Mica: Holis a todos, hoy estoy aquí con una historia que ni se de donde salio pero bueno...En est historia no voy a decir mucho, ya que no tenia intención de hacer esta historia. Verán, esta historia se me vino a la mente un día y antes de que se me vaya la idea, termine por escribirla. Si quieren saber que pasa o quieren que la continué, solo avísenme y la sigo sin problemas. ^_^
-Son unos tontos, ellos nunca me entienden- mascullaba Miguel Ángel sin dejar de caminar. Se había peleado hace apenas unos minutos con sus hermanos y el, después de varios gritos, termino huyendo de su propia casa. Y así es como termino caminando por una zona del drenaje que él ni sus hermanos conocían. Después de unos segundos, se canso de caminar y se sentó en el piso, apoyando su caparazón contra la pared del lugar y abrazo con sus brazos sus piernas, juntándolas contra su pecho. Cerró los ojos por un momento, poniendo la mente en blanco. Estaba cansado de las peleas y de que se enojasen con el por unos tontos accidentes o por el simple hecho de ser algo distraído. Se sobresalto al escuchar que había alguien más ahí…no estaba totalmente solo como él pensaba.
-Qué triste ¿Qué hará el aquí?- escucho Mikey que alguien decía con lastima en su vos. Alzo lentamente la vista y se encontró cara a cara con una niña, de no más de 14 años, cabello negro, ojos marrones y su ropa estaba bastante sucia y maltratada. Mikey se sobresalto al verla, ella hizo lo mismo y parpadeo sorprendida.
-¿Q-quien e-eres?- pregunto extrañado y algo asustado la tortuga de naranja. La chica no respondió, simplemente se quedo mirándolo extrañada. Algo temblorosa, la chica se acuclillo en frente de Mikey (quien aun estaba sentado en el piso). Se miraron a los ojos, en silencio total.
-¿P-puedes v-verme?- pregunto temerosa. Mikey, con un poco más de confianza, asintió lentamente. -Wow- fue lo único que salió de la boca de ella.
-¿Por qué lo preguntas?- quiso saber la tortuga. Ella lo miro y sonrió tristemente.
-Si te lo dijo, no me creerías- ella miro hacia todos lados, como si buscara algo en especial hasta que se le quedo mirando a Miguel Ángel. Ambos se levantaron y quedaron frente a frente. -¿Cómo te llamas?- Mikey sonrío, al ver que ella no era mala.
-Soy Miguel Ángel pero mis hermanos y amigos me llaman Mikey- le respondió con una sonrisa. -¿Y tú?-
-Kim- respondió simplemente. -¿Y qué haces aquí? ¿No deberías estar con tu familia?- pregunto algo confundida. La sonrisa de Mikey se borro por un momento, bajando la mirada levemente.
-Me pelee con mis hermanos y salí corriendo…cuando menos me di cuenta, ya estaba aquí- respondió Mikey. La tortuga estaba por preguntar lo mismo pero ella lo interrumpió.
-Mikey ¿quieres jugar conmigo?- pregunto Kim con una sonrisa mientras le extendía una mano a Mikey. La tortuga, olvidando su tristeza, agarro la mano de ella y asintió. Pasaron todo lo que quedaba del día jugando, Mikey ni siquiera se acordó de la hora o del simple hecho que tenía que volver a casa (aunque no quisiera en un principio). Con el pasa de las horas, la tortuga de naranja no se dio cuenta pero quedo profundamente dormido.
Al día siguiente:
-¿Volvió?- pregunto Donnie esperanzado, una vez que entro a la cocina, donde estaban sus otros dos hermanos. Ambos negaron con la cabeza lentamente. Donnie se entristeció y se fue a sentar a la mesa para desayunar, aunque no tenia apetito.
-Demonios, ¿Dónde podría estar?- mascullo preocupado Raph.
-No lo sé, puede estar donde sea. Después de todo, hay zonas de la alcantarilla a la que nunca nos acercamos- dijo pensativo y preocupado Leo.
