† EL PRINCIPE DE LA NOCHE †
por
Tary Nagisa
Hi! n-n
Otra vez vengo con está temática oscura y hermosa. Un fic simple, para aclarar, ojalá les guste n.n
Bey Blade No me pertenece sino a Takao Aoki. Yo... no pretendo hacer lucro de su trabajo, solamente tomé prestados a sus personajes para hacer un pequeño y simple Fic.
Kempany: IvaTari/HiwaNov
16/05/08
1. Capitulo 1- Sueño o más que eso...
Él miraba la ciudad de noche. La miraba desde el flexible tubo que muchas veces había tenido y mostrado banderines de colores que se ondeaban con el viento como ahora lo hacía su largo y oscuro saco.
Veía y observaba la ciudad luminosa con sus brazos cruzados. Sus fríos ojos violetas, eran los de un cazador. Un asechador. Uno, que está noche simplemente se dedicaba a observar sin ninguna otra intensión oscura.
El viento acariciaba su pálido rostro, y también, despeinaba su hermoso cabello rojizo. Era agradable la sensación que le provocaba, pues le reafirmaba que al menos "alguien", se acordaba de su existencia.
Debajo de él, y a muchos metros de distancia del suelo, por la avenida. Transitaban rápidamente los autos que poco a poco se iban tornando molestos al sonar a cada segundo el claxon para que los demás avanzaran y cada uno continuara con su destino fijo.
Aquella extraña ciudad se iba tornando más escandalosa y ruidosa al ir avanzando la noche.
¡Cómo extrañaba su hogar!
Mirando el oscuro horizonte, e ignorando que la puerta de la azotea había sido abierta, continuó en su profunda ensoñación.
Unos pasos se acercaban. Se detuvieron...
- Así qué aquí estabas... –mencionó al recargarse en el barandal. Viendo como el aludido giraba unos cuantos centímetros su rostro al escucharlo, pero al final, no había volteado a verlo. Con su presencia y voz le bastaba, no era necesaria una comprobación visual-
Y como ya una costumbre entre ambos, ninguno agregó nada más. Permanecieron en silencio, escuchando los sonidos que el mundo emitía y ellos simplemente recibían.
A pesar del silencio que habían impuesto, los ojos grises del recién llegado veían de vez en cuando y prolongadamente al pelirrojo.
Muchas ideas y pensamientos eran reproducidos en su mente. Todos y como siempre, relacionados con el oji-violeta. Y al percatarse de ello, sonrió, dejando escapar una pequeña risilla.
Pese a ésta risita traviesa que se le escapó, el oji-violeta no hizo movimiento alguno, posiblemente, ni siquiera la había oído al estar tan ensimismado.
De pronto y sin previo aviso, hubo una pequeña reacción, un leve movimiento por su parte. Sus ojos se posaron más allá de donde había mirado hasta entonces, e incluso, su cabeza se alzó un poco más, hecho que no pasó desapercibido por su sonriente acompañante.
Eso sólo podía significaba dos cosas.
- ¿Te gusta? –preguntó con cierto interés el oji-gris, mirando fijamente a su vigilante-
El pelirrojo siguió por algunos segundos más en su silencio, contestando al fin y por primera vez en aquella noche.
- Es igual que todas... –volteó a verlo con una mirada y sonrisa autosuficiente, pronunciándose descaradamente éstas, y agregando después y en el mismo tono- ...moderna, ruidosa, contaminada... –dio un brinco, pisando de nueva cuenta el suelo de la azotea del hotel en el que se hospedaban-
- No es mi Rusia, Bryan... –terminó de decir, prolongándose su sonrisa presuntuosa y entrecerrando sus ojos divertido-
El viento sopló. Moviendo la cabellera de ambos, así como sus ropas.
Ambos se veían fijamente. Sonreían presuntuosos y cómplices.
