Aquí me presento (otra vez) para escribir algo (que seguramente me saldrá amorfo).
ESTA PEQUEÑA ESCRITURA ES PARA (MI) SWETTY, QUE DESAPARECIÓ POR UN TIEMPO PERO HA REGRESADO OTRA VEZ (CONMIGO).
Bueno, espero que os guste y como sieeeeempre digo…
¡Nos leemos abajo!
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Plan de vida.
Cuando Bubbles era pequeña sabía lo que quería ser de mayor.
Oh, sí, ella lo sabía.
Ella quería de mayor quería ser mamá.
Quería tener tres hijos.
Dos niñas y un niño.
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Cuando Boomer tenía diez años…
¡Buf!
Boomer odiaba a los niños.
En serio, los odiaba con toda su alma.
Ellos lloraban.
Ellos se hacían pis.
Ellos necesitaban comer siempre.
Ellos no le dejaban comer.
Él nunca tendría hijos, eso seguro.
O… no tan seguro.
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Cuando Bubbles tenía 16 años, ella sabía una cosa.
Y estaba segura de ello.
Ella, je, ella se quería casar.
Quería llevar un traje blanco.
(Pero más bonito que cualquier otro).
Quería tener flores en el pelo.
(Azules, blancas y celestes).
Quería llevar zapatos de princesa.
(Pero ella estaría más bonita que cualquier princesa).
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Cuando Boomer era un adolescente podía hablar de todo.
Excepto de una cosa.
Excepto de un tabú.
Y ese tabú era…
Em… Los tabús no se dicen…
Em…
¡Ah!
B-O-D-A-S.
Era horrible.
Todos llorando.
(No se podía hacer ninguna broma).
Todos arreglados.
(Prohibidos los chándales y los jeans rotos por las rodillas).
Todos educados y bien-hablados.
(Nada de palabrotas ni de lenguaje de camionero).
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Cuando Bubbles tenía 29, lo había cumplido todo.
Tenía un novio.
(Pero no el que quería).
Su novio quería tener no tres, sino cinco hijos.
(Pero no los hijos que ella quería).
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Ahora que Boomer tenía 30 años, no tenía las ideas tan claras.
Él estaba seguro de que se quería casar.
Él estaba totalmente seguro de que quería tener tres hijos.
Dos hijas.
Y un hijo.
Y además…
Su esposa se llamaría Bubbles.
Solo que primero, tendría que encontrar a su…
Futura esposa.
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Bubbles había cortado con su novio.
Tenía 33, y su vida se había ido a la mierda.
Así de fácil.
Estaba hecha polvo.
Gracias a Dios que tenía un amigo.
Un mejor amigo.
Un amigo para siempre.
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Cuando Boomer tenía 34, era asquerosamente codiciado.
Por todos.
Chicas y chicos.
Grandes y pequeños.
Feos o bonitos.
De todos los gustos, colores y formas.
Pero él…
A él le gustaban las chicas rubias.
De ojos azules.
Con coletas.
De vestidos azules.
Mejor si era su mejor amiga.
Además…
Se llamaba Bubbles…
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Bubbles tenía tres hijos.
Dos niños y una niña.
No era lo que ella quería.
Pero tenía a los mejores hijos del mundo.
Y…
Al mejor amigo/novio/esposo del mundo.
Se llamaba Boomer.
Y era…
Je.
Perfecto.
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Boomer ahora era esposo.
(De la mujer más dulcemente perfecta).
Era padre.
(De los mejores hijos del mundo).
Pero además…
Boomer era ABUELO.
Con Bubbles.
Ellos se amaban.
Por siempre.
Lo habían demostrado de sobra.
¿A que sí?
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Lucero Gómez al teclado:
Me ha salido amorfo, digamos la verdad, la primera parte muy bien.
Pero la segunda…
Ejem, mejor no hablemos de ello.
Un abrazo:
Lucero Gómez.