Naruto y personajes propiedad de M. Kishimoto
.
.
La novia de mi hermana
Evangeline . siK
.
.
Advertencias: Algo de OoC, AU.
.
.
Capítulo I
Una unión controversial
.
.
El salón de clases se encontraba prácticamente vacío, a excepción de 2 chicas que trataban un tema ya de por si conocido para una de ellas:
–Vamos Hinata, sólo tienes que recurrir a todo el valor que tienes y decírselo –aconsejó una pelirosa de cabello corto y ojos verdes– yo sé que tú puedes, después de todo has estado enamorada de él, ¿qué será?... ¡toda la vida!
–E.. es q..que él es ma..mayor que yo, ad..de..demás muchas quieren ser su..su novia –tartamudeó la otra joven de cabello largo y negro, con tristeza– él so..so..lo me ve como a una niña –de repente sus perlados ojos empezaron a empañarse avisando que pronto las lágrimas se harían presentes.
– ¡Ay eso no es cierto! –le contestó su mejor amiga con algo de preocupación al verla en ese estado–, yo te ayudaré, qué tal si empezamos por practicar –sugirió con una sonrisa.
– ¿P..p..practicar? –preguntó con una mirada llena de duda clavada en ella.
–Claro. Mira, imagínate que soy mi hermano Naruto y declárame tu amor, eso te ayudará a sentirte más confiada a la hora que lo hagas con él, ¡vamos!, dime lo que le dirías si lo tuvieras frente a ti –animaba mientras se colocaba frente a ella con expresión seria asumiendo su papel.
–Pe..pero –no estaba muy segura de hacer lo que su amiga sugería.
–Para empezar, tu voz debe adquirir más seguridad Hinata, siempre que hablamos de él tartamudeas, y ni se diga de tu rostro y tu forma de respirar cuando está cerca, anda, si ensayamos yo sé que podrás lograrlo.
Cada día el dolor de Hinata aumentaba, su amiga de niñez, estaba perdida y absolutamente enamorada de Naruto, Sakura intuía que la pelinegra bien podría ser correspondida por el bobo de su consanguíneo, si tan solo se le declaraba. Por eso no escatimaba en energías cuando de alentarla se trataba, quería infundirle confianza y sobre todo seguridad de que el rubio le daría el si.
Su amiga le dedicó una mirada renovada, estudió directamente sus ojos, encontrando el apoyo ahí, y tomando aire como si fuera a sumergirse al más profundo mar, empezó.
–Desde el primer momento en que te vi, supe que tú eras especial, sé que en ese momento no era mas que una niña, pero…eras todo en lo que pensaba, y de hecho lo sigues siendo. También estoy consciente de que tú no me miras como yo lo hago, pero quiero que sepas que te amo y estaré para ti siempre que lo necesites, te amo, te amo, ¡TE AMO! –gritó emocionada, Sakura únicamente la observaba y escuchaba sin decir una palabra–, y cuando te des cuenta de que también me amas –continuó–, estaré aquí dispuesta a ser tu novia, porque ese es mi mayor deseo –finalizó con sus ojos derramando pequeñas lágrimas de alivio, por haber podido por fin liberar todo lo que sentía.
–No tendrás que esperar –contestó seria la pelirosa– yo también te amo Hinata, se mi novia –y le sonrió.
Lo que ellas ignoraban, es que una de sus compañeras, la cual estaba por a entrar al salón, había escuchado toda la declaración de Hinata, y ahora se encontraba mas que sorprendida por escuchar también la respuesta de la pelirosa. La otra alumna salió corriendo de ahí, pues no quería interrumpir, asimismo, ya contaba con toda la información para el chisme de la semana, es más, eso daba para hablar todo el mes, ya que dos de las alumnas mas deseadas del instituto, no solo eran lesbianas sino que también eran pareja.
–Eso es lo que te dirá Naruto apenas le declares tu amor Hinata –terminó y abrazó dulcemente a su casi hermana del alma.
–Gracias Sakura, aunque no estoy muy segura que esa será su respuesta –bajó su cabeza y clavó la mirada pensativa en el suelo, para después de unos segundos componer su rostro y sonreír– pero aun así, hoy me le declararé a Naruto-kun –afirmó con seguridad.
.
.
La joven de cabello castaño, recogido en forma de 2 chongos, llegó hasta los baños y sonrió cuando sus amigas la vieron llegar. No pasaron ni diez segundos para que empezara a narrarles lo que acababa de atestiguar en su aula.
