-¿Seguro que no te importa hacer guardia esta noche?
Yao observó a su superior por encima del hombro, sin dejar de apretar el nudo que estaba haciendo, aún no terminaba de alistar sus cosas para la compaña de exploración del día siguiente. Suponía que eso le demandaría mucha energía, pero sabía que de todos modos no podría dormir.
-No te preocupes, solo asegúrate de que no me toque lavar pronto, aru —contestó, dibujando una ligera sonrisa en su rostro.
-Bien, bien. Trato hecho, soldado irrespetuoso —le contestó él, sacudiendo su cabeza—. Solo te lo dejo pasar porque eres mi amigo, ¡Pero que ni se te ocurra tratarme así en frente de los demás!
-Sí, sí… como diga, señor —Yao hizo una pequeña reverencia con su cabeza, ganándose una ligera risa de parte de su amigo de la infancia.
Sobre ellos, la luna llena opacaba a las miles de estrellas visibles desde una zona tan poco industrial como en la que se encontraban. El ambiente era demasiado pacifico para el estado de animo de la mayoría de soldados, incluyendo a Yao Wang, con 8 meses de experiencia en la milicia sin contar su entrenamiento y 24 años de vida.
A diferencia de su mejor amigo, Chin Ji, ser soldado no había sido su decisión, aunque no podía estar en contra del llamado masivo de todos los hombres jóvenes a la guerra, que parecían estar perdiendo. Siendo el mayor de 3 hermanos, su deber era protegerlos. Fue un cambio muy brusco el pasar de ser artesano a soldado, pero ya se había acostumbrado.
Nada era fácil, claro. Incluso instalar un campamento allí en el bosque fue toda una odisea, pero pronto llegarían hasta la próxima aldea y si todo iba según lo planeado, el territorio colonizado por el ejército ruso seria libre de nuevo, y entonces todo volvería a ser lo de antes.
Por lo menos eso era lo que Yao más anhelaba.
-¡Bueno! Me voy a dormir —dijo Chin, levantándose y sacudiéndose el pasto de los pantalones.
-Oh… Buenas noches Chin Ji —contestó Yao, despidiéndose con la mano.
-¡Mayor Chin Ji! —corrigió él, riéndose un poco más mientras caminaba el tramo de regreso a las carpas de descanso.
Yao sonrió para sí mismo y desasió el lazo que sujetaba su cabello. Suspiró al verse solo ante la fogata, algo alejada de las carpas por miedo a un incendio accidental.
Se levantó para coger su casaca, asegurándose primero que estuviese seca, ya que ese día fue día de lavar los uniformes, y se la puso sobre los hombros.
El último enfrentamiento en el cual la tropa este 38 fue participe no termino muy mal, en gran parte porque se trató de un ataque sorpresa al campo enemigo.
Ese era territorio chino, de todas formas. Pero Yao no podía evitar sentirse culpable por el brazo roto de su amigo Chin Ji, incluso había mentido para salvar su honor. Su amigo no lo culpaba, como lo esperaba de él, pero eso no lo tranquilizaba.
Aunque haya sido una semana atrás, lo recordaba claramente, y solo el pensar que pronto volverían a enfrentarse con la tropa enemiga que logró escapar le daba escalofríos.
Era temprano aún, ya que atacar de noche era ingenioso pero si era ya entrada la madrugada, corrían el riesgo de ser vistos por los que entrenaban antes del alba.
Su respiración se agitaba más conforme caminaba, pero trataba de que no se le notará. La fogata principal alumbraba gran parte del campamento, y fuera de cada tienda se encontraba una antorcha apagada. Nin Ju, un soldado novato, se encargaría de prenderlas para tener más campo de visibilidad.
La misión no se trataba solo de disminuir el número de enemigos, necesitaban información, municiones, y provisiones. Además, habían escuchado que un teniente se había adherido a aquel pelotón como un soldado más, algo que les sonaba demasiado sospechoso como para dejarlo pasar.
El sonido de un disparo lo saco de sus pensamientos, y todos voltearon a ver que bando había sufrido aquella baja.
