Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Hiro Mashima. Únicamenlote la trama media fumada es mía xD.

Advertencia: Actual linea del manga, posibles Spoilers (Aunque no tantos para que puedan leer tranquilamente)


Titanium.

Capítulo I: Prólogo de un principio del fin

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"Cierra los ojos y recuerda… Hay queridas que, por más cerradas estén pueden sangrar"

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Corrió, atravesando la espesa hierba que le dificultaba la visión del entorno. Llovía, empapando su cuerpo generándole irritación además de una mayor tensión en el área de los brazos y el sonido de pasos tras su espalda no ayudaba en nada, le dolían los pies al llevar horas avanzando y las manos en consecuencias a los árboles que se incrustaban lacerándolas.

El corazón le latía a un ritmo que nunca se había esperado sentir cómo ex miembro activo de Grimoire Heart. No sabía que hacer o cómo proceder sin un plan antes establecido ante las personas tras su búsqueda que debían ser alrededor de seis personas.

– No puede ser. – Gimoteó desesperada. El mago a su lado negó.

– Sigue corriendo.

Meredy comprendió que la cosa era complicada para tener a Jellal Fernandes buscando opciones.

Y pensar que horas atrás se encontraban comiendo tranquilamente en compañía sus compañeros antes de ser sorprendido sonaba muy lejano, tanto que aún escuchaba la voz de Cobra exigiéndole comer lentamente junto a Angel; Meredy solo recordaba la explosión masiva conjunta, un nivel de magia no antes visualizado por ninguno de ellos y el atacar inminente exponiendo a su líder al peligro.

Confundida la maga sensorial alzó la vista al cielo rojo testigo del mal clima que se avecinaba. Destellos mágicos salían volando intentando atraparlos por los costados en conjunto lo cual le crispaba los nervios. Se giró hacia su compañero de cabello azul – Jellal ¿Qué está pasando? Nos hemos separado del resto.

El Fernandes la miró por primera vez desde la intromisión sin saber verdaderamente que contestarle estaba ligeramente intrigado al ser ellos el punto esencial, cobra , Angel y el resto podían encargarse perfectamente de su cuidado y eso solo le dejaba una conclusión.

– Ellos no son su objetivo. – La pelirrosa arqueó la ceja. – Somos nosotros.

—¿Eh?

—Lo que oiste, pero no es momento para preguntas asi que solo concéntrate en buscar una salida.

Los encargados de atraparlos habían logrado su objetivo al dividirlos pues suponía Angel había sido desviada metros atrás junto Crime Sorciere obligando a Meredy hacia otra vía que estaba segura podía llegar siendo rescata por él. No veía indicios de ella, Cobra o Racer por ningún lado y, podían escuchar los pasos cada vez más cerca. No eran los otros, Jellal estaba en lo correcto.

– ¿Qué tienes en mente? – Meredy levantó la mano dispuesta a colocar su sello de magia. – Te ayudaré.

Jellal atinó a cerrar los ojos.

– Por ahora… salvarte.

—No puedes hacer eso, dejarme así.

—Busca un refugio y mantente viva hasta contactar con Cobra.

—¡No!

—Demasiado tarde, recuerda no usar magia para evitar llamar la atención.

Jellal desvió su camino dejando a la pelirrosa otra ruta. Al instante varias personas desconocidas corrieron tras él comprobando sus sospechas al ver un mayor número de personas dejando una pequeña cantidad continuar el camino. Lo estaba buscando a él. Siguió corriendo pues los despistaría hasta que Meredy se encontrara con el resto.

Una explosión impactó de lleno su rostro y obligó a sus pies detenerse impactando contra el piso.

No le quedaba de otra salvo enfrentarse al enemigo.

La pelirrosa se quitó el sudor de la frente herida,seguia corriendo

al punto de sentir pulsaciones dolorosas y sus articulaciones cobrar factura.

Circulos mágicos se formaba tras su espalda.

– Jellal esto no sirve de nada. – Murmuró agitada. Aun sentía pasos pero mucho menos que antes. Se dio cuenta, con temor que algo terrible estaba por sucederles.—Ya que no estás voy a desodesobedecer en eso de no usar magia.

La pelirrosa lanzó una maldición al aire y susurró un hechizo rápido para bloquear los ataques repentinos de lo que parecían ser sombras en forma de flechas rozando su nuca. Al criterio de ella eran cosas de impresionante poder aunque no sentía haberla visto de algún lado.

