Hola! He leído muchas FanFics antes, pero nunca me había atrevido a escribir una. Esta es mi primer FanFic. Espero que les guste :)


Capítulo 1 – Noche clara y cuarto oscuro

Hace muchos siglos, el mundo estaba sumido en la guerra; las regiones de Kanto, Johto, Hoenn y Sinnoh se enfrentaban entre sí. Humanos y pokemons morían por igual. Muchos creyeron que el sacrificio de Sir Aaron traería la paz definitiva, y así fue durante muchos años. Hasta que un hombre nació de las sombras, llamado a sí mismo 'La Sombra' y mucho más poderoso que el mismo Sir Aaron, y tomó el control de las cuatro regiones por completo, esclavizándolos a todos humanos y pokemons por igual. Muchos intentaron liberarse, pero todos fallecieron en el intento. No fue sino hasta que un Guardian del Aura, Sir Maximus, proveniente de Kanto y montado en un Moltres, reunió a todos los guardianes del aura de todos los reinos para combatir al tirano. La guerra contra el tirano se extendió muchos años, y la mayoría de los guardianes murió en la guerra. Pero al final, lograron ganarla. El señor de las sombras fue asesinado. Sin embargo, el poder del aura oscura que poseía no podía ser destruido, por lo que entonces se creó una esfera, con la ayuda de los guardianes del aura que quedaban y forjada con el fuego del Moltres, y así se construyó la esfera llamas. Entonces, sacrificando sus vidas, los guardianes la destruyeron en un millar de pedazos, y los repartieron por todas las regiones, de manera que nadie jamás pudiera poseer otra vez tanto poder. En ese momento, llegó la paz verdadera para todos. Y los guardianes del aura se convirtieron en una leyenda.

Sin embargo, muchos siglos después, los descendientes de la sombra han encontrado la manera de recuperar todos los pedazos de la esfera, y la manera de recuperar el poder del 'Maestro de las Sombras'…

La luz de la luna llena entraba por la pequeña ventana enrejada de la celda. Dentro del pequeño cuarto de apenas unos cuantos metros cuadrados y sobre un camastro se encontraba acostada una mujer joven de cabello gris. Su rostro y figura se veían descuidados, como si no se hubiera arreglado en un buen tiempo. Sin embargo, su mirada era penetrante. Sus ojos apuntaban detenidamente al oscuro techo de la celda. Su expresión parecía que algo estuviera esperando. Permaneció inmóvil, perdida en sus pensamientos, y de pronto levantó su mano y su mirada se volvió hacia un pedazo de papel que estaba en su palma:

Llego la hora. Hoy a la media noche. Apunta hacia arriba y al norte.

Ella regresó a su posición inicial y siguió sumergida en sus pensamientos. Después de unos 20 minutos se oyeron unos pasos en el pasillo fuera de la celda. -"Su medicina"-, exclamó un hombre desconocido, dejando una botella y una cuchara sobre ella en un espacio en la puerta de la celda por donde se dejaba la comida. El hombre entonces se alejó. La mujer se levantó y tomó la botella de medicina y la cuchara, sin saber qué significado tendrían. Abrió la botella sin mucho cuidado y examinó su interior a la luz de la luna. Había un líquido desconocido. Al volver a cerrar el bote y arrojarlo sin interés sobre el camastro, se escuchó como si hubiese algo más dentro del bote. La mujer levantó una ceja y se dirigió a abrir de nuevo el bote. Esta vez dejó caer todo el líquido y cayó una llave. Entonces comprendió de lo que se trataba. Esperó pacientemente a que fuera la media noche. Era difícil saber qué hora era; tenía que esperar a alguna señal. Algunos minutos después, la señal llegó: la tenue luz que iluminaba el pasillo se apagó, dejando la luz de la luna como la única luz. Se asomó por la rendija donde el hombre había dejado el bote, y al encontrar el pasillo de afuera vacío, introdujo la llave en la cerradura y salió de la celda. Observó entonces a la derecha y a la izquierda sin saber qué camino tomar. Entonces, regresó a su papel. Apunta hacia arriba y al norte. ¿Qué querría decir esto? Por la posición de la luna podría adivinar que el norte estaba hacia atrás de ella. Sin embargo, hacia arriba… fue entonces que al final del pasillo izquierdo vio unas escaleras. Se dirigió rápida y sigilosamente hacia allá, sin que nadie se diera cuenta. Era extraño, ya que en una prisión de tan alta seguridad la computadora central ya la hubiera encontrado en un segundo, pero al parecer sus cómplices pudieron desactivarla de algún modo, junto con el resto de la electricidad. Subió las escaleras. Sabía que se encontraba en el sótano del edificio, y obviamente no podría escapar por la puerta principal o la de atrás. No… tiene que haber otra salida. Es entonces cuando un guardia la ve. Se habían dado cuenta de su escape. Sigue corriendo hacia arriba en espiral por las escaleras de piedra hacia el segundo y tercer piso. Podía oír ahora a los growlithes que se acercaban en ambas direcciones de las escaleras. Llega al segundo piso lo más rápido que puede. Ya puede ver las escaleras hacia arriba iluminadas por la luz de las lámparas y el fuego de los pokemon. Abre la puerta para dejar las escaleras y entrar al corredor del segundo piso. Atraviesa un laberinto, guiada por su intuición y lo poco que recuerda de los pasillos de la prisión, y llega a otras escaleras al otro lado del piso para subir. Sigue subiendo al cuarto y quinto piso.