–Se los juro, Hinata y Sakura son pareja, yo misma escuché a la princesa sosa declarársele a la frentona –comentó con burla, las otras abrieron los ojos sorprendidas– le dijo que desde que la vio se había enamorado de ella, y que la amaba y quería ser su novia, ¿pueden creerlo?, después de todo esa es la razón por la que las 2 siempre están rechazando a los chicos.
–Y yo que pensé que era debido a que los papacitos de sus hermanos las cuidaban mucho –dijo una de las chicas que estaba con ella.
– ¿Segura que no estas inventando esto solo porque Lee se le declaró a Sakura, Tenten? –preguntó otra de las compañeras de una forma algo mordaz hacia la castaña– bueno, yo digo no, ya ves que tú estas enamorada de él, y pues él de Sakura –finalizó socarronamente.
– ¡Hmp, claro que no!, esas 2 son noviecitas, además Lee no me gusta –contestó tratando de sonar desinteresada por el muchacho–, pero en algo tienen razón, yo también pensaba que ellas no salían con nadie por lo celosos que son sus hermanos, pero ahora nos damos cuenta de la verdad. Que horror, ¿no?. Bueno vámonos que la clase esta a punto de comenzar. Ah, y ni se les ocurra decir nada de esto hasta que yo lo utilice a mi favor –advirtió lanzándoles su mejor expresión de enojo, todas asintieron y la siguieron fuera de los baños.
En el momento que ellas abandonaron el lugar, la puerta de uno de los cubículos se abrió. Matsuri asomó la cabeza buscando más personas alrededor, descubrió que nadie quedaba dentro. Una sonrisa siniestra se formó en sus delgados labios, la información que acababa de escuchar y la cual sabría utilizar, no pudo llegarle en mejor momento. Se situó frente a uno de los rectangulares espejos y se pasó los dedos entre su corta melena para acomodarla, luego se untó algo de brillo labial, estaba lista para encontrarse con su nuevo novio en el salón.
Llegó rápidamente, Naruto y el mejor amigo de este conversaban en las últimas bancas, una de sus mejores amigas permanecía junto a ellos, Karin. La pelirroja de cabello largo y ojos rojizos, parecía aburrida y se dedicaba a mirar por la ventana.
Se sentó al lado de su chico, el rubio la recibió con una sonrisa. Naruto poseía unos hermosos ojos azules y un perfecto bronceado, él siempre le había gustado, pero la molestia de su hermana se encargaba de que ella no cumpliera su cometido de convertirse en la novia del popular casanova. Sakura Hatake, la pequeña debilidad de Naruto, era una frentona de cabello rosado que no lo dejaba solo, y él, como adoraba a su hermanita, no ponía resistencia o se quejaba cada vez que ella lo apartaba de su lado antes de poder declarársele. Pero esa mañana había sido diferente. Cuando la molestia rosada se fue con la princesita sosa a Dios sabe dónde, ella aprovechó y se quedó junto a él, se le declaró y después lo besó sin darle tiempo a contestar, inmediatamente del beso, se autoproclamó su novia, y justo ahora se le colgaba del brazo para contarle lo que acababa de oír.
–Amor, me acabo de enterar de algo que no sospechaba, después de todo Sakurita siempre ha tenido a muchos chicos tras ella, por eso no creía lo que accidentalmente escuché –soltó con voz fingida, su intención era sonar tierna y a la vez preocupada. El joven, ante la mención del nombre de su hermana, hizo una mueca de curiosidad.
– ¿A qué te refieres Matsuri, y qué tiene que ver mi Sakura-chan con lo que oíste? –sus orbes azules se encontraron con el rostro de ella escrutando su expresión y tratando de descifrarla.
–Bueno, a que tu hermana rechazaba a todos esos chicos porque al parecer ya había alguien más a quien su corazón pertenecía –contestó cautelosamente.
–¿¡Qué!?, ¿DE QUÉ DIABLOS HABLAS MATSURI, SAKURA SALE CON ALGUN IDIOTA? –vociferó colérico mientras su novia se encogía por los gritos, nunca lo había visto en ese estado, al parecer después de todo, los rumores eran ciertos y él era demasiado sobreprotector con su pequeña hermana de 15 años– dime quién es ahora mismo, ¡no permitiré que Sakura-chan ande con cualquier basura! –seguía bastante alterado.