Miró al cielo percatándose que solo le faltaba un poco para llegar hacia donde podría tomar ventaja sin embargo la ruta contenía un camino lleno de piedras rocosas y árboles.

– Este camino no es el mejor. – Intentó mantenerse serena. No había indicios de oración seis por ningún lado. – Maldición Cobra aparece, necesitamos buscar a…

Soltó un grito y sintió un dolor a la altura del muslo, se percató, una flecha le había rasgado la piel haciéndola sangrar. Solo entonces ella supo que debía atacar sin piedad.

—¡Maguilty Sodom!

Meredy alzó una mano al cielo invocando el hechizo sensorial dejando fluir las espadas mágicas para atravesar a quien fuera la persona creadora de esas criaturas intentando infringir dolor, algo debían de tener en común además del deseo de matarla a sangre fría.

¿Qué buscaban de ella, Jellal y los otros?

—¿Cuál es su motivo de ataque? ¡Respondan!— Recibió como respuesta otro ataque—¡Maguilty Rays!

Ella no lo entendía y la lluvia cayendo improvisadamente volvía sus movimientos torpes, algunos de sus cabellos se seguían enredando con árboles lastimándole la cabeza contra las ramas; Parecía ser una cobarde patética a punto de ser derrotada. Y a ella no le gustaba. No había convivo con Ultear tantos años para mostrar tales debilidades. Si ella la viera negaría con la cabeza disgustada.

Su cuerpo cayó rendido contra los árboles, ella respiró fuertemente sintiendo la sangre atorarse en su garganta. Estaba a punto de usar su mayor carta cuando unas sombras se posaron sobre Meredy como defendiéndola. Vio dos magos más salir entre la maleza y comprendió que había llegado al lugar donde podría tener ayuda sin esperar nada a cambio.

Magos de un gremio aliado. Se sintió un poco segura.

– Ustedes…

– Parece que necesitas ayuda. – El tono de voz no era identificado por la pelirrosa. Lo único que alcanzaba a ver era una cabellera plateada junto a uno de cabello negro. No importaba mucho.

– No seas idiota, Lyon. – La segunda voz resonó. – Es obvio que lo necesita.

– No seas creído, Gray. La chica está malherida. – Empuñó su mano. – Ice make…

Una flecha rozó a ambos magos. Meredy soltó un grito ahogado al ser impactada contra su otra pierna.

-¡Meredy resiste!—Le habló Gray llendo hasta ella quien cayó contra la tierra al ver su propia sangre sobre el suelo. Los bloques de hielo caían sin piedad a su alrededor aumentando el clima que debilitaba sus fuerzas, haciéndole perder la conciencia lentamente.

-¡Meredy!-El grito que ella escuchaba, los pequeños movimientos contra su hombro parecía volverse más lejos, distantes.

—Chica rosa no cierres los ojos— Lyon la tomó entre sus brazos.—Sigue hablando.

– Búsquenlos…— Articuló levemente apreapretando la mano masculina—Por favor...

—Primero te pondremos a salvo. —Consoló el Vastia.— Prometo que te llevaré con ellos.

— Gracias. — Susurró débilmente, le dejaba a Fairy Tail y más a ese chico su vida.

Luego cerró los ojos, en esos pocos momentos de cordura, solo le pasaba por la mente una cosa.

Ultear… lamento no protegerlos como esperabas.

– Maldición. – El Fullbuster vio al Vastia colocar a Meredy sobre su pierna una vez inconsciente. Preparó de nuevo su ataque, Natsu debía estarse moviendo según lo estipulado. Encontrarse a Crime Sorciere dejaba más preguntas que respuestas sobre un interrogante y lo peor de todo. – Así no podremos encontrar a Erza, demonios.

¿Por qué justo cuando la maga desaparecía ocurría esto?

– Cállate Gray. – Lyon golpeó su puño. – Hacía tiempo que no peleábamos en equipo.

—¿Podrás vencerme con una chica en brazos?

—Incluso sin ella Gray.

El mago de hielo sonrió. Era cierto, no todo era tan malo, una vez que esa chica se repusiera tal vez los ayudaría en su búsqueda.

—Entonces andando —Golpeó la palma de su mano al ver nuevas criaturas.—¡ Ice Make: Geiser!

Lyon empuñó la suya también.

—¡Ice Make: Jaula de diamante!

Gray golpeó a su oponente pensando que lo primero cuando eso terminara era partir inmediatamente a buscar soluciones.