Mientras tanto:
-Mikey…despierta- decía una voz femenina. Mikey abrió lentamente los ojos y vio a Kim, quien lo miraba sonriente. –Buen día dormilón- Kim sonrió con alegría, Mikey le correspondió.
-Hola- susurro Mikey mientras se sentaba y bostezaba, para después rascarse levemente un ojo. -¿Qué hora es?- pregunto somnoliento.
-Mmm…creo que son como las 9:00 de la mañana- respondió ella. Mikey abrió los ojos como platos, de repente se le había pasado el sueño.
-¡Ho por el amor a los caparazones!- exclamo Mikey mientras se levantaba, Kim hizo lo mismo. -¡El Maestro Splinter va a matarme!- no le importaba la pelea, pero tenía que volver o preocuparía mucho a su padre. Miro a su amiga. -¿Sabes cómo salir de aquí?- Kim asintió. -¿Puedes guiarme? ¿Por favor?-
-Claro- Mikey sonrió enormemente. –Pero quiero que en el camino me hables de tu familia- Mikey asintió y empezaron a caminar. –Y ¿bien? ¿Cómo son?-
-Pues, mi padre y maestro se llama Splinter. Antes era humano pero una sustancia rara le cayó a él y a nosotros también y terminados así. Después están mis hermanos…- pauso un momento y Kim lo miraba atentamente, esperando a que continuase. -Leo es el mayor y nuestro líder. Aveces es algo tonto pero es un gran hermano, haría lo que sea por salvar a los que ama...- pauso. -...el siguiente es Raph, el siempre esta pegándome o insultándome pero se que haría lo que sea por su familia y amigos...- sonrió levemente. Kim hizo lo mismo, al parecer su "nuevo amigo" se había olvidado de la pelea con sus hermanos. -...después esta Donnie, el es el genio de la familia, siempre me dice que no toque nada cuando estoy en su laboratorio pero se que haría, al igual que todos, lo que sea por la gente que ama...- estaba por continuar pero...
-Y déjame adivinar, tu eres el menor- le interrumpió Kim, Mikey asintió con una sonrisa. Siguieron caminando en silencio, que no era ni incomodo ni reconfortante. -Oye...¿sigues enojado con tus hermanos?- Mikey sonrío.
-No, ni siquiera recuerdo la pelea- le respondió Mikey. Siguieron caminando hasta que llegaron a un lugar determinado, donde Mikey reconoció en seguida en camino hacia su hogar.
-Bueno Mikey, aquí nos separamos- hablo Kim. Estaba por irse pero Mikey la detuvo poniéndose en frente de ella y con una sonrisa. -¿Que?-
-Haremos un trato. Yo volveré mañana y tu me contaras tu historia- dijo Mikey, extendiendo una de sus manos hacia su nueva amiga.
-Esta bien pero tu me traerás una foto de tu familia ¿Trato?- hablo Kim, extendiendo su mano. Mikey sonrío.
-Trato- dijo Mikey, estrechando su mano con la de Kim. Después de unos segundos, se separaron y Mikey empezó a caminar, despidiéndose con un ademan de mano. -Hasta mañana Kim-
-Hasta mañana Mikey- Kim miro por unos segundos por donde se había ido su nuevo amigo. Cuando este desapareció de su vista, se abrazo a si misma. -Espero que no me dejes de hablar cuando te cuente todo- pensó con tristeza pero después sonrío, al saber que había hecho que un chico deje de estar enojado con su familia y eso, para ella, era lo mejor que había hecho en su "vida".
Mica: Espero que les haya gustado. Sinceramente no se de donde se me vino esta idea, pero ya esta. Nos leemos en otra historia, nos vemos. Ha y otra cosa, les agradezco a las personas que comentan o ponen una de mis historias con favoritos, también a los que me ponen como autor favorito. MIL GRACIAS Y NOS VEMOS PRONTO