Llamó la atención de todos los compañeros presentes, en especial la de su único amigo cercano. Un chico de cabello negro por demás atractivo, que a pesar de que lo veía con una expresión de tranquilidad, por dentro estaba mas que asombrado.
–Hmp, ya cállate dobe –se acercó Sasuke a su gritón camarada, que ya hasta estaba rojo del coraje– no creo que alguien se atreva a salir con Sakura sabiendo que tú eres su hermano –comentó sereno, viendo a Naruto respirar un poco mas sosegado.
–Teme, ¿no has escuchado a Matsuri?, ella la vio con alguien –volteó a ver a su nueva novia– verdad Matsuri –afirmó chocando con sus ojos, la castaña se removió algo inquieta y enseguida contestó.
–Bueno yo no la vi, pero escuché a alguien que si la vio con su nueva pareja y, hasta se estaban besando –agregó mintiendo con malicia para captar la atención de todos.
En ese momento Naruto salió del salón como alma que lleva el diablo, quería que su hermanita –la cual el cuidaba y adoraba– desmintiera lo dicho por Matsuri. La chica salió tras él, seguida por el pelinegro y la conquista de este.
– ¡Espera Sasuke!, ¿a dónde vas?, sólo es asunto de Naruto, deja que vaya a hablar con su hermana, tú no tienes nada que ver –gritó Karin tras él, Sasuke volteó para dedicarle una mirada carente de alguna emoción y se limitó a contestarle.
–Si esto es cierto, primero es Sakura y después será Hinata la que ande de novia no sé con que patán, y eso no lo voy a permitir –finalizó apretando los dientes. Corrió apurado a buscar a su amigo, quien se había desaparecido de su foco de atención.
La pelirroja suspiró con frustración y salió de nuevo tras él, como agradecía al cielo no haber tenido hermanos, después de todo esos 2 eran unos celosos con esas pobres chicas.
.
.
Llegó hasta el salón del grupo de su hermana, parecían estar en hora libre, ya que todos andaban fuera del mismo muy quitados de la pena. Sakura enseguida lo vio y se le acercó a Hinata para que ella se diera cuenta de la presencia de su amado.
–Mira Hinata, a esto llamo yo destino, Naruto está aquí, aprovecha y ve a declárartele –le susurró a su sonrojada amiga mientras la empujaba levemente para que avanzara en dirección a su hermano.
Hinata dudó por un segundo, pero después se armó de valor y caminó hacia él decidida, ya no esperaría mas tiempo en silencio, se le declararía y lo haría justo ahora. ¿Qué era lo peor que podía pasar?, se preguntaba a sí misma, pues simplemente que su corazón se quebrara en mil pedazos y que jamás podría verlo a la cara de nuevo, pero si él le correspondía, sería inmensamente feliz, así que estaba dispuesta a correr el riesgo.
Naruto paró enseguida al encontrarse frente a él a la mejor amiga de su hermanita y además hermana de su mejor amigo, Hinata, a él siempre le había parecido muy tierna, ella era muy bella, aunque realmente tímida, eso se debía probablemente a la sobreprotección que sus hermanos mayores le brindaban, bueno mas bien el teme, porque Itachi no era tan asfixiante como él, de hecho era mas bien como un amigo para la propia Hinata y hasta para su hermana Sakura.
Únicamente él y Sasuke eran unos verdaderos desgraciados con aquellos que osaran acercarse a sus pequeñas e inocentes hermanas, ellas eran tan ingenuas, que desconocían las miradas lascivas con las que sus propios compañeros prácticamente las desnudaban. Esos malditos estaban más que advertidos por ambos, que aquel que se atreviera siquiera a mirar a una de ellas, conocería el verdadero infierno al momento.
Él y Sasuke, sabían que no se puede confiar en los hombres, y claro que lo sabían de sobra, los 2 eran unos mujeriegos de primera. Ellos si podían jugar con las hermanas de los demás y corromperlas sin pestañear, por eso debían mantenerlas alejadas de todos los patanes del mundo, y estaban cerca de su cometido, hasta que a su querida y tierna hermana se le ocurrió enamorarse de quién sabe que estúpido, que tenía de cauto lo que él tenía de buen cuñado.
