Chasing Perfection
Chasing Perfection
Autora: SweetMercy
Traductora: Alisevv
Parejas SS/HP y SB/RL
Disclaimer: Todo esto es de Rowling.
Resumen: Secuela de Live, Love and Everithing in Between. Al regreso de sus vacaciones, Harry y Severus deciden que es tiempo de contarles a Sirius y a Remus sobre su relación, lo que no deja a Sirius muy feliz. Harry decide que desea más de su relación, ¿podrá Severus darle lo que necesita?
Advertencias: Esta historia contiene Slash, es decir, relación hombre/hombre, y tiene también Mpreg. Si no te agrada el tema, éste es el momento de retroceder. Si te gusta, bienvenid
La historia la pueden encontrar en la bio de mi perfil
Chasing Perfection
Persiguiendo la perfección
Capítulo 1/18
La vida continúa
Harry tropezó al salir de la chimenea, tratando de contener su traviesa risita de niña de escuela. Sabía que no debería haber tomado la última botella de vino que su amante (sí, su amante, aunque todavía no podía creerlo a veces) había traído de la cocina; ¿pero qué era la vida si no la vivías a tope?
Tomó un momento para recuperar el equilibrio antes de aventurarse a entrar en el pasillo, tenuemente iluminado. Si hubiera estado lo suficientemente sobrio, se habría dado cuenta que eso de por si era bastante extraño, Sirius y Remus nunca dejaban una luz encendida. Pero, en su condición, la pequeña rareza no fue notada, así que comenzó a ascender las escaleras y dirigirse hacia su habitación.
Recién volvía de otra visita a la casa de Severus. Desde que regresaran de su romántica escapada fuera del país, ambos habían visto reducidos los posibles espacios para estar juntos,dado que su relación seguía siendo secreta.
Las vacaciones habían resultado el viaje de su vida. Roma había estado increíble. Al mismo tiempo que visitaba sitios famosos como El Coliseo, El Partenón, El Foro, La Fontana de Trevi, El Vaticano y la Capilla Sixtina, Harry había realizado un montón de 'terapia de consumo'. Roma simplemente reventaba con casas de moda y en su trayecto para ir a ver la Scalinata della Trinità dei Monti, había sido incapaz de resistir las tiendas de diseñadores y las boutiques de la Vía Condotti. Había visto los nombres 'Gucci' y 'Prada' y eso había sido suficiente; siempre había deseado saber el por qué de todo el escándalo que giraba en torno a esos diseños muggles y, como Severus estaba tan interesado como él mismo, el momento era perfecto.
La vida nocturna en Roma también fue asombrosa. Cada noche había una fiesta en Campo di Fiori. A Harry le costaba muy poco embriagarse, pero eso no le había preocupado, ahora había tenido a Severus para cuidarlo. El mismo Severus se había permitido disfrutar de unas cuantas bebidas también. Con la atmósfera amistosa, la música alta, y los cuerpos ebrios, su pareja había encontrado muy fácil dejarse llevar y divertirse, para gran alegría de Harry; la mañana después de una noche de copas siempre los encontraba en la cama, en interesantes posiciones.
Su siguiente parada fue en Nueva York. Harry siempre había deseado ir a Nueva York y tenía la persona perfecta para acompañarlo. Habían hecho reservaciones en un lujoso hotel y habían salido a explorar la ciudad, tomando todo cuanto les ofrecía. Quedó sin aliento cuando miró la ciudad desde lo alto del Empire State. Podía imaginar cómo se vería todo en Navidad y juró que se aseguraría de volver a visitarla durante el invierno. Por supuesto, allí también había hecho algo de terapia de consumo. Después de todo, ¡era imposible ir a Nueva York y no salir de compras!
Después de la 'gran manzana' vino París, la ciudad del romance. Después de pasar los días explorando la ciudad, visitando lugares como el Arco de Triunfo, la Torre Eiffel, y muchos museos y teatros, Harry había disfrutado cenando y tomando vino con Severus, mientras se sentaban en algún lugar a la orilla del Sena. Se habían alojado en una maravillosa suite del hotel George V y disfrutado una cena romántica en Le Grand Vefour durante su última noche en París, ante lo cual se alegraba inmensamente de haber comprado aquel Armani en Nueva York.
Realmente, había sido el viaje de su vida. Y le estaba matando el no poder presumir de éste ante nadie.
Todos tenían la impresión de que se había alejado a algún lugar cálido y relajante, para tomar un respiro de todo y disfrutar un tiempo a solas. Deseaba poder corregirlos; deseaba, más que cualquier otra cosa, gritar al mundo que estaba enamorado. Pero no podía. No todavía, al menos.