-¡Min Ju!
Yao se mordió el labio, cada vez disparos más seguidos se oían, cada vez más cercanos, de ambos lados, cercanos y amenazantes con volarle un brazo.
Sus órdenes eran proteger la carpa de alimentos, junto con su compañero de carpa que ya se había adelantado y peleaba cuerpo a cuerpo con un soldado enemigo.
Tenían suerte que los rusos no tuvieron tiempo para armarse, y al final ellos eran más numerosos.
Disparó dos veces a uno en la espalda mientras hacia su camino a través del campo, y se apuró más al ver que su compañero se encontraba ya dentro de la carpa, sin ver si sus disparos dieron efecto o no.
Lo que Chin Ji le había pedido no era nada realmente peligroso, sabía que aún trataba de protegerlo.
Le entregó su cuchillo a un soldado que parecía demasiado nervioso al ver a un soldado enemigo levantarse y se adentró en la carpa.
-¿tienes un fosforo? —preguntó inmediatamente Kuu
-Ah, sí, no te preocupes yo lo prendo….
Se acercó a la lámpara interior, ignorando los sonidos relativamente lejanos provenientes de fuera. La prendió y apagó el fosforo.
-Afuera nos dicen que hay 5 capturados rusos —comentó Kuu, parecía contento — pero se han contado 4 bajas nuestras. Pero eran novatos, en un mes los reemplazaremos.
Tasqueó la lengua al recordar que muy pronto su hermano tendría que hacer servicio militar.
-Oh, ¿y los demás bastardos?
-19 bajas de ellos, al parecer la mayoría dormía.
-Faltan 6
-Ya morirán
Yao se encogió de hombros, por lo que tuvo que volver a acomodar su fusil. El enemigo era fuerte, pero no muy numeroso por lo que se había visto.
El silencio comenzó a hacerse notorio, y se escuchaban más que nada risas y canciones populares de la zona y uno que otro lamento.
Los dos se miraron y sonrieron, fue más rápido de lo que pensaron.
-¡Oi! ¡Ustedes! ¿¡Han visto al mayor Chin Ji!? —interrumpió un soldado agitado, con las manos ensangrentadas pero sin heridas graves.
-Debe estar buscando vodka en la carpa del teniente ese, ¿Lo encontraron?
-Es por eso que quiero verlo, es uno de los que lograron escapar —contestó el soldado, que al parecer no le gustó el chiste de Yao.
-Muy bien, bien. Yo lo busco —suspiró Yao, estirándose con pereza —. Cálmate, aru. Todo salió bien, ¿No?
El soldado rodó los ojos y se dispuso a preguntar por lo encontrado en aquella carpa mientras que Yao salía de ella, esquivando los cadáveres mientras cruzaba el campo hacia las capas de descanso enemigas.
Se sorprendió al notar que estaban conectadas unas con las otras, y se acachó un poco para entrar por una de las aberturas.
-¡Suéltame!
La voz de Chin Ji lo alertó, haciendo que revisara con los ojos si su fusil estaba listo para disparar.
-¿Por qué? ¿te duele? —preguntó una voz desconocida, pero con acento claro y familar.
-¡Argh!
Sin perder el tiempo, se levantó y apuntó al soldado enemigo, frunciendo el ceño.
Solo un tiro para acabar con él y….
-Oh, ¿Quién eres tú? —preguntó el soldado de cabello plateado.
A diez pasos de él, el soldado con un uniforme algo diferente al de los demás levantó los ojos, mirándolo con curiosidad que parecía infantil.
Yao pensó que contrastaba mucho con el de su amigo, al que le estaban torciendo el brazo de manera muy dolorosa.
-¡Aléjate de él! —ordenó— ¡o te mataré!
Noto la mirada del ruso más profunda sobre él, observándolo atentamente mientras no se inmutaba ante los gemidos del pobre mayor debajo de él.
-¿Eres un chico? ¡Tienes rostro de chica!
Yao sintió un ligero rubor en sus mejillas, y decidió pensar que era por rabia.
