Kenshin no es mío
The Finest Hour: Letra y música, Duran Duran. Disco: Astronaut
Capítulo 1:
The Finest Hour
How does it feel out on the ice?
You speak to the crowd but nobody hears
It's not a dream and you are no Christ
So don't be alone come in from the fear
La nieve daba paso a una tenue primavera, los pasos aunque lentos eran firmes, había que continuar. Estaba solo. Había pasado un año desde que Tomoe… No valía ya pensar en eso. Era mucho tiempo viviendo con ese dolor, con ese sufrimiento para volver a pensar otra vez en ese día, en ese instante en que todo cambió… En ella.
Había peleado, sangrado, se había entregado por completo a la causa, todo porque creía en ese ideal de la igualdad de oportunidades, es ese ideal de que todos tendrían el mismo cielo de la misma manera…. Y ella, ella le había dado un minuto de paz, de armonía a esa interminable guerra. Pero, hasta ella se había ido. De nada sirvió llorar, de nada sirvió pelear, de nada sirvieron los gritos, no había nadie para escucharlos. ¡Nadie!
Ahora era sólo él y la espada. Kenshin, sólo Kenshin, un vagabundo con una espada inservible, al menos para los ojos de la gente. Muchos lo miraban con burla, otros con miedo. Portar espadas estaba por ser prohibido por la ley del nuevo gobierno, pero para él, no sólo era un recuerdo de lo que fue. Era elúltimo ideal al que aún no quería renunciar… No todavía.
Puso su vista al frente, los caminos estaban aún húmedos por la nieve que se derretía y el paso se hacía más lento, pero él no tenía ninguna prisa. Sólo había que caminar. "Total nadie me espera en ninguna parte… No tengo un hogar a dónde regresar ya…"
Tomoe… Había sido su única oportunidad de tener un hogar, una familia y paz y todo se había ido con la nieve hace un año. Con la nieve espesa, la sangre, las lágrimas y Tomoe haciéndole una marca en su rostro. Una marca imborrable, una marca que llegaba hasta su corazón, hasta su médula.
Se tocó el lado izquierdo de la cara casi sin pensar. Ahí estaba esa cruz. Su cruz. "Dicen los cristianos que un hombre que murió por todos nosotros llevaba una cruz sobre sus hombros, esa cruz no sólo era de madera, era de dolor…Yo no llevo una cruz de madera, sino de sangre y piel, pero representa lo mismo, es mi dolor y mi castigo, por ser quien soy."
De la nada unos gritos, lo hicieron salir de su mente, de ese estado de penumbra que lo había acompañado tanto tiempo. Aceleró los pasos a través de un bosque, no estaba lejos, algo malo ocurría, le dijo un pedazo de su mente.
Gonna take it back
Take back the life that you wanna lead
Been under quiet attack
But now it's time for you and me
If you're gonna take it back
You've got to fight for what you believe
We're gonna make this stand
The finest hour that we see
- Vamos niñita- dijo uno de los hombres- Sólo queremos jugar contigo, por qué te pones tan tímida con nosotros, eh?
El olor a alcohol le llegó de lleno a Kenshin, la pobre muchacha no sabía que hacer estaba atrapada entre un gran árbol y tres hombres, evidentemente muy ebrios, pero de contextura fuerte. "Aunque lo intentara, jamás podría escapar ella sola", pensó el vagabundo samurai.
De pronto, de la nada, ahí estaba su respuesta, sin matar, empuñar la espada y ayudar a esa niña que no tenía que pagar por la calentura de unos alcohólicos. "Nadie merece ser maltratado en esta era, todos somos iguales". La imagen de Tomoe en su mente y en su corazón sonrió… Por fin lo había entendido.
- No me parece buena idea molestar a una chiquilla que nada les ha hecho- se vio diciendo Kenshin- Mejor la dejan en paz y se van a sus casas.
- Ya ti quién te invitó, pequeñajo- dijo el aparente líder del grupo- Si no quieres que hagamos lo mismo que le haremos a ella contigo, mejor te vas por donde has venido, bien?
Sus palabras se atropellaban, pero pudo mantener cierta energía en ellas, estaba decidido a hacerlo papilla. Sin embargo, Kenshin no se amilanó y trató de no fruncir su nariz a causa del olor a sake barato (peor que el de mi maestro)
- No me iré hasta no ver a esa niña a salvo- mantuvo su posición, y llevó su mano a la empuñadura de la espada- Creo que dije que la dejaran en paz.
