escuche un grito proveniente de afuera, con temor apunto el cuchillo de cocina frente a mí y respiro profundo. El ruido se detuvo. La puerta comenzó a abrirse y pude sentir por un momento que fue la idea más tonta que he tenido en mi vida. Cuando se abrió completamente logré visualizar a los exorcistas, el samurái había cortado la perilla con su catana, y yo probablemente me vi como el bufón más estúpido de todo el país.

- Lamento la demora.- dijo sonriente Lavi mientras entraba, luego me miro confundido – ¿Te sucede algo?

Yo seguía con mi pose inicial, en shock.

-¡Oh! Casi olvidaba algo importante,- Lavi se inclinó un poco para que su rostro quedara frente al mío, que probablemente tenía una expresión que ni yo mismo podría describir –No pude preguntarte pero ¿Cómo te llamas?

-… Ka- Kaoru… Kaoru Zuyiname.- Lavi sonrió y extendió su mano, yo deje caer el cuchillo y la estrecho sin más.

-Es un placer conocerte, Kao-chan.

-… S-sí.


Hello! :D

Bien, es mi primer fic de D. Gray-Man y estoy emocionada, en mi perfil de facebook iré dejando una o dos imágenes o dibujos de la historia por cada capitulo que suba.

Tengan por seguro que no cambiare las personalidades de nadie -no es mi idea hacer esto, ya que amo como son y encaja todo perfecto-

Me disculpo si no les gustan los OC, pero si les hace sentir bien; deben saber que mi hermanito solo narrara la historia, él sera el chiste y ustedes ya leyeron de que pareja se trata :3

SIGUIENTE CAPITULO: ¿Esos ojos me miran?

Hasta pronto!