Bella se muda a Phoenix junto a su padre Charlie, y su hermano Emmett, ¿Qué pasara si allí, sin siquiera proponérselo, conoce al amigo de su hermano? Al instante se repelen, y Bella se pregunta ¿Cómo ella podría enamorarse de su némesis, un ser tan idiota, vanidoso, egocéntrico y… hermoso? ¡Nunca digas nunca Swan!


Los personajes no son míos. Solo la historia lo es ¡Te odio Meyer! ¡Porque ha creado a Hombres/Vampiros/Lobos tan irresistible! ¡Yo también quiero uno!... A ti también te odio Bella Swan


Bella Pov

Me cruce de brazos a la espera de que dirán aviso sobre la partida de mi avión. No estaba por el completo segura ni contenta por mi decisión, pero pese a todo, sabía que era lo mejor…para todos. No era como si el hecho de que Renee se hubiera vuelto a casar, esta vez, no con mi padre, pero sin con Phil Dwyer, me molestara, por el contrario, me alegraba de que alguien mas se viera arrastrado a las locuras de Renee y la hiciera feliz, sin embargo, lo que si me molestaba era vivir en mi casa junto a una pareja de recién casados ¡Dios! No se lo deseaba ni a mi peor enemigo, de verdad, de verdad, era demasiado traumatizante…y asqueroso, ¡Era mi madre por al amor de todo lo valioso! ¡No me agradaba escucharla gemir y gritar el nombre de Phil!

— Cariño, de verdad, no debes irte — evite con toda mis fuerzas rodar los ojos - Oh, Claro que sí debía – pensé en mi fuero interno, mientras Renee me abrasaba de manera efusiva, y, ¿por qué no decir, melodramática?

Sonreí. Extrañaría, el melodramatismo de Renee. Incluso extrañaría sus asquerosas comidas mientras Phil, relataba anécdotas sobre él y sus compañeros de la liga menor de béisbol. Si, los extrañaría, pero ni de loca me quedaría a escuchar como una película pornografía se llevaba a cabo en la habitación de mi mamá todas las noches

— Se que no tengo, pero de verdad quiero irme — asegure — Además, ya me has dicho que en cuanto quiera podía volver a casa

— ¡Por supuesto que sí, eres mi hija!

— Lo sé, mamá, pero de verdad, quiero ir con Charlie. Ya está decidido

— Está bien — acepto a regañadientes. Sonreí, mientras que en un acto no muy común de mí, la abrasaba — ¡dios! Eres igual de cabezota que tu padre — aseguro devolviéndome el abraso. Reí, en eso tenía razón

… "Por Favor, todos los pasajeros del vuelo 122248 con destino hacia Phoenix, hagan el favor de dirigirse hacia la puerta n° 26 para abordar su vuelo"…

Informo la locutora a través de los parlantes. Frunció el ceño mientras el abrazo de Renee se afianzaba aun más a mi cuerpo. Fulmine con la mirada a Phil quien se reía de mi situación. ¡Mi madre estaba a punto de asfixiarme!

— Mamá

— ¿Mmm? — mascullo. Volví a fulminar con la mirada a Phil quien esta vez, solo había atinado a encogerse de hombros, ¿Qué acaso no planeaba ayudarme? ¡Uh! Debí de haberle robado las estampitas de colección de leyendas del beisbol que me gustaban

— Debo irme

— ¡Oh! — mascullo separándose de mí. Le volví a sonreí. Sabía que le costaba dejarme ir a vivir junto a Charlie, pues jamás nos habíamos separado por un tiempo ilimitado, sin embargo, ambas sabíamos que esto le ayudaría a ella y su matrimonio — Solo cuídate, pequeña — pidió esta vez, abrazándose a Phil. Fue mi turno de reír

… "Segunda llamada a los pasajeros del vuelo 122248 con destino hacia Phoenix, se les ruega que se dirijan hacia la puerta n° 26 para abordar su vuelo"…

— Lo hare. Lo juro — asegure, colocándome mi bolso al hombro. De verdad, debía a apurarme si es que no quería perder mi vuelo. Phil me sonrío, aun rodeando los hombros de mi madre con unos de sus brazos, mientras que con el otro me daba un torpe abrazo, para luego despeinar mi cabello

Sonreí.