Ante este nuevo ataque verbal, uno de los hombres se lanzó a toda velocidad sosteniendo un puñal en la mano. La niña gritó y cerró los ojos, después de esto le tocaría a ella.
Nadie vio con certeza lo que pasó después, sólo supieron que el hombre cayó inconsciente y que el extraño pelirrojo seguía en pie, sin marca o golpe alguno.
- Alguno más me quiere molestar, o esta vez ser irán por la paz.
Si no fuera por su edad, se habría visto como un montón de chiquillos castigados huyendo de la paliza que su madre amenazó con darles. Al poco, sólo quedaba la pequeña niña y el extraño espadachín.
- ¿Estás bien?
When did our choice become erased?
Where is the violence in this crowd?
Now that our voice has been replaced
With a silence that screams out loud
Sólo la voz del viento entre las hojas se hacía escuchar. La pequeña no salía de su asombro y su miedo. "Es normal, pensó Kenshin, al fin y al cabo tampoco me conoce a mí".
- ¿Conocías a alguno de esos hombres?
La niña negó con la cabeza. No eran de su pueblo, probalemente ella tampoco era de este lugar.
- ¿Vives por aquí?
Volvió a negar. Lo que pensaba, era sólo una niña perdida o tal vez huérfana. La guerra había dejado a muchos como ella.
- ¿Al menos puedo saber tu nombre?
- Nagiko… Señor…
- Llámame Kenshin. Sólo Kenshin. A dónde te diriges?
- Voy a donde mi tía… Mis padres, bueno ellos…
- Entiendo, no tienes a nadie más.
- No, señor… Kenshin.
- ¿Necesitas compañía, al menos hasta que te sientas segura?
La niña asintió de buena gana. Aunque no le conocía, le había salvado la vida sin pedirle nada a cambio, debía ser un buen hombre, uno de esos que sus padres decían que eran de fíar hasta el fin de los tiempos.
Gonna take it back
Take back the life that you wanna lead
Been under quiet attack
But now it's time for you and me
Gonna take it back
You've got to fight for what you believe
We're gonna make this stand
The finest hour that we see
Nagiko… La primera persona que él había salvado sin derramar sangre. Probablemente ella jamás sabría lo que para él significaba eso, era el paso que buscaba. Ya no sería sólo un vagabundo, ahora tenía más sentido su vida. No tenía todas las respuestas que su corazón necesitaba, es cierto, pero ya había partido por algo. "Desde ahora, pondré mi espada al servicio de la gente que la necesite. No necesito oro, o poder, sólo mi espada y una sonrisa como la de Nagiko".
Miró a la muchacha de nuevo, era sin duda muy linda… O tal vez… Tal vez su belleza venía de su descubrimiento, de ser la primera en dedicarle una feliz sonrisa y confiar en él a ciegas, sólo porque había estado ahí no para hacerle daño, sino para evitarle uno…
Tomoe… Ahí estaba, en su mente y en su corazón. Le sonreía, se reía, como nunca tal vez lo habría hecho mientras vivió.
- Aquí es- dijo de pronto, la niña- Esta es la aldea de mi tía. ¿No quiere quedarse un rato?
- Yo debo seguir mi camino, Nagiko- dijo Kenshin con una agradecida sonrisa- Me alegro de haberte traído a salvo nada más.
- Al menos déjeme darle algo para comer, aunque sea para el camino. Debo darle algo por lo que usted hizo por mí, aunque no me lo pida. Así me enseñaron mis padres.
No quiso discutir con la pequeña. Además, tenía hambre…
Al cabo de unos momentos apareció una mujer junto con la pequeña Nagiko, traían unas bandejas cubiertas con un paño. A ella, le brillaban los ojos de lágrimas y la niña sonreía. Sin duda, la mujer debía estar muy agradecida de que existiera alguien como Kenshin en la vida real.
- Por favor, señor samurai- dijo ella muy humildemente- acepte esta comida de nuestra parte. Ningún otro se habría preocupado de mi sobrina. Usted es un enviado de los dioses.
- No, por favor. Sólo soy un hombre que desea la paz- Mientras decía esto, la mujer no esperó algún tipode rechazó y le puso las bandejas con los alimentos en sus manos.
- No necesita preocuparse por devolverlas, señor samurai- dijo- Es casi sin valor en comparación con mi pequeña Nagiko.