- Descuida, mañana regresaremos a casa... –el peli-plateado se le acercó sonriendo, besándolo salvaje y apasionadamente-
- ... ¿Qué pasa? –preguntó confundido al ver que el pelirrojo no había correspondió el beso, y que únicamente le había observado como si nada mientras lo hacía-
- Ya me estoy cansando de esto, Bryan... –suspiró cansado, dándose la vuelta y colocando sus manos en el barandal, observando de nueva cuenta la ciudad nocturna-
- ¿De "esto"?, ¿O de mí? –preguntó con un evidente tono de molestia, al pararse a su lado y tratar de verle fijamente-
No obstante, no obtuvo respuesta por lo que empuño con fuerza sus manos.
Ya sabía que significaba eso.
- ... Será mejor que nos vayamos. El concierto inicia en una hora... –anunció con dificultad el oji-gris, viéndolo fijamente y tratando de contenerse de decir algo "más"-
- Adelántate tú, Bryan... yo iré más tarde... –frió y sin importancia. Ni siquiera lo miró. Permaneció en el mismo lugar, mostrándole de nueva cuenta indiferencia y cansancio-
- ¡Yura! –sentenció enojado éste, al ver lo frío e indiferente que lo trataba-
- Bryan... –secundo serio el oji-violeta, aclarándole con una penetrante mirada que no jugaba ni bromeaba, y qué como ya había dicho antes, iría más tarde-
- ... ¡Bien! –aceptó a regañadientes- ¡Pero más te vale que llegues a tiempo o te juró qué...!, ¡Te irá mal! –entrecerró sus ojos cansado, suspirando después, al ver que sus llamadas de advertencia no funcionaban-
- Sí, sí. Cómo sea... –regresó su mirada al infinito-
- ¡No tardes, eh! –se dio la vuelta, regresando por donde había venido-
Segundos después, la puerta fue abierta y cerrada, dejando de nueva cuenta al extraño y pensativo pelirrojo.
- Hm... –volvió a suspirar cansado, parándose en el barandal y lanzándose al vació, donde segundos después, se le vio sobrevolar por los cielos nocturnos-
1 Hora después...
- ¡Hmf!, ¡Maldición!. ¡Le dije que el concierto iniciaba en una hora!, ¿Dónde diablos se habrá metido? –el ruso miraba desesperado su reloj, así como a toda la gente que había a su alrededor-
- Ya estoy aquí... –mencionó monótono, llegando con el desesperado e impaciente Bryan-
- ¡Llegas tarde!. El concierto está a punto de empezar. ¡Vamos, Yuriy! –lo tomó de los hombros, encaminándolo entre la gente-
- Sí, si, ya... ¡Vamos! –dijo sin importancia, abriéndose paso con dificultad-
Los gritos aumentaban cada vez más. La gente estaba ansiosa y desesperada porque el concierto iniciara de una vez. Eran las 11:30 de la noche en el Domo Central y las luces... se apagaron.
Una figura pareció en el escenario, iniciando los primeros acordes y escuchándose un potente...
¡DEATH!
La gente enloqueció, gritando más fuerte y comenzando a corear aquella letra.
La noche, apenas iniciaba en el Domo Central.
Al día siguiente en Rusia...
- ¡Qué bien se siente estar en casa!... ¡Hm! –sonrió, cruzando sus brazos y siguiendo observando desde el filo del edificio-
Hoy... no era un espectador sino un cazador. Retomaba su costumbre, pues estaba en casa. Su querida y hermosa ciudad natal, Rusia.
A lo lejos, las campanas del santuario anunciaron que eran las 11 de la noche, una hora perfecta para cazar.
Ajeno a esto y caminando por la acera de enfrente, caminaba una persona con pasos lentos. Sus manos permanecían en las bolsas de su abrigo, tratando de guardar el calor y calentar su cuerpo.
Al seguir caminando, atrajo su atención. Algo se movía, le miró.