Cuando abrió los ojos, Meredy sintió una molestia a lo largo de sus piernas de manera insoportable por lo cual jadeó en descontento, la luz le irritaba y se dio cuenta que estaba viva, y no estaba en el mismo lugar donde recordaba haber huido. Sus ropas habituales tampoco estaban, una fina blusa de tirantes color celeste cubría su torso y un pantalón holgado del mismo color la parte baja. En todas las partes de la pierna tenía vendas surcándole, algunas más en el cuello, además del parche en su ojo derecho.

– ¿Dónde estoy?

Extrañada, la joven se levantó con fuerza haciendo caer los artefactos que estaban sobre un pequeño buró contra la cama. Meredy entonces se fijó en su alrededor comprobando que estaba en un cuarto improvisado haciéndose de hospital por las sábanas blancas. Vio, entre el pequeño desorden una fotografía la cual tomó entre sus manos y se quedó sin habla al reconocer cada individúo a excepción del pequeño hombre bigotudo de mayor edad.

—Son ellos, al parecer logré llegar a tiempo.

Las imágenes inconexas aparecieron. Así que Fairy Tail si había estado en la pesadilla.

– Veo que has despertado. – La voz proveniente del corredor le hizo soltar el marco estrellando la fotografía rompiéndola en pedazos. Maldijo nuevamente entre dientes sonriendo forzosamente a una mujer de cabello rubio claro quien traía una bandeja de alimentos en mano. – Juvia cree que estarías incómoda comiendo con los demás así que te ha traído algo.

—Gracias— Aceptó Meredy recibiendo aquella bandeja. Lucy le sonrió.

—No es nada.

La chica comprendía que la joven no estaba acostumbradaa convivir con mayor gente a Crimer Sorciere.

– Que… ¿sucedió?– Cuestionó la maga sensorial intentando levantarse pero una mano le impidió pararse inmeinmediatamente. Se fijó ella era chica que siempre andaba con el Slaye. La Heartfiliar llegó junto a ella dejando la bandeja para comer. La maga miró con desconfianza el platillo pero al sentir su estómago clamarlo desistió.

– Tampoco tenemos la mejor idea, Meredy. – Lucy miró a la de cabello rosado mientras ella masticaba algo de pan. – Por lo poco que nos han contado, al parecer estabas en problemas ¿Por qué estabas sola?

– Yo…

—Lucy-san no debe presionar a Meredy-san, ella hablará cuanto tenga confianza—Habló la Slayer del cielo asomando la cabeza tímidamente.

—No es nada malo, Wendy— Aclaró la maga sensorial.—Puedes pasar.

La rubia se sentó en la cama cuando la chica de cabello azul menor entró a la habitación. A Meredy le incomodaba el aumento de visitas pero ellas le agraban las amigas de Juvia

—¿Y bien Meredy? – Preguntó la maga celestial. Wendy Marvell guardó silencio dudosa de seguir en el cuarto o no.

– Nos separaron— Comenzó. Era todo lo que sabía y podía decir – Jellal estaba conmigo cuando sucedió, seguro los otros volverán cuando les escriban que ando en Fairy Tail – Rió tenue. La puerta resonó y Lucy habló invitando a la otra persona entrante distinguiéndose una mujer de cabello azul largo haciendo que la chica relajara los músculos. – ¡Juvia estas aquí!

– Juvia ha traído algo de comer para Meredy, espero sea de tu agrado aunque Lucy- san se ha adelantado. – Meredy vió las tostadas, el jugo y el pan que se había metido a la boca por obra de su rival y la pelirrosa se preguntó cuánto tenía en probar alimento que casi extrañaba la comida de Angel, también Lucy se había ganado en lugar en mejores cocineras.

—Lo siento Juvia, pensé que tardarías más.

—No es nada Lucy-san lo importante es Meredy

—¿Que tal la comida?— Exigió saber la rubia.

– Muy bueno Lucy, después probaré el tuyo Juvia – Le sonrió a la maga dando otro mordisco. Ambas mujeres quedaron maravilladas ante el aura juvenil y tierna que hacía irónico para una antigua criminal perteneciente a los parientes del purgatorio. La maga de agua bajó su vista hacia el suelo viendo los trozos de vidrio. Juvia Loxar avanzó cuidadosamente evitando el desastre y depositando la bandeja contra el buró. Observó a la integrante del gremio comer en silencio sentándose a su lado distante. El semblante intrigado de la maga sensorial le inquietó pues, sabían, su gremio debía encontrarse lejos, o quizás cerca, nunca se sabían con ellos su punto de encuentro; Había veces en los que se preguntaba como Gray- sama podía buscar al líder con tanta naturalidad.