Dejaba a Renee en buenas manos. Phil la cuidaría

— Cuídate, Bella. Te extrañaremos

—Gracias, yo también los extrañare

— ¡Bien, ya basta! — exclamo Renee. La observe curiosas ante su rápido cambio de humor; De verdad, a veces incuso llegaba a pensar que sufría de bipolaridad o un complejo trastorno de personalidad múltiple… — Perderás el vuelo, y no quiero que luego me culpes por ello — y con un rápido movimiento, se deshizo del abrazo de Phil y se lanzo hacia mí. Apenas pude mantenerme de pie ya que literalmente, se había lanzado hacia mí. La carcajada de Phil se dejo escuchar — Quiero que en cuanto llegues me envíes un E-Mail o un mensaje por FeceBook

— No tengo FeceBook

— Pues yo te abriré uno, no importa — rodé los ojos — Pero aun así quiero que te comuniques conmigo, ¿Entendido?

— Si, mamá

— Eso quería oír —sonreí divertida. Era realmente cómico ver a Renee en su papel de mandamás, usualmente yo era la que solía desempeñarlo — ¡Oh! Y recuerda mandarle saludos a tu padre de mi parte, el ya está enterado de tu llegada; Y por favor, dile a Emmett que lo quiero y que si no me llama mas seguido iré especialmente a patearle el trasero, y él sabe que lo hare, soy la madre, tengo mis derechos — reí ante su afirmación. Ella solía ser tan ocurrente… Y bipolar

— Está bien. Incluso si quieres puedo golpearlo, tú sabes, como una demostración de lo que le espera

— Bella — me advirtió — No debes pelear con tu hermano

— Lo que tu digas — susurre, alejándome de ella y besando su mejilla — Pero debo irme, perderé el vuelo — asegure dándole un último y rápido abrazo a Phil y a Renee. Si, los extrañaría…

Quince minutos más tarde…

Cerré los ojos fuertemente. No era que le tuviera miedo a las alturas o a los aviones, en absoluto. Todo lo contrario, a lo único que le tenía miedo en ese momento era a caer en la tentación de observar por la ventanilla y ver, inevitablemente, como este avión me alejaba de mi ciudad, Chicago, para llevarme rumbo a mi nuevo hogar, Phoenix

Emmett Pov

Prendí mi reproductor de música, mientras, en el trascurso de la canción, comenzaba a recorrer mi habitación en busca de algo para ponerme. Corrección. Algo limpio para ponerme

Debía de ser más higiénico y ordenado, de eso no había dudas…

— ¡Oh, sándwich! — sonreí famélico, dándole una mordida a ese apetitoso sándwich. Tal vez lo de ser desordenado tenía sus virtudes, como las de encontrar comida en tu habitación — ¡Mierda! — me queje al dar vuelta el sándwich entre mis manos y observar como tenia sectores teñidos de verdes. Eso no estaba bien

Escupí los bocados que hacia un momento había mantenido dentro de mi boca. ¡Carajo! Jamás en mi vida volvería a comer nada que se encontrara en mi habitación. Me dirigí hacia el baño para volverme a lavar los dientes, esta vez con más ahincó. Una y otra vez, ¡Y ese maldito sabor no se me iba!

Masculle una maldición por lo bajo. Bien. Era más que sabido que situaciones desesperadas requieren de medidas desesperadas. Sonreí mientras tomaba en envase de pasta dental y, entrujándolo, lo metía todo en mi boca. Me enjuague la boca con agua y escupí toda la pasta dental. Bueno, al menos había quitado el mal sabor de mi boca

— ¡Emmett, baja ya! — se dejo escuchar el grito de Charlie desde algún lugar de la planta baja. Observe el reloj que se encontraba encima de la TV. Las 08:00. Había tiempo — ¡Llegaras tarde!