Le siguió con la mirada, logrando verlo con más claridad cómo si hubiera hecho un acercamiento de cámara.
Sus pálidas y levemente sonrojadas mejillas, llevaban unas extrañas líneas azules. Sus ojos, eran violetas y brillaban intensamente. Su cabello, de dos tonalidades de azul.
Lo cautivó. Con sólo verlo, se había ganado su atención y curiosidad. Algo muy extraño en alguien como él.
El bicolor cruzó la calle, continuando su camino como si nada, pues ignoraba que unos ojos violetas, como los de él, le observaban, así como cada mínimo movimiento que hiciese.
El pelirrojo le siguió con la mirada hasta que desapareció completamente de su vista.
- Hmmm... No sabía que hubiera alguien como él... –sonrió, brillando de una manera especial sus profundos ojos morados-
Horas después...
Sus ojos miraban a través del cristal la ciudad de noche. La misma, a la que se había mudado muchos años atrás por órdenes de su abuelo.
Su vista permanecía fija sobre lo que los cristales le mostraban afuera.
Suspiró.
Ya era noche y debería descansar. Se dio la vuelta, apagando la luz y dirigiéndose a su reconfortante cama. Estaba a punto se subirse a ella, cuando escuchó un ruido extraño en su balcón.
Se quedó en silencio por algunos segundos, escuchando ruidos de nuevo. Sin tiempo que perder, se dirigió hasta las puertas de éste, tomándose algunos segundos para asomarse y ver qué o quién era.
Mentalmente contó tres, tomando las manijas y abriendo las puertas. Al hacerlo tan rápido se produjo un sonido tan fuerte, de tal forma que cuando él salió, se encontró con alguien que lo miraba fijamente.
Ambas miradas permanecieron posadas en el otro por largos segundos.
Era un muchacho.
- Hola... –saludo éste, al seguir avanzando el silencio entre ambos-
- ... ¡¿Quién diablos eres y qué haces aquí?! –preguntó por fin, intensificándose su mirada violeta-
Pese a la pregunta establecida, aquel intruso lo veía fijamente.
- Tú... ¡Eres muy hermoso! –completó con una pequeña sonrisa, dirigiéndose a él con pasos firmes y decididos-
Cantidad de pasos que avanzaba era la misma cantidad de pasos que el bicolor retrocedía, hasta que se topó con la barda del balcón, quedando acorralado e inmovilizado.
- ¿Q-qué quieres? –cuestionó confundido al verlo a escasos centímetros de él-
- Quiero saber tu nombre... –llevó su mano a su mejilla, posándola en ésta- Por favor... –pidió amable, mirando fijamente esos hermosos ojos violetas-
- Me gustas... –agregó, cerrando sus propios ojos amatistas y aproximándose para besarlo-
La sorpresa y desconcierto del oji-violeta aumentaron al escuchar sus palabras, viendo confundido como el espacio entre ambos desaparecía por completo. Cuando reaccionó, los labios de aquella persona estaban unidos con los suyos.
Aquel beso le provocó una extraña gama de sensaciones que recorrieron todo su cuerpo, enloqueciéndolo a él y a todos sus sentidos.
No supo si fue mucho tiempo o unos cuantos segundos, pero cuando aquella persona dejó de besarlo y volvió a mirarlo, sus ojos -que hasta ahora se percataba de que era del mismo color que los de él- brillaban más intensamente que antes. Su sonrisa -que tenía un matiz de arrogancia y burla- reflejaba que estaba complacido por aquel beso, pero al mismo tiempo, que deseaba más.
- Realmente me gustas mucho... –le acarició su mejilla derecha- Ven... –lo tomó de la mano, entrando a la habitación-
No supo cómo ni porqué, pero se dejó guiar a su propia habitación. Desde que lo había visto no podía enlazar pensamiento coherente y racional alguno.
A oscuras, entraron en la habitación, llevándolo aquel extraño hasta unos cuantos pasos de su cama.