Su escapatoria continúa sin problemas hasta el quinto piso. Solo faltan dos pisos. Es entonces cuando las luces se prenden y se activan los mecanismos de defensa automáticos de la prisión. Se bajan unas rejas metálicas que sellan las escaleras y le impiden seguir subiendo, o regresar. Está atrapada. Trata de forzar las rejas sin resultado. Del piso seis vienen bajando guardias con growlithes, ladrando y gruñendo mientras bajan a toda velocidad por las escaleras, mientras los guardias que la seguían del piso anterior la alcanzan. Entonces se topan frente a frente.

"Vaya, vaya; no pensé que pudieras llegar tan lejos, cazadora J" Dijo quien parecía el líder del escuadrón.

"Al parecer soy más lista de lo que creen; déjenme ir. No saben con quién se están metiendo." contestó la mujer.

El líder esbozó una sonrisa ante el comentario intimidante. "No sabemos, pero lo queremos saber".

Hubo una pausa dramática. Entonces, entre los ruidos del bosque de los pokemon nocturnos, distinguió un rugido a la distancia, que se acercaba cada vez más. La cazadora comprendió entonces el plan y sonrió.

"Nos va a decir quiénes son sus cómplices, y quién fue capaz de entrar y desactivar nuestro sistema de seguridad". La cazadora no dijo nada, y dio unos pasos acercándose a la pared. Los growlithes mantenían una mirada amenazante ante la mujer. La cazadora vio un pequeño agujero en la pared de piedra, que daba hacia la noche y por donde se sentía entrar una brisa fría. Sin embargo, el tamaño del agujero era apenas suficiente para que cupiera su mano.

"¿No nos va a decir?". No hubo respuesta. "Bien; growlithe, lanzallamas" Tan pronto el guardia dio su orden. Growlithe abrió el hocico y liberó el poderoso ataque de fuego a través de la reja hacia la mujer. Entonces, en el último momento, la cazadora esquivó y el ataque falló, saliendo el fuego por el agujero. Desde afuera del edificio se pudo distinguir el amarillo y rojo brillante del lanzallamas del growlithe de entre la oscuridad en la noche. Sin embargo, el mismo growlithe lanzó otro lanzallamas, el cual rodeó a la cazadora en forma de espiral, sin hacerle daño, pero sin permitirle moverse un centímetro.

"Vaya, parece que tienes miedo de herir a una mujer" contesta por fin la cazadora J con un hilo de sarcasmo en su voz. "Haga silencio y síganos, que aún tenemos unas preguntas qué hacerle" respondió el guardia frunciendo el ceño y abriendo la reja que mantenía a la cazadora encerrada en las escaleras.

Fue entonces cuando de pronto hubo una fuerte explosión en la pared de las escaleras, y un agujero se creó a un lado de la cautiva. La explosión desconcertó a todos menos a la mujer de pelo blanco, y el growlithe que mantenía el anillo de fuego alrededor de ésta se desconcentró y dejó el ataque, liberando a la prisionera.

La cazadora, sin pensarlo dos veces, saltó por el agujero de la pared causado por la explosión, y se dejó caer desde las escaleras del sexto piso en una caída libre hacia la noche. Mientras caía en completa calma, un pokemon voló por debajo de ella atrapándola en la caída.