- Demo… yoooo…
Simplemente no hubo nada más que decir. Kenshin se quedó ahí con la comida aún caliente en sus manos y con la sonrisa de Nagiko.
- No se preocupe, señor… Kenshin- dijo Nagiko que se había quedado a su lado- Si algún día regresa por acá puede traerlos, mi tía y yo siempre estaremos felices de atenderle y sobre todo de darle una bienvenida como se merece.
Kenshin sonrió, aunque en sus ojos se podía leer cierta tristeza. "Estaba feliz con lo que había pasado, por fin sentía que su vida volvía a valer, pero… No, no era eso lo que él buscaba, no quería que lo convirtieran en dios.
- Señor samurai- dijo Nagiko- no se sienta mal, es lo menos que podemos hacer por alguien que se preocupa de nosotros. Es cierto que los tiempos han cambiado, que la gente ahora puede ser o llegar a ser igual que otra, que nosotros, los pobres podemos tener un apellido, pero esos cambios no van a ser repentinos. Todavía hay gente que cree que puede aprovecharse de nosotros y disponer de nuestras vidas como dispone de la comida del día siguiente. Por eso, que haya gente como usted que no espera nada, ni se cree dueño de la vida o la muerte, es tan valiosa y tan merecedora de atenciones… Nunca se le olvide señor samurai… Nunca lo olvides, Kenshin.
La última frase respingó al pelirrojo. No era la voz ya de la pequeña Nagiko, pero una voz que creía olvidada… La voz de Tomoe. Otra vez le hablaba y le recordaba su destino.
- Debes pelear siempre por lo que crees, Kenshin. Mucha gente depende de ti y, aunque sea sólo una espada, aveces basta con una espada para marcar la diferencia. Sigue tu camino ahora, agradecido de la vida y de que hay gente como Nagiko… Hay otras Nagikos que salvar ahora, Kenshin.
- Es hora de partir- se sorprendió diciendo.
- Lo sé- dijo Nagiko volviendo a sonar como la niña que había salvado- Si algún día vuelve por acá, señor samurai, no dude en visitarnos… Nunca le vamos a olvidar.
- También lo sé, Nagiko- Y girando sobre los talones, junto con las bandejas, la comida y el corazón hinchado de agradecimientos, Kenshin enfiló nuevamente a la carretera. De vuelta al camino. Sin prisas por llegar a ninguna parte, pero apurado para ayudar a otra persona, fuera quien fuera.
Gonna take it back
Take back the life that you wanna lead
Been under quiet attack
But now it's time for you and me
Gonna take it back
You've got to fight for what you believe
We're gonna make this stand
The finest hour that we see
The finest hour that we see
We're gonna make this stand
The Finest Hour that we see
FIN
Notas de la Autora:
Un nuevo fic, una nueva historia. Transcurre en los años perdidos de Kenshin. Se me ocurrió mientras escuchaba esta canción de los Duran, que es preciosa, pertenece al Astronaut, un disco del 2004 muy recomendable,además la letra es genialísima, tanto que necesitaba convertirla en lago más palpable y ahí nació este fic.
A continuación, la traducción de la letra para quienes topan con el inglés:
Cómo se siente, afuera en el hielo?
Le hablas a la gente, pero nadie parece escuchar.
No es un sueño y tu no eres Cristo
Así es que no estés solo, vuelve desde el miedo.
Vas a recuperar, recuperar la vida que quieres vivir
Has estado en un ataque silencioso
Pero ahora es tiempo para ti y para mí
Si la vas a recuperar
Debes pelear por lo que crees
Vamos hacer que funcione
En la mejor hora que veamos.
Cuando se borraron nuestras opciones?
Dónde está la violencia en esta multitud?
Ahora que nuestra voz ha sido reemplazada
Con un silencio que grita fuerte
Vas a recuperar, recuperar la vida que quieres vivir
Has estado en un ataque silencioso
Pero ahora es tiempo para ti y para mí
Si la vas a recuperar
Debes pelear por lo que crees
Vamos hacer que funcione
En la mejor hora que veamos
Vas a recuperar, recuperar la vida que quieres vivir
Has estado en un ataque silencioso
Pero ahora es tiempo para ti y para mí
Si la vas a recuperar
Debes pelear por lo que crees
Vamos hacer que funcione
En la mejor hora que veamos
En la mejor hora que veamos
Lo haremos funcionar
En la mejor hora que veamos.
Como siempre espero reviews!
Kitsune