- Tú me gustas mucho... –colocó ambas manos sobre sus mejillas, mirándolo directo a los ojos -Déjame demostrártelo, por favor... –volvió a besarlo, recostándolo despacio sobre la cama-
- ¿Q-qué haces? –cuestionó con un hilo de voz al verlo encima suyo-
- Déjame hacerte mió, Kai... prometo que seré bueno contigo... –le susurró sensualmente en su oído, estremeciendo al mencionado. En primera por sus palabras, en segunda, porque lo había llamado por su nombre-
Que él recordara, no le había dicho cómo se llamaba, y entonces, ¿Cómo era que sabía su nombre?
Esto era extraño.
Primero aparecía un desconocido en su balcón, le decía que era hermoso y lo besaba. Se invitaba solo a entrar a su habitación, le decía que le gustaba y que dejara que se lo demostrara. Lo acostaba con delicadeza en su cama y le pedía que fuera suyo, que sería bueno con él.
¡Quién diablos era y qué pretendía realmente!
- Kai... –susurró sensual, besándolo un par de veces en los labios y después en el cuello, comenzando a desabotonar los pequeños botones del pijama azul que llevaba puesto-
- ¡No, espera...! –trataba de alejarlo, pues aquello comenzaba a gustarle- ¡No!, ¡Yo!... ¿Quién eres? –cerró sus ojos extasiado ante aquellas caricias que le proporcionaba aquel extraño-
- Pronto lo sabrás, te lo prometo... –besó su pecho, recorriendo expertamente con sus manos su espalda-
- ¡Ahhh!, ¡No, yo...! –su espalda se arqueó al sentir como uno de sus pezones era cubierto por aquella boca-
- ¿Te gusta, Kai? –lo miró, observando el sonrojo y la satisfacción que su rostro mostraba-
¡Se veía tan hermoso, que cada vez se excitaba más!.
- Lo que viene te va a gustar más... –sonrió, besando cada parte de su pecho, bajando lentamente hasta su abdomen-
En su camino, había besado cada parte con la que se había topado, haciendo que el oji-violeta lo atrajera más hasta su cuerpo, enredando sus dedos entre sus mechones rojizos.
Una de sus manos se posó sobre su pantalón, recorriendo sutilmente el contorno de su pijama. Al sentir los botones y el cierre de ésta, se detuvo, comenzando a bajar el cierre y recostando al mismo tiempo a Kai.
Cuando el bicolor tocó por completo la cama, una mano extraña ya se había apoderado de su miembro y comenzaba a estimularlo.
Aquellas caricias lo volvían loco. Se incorporó un poco, apoyándose con ambas manos sobre la cama, arqueando su espalda de vez en cuando. A pesar de querer ahogar los gemidos que el oji-violeta le sacaba, muchas veces no podía e inundaban estos sonoramente la habitación.
Aquello parecía excitar más al pelirrojo, pues sus caricias aumentaban frenéticamente.
Estaba cerca. Se correría en cualquier momento. Los movimientos y caricias lo estaban llevando al límite, no aguantaría más, él...
- ¡Ahhhhhh! –se arqueó, liberando su esencia dentro de la boca de aquella persona, resonando con eco su ansiada liberación-
En otro lugar.
La puerta se abrió abruptamente.