"Mucho gusto verte, Salamence; parece que sí pudiste distinguir el lanzallamas" Saludó la cazadora con una sonrisa malévola, a lo que el dragón respondió disparando un hiper rayo al cielo, y volaron a toda velocidad por encima de las copas de los árboles en la inmensidad de la noche.

"Pikachu, ataque rápido"

"Pika, pika, pika, pika" Un ratón grande de pelo amarillo y orejas grandes corre a toda velocidad dejando una estela blanca tras de él.

"Electivire, puño trueno!"

"Eeeelektii" el poderoso pokemon tipo eléctrico baja su puño derecho y carga una energía blanca con chispas de electricidad estática y corre hacia pikachu.

Es de noche. El estadio está lleno, hasta reventar. El campo de batalla está lleno de piedras levantadas y agujeros abiertos y otros a medio tapar, como si un fuerte terremoto lo hubiera asaltado. En las orillas del campo de batalla, un joven de cabello negro alborotado y ojos café oscuro observa el campo con expectación. Lleva sobre su cabeza una gorra, y porta una chamarra negra sin mangas con líneas amarillas y jeans claros. En sus manos tiene un par de guantes negros sin punta en los dedos. Su expresión facial es tensa y su mandíbula apretada, y sus ojos reflejan la determinación de un líder.

Del otro lado, un joven un poco más alto que el primero, sonríe de manera arrogante y observa el campo con autoridad. A pesar de su naturaleza fría y calmada, su rostro refleja algo de tensión, y sus ojos muestran gran emoción, como si no hubiera sentido tanta emoción en mucho tiempo. Su pelo es morado y liso, porta una chamarra azul con mangas negras.

Entre ellos y en la parte de arriba del estadio se muestra el marcador, donde se encuentran las fotos de ambos entrenadores, 5 pokebolas por cada uno sombreadas y una foto de cada uno de los pokemon que combaten en ese momento, indicando que es el último pokemon de ambos.

Los pokemons se ven muy agotados, y ambos muestran varios golpes y cortadas en todo su cuerpo, pero ambos realizan sus respectivos ataques con velocidad y poder, ninguno cediendo ni por un momento. El ratón eléctrico se dirige hacia el choque a toda velocidad. Justo antes de chocar, el joven de pelo morado grita otra orden.

"Elektivire, hazte a un lado y golpea a Pikachu en el costado"

Los ojos del castaño se abren tras la orden de su oponente. Elektivire se mueve hacia un lado dejando pasar al Pikachu y, sin que su oponente pudiera reaccionar, libera el puño trueno en el costado de éste, haciéndolo volar hacia el otro lado del campo. Pikachu queda en el suelo, y el referee se acerca para determinar si está fuera de combate. El joven más alto sonríe.

"No, Pikachu!" El castaño grita a su pokemon, y le dice mostrando su puño: "Tú puedes hacerlo amigo, hemos pasado por muchas para rendirnos aquí. Tú tienes más poder y lo sé. Pikachu, confío en tí".

Y justo cuando el referee está por levantar la bandera que significa que está fuera de combate, el ratón eléctrico empieza a levantarse con mucho esfuerzo, con su cuerpo lleno de cortadas y golpes. La sonrisa del pelimorado desaparece y frunce el ceño, mientras que el castaño sonríe.

"¡Eso es Pikachu, yo sé que tú puedes! ¡Vamos a terminar esto de una vez por todas! ¡Pikachu, tacleada de volteos!" Grita con todas sus fuerzas el pelinegro animando a su Pokemon a su último golpe.

El roedor reúne toda la fuerza que le queda y corre mientras que su cuerpo brilla y un poderoso campo eléctrico lo rodea.

"Creo que esto se acabó para ti, Ash. Después de tanto tiempo enfrentándonos nunca aprendiste. ¡Elektivire, protección!" El contrincante del pelinegro lanza su orden, mientras que Electivire es rodeado por un campo de fuerza.

"¡Sigue, Pikachu!" su entrenador lo motiva a seguir a pesar del campo de fuerza, pero justo antes del choque da otra orden.

"¡Pikachu, cancela la tacleada de volteos y salta sobre Elektivire!" En ese momento, el pokemon más chico cancela su ataque y con su vuelo salta el campo de fuerza. Entonces el campo de fuerza se desvanece, y sin perder otro instante más, el pelinegro da su siguiente orden.

"¡Pikachu, termina esto con cola de hierro!"

"Piikaaaaa" Entonces la cola del ratón eléctrico se vuelve color blanca brillante. La sonrisa arrogante del pelimorado desaparece y su mirada se llena de miedo, y antes de que Electivire pudiese reaccionar, el roedor lanza el ataque desde arriba, dándole de lleno en la cara.

