Historia: Amor.
Autora: Monidex1200
Anime: Death Note
Personaje: L
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Sumary: Que pasaría si te gustara un anime, o mas especifico un personaje, anhelando que fuera real, pero, no se puede, y que eso influya en tu vida totalmente, eso seria un problema
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Otro día, me levanto de la cama, todavía bostezando, voy al baño y me meto a bañar, siento un escalofrío al sentir el agua fría tener contacto con mi piel, pero no me quedaba otra, no podía tener agua caliente, termino de bañarme, me seco todo el cuerpo, y me cubro con una toalla, me dirijo a cambiarme, me pongo un uniforme, consistía de una blusa blanca, una falda que estaba un poco mas arriba de las rodillas, era de color negro, con rallas rojas y finalmente me pongo el abrigo que era color negro, termino de ponerme esas préndas, me peino y sujeto mi pelo color azulado oscuro, yo no era muy agraciada ni tampoco fea, lo que me enorgullecía era del color de mis ojos, color lila, cojo mi mochila, era de color blanca, tenia un pequeño llavero con un dibujito de mi personaje anime favorito, me dirijo hacia la puerta, y me voy de la casa.
Me dirigí a esa prestigiosa escuela, de la cual estoy becada, hacia frío, sentía pequeños temblores recorrer mi cuerpo, no hacia mucho caso, veo el instituto, me dirijo corriendo, me había atrasado, entro justo a tiempo, lanzo un suspiro, voy a mi salón de clases.
Ojayo (Hola) – hablo animadamente un chico muy guapo, bueno eso decían, lo ignoro, y paso de largo sin siquiera mirarlo.
Otra ves me vas a ignorar – hablo molesto, dirijo mi mirada hacia el, era un chico rubio de ojos azules, es como un príncipe de cuento de hadas para cualquier chica, no obstante, para mi no era un príncipe.
Lo sigo mirando, esto ya me aburría, siempre siendo bueno conmigo, bueno el solamente era un mujeriego, que había puesto el ojo en mi, y que no aceptaba un no como respuesta.
Desvío la mirada, observo a el profesor entrar, todos toman asiento, miro hacia la ventana, no presto mucha atención a la clase, escucho como cuchichean, las chicas, cosas como: "Ese chico es mono" o " El no esta mal", rayos esos comentarios como molestaban, hazte que escucho a unos de los chicos que hablan de atrás sobre un anime llamado Death Note, mis orejas se pusieron mas agudas de lo normal, quería escuchar lo que decían, "Si, tu que opinas, sobre ese anime" pregunto, "Bueno me desconcertó un poco que L muriera, creo que no era tan inteligente como pensaba", esa respuesta si que me hizo enojar, quería golpearlo, pero me contuve, y seguí escuchando, " Si creo que Kira era superior a L" se burlo, "Si tienes razón", dijo riendo, eso era el colmo, lo mato, me paro exageradamente, y lo miro con toda mi furia, todos me miraban, y aun seguía escuchando eso estupidos cuchicheos de esas chicas, "¿qué hace?" y también "Esta loca", no lo soporte mas, y grite.
Se pueden callar – grite, fulminandolas con mi mirada, pero ellas no eran las responsables de mi enojo, volví a mirar al castaño que había dicho esa estupidez, el me miraba aterrado, me reí a mis adentros parecía que se iba a mojar los pantalones.
Señorita, Amai-san a la dirección – hablo severamente, el hombre que se hacia llamar mi profesor.
Con mala gana me fui de ese salón, maldiciéndome a mis adentros por no haberme controlado, recorrí enormes pasillos, asta que llegue a mi destino, entre sin dudar, vi a una mujer de pelo rubia y ojos verdes sentada revisando papeles, me dirigí hacia ella, y me senté en esos cómodas sillas, dejo sus papeles y me miro severamente.
Ya me comunico tu profesor de tu intento de asesinato a uno de tus compañeros – hablo seriamente.
El esta exagerando – hable indiferente, viendo el anillo de la directora, dios no podía dejarlo de ver, era tan llamativo, era una roca verde, grande, seguramente la directora no tenia buen gusto.
¿Enserio?, según de lo que me dijo, si no te detenía, lo ibas a tirar por la ventana – explico.
No lo iba a tirar por la ventana – respondí, aunque esa era una buena idea, merecía un castigo.
¿Entonces que ibas hacer? – pregunto curiosamente, rayos había caído en su trampa.
Yo solo quería discutir algunos temas con el – respondí, alzando mis hombros.