Él y Severus lo habían decidido así. Cuando llegara el tiempo apropiado o, en otras palabras, cuando Sirius estuviera de muy buen humor y preferiblemente bebido para que no pudiera incordiar demasiado, develarían su secreto. Pero mientras tanto, tenían que ser extremadamente cuidadosos.
Se habían tomado tres semanas de vacaciones, una semana en cada lugar de destino, y ese tiempo alejados les había sentado muy bien. Pero lo que más complacía a Harry era el cambio que se había efectuado en Severus.
Su antiguo profesor, el hombre reservado y amargado, ahora parecía mucho más cómodo al relacionarse. De hecho, durante las vacaciones había descubierto mucho del lado amable y cariñoso que él sabía existía tras las túnicas negras y el desprecio de Severus. Cierto que habían habido oportunidades en Roma y Nueva York, y en París, en que su pareja había vuelto a ser el hombre retraído que había conocido durante su adolescencia en Hogwarts, pero mientras más le hablaba y le demostraba cuanto confiaba en él, más murallas dejaba caer Severus.
Harry entendía que él todavía se sentía nervioso ante la idea de establecer una relación, así que le había dejado en claro que no esperaba nada, y después de eso, el hombre se había relajado. Harry sabía cuan difícil debía ser para Severus depositar su confianza en alguien, así que era paciente con él.
Esas vacaciones habían sido, posiblemente, una de las mejores cosas que habían pasado a Harry. No sólo le habían dado la oportunidad de ver ciudades que solamente había podido soñar, sino que había sido una verdadera revelación. Ahora sabía lo que deseaba de la vida. Había luchado, había resistido, y había salvado al mundo. Había llegado el momento para divertirse.
Pero aunque había disfrutado correteando por Paris, vistiendo ropa de diseñadores y probando la vida de clase alta que allí le rodeara, salpicando su efectivo aquí, allí y por todas partes, definitivamente prefería lo que tenía en su hogar. Siendo franco, no despreciaría una oferta para viajar nuevamente, pero todo eso le había hecho darse cuenta que lo que verdaderamente quería era estar cerca del hombre que amaba y que lo amaba. El que verdaderamente había sido lo mejor de sus vacaciones.
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Harry entró en la cocina la mañana siguiente y se deslizó en una silla de madera. La habitación estaba completamente abarrotada de potes y cacerolas, y los estantes casi desbordaban con las tazas. Pero a pesar del desorden, la cocina estaba muy limpia y un débil aroma a limón impregnaba el ambiente. El tablero de notas sobre la pared más lejana, que en épocas anteriores contuviera notas sobre la actividad de los Mortífagos, ahora estaba lleno de fotos sonrientes de los miembros de la Orden del Fénix.
Sirius, quien había bajado su periódico al entrar Harry, se sentaba frente a él, y Remus estaba en el otro extremo, ocupado en garabatear algo en un pedazo de pergamino. Ante el gruñido de su estómago, Harry se inclinó y tomó una tostada del plato central.
—¿Dónde estuviste anoche?— preguntó Sirius, mirando a su ahijado.
—¿Hmm?
—Anoche— repitió—. No estuviste aquí, así que, ¿dónde estuviste?
—Salí— contestó Harry, encogiéndose de hombros.
—¿A dónde?
—No tengo por que decírselos.
—Lo sabemos, Harry— Remus se adelantó antes que Sirius pudiera responder—. Es sólo que estábamos preocupados por ti. No sabíamos a dónde habías ido.
—No estaba consciente de que tuviera que hacérselos saber.
Desde que Harry había regresado de sus vacaciones, Sirius y Remus, el siempre duo protector, habían notado que él parecía estar ocultándoles algo. Harry quería contarles que estaba enamorado pero sabía como reaccionarían, así que, en lugar de eso, había optado por actuar como un adolescente problemático.
—¿A qué hora regresaste?— indagó Sirius—. Te esperamos levantados hasta la una y media antes de irnos a acostar. Te dejamos una luz encendida.
—Gracias— murmuró—. Regresé alrededor de las tres o algo así. Era tarde.
—En el futuro, creo que ambos apreciaríamos si pudieras…
—Sirius— lo interrumpió Remus—, Harry ya es un hombre. Tenemos que respetar su privacidad.
El animago suspiró y rodó los ojos.
—Vale— aceptó—. Lo lamento, Harry.
—Bien— aprobó Remus—. Ahora que ya está todo claro, esta tarde voy a ir de compras. Ahora, ya anoté las cosas básicas, ¿hay algo en especial que necesiten?
—Casi terminé mi pasta de dientes— contestó Harry, y Remus lo anotó.
—Chocolate— pidió Sirius—. Y necesitamos más fresas. Oh, y crema batida también. Y parece que acabamos con el lubricante, y unos cuantos paquetes de condones tampoco estarían de más.