— Ya voy, ya voy, viejo — le pique a voz de grito, sabiendo que se molestaría. Baje tranquilamente por las escaleras hasta encontrármelo de pie en la puerta de entrada. Estaba esperándome

— Viejo tus pantuflas, muchacho. Aun me quedan muchas millas por recorrer

— Mal humor, ¿He? — Inquirí al notar su comportamiento — ¿A qué te has caído de la cama?

— Algo así — contesto con su ceño fruncido. Me encogí de hombros, sabía que no me diría más si él no quería hacerlo — Escucha, hijo. Dentro de una hora partiré a New York

— ¡Uh! ¡Es es…! — carraspeé, intentando ocultar mi buen humor. Charlie me dirigió una mirada llena de desconfianza, aunque aun así no perdía aquel brillo bulón que, yo sabía, no me deparaba nada bueno — No te preocupes, papá, yo cuidare de la casa. No puedes posponer el viaje, tu sabes, muchos trabajadores dependen de tu buen desempeño como jefe — asegure, y no mentía. Charlie era conocido por ser el dueño de una cadena hotelera que, recientemente, habían adquirido más fama y reconocimiento, por lo que él, ahora más que nunca, debía supervisar todo más de cerca para extender el negocio, incluso, y con mucho esfuerzo, hacia Europa y otros contenientes más

— Gracias por tu preocupación — agradeció con un duro y notable sarcasmo. Bufe — Pero solo me alejare por una semana. No te emociones en mi ausencia

— ¿Me crees capaz de eso? — fingí estar herido. El solo me observo con una ceja enarcada

— No hace falta que responda a tu pregunta — aseguro — Y a todos esto, María será la encargada de cuidarte

— Sí, sí, claro… ¡Espera! ¿Qué? — amaba a María. Ella era como mi segunda madre a decir verdad, y era encantadora, y me consentía a más no poder, pero ¡Era mujer era terrorífica cuando se enojaba! Y sabia, que si quería planear una fiesta en su presencia y bajo su cuidado, ella se enojaría, y yo, quedaría muy, my mal

— Lo que has escuchado. María te cuidara en mi ausencia. Ella será la encargada de que no suceda lo de la última vez

˂˂…Flashback…˃˃

— ¿Te comportaras, verdad? — asentí fervientemente.

— Por supuesto, papá — sonreí, palmeando fuertemente su espalda, para reconfortarlo al menos un poco — Ahora… Debes irte perderás el vuelo — y sin que pudiera decir nada mas, lo guie hacia la salida. El aun me observaba con su ceño fruncido, pero tras varias miradas de su parte, y sonrisas de la mía, suspiro rendido — ¡Buen viaje! — me despedí con un fuerte apretón de mano, para luego observar como su auto se ponía en marcha. Espere, y espere hasta ya no divisar más su auto…

Esto. Era. Jodidamente. Genial

Decir que me encontraba feliz, era poco. Estaba eufórico, mucho más que eso. Los viajes de Charlie parecían estarse haciendo más constantes y aquello era jodidamente beneficioso para mi, Emmett Swan, el rey invicto de las fiestas.

Comencé a hacer llamadas:

— Tyler. Habla Emmett. El gato se fue, y los polluelos juegan — asegure pareciéndome realmente patética la analogía que había elegido utilizar en aquel momento. ¡Al diablo, la casa la tenia para mí solo! — Avísales a los demás ¡Hoy hay fiesta en casa! — un grito victorioso desde el otro lado de la línea se dejo escuchar a la perfección. Corte la llamada con una sonrisa satisfecha… ¡Hoy había fiesta…!

Y vaya que la hubo. Al parecer, en algún momento determinado de la noche, las cosas se habían salido un poquito de control. No hubo heridos, y eso estuvo bien, pero solo Dios sabe que hubiera preferido heridos a que hubieran roto el sofá de Charlie. ¡El sofá de Charlie como un Demonios!