¿Cuáles temas? – pregunto, rayos, que le podía decir, esto parecía un interrogatorio.
Son temas privados – la mire, vi como frunció el ceño, nos miramos mutuamente, era una lucha de miradas.
No quiero que vuelva ha suceder denuevo, o serás expulsada, recuerda que eres una estudiante becada – hablo enojada, ella no tenia que recordármelo, ni en un millón de años podría pagar una escuela como esta.
Hai (Si) – respondí y me retire de ese lugar, lance un suspiro, escucho el timbre.
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Regrese al mismo salón, todos me miraban, algunos seguían con sus murmullos, entre todos los chicos, una chica corrió hacia mi, era de pelo castaño y ojos de color miel, venia con el ceño fruncido, sentí que debía correr, pero no hubo tiempo, además no lograría escapar de ella, yo era demasiado lenta.
Como es eso de que te llevaron a la dirección – grito amarga.
Eso no importa – hable desviando la mirada, no quería que me regañara.
Dime, o si no, no va a ver mas dulces por una semana – amenazo, palidecí, si ella decía que por una semana no iba haber dulces a si seria.
Es que el me fastidio con un comentario suyo – explique.
Ah, pero esa no es razón para intentar acecinarlo – regaño, fruncí levemente el ceño, no me gustaba que me tratara como una niña, pero a la ves me gustaba, era una relación rara, ni yo entendía, tal ves por esa razón era mi única amiga, no era una persona muy sociable.
Si, mama hina-Chan – hable levemente amarga, ella no era mi madre pero actuaba como una.
La vi sonreír calidamente, la verdad ella seria una excelente madre cuando sea mayor, pero nunca se lo diría, se burlaría de mi, no le podía contar todo los detalles sobre por que me enoje, ella tampoco sabe mi secreto.
Bueno, vamos a comer – hablo contenta, asentí, y fuimos a la cafetería, hicimos fila, y con una bandeja recogimos nuestros alimentos, y nos sentamos en una mesa al costado de la ventana, vi decepcionada mi bandeja que solo tenia un misero pedaso de pastel, si no fuera porque hina-Chan no me dejo agarrar todo tipo de dulces, lanzo un suspiro.
Cuando seas grande me lo agradecerás – hablo hina-Chan, que solo tenia alimentos saludables en su bandeja, me dio un poco de asco, no es que me desagradara, solo que solo comer eso, eso seria morir de hambre.
Hina-Chan sigues con tu dieta – hable, dios si seguía a si se iba a morir de anorexia .
Si, yo no soy como tu, que comes un montón de dulces y no engordas – hablo con una pizca de envidia.
Y de que me sirve eso si no me dejas comer los dulces que quiero – conteste.
Ok ok, solo por esta ves te voy a dejar comer un pedaso mas de pastel – dijo, pronto apareció una sonrisa en mi rostro, pronto me levante de mi sitio para ir a la sección de postres, pues ya había acabado el otro pedazo de pastel, justo cuando iba agarrar el ultimo pedazo toco el timbre, ya termino la hora de comer.
Ese estupido timbre – susurre, desanimadamente me dirigí donde hina-Chan, ella ya había terminado de comer, la mire con enojo pues ella era la culpable de que no comiera mas pastel, pero era inútil no podía enojarme con ella.
Bien, vámonos – hablo hina-Chan.
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Fuimos al salón, llegue a la puerta de mi salón y nos separamos ya que ella era mayor, ella tenia 18 y yo 17, entre, una ves adentro, un grupo de chicos se acercaban hacia mi, me tenían rodeada, rayos esto era tan problemático, el chico que decía tontería se acerco, estaba enojado
Por tu culpa, todos se han estado burlando de mi%96 hablo enojado, me limite a contestar un – Y – dije con desinterés.
¿Y? – hablo desconcertado – Al menos deberías pedir disculpas– hablo mas enojado que antes, por que yo iba ha decir disculpas, si fue su culpa por decir tonterías.
No – musite.
¿No? – gruño, parecía que iba a explotar en cualquier momento, acaso todo tenia que repetirlo.
Ya veras – hablo enojado, mandando una señal a los otros, pronto uno de ellos me agarro de la cintura y me cargo, no me resistí, era imposible ganarles, solo busque el momento apropiado para huir, al final no pude escapar, me metieron en un cuarto oscuro y me encerraron, y se fueron riendo.
Encendí las luces, no obstante no funcionaba, rayos, lo que me quedaba era gritar para pedir ayuda, pero no había nadie que me escuchara, tendría que hacerlo yo misma, debía pensar en como salir.
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CONTINUARA…