—Eres muy amable Meredy— Lucy se cruzó de brazos—Demasiado.

– Gracias – Meredy sonrió. – Cuando me vaya me aseguraré de devolver su ayuda y de paso hablar un poco con Gray, me ayudó bastante.

—Por cierto Med— Dijo Lucy como si nada— Hay alguien más que quiere verte.

—¿Quien?

—Se llama Lyon Vastia y no se ha movido del gremio desde ayer.

La pelirosa sintió sus mejillas arder.

—Lo... lo veré cuando Gray esté presente para agradecerles a los dos.

Juvia tal vez lo sabía, pero no le diría a la joven el por qué o cómo la habían encontrado, aún estaba un asunto más por atender y justo ahora ella llegaba como anillo al dedo. Y, entendía cómo se sentía la pelirrosa al estar completamente sola, por lo cual la cuidaría hasta verle la bonita sonrisa que poseía

¿Por qué había llegado en ese estado a Fairy Tail? ¿Quiénes la perseguían?

– Eso tendrá que esperar – Lucy interrumpió distrayéndolas a las dos. – Gray ha salido de emergencia.

– ¿Y eso por qué? – Interrogó. La Heartfilia suspiró.

– Erza desapareció sin dejar rastro momentos antes de tu accidente.

Ante esto Meredy supo, no había sido coincidencia.


Makarov se masajeó las sienes mientras contemplaba el rostro de Mirajane Strauss removerse inquieta en la mesa de madera. Seis personas más hacían su aparición gracias a los acontecimientos recibidos durante la noche.

Todos magos clase S, de alto rango buscando a su mejor mago.

—Saben bien por qué estamos aquí y el motivo de esta junta de emergencia.

Erza llevaba alrededor de doce horas si rastro, por lo cual los tenía preocupados. La pelirroja no había sido vista salvo cuando partía a su casa junto a Juvia y Gray. Sin embargo, tras la intervención de un integrante de Crime Sorciere no había ningún rastro.

No se precipitaría cuando Erza era una mujer temible. Las personas reunidas tampoco lo harían a excepción de su nieto también presenta pues él llevaba la batuta como futuro maestro a regañadientes.

– ¿Alguna teoría? – preguntó al aire. Nadie le respondió.

—Ninguna hasta ahora, maestro—Respondió Cana Alberona aferrando una botella de cerveza

El rubio Dreyar gruñó causando espasmos en las personas. Mirajane desvió el rostro, haciendo que su cabello danzara de un lado a otro.

– Creo estás exagerando, viejo. – Laxus alzó las manos restándole importancia. – Titania ya es mayor para saber con quién o cómo se pierde.

Mirajane rió nerviosa junto al rubio ¿Erza desobedeciendo reglas?

– No creo que eso sea del todo cierto, Laxus. – Contradijo al mago del rayo – Hay algo más que estamos ignorando.

– Strauss. – El rubio respiró acariciando el puente de su nariz. – No defiendas a tu amiga ¿Cuál es tu veredicto viejo?

– Seis horas le daré a Erza – Resolvió el anciano. Si lo que Laxus decía resultaba ser cierto solo tenían que esperar y bombardear a Scarlet con preguntas incómodas como siempre había querido.

La multitud asintió, de acuerdo con el mago santo.

Sin saber que la rueda estaba girando para un destino desconocido.


El mago de fuego paró su caminata al aspirar el aire de los árboles alrededor de Magnolia. El aroma nauseabundo inundó sus fosas nasales asqueándolo tanto que supo quienes se encontraban a unos escasos metros de él. No se movió ni intimidó cuando varias sujetos salían del escondite.

–Natsu Drangeel, no esperábamos verte de nuevo. – Cobra siseó con malicia moviéndose para que el chico tuviera mayor detalle del nuevo grupo que comandaba Jellal. Si bien el Slayer del veneno odiaba que los dirigieran, el chico lo estaba haciendo más fácil para ellos al brindarles libertad.—Solo y sin ayuda, vaya idiotez.

Natsu en cambio mostró los dientes afilados. – Erick, antiguo oración seis.

Angel bufó recostándose contra el tronco ¿Qué hacia el pelirrosa a una distancia considerable de su gremio? No veía a su séquito por ningún lado por lo cual no estaban de misión. Racer se puso a la par preparándose por cualquier ataque sorpresa del impulsivo chico.