De pronto, todo se vuelve negro. Cae, mientras escucha el sonido de miles de pedazos de vidrio cayendo. El pelinegro azota contra el piso como si hubiese sido él el que recibió el ataque. Se encuentra en el piso boca arriba en un cuarto oscuro, donde no se puede ver absolutamente nada. Se sienta confundido, apoyando sus manos en el frío mármol. Alcanza a tocar con sus dedos varios pedazos de vidrio, y aunque éstos no lo cortan, siente el filo que tienen. Voltea de lado a lado llamando a su pokemon, pero no hay nadie. Se lleva la mano al cinturón para darse cuenta que no lleva consigo ninguno de sus pokemon. De pronto, una tenue luz se alcanza a percibir. No puede saber qué tan lejos o cerca está debido a la falta de iluminación a su alrededor. Entonces la luz se expande e ilumina un poco el lugar. No alcanza a ver las paredes ni el techo del lugar; lo único que ve es el mármol negro grabado con extrañas marcas de unowns, líneas rectas y curvas, y cientos de pequeños vidrios regados por todo el piso. Sigue caminando, hasta que ve a la distancia otra luz más brillante, que se encontraba dentro de una caja alta de dos metros, parecida a una caja de teléfono, donde pueden caber a lo mucho tres personas. Le cuesta trabajo ver, pues la luz le encandila. Cuando sus ojos se acostumbran a ver, alcanza a ver una persona de espaldas dentro de la cabina, con una mano en el teléfono y con la otra marcando unos números. El chico reconoce el pelo caído de lado y sujetado por una bandana verde. Es una chica más o menos de su misma estatura, usa una camisa naranja con cuello negro y zapatos naranjas, así como unos shorts negros pegados. Usa igual que él guantes negros sin puntas.

"May!" El chico empieza a caminar más de prisa hacia la cabina donde está la chica, cuando de pronto los vidrios cobran vida y se unen unos con otros, como reconstruyendo el vidrio, y el joven choca frente a una ventana de vidrio, recién creada. De pronto, de la parte de arriba dentro de la cabina empiezan a entrar grandes cantidades de agua, como si estuvieran tratando de llenarla con varias mangueras del techo. La chica se asusta, y ve que no hay salida de la cabina del teléfono. Mira a todos lados asustada y alcanza a ver a su amigo.

"Ash!" Los ojos azules zafiro de la castaña se encuentran con sus ojos oscuros.

"¡Ash, ayúdame! ¡Estoy encerrada!" La chica de la bandana le grita mientras golpea los cuatro lados de la cabina y buscando alguna manija, sin resultado. "¡Ya voy May, no te preocupes; ya voy por ti!"

El nivel del agua ya le había llegado a las rodillas. El chico trata de sacarle la vuelta a la pared de vidrio cuando a su derecha se topa con otra pared. Se vuelve y se dirige ahora a la izquierda donde no hay pared, y ahora sigue hacia la cabina cuando se vuelve a topar con otra pared de vidrio. Entonces, se da cuenta que está en un laberinto. Trata de romper el vidrio que se encuentra frente a él, pero éste no muestra señales de que se vaya a romper. Intenta entonces buscando otro camino.

"Ash, rápido, por favor!" La chica le grita desde la cabina, donde ya el agua le llega un poco más arriba de la cintura. El vidrio de la cabina es al parecer del mismo tipo, pues tampoco lo ha podido romper.

"¡Ya voy May, resiste!" el chico contesta mientras corre buscando una salida al laberinto, pero pareciera que lo que consigue es alejarse cada vez más de la cabina, mientras mira a través del vidrio a su amiga en apuros sin poder ayudarla.

El chico se desespera cada vez más, no puede recordar las vueltas que da ni memorizar nada del laberinto. Se topa con las mismas paredes y pareciera que está dando vueltas en círculos.

"Ash! Rápido!" La chica grita desesperada con el agua ya al cuello.

"May, no te rindas!" Le grita el joven. En su voz hay cada vez más desesperación.

"As-" Su palabra se queda corta, pues el agua ya ha alcanzado su boca. Ella sube la cabeza intentando tomar el último respiro.

"Maaaay!"


Aquí acaba mi primer capítulo. ¡Espero sus comentarios! Ya estoy trabajando en el siguiente capítulo, no voy a tardar mucho en subirlo. Saludos.