Tus besos saben tan amargos, cuando te ensucias los labios con mentiras... otra vez.
PRÓLOGO
Parece una apacible noche de primavera en el Founding Fathers. El Agente Especial Seeley Booth se encuentra en la barra del bar bebiendo un trago de fuerte licor, visiblemente deprimido y acongojado por lo que ha sucedido en las últimas semanas. Brennan le ha estado mintiendo: casi no está en casa, llega a altas horas de la noche y cuando va a recogerla le dice que está ocupada en el trabajo pero cuando llama Cam le dice que ya se había ido del Jeffesonian hacía horas.
Booth sabe perfectamente que Brennan le está ocultando algo, pero cada vez que le pregunta solo recibe evasivas, un "estoy cansada" o "no puedo decírtelo, es una sorpresa".
-¿Deprimido, Agente Booth?
-¿A qué has venido, Christopher? - dice Booth levantando su mirada al hombre sentado junto a él - ¿Acaso vienes a amenazarme con matar a esos 5 inocentes que me dijiste la otra vez? Porque aún no lo has hecho, y eso que nos casamos hace dos meses después de que le conté todo tu plan... ¿O es que acaso quieres simplemente matarme?
-¿Qué me ganaría con eso, Agente Booth? Yo tengo un plan y usted y su equipo forman parte de él, matarlos a cualquiera de ustedes no le conviene a nadie.
-¿Y qué tiene que ver matar a 9 personas con tu misterioso "plan", eh? ¿Acaso te crees una especie de dios?
-Solo era una prueba para usted y su equipo, Agente Booth. Nos necesitamos mutuamente, hay muchos casos en los que ustedes apenas rasgaron la superficie y no quisieron ahondar más en ellos.
-¿Cómo por ejemplo? - dice Booth con curiosidad ante lo que el asesino en serie puede revelarle.
-¿Nunca se preguntó cómo Howard Epps consiguió los materiales para incendiar su celda o cuántas personas fueron víctimas del Enterrador? Agente Booth, todos esos casos solo revelan una gran deficiencia en su equipo, sobre todo en usted quien debió investigar todos esos detalles más a fondo.
-¿Qué me estás queriendo decir, Pelant? - pregunta Booth visiblemten contrariado por la revelación del asesino, mientras su furia se acrecenta con cada palabra salida de su boca.
-A veces me pregunto por qué la Dra. Brennan lo escogió a usted como compañero de vida, Agente Booth. Usted ni siquiera le llega a los talones en inteligencia y mucho menos pueden mantener una conversación inteligente sin que usted no entienda nada o simplemente cambie de tema. Usted no la merece, Agente Booth.
-¿Y quién sí lo haría, Pelant? ¿Tú? - dice el agente intentando contener sus ganas de sacar su arma y dispararle entre los ojos al tipo que tiene enfrente.
El tipo solo le sonríe de manera socarrona, como queriéndole decir que lo haga, que se atreva a matarlo a sangre fría en ese mismo sitio lleno de gente. Booth sabe que sería una pésima idea, no saldría vivo de ahí ya que hay algunos Agentes del FBI que están tomando unos tragos ahí. Y aún si saliera con vida, todo se iría al garete: su vida, su familia, su trabajo...
Y es por eso mismo que Booth se decide por la segunda opción: le dirige un puñetazo directamente a su rostro que hace que Pelant caiga por la fuerza del impacto. Booth solo le dirige una mirada de desprecio mientras el tipo se sigue riendo con saña, como queriéndole decir que ya ganó la ronda. Booth saca su billetera y paga todo lo que debió y le dice al cantinero que se quede con el cambio. De lo que Booth no se percata es que dos personas lo están siguiendo muy de cerca...
12 HORAS DESPUÉS, EN ALGÚN LUGAR DE WASHINGTON D.C.
Booth comienza a recuperar la consciencia, la luz del sol está haciendo mella en él, la jaqueca provocada por la resaca es insoportable y su espalda le está recriminandopor haberse quedado dormido en un lugar tan poco práctico en incómodo. Tras unos minutos intentando asimilando la situación y viendo a su alrededor no puede evitar notar que no está en ningún lugar conocido o al menos familiar.
Está en un callejón sin salida.
Pero justo cuando se levanta se da cuenta de que algo está fuera de lugar. Sus instintos provenientes de sus agallas le están gritando que no se acerque al bulto que está tirado en el suelo frente a él y que salga corriendo de ahí sin detenerse hasta llegar a su casa. Pero Booth hace caso omiso e igual se acerca, solo para quedarse petrificado al darse cuenta de que es un cadáver, más específicamente el de Christopher Pelant, totalmente ensangrentado y amoratado.
Booth se tira al suelo completamente confundido y hunde su cabeza en sus manos, intentando comprender la situación.
-¿Qué demonios pasó anoche?
