Mi primer Fanfic. Para mi historia retomo hechos que actualmente estan pasando en el manga, aderezandolos un poco con mi imaginacion. Espero que lo disfruten.

Vida Normal: El comienzo siempre es el mismo por debajo del cielo azul…

Un nuevo capítulo está iniciando en la vida de los protagonistas de nuestra historia. Han pasado ya 17 meses desde la batalla contra Aizen e Ichigo está cumpliendo su más grande sueño: tener una vida normal, donde simplemente pueda disfrutar de su vida de instituto. Sin embargo, algo dentro de sí le decía que eso no es precisamente lo que quería… Aunque tampoco deseaba admitirlo.

Ciudad de Karakura 7:00 a.m. lunes

Kurosaki Ichigo / 17 años de edad

Color de cabello / Naranja

Color de ojos / Marrón

Ocupación / Estudiante de preparatoria

Ya no puede ver almas

Mi nombre es Kurosaki Ichigo y estoy en mi último año de estudios de preparatoria. Hace tiempo tenía una habilidad, pero ante mis ojos era una maldición. Podía ver espíritus, las almas errantes tanto de buenas como de malas personas. Aunque, un día distinto llegó a mi vida y fue cuando conocí a un "shinigami", más bien conocí a quien sería mi amiga, una chica llamada Kuchiki Rukia.

Mi familia estaba siendo atacada por lo que más tarde conocí como "Hollow" y al parecer era por mi culpa, porque mi poder espiritual emanaba con fuerza atrayéndolos hacia mí.

En ese momento fue cuando la conocí, cuando salvó mi vida y cambió mi vida…

Hoy ya ha pasado más de año y medio desde la última vez que la , a pesar de que vivimos muchas cosas juntos: batallas, entrenamientos, peligro, pero también cosas tan importantes como amistad, confianza, ayuda mutua y probablemente algo más profundo, aunque aún no sé cómo definirlo. Y no es que no la pueda ver porque no quiera, simplemente al terminar aquella terrible batalla contra Aizen, usé mi máximo poder para derrotarlo, pero con una consecuencia: este acabaría desapareciendo, hasta no existir ningún rastro de reiatsu en mí ser. Y así mi habilidad de ver almas desapareció…

Hoy, sin embargo, vivo mi gran sueño, tener una vida normal. Aunque si por una vez tengo que decirlo, confieso que si ME HACE falta la Shinigami… Rukia…

Entrada al Instituto de Karakura.

¡Ichigo…!

Ni te atrevas, Keigo. .. - Y al decirlo, esquivó su abrazo con un puñetazo en el estómago del susodicho.

Ichi… - Y el pobre muchacho cayó al suelo con mucho dolor.

Sabes que ese "saludo" me toca los cojones.

Desde hacia tiempo, el que fuera Shinigami Sustituto, gozaba de una paz que añoraba. Salvo por los ataques de su padre y Keigo, a Ichigo le placía este nuevo modo de vida tranquila. Ya no tenía que desvelarse para acabar con un Hollow a medianoche, no tenía que faltar a clases ni atrasarse, mucho menos sufrir heridas tan terribles a causa de las batallas que sostenía. Tampoco tenía las discusiones con cierta persona que tanto le sonsacaba sus nervios… Aunque a la vez esas peleas lo hacían feliz. Y es que SOLO Rukia podría tratarlo como piltrafa humana, contradecirlo y golpearlo. Pero también alegrarle el alma, llenarlo de coraje, orgullo y fuerza. Incluso detener la lluvia de su corazón… Aunque fuese TERCO en aceptarlo.

Suena el timbre anunciando el primer receso. Ichigo subió a la azotea seguido de Keigo, mientras Mizuiro, Chad y Unryu se retrasaban por sacar sus refrigerios.

Y en el balcón de la azotea…

Ichigo… ¿Ya has pensado en lo que harás al terminar el instituto?

¿Mi carrera…?

Pues algo así… Tú sabes, ingresar a la Universidad o trabajar. Tal vez ambas cosas a la vez.

Pues aun no lo sé.

Deberías ir pensando en algo ya, Ichigo. Aunque si estás indeciso, dentro de poco empezarán las charlas vocacionales… - Un silencio vino, y cómo si le estuviera leyendo el pensamiento al Pelinaranja, Keigo preguntó al aire: - Me pregunto cómo le irá a Rukia-Chan…

¿Rukia?, ¿qué tiene que ver en todo esto ella? – Preguntó con cara de circunstancias.

Es que, es muy frío de su parte no venir a visitarnos de vez en cuando. Y eso que pasó mucho tiempo conviviendo con nosotros… ¿No te sientes solo, Ichigo?

… Por supuesto que no, además ella no es la representante oficial de Karakura. Debe de estar asignada en otras tareas. Además, siempre he deseado tener una VIDA NORMAL, y con ella, supongo que no la tendría. Morí y reviví, supongo que merezco estar en paz, ¿no?

Tienes razón, Ichigo. Olvida lo que dije.- Contestó Keigo, no sin pensar en porqué Ichigo tenía esa expresión insegura, de DUDA en su rostro.

Han pasado 17 meses después de la batalla contra Aizen, un poco más de un año… Y desde entonces, Rukia no ha venido a Karakura ni una vez… ¿Que será de ti, Enana del Demonio? Pero igual, aunque lo hubiera deseado, no te detendría, ni en el momento en que nuestro camino se separó…

Y así fue transcurriendo la jornada, hasta terminar otro día de vida "normal"…