- ¡Bryan, despierta! –llamó enérgico al dirigirse a la cama-
- ¿Eh? –el mencionado se giró medio dormido, tratando de abrir sus ojos-
- ¡Bryan, despierta! –volvió a repetir al brincar en la cama y moverlo varias veces-
- Yura, ¿Que pasa... qué horas son? –se incorporó un poco, tallándose los ojos para poder ver el reloj-
- ¡No sé, pero despierta! –volvió a moverlo desesperado-
- ¿Eh, para qué? –preguntó confundido al ver que eran las 2:30 de la madrugada-
- ¡Hagámoslo! –comenzó a desabrocharle impaciente la camisa-
- ¿El qué? –cuestionó confundido, al sentir frió al ser despojado de la parte superior de su pijama-
- ¡Quiero hacerlo, vamos! –miró hacía su entrepierna, mostrándole su notable erección-
- ¿Y eso?, ¿Dónde y qué estabas haciendo, eh? –inquirió extrañado, levantando confundido el ceño-
- ¡Olvídate de eso, quieres!. ¡Sólo hagámoslo! –sus manos trataban de desabrocharle con impaciencia el pantalón-
- ¡Pero, Yuriy!, son las 2:30 de la madrugada, tengo sueño... –comentó perezoso, queriendo volver a dormirse-
- ¡Entonces duérmete!, ya sabes lo único que necesito de ti, y aunque estés dormido, no hay problema... –hizo una breve pausa, jugando mejor sus cartas- Pensé que sería divertido para ambos, pero creo que lo haré yo sólo... –giró boca abajo al peli-gris sin dificultad alguna, comenzando a desvestirse rápidamente-
- ¡Hey, Yuriy espera! –espetó nervioso al ver que el pelirrojo iba enserio- Bien, lo haré, pero... hagámoslo con juego previo, ¿si? –se giró, esperando que el oji-violeta aceptara su petición-
- Si quieres, pero no te aseguró que pueda aguantar mucho tiempo... –las últimas prendas abandonaron su cuerpo, lanzándose a besar con pasión y deseo al ruso-
- ¿Eh?, ¡Yuriy, espera!, ¡No, oye!, ¡No, Ah! –demasiado tarde, el pelirrojo estaba más que prendido-
Al día siguiente...
Un bicolor caminaba por las oscuras calles de Rusia, alumbrando su camino algunos faroles.
Una y otra vez seguía pensando en lo que había "acontecido" la noche anterior.
/-Flash Back-/
Sus caricias iban en aumento. Ahora ya no quería que parara, ni tampoco quería saber -por el momento- quién era ese extraño ni porqué le hacía eso. Simplemente, quería que continuara y terminara con lo que había comenzado.
No faltaba mucho, podía sentirlo. Estaba a punto de llegar a la cima. Un poco más y estaría en el Paraíso. Las caricias que su mano y su boca le producían aumentaron su ritmo, confirmándole que el punto máximo llegaría en cuestión de segundos y...
- ¡Ahhhhhh!
Llegó. Un último y sonoro gemido abandonó sus labios, esparciéndose su semilla y contrayéndose su cuerpo instantáneamente.
\-End Flash Back-\
Aquello había sido tan real, que de verdad se había venido. Cuando despertó y abrió sus ojos, su cuerpo aún se contraía y respiraba agitadamente.
Pero aquello había sido un sueño. Un húmedo, increíble y maravilloso sueño. Uno tan real, que juraría que en verdad había ocurrido. Que se había encontrado a un extraño en su balcón, terminando en su cama y haciéndole éste un excelente sexo oral.
Pero no. Cuando despertó, se dio cuenta de que estaba solo, que no había ningún pelirrojo oji-violeta, y que sólo había dejado las puertas del balcón abiertas pero nada más. No hubo, ni había habido nadie.
Sólo había tenido un muy buen sueño, nada más.
Resignado y convencido de su naturaleza, siguió caminando por la calle, deteniéndose de golpe al reconocer a una de las personas que caminaban en sentido contrario hacía él.
Era...
¡No!, ¡No podía ser!. ¡Tenía que ser una alucinación, una mala pasada de sus sentidos!
Desesperado, talló sus ojos, viendo que aquella alucinación no desaparecía y al contrario, cada vez se acercaba más a él.
La sola imagen de verlo y que se acercara más y más a cada segundo, lo hacía sudar y sentir un calor intenso. Las imágenes de sus sueños aparecían una tras otra, despertando sus sentidos y... algo más.