-¡Deja a Yao en paz! —gruñó el mayor.
-¿Ese es tu nombre? ¡Qué lindo! —comentó el ruso, sonriéndole.
El estómago se le volcó, haciendo que se mordiera la lengua. Fue entonces cuando el ruso le preguntó algo que se estaba comenzando a preguntar.
-¿Por qué no disparas?
-¡He dicho que te levantes y dejes a Chin Ji en paz!
-¿Da? ¿No quieres matarme?
Recién en ese momento notó que no podía distinguir de qué color eran sus ojos.
-¡Te destruiré las extremidades!
-¿Así?
El ruso ensanchó su sonrisa y dobló el brazo del mayor como si fuera posible que se le agregara una nueva articulación.
Sus ojos eran violetas con un tinte de rojo en el centro en aquel momento.
Yao escondió su rostro entre sus manos, no podía creer que fue tan… ¿cobarde?... al no disparar apenas lo vio. Y aún más, dejarlo escapar.
Incluso mintió, dijo que por un mal funcionamiento su fusil no disparaba. Solo pudo amenazar al enemigo mientras Chin Ji se retorcía de dolor en el suelo.
Claro que su amigo le creyó y perdono, como esperaba que lo hiciese.
Al final de cuentas ese no fue nadie más que el sádico teniente Braginski, que logró escapar junto con un par de soldados más, sin armas ni municiones. Muchos esperaban que muriesen, pero los que habían escuchado de Ivan no tenían muchas esperanzas.
Las interrogaciones no dieron muchos frutos, y tras unos días los capturados murieron de deshidratación. Pero una victoria era una victoria.
Pero con todo eso… se encontraba increíblemente ansioso por el día de mañana. Aunque no sabía muy bien si el causante de aquello era el miedo, o el odio.
Y eso le molestaba profundamente.
-¿Así que son solo 30 o 35 hombres? —preguntó el General W, sirviéndole a su compañero favorito un poco más de vodka.
-Da, los otros pelotones tienen la misma cantidad, pero no son tan impulsivos como estos —respondió Ivan— los soldados no estaban preparados.
-No sé porque te molestas en ir a entrenar a novatos, Braginski
-Fue divertido —respondió Ivan con una sonrisa—. Además hay un chico allí que me interesa.
-Hubieras empezado por ahí, me parecía raro que te obsesionaras tanto por esa sección sin razón aparente…
Ivan tomo un trago de su vodka y se encogió de hombros, a diferencia de China, la guerra no había llegado a su territorio y relativamente todo estaba en calma. No había porque apurarse a actuar de forma definitiva.
-Planeaba que sea un secreto
-¿Vas a quedártelo?
-¿Cuántos seremos nosotros?
-Tsk, no me cambies el tema ahora que se puso interesante… unos 20 estaran bien, ¿No?
-Sí, con que dejen a Yao vivo estoy satisfecho.
-Engreído —le replicó, sacudiendo la cabeza—. Incluso te sabes su nombre… ¿ya lo probaste?
-No hables así de él, es especial —le reclamó Ivan, haciendo un leve puchero.
-No me digas que estas enamorado o algo así —se rió el General, algo ebrio ya.
Ivan suspiró y poso su mentón sobre sus puños.
-Tonterías, eso es imposible.
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Yuju
¡Hola! :D Este fanfic es lo primero que subo a esta cuenta pero no estoy 100% orgullosa de él. Será más interesante luego, lo prometo "o^o
Traté de ser seria en este fic, pero el título no me ayudó mucho :v salió entre bromas de unas amigas y como ya se imaginarán, el smut (o lemon) vendrá luego de que lo ataquen e invadan(? Todos sabemos que estan aquí por eso, no me mientan!
esta historia está inspirada en las ideas de una amiga, cuya cuenta de no me acuerdo orz fue ella la que me pidió que lo publicará, también.
Escribí el borrador en el colegio, y lo tipie rápido así que discúlpenme si hay errores o esta feo(?
O7O/ espero actualizar pronto, chaaau