– SI buscas a Jellal… lamentamos decirte que nosotros también. – El chico de extrañó ante las palabras del Slayer de veneno. ¿Su famoso líder no estaba con ellos?

Curioso.

—Busco a mi compañera Erza.

—Titania tampoco está aqui , Jellal tampoco lo cual deduce que estás buscando del lado incorrecto.

El silencio rodeó el ambiente. El único sonido provenía del viento que acariciaba sus cabellos. Natsu golpeó el suelo con su brazo destellando fuego pues la paciencia nunca sería lo suyo. Los de oración seis comprendieron que se estaba impacientando como todo el grupo.

– No me jodas ¡Tienen que buscarlo! ¡Él debe saber dónde está Erza!

Erick se sorprendió y retrocedió varios pasos hacia tras. Un evento de una sola noche les volteaba las cartas hacia un terreno donde sus enemigos se cruzaban inevitablemente.

– Puedo decirte con seguridad que eso es imposible. – Macbeth habló por primera vez que Natsu tuvo que hacer un recordatorio mental sobre quien era. No funcionó, por algún motivo no recordaba al chico. – Él también está perdido.

El Slayer confuso, deseó tener a Happy cerca para no perder la cabeza.

Siseó olfateando otra vez el ambiente, aspiró más profundo hasta conseguir un olor débil. Podía percibirlos dentro de un mismo espacio. El olor de Erza y Jellal se revolvía tanto que apestaban. Si se concentraban juntos quizá podía darle fin al teatro.

Primero necesitaba ayuda aunque no quisiera.

—¿Los has encontrado verdad?—Racer relajó los músculos aliviado— Tienes mejor olfato al de cobra.

—Vayan moviéndose, no están tan lejos.

– No somos tu eslavo idiota. – Ahora entonces cobra agudizó el odio y tal como el sonido de tátaros sus oídos captaron una vibración escalofriante que le emocionó. Hacía tiempo sin sentir la desesperación emanar de un cuerpo. – Cambio de opinión, nos vamos.

—Iré con ustedes, Erza sin dudas está ahí

El resto de Crime Sorciere asintió ante el abrupto cambio del Slayer. No entendía nada, sin embargo ya lo conocían él para debatirle.

Caminaron siguiendo al pelirrosa, la situación estaba a punto de terminar.

Se dijeron, cuando solo el prólogo de un principio del fin.


Abrió los ojos suavemente al sentir un terrible dolor invadirle el cuerpo. Estaba demasiado agotada, débil. Algo extraño e irreal al haber pasado demasiado tiempo sin sentir aquella esencia descontrolada en su cuerpo y parte de la magia que poseía casi anulada, por lo cual, al intentar enfocarlos satisfactoriamente encontró un escenario no habitual.

Eso no era Fairy Tail o algún lugar donde podría pasar al haber bebido de más gracias a las ocurrencias de Cana. Su sentido del tacto le comunicó una resistencia alrededor de las muñecas. Y, se percató, eran grilletes mágicos los cuales le anulaban la magia.

Erza entonces alzó el rostro herido. No tenía idea de cómo había llegado hasta ese punto donde cada músculo le dolía horrores. Especialmente la parte baja del abdomen y las piernas.

La pelirroja miró su atuendo destrozado al punto de conservar a duras penas la armadura del samurái. El pantalón desgarrado y parte de sus muslos visibles al ojo humano le estaban crispando los nervios.

– Idiotas… – masculló a la nada intentando zafarse. Recordó que, de menor unos mismos artefactos le robaron su libertad durante la torre del paraíso. Pensar que podía ser así le llenó de una sensación extraña en el pecho.

El miedo no era una opción fiable. Dejarse llevar por él ya llevaría a un estado tonto y ella no era una mujer la cual le temía a cualquier peligro. Demonios, había sobrevivido a las torturas masivas de tártaros para temerle a cosas triviales.

– Espero que las chicas estén bien – Recordaba a Levy y Juvia caminando a Fairy Hills, para después bloquearse completamente.

La pelirroja lo pensó un poco más al darse cuenta de otra presencia en la habitación. Quizá era un intento de secuestro barato buscando venganza. Los gremios obscuros nunca dejaban nada pendiente. Natsu seguía buscándoles problemas y eso los llevaba a invertir cantidades grandes de dinero para las reparaciones. Makarov solo solía llorar en silencio.

