SOLEDAD


by: Harlett

Nota/Disclaimer/Negación/Aviso/etc…: Naruto y Cía. No me pertenecen, esto es mero entretenimiento sin fines de lucro.


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ALONE

Su cabello azabache mecido al compás del viento travieso que jugueteaba con él. El intenso frío de la noche no le inmutaba y su imperturbable faz era iluminada tímidamente por el plateado astro, allá, en lo alto de la oscura penumbra cubierta por una que otra nubecilla en plena noche.

No miraba nada ni nadie en particular, observando un punto en la nada, perdido en los abismos de su mente dando la impresión de una hermosa estatua allí sentada, adornando el techo de una majestuosa casa en un barrio desolado.

Acomodado a la orilla del tejado con una pierna flexionada sobre el borde y su brazo derecho apoyado sobre esta dándole un aire totalmente atrayente e inalcanzable.

Sus ojos como dos pozos sin fondo, ausentes y oscuros. Los cerró sumergiéndose aún más, si es posible, en sus pensamientos.

Todo era tranquilidad, quietud, una calma asombrosa y pesada.

Ni una sola alma…

Todo ese recinto solo para él…

Solo…

Por que nadie más que él tenía el derecho de poner un pie en aquel sitio.

Así tuviese que soportar ese silencio asfixiante y agobiante que lo estaba sofocando y le enfermaba.

Solo su apellido y su nombre eran la llave para entrar y gozar de ese lugar.

Solo él…

¡¡Como odiaba eso, maldita sea!!

No! Solo él no!

Se negaba!

Esto no debería de estar pasando.

Él NO debería de estar allí, SOLO.

Como deseaba que su mente turbada regresará a su característica quietud, que su frustración e impotencia desapareciera al soplo de esa helada brisa de medianoche, que su coraje se apaciguara y disolviera en la nada.

Que el dolor en su pecho aminorará, que su corazón dejará de sentirse tan oprimido y acongojado al solo hecho de evocar la palabra "solo"

Soledad

Pero no era tan fácil, ni siquiera el hecho de desear convertirse en viento y ser libre por el mundo, sin ninguna carga. De olvidarse de todo esto…

De despertar y descubrir que todo fue una pesadilla.

Solo… eso implicaba muchas cosas… Su apellido se lo impedía…

Esto no se iba a quedar así…

Abrió los ojos de par en par con un tono carmín pintados en ellos. Un frío escarlata brillaba de rabia y coraje. Impasible, cerró los puños con fuerza y la mandíbula la tenia fuertemente apretada reprimiendo sus impulsos.

Sus ojos rojos los sentía escocer…

Hacia el inhumano esfuerzo… de no llorar…

No podría mostrarse débil… no…

Por que… que dirían ellos entonces… de él… su heredero… su hijo…?

Trago saliva con dificultad con su garganta completamente seca mientras cerraba los ojos como única alternativa a no derramar gotas saladas. Aunque sintiera su pecho desgarrarse ante el dolor y la garganta oprimida y seca con un nudo en ella.

— "Soy patético"— pensó agriamente… — "Soy una molestia" — susurro al viento seguro que en ese barrio tan suyo nadie podría oírle…

Pero seguía negándose a eso… Necio

° ° °

" Lo sentimos… " — escucho como un vago recuerdo…

¿Porque?

"Quizás halla esperanzas de que…. "

Mentira…

"Desaparecidos en acción… "

¿Como es posible?

"Se fuerte… Syuuske… "

° ° °

El orgullo amargo del peso de esa familia asomó en su boca. El sinsabor de su mancillado linaje…

Estaba conciente: ese hablar y decir de vez en cuando de las personas, los secretos a voces a sus espaldas, pero que, cuando estaban frente a él lo adulaban, le llenaban de elogios y halagos hasta el grado de asfixiarlo.

Tratandolo como un niño, un niño que hace poco habia dejado de ser, según él.

Un niño que no se creía esas falsedades y percibia la verdad en sus palabras.

Envidia, celos, miedo, codicia, rivalidad…

Su familia era todo un caso: comenzando desde el nefasto fundador hasta la sangre de su fallecido tío, y los estragos propios ocasionados por su padre.

Y esos ojos…

Se paso una de sus manos por su cara cubriéndose la cara como si estuviese ocultando algo por vergüenza.

Fuerte… sí, lo era, o eso opinaba… No necesitaba las adulaciones de terceros para creerlo. Pero la sola idea de estar solo lo aterrorizaba y sentía el frío de la noche calar hasta sus huesos entonces.

Pero no iba a mostrarlo… No, un Uchiha no muestra esa clase de cosas frente el público, así su vida dependiese de eso… así este a punto de perderla también…

Cerró nuevamente los puños hasta hacerse daño y apretando sus labios para no maldecir a los cuatro vientos sangrándoselos, impotente.

Papá… mamá… ninguno…

No estaban, no aparecían, no había noticias, no nada de ellos. Como si se los hubiese tragado la tierra…

No, fueron absorbidos por esa maldita guerra que se estaba desatando y se cernía sobre todos. Una amenaza aplastante e imparable que se iba acercando más y más tomando fuerza alcanzándolos.

Su villa…

No podían ni debían quedarse como si nada. Pero principalmente, no querían.

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Los vio partir. Fue sin previo aviso, como toda buena misión de alto riesgo en plena crisis. Un leve alboroto mañanero.

La vio ir y venir por las escaleras un tanto tensa, pero ni así perdía ese hermoso brillo en sus ojos jade y que cada vez que lo veía le dedicara unas dulces palabras. Su padre no se había aparecido, pero sabía que debía de estar meditando o algo así…

— "En casa" — escuchó de su madre mientras le encaraba dedicándole esa hermosa sonrisa. Su padre salio de quien sabe que habitación, se acomodo su espada a la cintura y abrió la puerta quedándose en el marco de esta esperando a su esposa. — "Cuando regresemos queremos encontrarte en casa" — le guiño un ojo alborotándole su ya de si extraño cabello negro y un beso en la frente. Ella se encamino hacia la puerta pasando de lado de su marido. Él siguió a su madre hasta cierto punto, en el vestíbulo — "Esa es tu misión" — la escucho nuevamente ya afuera en una pose muy infantil pensó.

— "¿Misión?" — murmuró incrédulo y con una reprochante mirada sin dar crédito a eso.

— "Danos una razón para volver" — escucho de pronto de la fuerte voz de su padre, dando un respingo. Él salio junto con su señora sin siquiera volver la vista atrás caminando imponentemente por esa vacía callejuela.

Pero aún así su corazón estaba feliz, su cara incluso se dejo mostrar una dulce sonrisa heredada de su madre, puesto que a pesar de no haber visto la faz de su papá, el tono de voz y esas palabras le dieron la idea que su padre sonreía orgulloso mientras se marchaba.

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Sufran, amenazo con que esto continuará.

¿Comentarios, quejas, sugerencias y traumas existenciales?

Cuidense :)