Hinata estaba a punto del colapso por ver a tan tremendo espécimen frente a ella, él no era humano, él reunía sus fantasías, sueños, anhelos en un solo hombre. Desde que lo conoció a la edad de 5 años –cuando su hermano mayor lo llevó a la casa–, ella quedó fascinada. Ese pequeño rubio iba todos los días a jugar con Sasuke y ella no podía hacer mas que admirarlo y amarlo en secreto cada día mas, meses después él llevó a su hermana menor para que jugaran juntas, ya que su padre le había pedido a Mikoto su madre que cuidara de los pequeños mientras él atendía un asunto importante. Así pues, conoció a la que se convertiría en su mejor amiga y próximamente cuñada, si todo salía bien. Dejó de darle vueltas a sus recuerdos y se preparó mentalmente para lo que estaba a punto de hacer.
–Ho..ola Na..a..Naruto-kun, me gu..gu..u..staría de..ci..cirte a..algo impo..po..portante –maldita su suerte.
Cuando creía que ya había logrado algo de seguridad, sus frases brotaban como si las estuviera estirando en partes ya que no querían salir. Naruto la miró serio y enseguida viró sus ojos hacia algo o más bien alguien detrás de ella, Hinata volteó y pudo apreciar a su amiga, Sakura se encontraba a unos pasos detrás de ellos y la miraba con su mejor sonrisa dándole ánimos. La pelinegra recobró sus fuerzas, pero enseguida las perdió cuando el rubio le respondió.
–Lo siento Hinata, no es el momento, ahora mismo tengo algo que arreglar con Sakura-chan –contestó con una mirada seria, dirigiéndose a su hermana, quien lo miraba sin entender por qué diablos el rubio había sonado tan frío.
–Cla…claro –respondió con una tristeza que Sakura pudo notar.
De repente la de ojos verdes resintió un jalón en su brazo, se trataba de Naruto, este le dedicó una gélida mirada.
–¡Ahora mismo me dirás quién es el idiota con el que estas saliendo!, voy a partirle la cara y hacer que se arrepienta de haberse acercado a ti –amenazó con voz sombría, Sakura podía notar la seriedad y el enojo en sus palabras, su hermano no bromeaba y estaba sumamente enfadado– ¡dime ya mismo Sakura-chan!, si no quieres que le diga a nuestro padre que te encierre y no te deje salir hasta que tengas 50 años, y seas demasiado vieja como para andar con esas tonterías de noviecitos –la pelirosa se quedó de piedra.
¿De qué diablos hablaba ese rubio cabeza hueca?, ella ni siquiera tenía amigos varones, mucho menos un novio, los únicos hombres que podían acercársele eran su tonto y ahora paranoico hermano, su despreocupado padre quien le dejaba la responsabilidad a Naruto de espantarle los pretendientes, y los hermanos de su mejor amiga, el tierno y comprensivo Itachi, y el cerdo/gigoló/playboy del colegio Sasuke arrogante Uchiha. ¿Qué rayos se había fumado Naruto para decir semejante estupidez?, eso sin contar como evadió olímpicamente a su pobre amiga que estaba a punto de declarársele después de 10 años de silencio. Respiró hondo y empezó a hablar.
–Naruto no sé de qué hablas, yo no tengo ningún novio, es más, ni siquiera me gusta algún chico –le respondió tranquilamente a su hermano.
Naruto se enfureció más, le molestó que Sakura negara la verdad. Giró hacia atrás, esperando a que Matsuri –que se mantenía algo alejada– se acercara a ellos, esta lo hizo y se colocó a un lado de él.
–¡No mientas!, Matsuri escuchó cuando alguien que te vio, comentaba que ya tienes pareja y que hasta te besaste con él, cierto Matsuri –afirmó no quitando la vista de la cara de sorpresa que Sakura le mostró.
En ese momento aparecieron Sasuke y Karin, colocando al igual que Naruto, sus miradas sobre ella. Sakura no sabía si reírse, llorar o golpear a todos los que esperaban atentos su respuesta, ¿cómo se atrevía esa golfa de Matsuri a inventar tremenda patraña?, ella sabía que la odiaba porque no permitía que conquistara a su estúpido hermano, pero esto ya era demasiado, mira que inventarle un novio, ya quisiera ella que fuera verdad, pero con la vigilancia constante y seguridad impenetrable de Naruto eso era prácticamente imposible.
Es más, ella ya se había resignado a morir sola, virgen y sin haber besado, al menos no un beso real, ya que el primero se lo había robado el gigoló despreciable de Sasuke Uchiha a la tierna edad de 5 años. Cuando así sin avisar, el maldito depravado de 7 años, le había dicho que ella sería una de sus mujeres algún día y sin esperar, la besó en los labios, fue un insignificante piquito, pero ella no lo soportó y se soltó llorando, cosa que sólo hizo reír al mocoso pelinegro, que por si fuera poco, atinó a decirle que ya era de su propiedad. Obviamente ella lloró aún mas, haciendo que Kakashi –su padre–, tuviera que calmarla por casi cerca de 2 horas mientras ella gritaba y lloraba que no quería ser propiedad Uchiha. En fin, ese era un trauma que no quería recordar, volvió a tomar todo el aire posible mientras escogía muy bien las palabras a utilizar.