De manera casi inhumana, había ideado un forma que no tardaba más de una hora en volver s dejar toda la casa a la perfección, los adornos restaurados, y un nuevo y sustituto sofá para Charlie, quien siquiera notaria el intercambio. Amaba a eBay

— ¡Emmett Swan, estas oficialmente desheredado! — y así fue como mi suerte se fue por la borda. Charlie había llegado antes. Mucho antes. Siquiera había tomado el vuelo, que había sido reprogramado por una tormenta, y yo, pues las cosas no fueron mejor para mí. Le vio todo el desastre, y aun peor, vio a su querido sofá. ¡Por un pelito y casi me mandaba a la escuela militar! ¡La escuela militar!

Suerte la mía que mamá, aun a larga distancia podía defenderme al igual que una leona…

˂˂…Fin Del Flashback…˃˃

Aun así, nadie podía negar que aquella hubiera sido la mejor fiesta de aquel año. Sonreí como un idiota. Aun sigo siendo el rey invicto de las fiestas. ¡Oh, sí! Deje de sonreír al notar la mirada molesta de Charlie.

— ¿Es que acaso no se puede cometer un simple error en la vida, si que luego te lo recuerden constantemente? — me queje ante tal inmerecida desconfianza que Charlie depositaba en mi persona. Casi rió al ver como estuvo a punto de atragantarse con el café que estaba bebiendo. Me observo rojo del coraje, tal vez, recordando a su sofá

— Fingiré no haber escuchado nada — me contesto, elevando solo un poco su tono de voz, mientras dejaba la taza que reposaba entre sus manos, en la mesilla de entrada — Te comportaras en mi ausencia, y evitaras causarle problemas a María, ¿entendido?

— Lo que mande el capitán — comente con humor, haciendo un saludo militar por lo que él rodo los ojos. Vaya padre, siquiera le festeja los chistes a su hijo — Si ya esta todo dicho, solicito permiso para ir a la cárcel, señor

— ¿La cárcel? — Repitió con incredulidad — Es solo el instituto, Emmett

— Sí, claro. Instituto para ti, Cárcel para mí, es lo mismo, solo que yo se la verdad, es una cárcel — masculle de manera acusadora, logrando que comenzara reír a carcajadas limpias. Lo observe indignado

— A veces te pareces demasiado a tu madre — aseguro, divertido. Me encogí de hombros ¡Mi madre mola! — bueno, ¿Y a qué esperas? Llegaras tarde — arrastre los pies, con completo desgano hacia la salida — ¡Emmett! — lo observe curioso, a lo que me pareció verlo sonrojándose solo un poco. Sonreí con malicia, eso solo podía significarse una sola cosa… — Ah… Es… nada, olvídalo

— Te sonrojas — observe a lo que él solo mascullo algo intangible — Y eso solo puede significar dos cosas, la primera es que bueno, pensabas cosas sucias — lo señale de manera acusadora. El bufo — y la segunda, que es la más probable, es que, mi querido viejo, se ha olvidado de algo, algo que sabe que debía decirme…

— Que no me olvide, solo es que, por el momento, no lo recuerdo — se defendió sabiendo perdida la pelea. Reí — Y ya te dije que lo de viejo…

— Si, las pantuflas, los trapos, y otros artículos cotidianos. Deberías cambiar de frases

— Vete. Al. Instituto. Emmett. Swan — le sonreí con inocencia, tomando mis llaves de la mesilla de entrada, y comenzado a correr hacia el garaje. Esta vez me había excedido, si no quería llegar tarde debía apresurarme, y todo por culpa del viejo…

En tiempo límite, había logrado llegar al instituto. Sonreí al ver a Rose de pie junto a su carro, y al lado de su carro, como siempre, había un lugar reservado para mi Jeep. Ella sin duda era la mujer perfecta. No me arrepentía en lo mas mínimo ser el novio de Rosalie Hale, aunque claro, debía de soportar a Jasper/ Jazz, a Edward/ Eddie y a la pequeña Alice, mejor conocida como: ¡Duende maléfico adicto a las compras!


Muy linduras. Nueva historia. Nueva trama, y más risas…creo

Bueno, como ya lo saben, espero con ansias sus Reviews

Besos: Bella-Ragaza

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