– Natsu…

¿Dónde estaban todos?

El hombre adjunto lo detalló minuciosamente. Colgaba igual que ella, encadenado a grilletes más gruesos y parecía seguir inconsciente. Pensó en el Drangeel, Gray o Gajeel. Los tres encajaban para ser aprisionados de tal magnitud.

La Scarlet se intentó remover otra vez dándose por vencida. El cuerpo se movió por primera vez, suave y suspirando del dolor. Erza sintió que los músculos se tensaron a un mayor a la par que su garganta se secaba al escucharlo.

Él movió la cabeza un poco intentado disminuir el dolor que lo atravesaba.

No tenía casi nada de ropa puesta. Estaba a obscuras y algo le drenaba magia

– ¿Qué rayos?

– Jellal... no hagas ruido. Yo también estoy tan impresionada. – Cuestionó una voz la cual el Fernandes reconoció con rapidez.

Demonios. Demonios. Demonios.

– Erza ¿Qué hacemos aquí? – La obscuridad no le dejaba reconocer el lugar con precisión y su mente le llegó la batalla nocturna contra un hombre formidable, era estúpido ser atrapado de esa manera, lo hacía por la pelirrosa, Meredy no hubiera aguantado demasiado y esperaba estuviera a salvo. Luego pensó que sí era bueno ya que Erza también era partícipe.

– Una visita vacacional no lo es. – Soltó mordaz meneando las cadenas descubriendo el dolor intenso en su vientre bajo. – Nos han hecho algo.

Humillación.

Jellal siguió con la vista la silueta femenina y comprobó que Erza apenas se cubría gracias a las vendas de su armadura. Casi tenía el busto visible y, la ropa completamente interior rasgada. Cuando descubriera quien le puso mano encima lo tomaría sin piedad.

– Ya lo creo, entonces solo tú y yo éramos el objetivo. – Aunque no lo comprendía ¿Quién querría mantener a una maga élite y un prófugo de la justicia juntos? La persona culpable los conocía sin duda alguna.

– Bienvenidos Scarlet, Fernandes. – Una voz gruesa resonó entre las cuatro paredes de la habitación. – Ustedes han sido fascinantes.

El cuerpo de Erza reaccionó ante las palabras del tipo, cosa que a ella le sorprendió tanto que el dolor en las piernas incrementó haciéndole jadear.

– ¿Quién demonios eres? – La pelirroja bramó furiosa. – Voy a despedazarte.

– No lo creo señorita Scarlet. – Soltó él burlón. – No podrás hacerlo.

– Suéltala. – Jellal interrumpió mirándolo con asco. – Habla de una vez sobre tus motivos para retenernos aquí.

El mago obscuro los observó fascinado. Ellos no tenían ni idea de lo que estaba por sucederles, ni las consecuencias de sus acciones. Había sido tan fácil manipularlos de lo planeado. Sedarlos para después manipularlos al antojo había sido quizá la mejor acción. El ver sus cuerpos poseídos el uno con el otro hacía divertidamente sádica las acciones.

Zeref estaría de nuevo junto a ellos en un corto tiempo

– Ya lo verás. – Se dio la vuelta dispuesto a salir. – Nos volveremos a ver.

Salió dejando a los magos incrédulos. Un leve palpitar les insinuó que debían pensar como liberarse si querían salir vivos de ahí.

Tal vez no lo supieran pero unos meses después, las palabras del individuo cobrarían mayor sentido.

La semilla del mal había sido implantada con éxito.

Y ellos pagarían el error de dejarse llevar por la confianza.

Una violación que pondría en juego todo.

—Ella está embarazada— Dijo la grandine de Edolas.—Y está en peligro de muerte.

El reloj biologico habia comenzado.

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¡Hola! Aquí abriéndome paso por el Fandom de Fairy Tail, hacía mucho tiempo que quería escribir algo de este manga y ahora que la inspiración ha nacido no podía dejarlo pasar. Esta historia será dramática, me encanta este tipo de género.

Además, creo que ya se dan una idea ¿Qué ocurrió realmente? ¿Jellal se perdonaria si supiera que sucedió?

Paciencia, lo sabrán poco a poco. Ahora bien, espero sus comentarios, críticas y/o amenazas de muerte.

Por cierto ¿quien les gustaria que tome el papel de padre para el hijo de Erza?

Tambien espero esa respuesta.

Saludos.

Fatty Rose Malfoy.