Todo se le puso negro, sentía que se tambaleaba y que las cosas le daban vueltas. Lo atacó un horrible mareo, cerrando con fuerza sus ojos al sentir que se iba.
Cuando los abrió, se dio cuenta de que no había caído al suelo, sino que alguien lo había atrapado en el aire, permaneciendo ahora en sus brazos. Al levantar su vista, se encontró con unos ojos violetas, unos, que en su sueño ya había visto antes.
¡No lo podía creer!.
De todas las personas que circulaban por la calle, tenía que caer justo en los brazos de aquella persona con la que había soñado.
- ¿Te encuentras bien? –preguntó preocupado, viendo como el bicolor lo miraba fijamente-
Al escuchar esas palabras lo sacó de su trance, recordando en la posición en la que se encontraba.
El ruso-japonés apenas y asintió no muy convencido.
- ¿De verdad?, Por que te ves pálido y... –colocó su mano sobre su frente, checando su temperatura- ¡Estás ardiendo!, ¡Ven! –se levantó, ayudando al oji-violeta a que se levantara- ¡Te llevaré a un hospital... –lo tomó de la cintura, acercándolo un poco a su cuerpo, mirando el lugar en el que se encontraban y recordando donde se encontraba el hospital más cercano-
No hace falta aclarar que ante ese movimiento y acercamiento, el bicolor se puso más colorado que un tomate, ascendiendo rápidamente su temperatura corporal.
- Es-toy... bien... –dijo entrecortadamente y con un hilo de voz, atrayendo la atención del pelirrojo-
- Si te desmayas, para nada estás bien... –vio como se alejaba un poco de él-
- No, de verdad... estoy bien... –desvió su mirada, sintiendo como un sonrojo se acentuaba en su rostro-
- De verdad... te ves mal. Por tu bien deberías asistir con un doctor... –su mirada se encontró con la violeta, recordándole que aún no se presentaba- ¡Ah, lo siento!, mi nombre es Yuriy, Yuriy Ivanov... –sonrió entre sexy y altanero, haciendo que el sonrojo de Kai fuera más evidente-
- Hi...watari, Kai Hiwatari... –respondió sin "mucha importancia", mirando entretenidamente hacía otro lado-
- Bueno, Kai... ¿Qué te parece si te acompaño al hospital para que te chequen?, aunque... me da la impresión de qué, o le tienes miedo a los hospitales, o me tienes... desconfianza –mencionó confundido para sí, haciendo que el aludido se tensara-
Se había percatado.
- Aunque... no te culpo, que de repente te aborde un extraño y te quiera obligar a ir a un hospital si es extraño. Ahora comprendo tu desconfianza e incomodidad, hm –rió un poco-
- ... Si, no es tu culpa... –susurró el otro tratando de parecer normal-
- Bueno, si de verdad estás bien, entonces yo... mejor me voy... –avanzó unos cuantos pasos, despidiéndose- ¡Qué estés bien! –y dicho esto, reanudo su caminata, dejando a Kai con ganas de preguntarle algunas cosas-
Ya más adelante y para sí mismo...
- ¿Qué te pareció lo de anoche, Kai?, ¿Te gustó? –murmuró divertido, entrecerrando sus ojos presuntuoso-
- Espero que sí, porque algún día... pretendo hacerte completamente mío... –su sonrisa se prolongó, perdiéndose entre la gente que iba y venía-
Continuará...
Bueno, que les pareció éste nuevo y sencillo fic n.n? (Cómo si no tuviera nada que hacer o actualizar, ¿verdad? ¬¬)
En fin u.u, éste Fic y el de "DAYRIOS" fueron creados a la par, compartiendo la misma temática, pareja y nada más n.n? Si tienen tiempo, chéquenselo, ¿si? ñ--ñ
Bueno, por hoy sería todo, espero sus reviews ;)