—¿Eso es todo?— las mejillas de Remus empezaban a enrojecer y Harry estaba ocultando la risa.
—Bueno, podría pedirte que compraras un nuevo consolador, pero imagino que no debería hablar de esas cosas en frente de Harry.
—Gracias, Sirius, por ahorrarme el dolor de tener que escuchar eso.
—Sin problema, pequeño. Oh, y hablando de pequeños, llegó una carta mientras estabas aún dormido. Creo que es de Ron.
Harry se sirvió un vaso de jugo de calabaza y luego tomó la carta. Vio que iba dirigida a él, escrita con el desordenado garabato de Ron. No había sabido de sus amigos desde el fin del año escolar, pues les había dicho que saldría de vacaciones y no quería ser contactado excepto en caso de emergencia, pues quería relajarse y disfrutar de su soledad, lejos de las preocupaciones de la vida en casa. Había querido escribirles cuando regresó a la ciudad, pero había estado tan ensimismado en Severus que lo había olvidado completamente.
Tomando un sorbo de jugo, bajo la vista hacia la carta.
Harry
¡Nunca imaginarás lo que pasó! ¡Hermione y yo nos vamos a casar!
Harry empezó a ahogarse con su bebida.
No puedo creerlo. ¡Después de todos estos años de esperar por ella, aquí estamos, comprometidos! Harry, compañero, esta sensación… ¡es increíble! ¡Merlín, ni siquiera puedo describirlo! ¡Sólo es que… estoy tan feliz! Quiero decir, la amo mucho y haría cualquier cosa por ella. Ahora, tú, de todas las personas, sabes que no soy muy dado a hablar sobre mis sentimientos y todo eso, pero para ser honesto, apenas puedo esperar para formar una familia con ella; y, por supuesto, tú serás el padrino de todos nuestros niños… Pensé que debía advertirte de entrada.
Supongo que querrás saber cómo se lo propuse, ¿cierto? Todo lo que te puedo decir es que estaba completamente incentivado en ese momento. Quiero decir, sí, pensaba pedírselo desde antes, pero quería esperar algunos años antes de hacerlo. Pero la otra noche fuimos a comer y nos la pasamos muy bien. Yo estaba ahí sentado, mirándola, y me di cuenta de que realmente era única; la única con quien quería casarme y pasar el resto de mi vida. ¡Así que, de regreso a casa, se lo pedí! ¡Así de simple! No fue muy romántico pero, ¿a quién le importa? Ella sólo dejó salir esa gran sonrisa a su rostro y dijo SI. ¡Ni siquiera le importó que no le entregara un anillo! Y hablando de anillos… compañero, necesito que me ayudes a elegir uno para ella. Es mi prometida y merece un anillo y, bien, ya sabes como son mis gustos. No tengo idea de lo que sería un lindo anillo. Así que, ¿me ayudarás? ¿Almorzamos hoy en el Caldero Chorreante? Además, será una buena oportunidad para que me cuentes sobre tus vacaciones. Hermione está convencida que fuiste con un novio misterioso…
Bueno, es mejor que me despida. Te veo luego entonces, ¿si?
Ron
Harry miró la carta con una sonrisa en el rostro. Siempre había sabido que esos dos terminarían casados algún día y, aunque pasó antes de lo que él había pensado que pasaría, realmente se alegraba por ellos. Sólo esperaba que Ron no estropeara las cosas, tenía razón cuando decía que él y 'expresar sentimientos' eran dos cosas que no hacían buena mezcla.
Dejando la carta a un lado, terminó el resto de su bebida y regresó a la habitación, para arreglarse para el día que tenía por delante.
Continuará.
Próximo capítulo: Señores Oscuros.
Bien, como les ofrecí, aquí tienen el primer capítulo de la secuela de Life, Love, que espero les guste tanto como la precuela. Ya me contarán.
Estoy buscando una nueva traducción para seguir con tres como hasta ahora. Ya escribí a las autoras sobre dos que me gustaron, una de ellas recomendación de Undomiel. El asunto es que no he recibido respuesta de ninguna, así que si alguno de ustedes lee inglés y ha visto algo que le ha gustado mucho, mucho y creen que merece la pena traducir, por favor, envíenme el link a mi correo, junto con un resumen de qué va la historia (esto es muy importante para saber si me gusta de antemano sin tener que leer el fic)
Eso sí, requisitos necesarios : que la historia esté terminada, que no contenga violación (a menos que sea muy importante para la trama y no sea descriptiva) ni incesto y que tenga final feliz . Agradezco mucho la ayuda que me puedan dar en este sentido.
Un beso enorme a todos
Alisevv