–Mira Naruto, no sé por qué esta golfa inventó esa historia de fantasía, pero yo no tengo novio, ni quiero tenerlo, a mí no me interesan los chicos. Además, ¿quién se cree ella para meterse en mi vida? –le reclamó a Matsuri mirándola con rabia.
–Soy tu cuñada querida y me preocupas –escupió la castaña colgándose del brazo de Naruto, y depositando un beso en su mejilla.
Sakura abrió los ojos, enseguida miró a Hinata, la pobre muchacha parecía haberse quedado sin sangre en un segundo, ya que estaba mas pálida de lo normal y eso ya era para alarmarse.
–Y no miento, yo escuché cuando alguien que te vio, comentaba que ya no estabas soltera –siguió, con un tono cortante.
–Mejor dinos quién es Sakura, así podremos partirle la cara y olvidarnos de esta estupidez –habló sorprendiéndola el mal nacido pelinegro que la escrutaba sin ningún reparo de pies a cabeza.
– ¡Qué yo no salgo con ningún chico, y tú no te metas Uchiha! –estaba que echaba chispas, ¿cómo le venía a decir eso ese imbécil?, ya casi iba y le propinaba un buen golpe para que se arrepintiera de decirle tonterías. Ahora no le bastaba con las incoherencias del rubio estúpido y la golfa castaña, sino que también el maldito violador de niñas ese.
–Claro que no sales con ningún chico, sales con una chica, ¿no es así Hinata? –se escuchó una voz proveniente de entre los demás alumnos, que ya estaban en los lugares de primera fila para el show.
–Tenten, ¿de qué diablos hablas? –se giró Sakura hacia ella con el ceño fruncido.
–De que yo vi cuando Hinata se te declaraba, ella te dijo que te amaba y quería ser tu novia –informó la de chongos con diversión. Todos abrieron su boca sorprendidos, la pelirosa miró a su mejor amiga, ambas horrorizadas de lo que la metiche de Tenten acababa de decir– no lo nieguen mas, tú le dijiste que también la amabas y querías que fuera tu novia, ¿o no? –terminó de contar para mirarla retadoramente.
–Yo... –empezó la de ojos verdes, pero sin saber cómo continuar.
¿Qué carajos iba a decir?, que le estaba dando ánimos a su introvertida amiga, y que ella estaba tomando el lugar de Naruto, ¡impensable!, sobre todo ahora que la golfa era novia de su hermano, y que todos ahí estaban pendientes de lo que diría. Si confesaba la verdad, el colegio entero se daría cuenta que Hinata amaba a Naruto y que no era correspondida, la verían con lastima y, otros como Matsuri y Tenten con burla.
–Saben, me sorprendí mucho al enterarme que ustedes eran novias, siempre pensé que a ti Hinata te gustaba mi novio Naruto –arremetió con saña la castaña- pero bueno, después de todo creo que me equivoqué, hacen una muy linda pareja –dijo conteniendo la inmensa carcajada que luchaba por explotarles en la cara a las 2 chicas.
–No digas tonterías Matsuri, Hinata es como otra hermana pequeña para mí, ella y Sakura son unas niñas, no pueden ser pareja, eso es una estupidez –interrumpió el rubio a su novia, ya un poco más calmado.
Sasuke asentía como queriendo confirmar lo que Naruto decía, a la vez que mentalmente agradecía que todo fuera un invento, no supo por qué, pero saber que Sakura no salía con ningún tipo, le ayudó a relajarse.
– ¡No es una tontería! –resonó una voz potente y segura.
Todos voltearon hacia Hinata, que tenía la cabeza en alto y los miraba con los ojos mas resplandecientes y seguros que le hubiesen visto en toda su vida. Por dentro la pelinegra lloraba inconteniblemente, se acababa de dar cuenta que Naruto jamás la amaría, por el contrario, siempre la vería como la niña torpe amiga de su hermana, la princesita sosa como todos la llamaban por ser tan tímida y sobreprotegida por su hermano. Pero esta vez iba a dejarlos callados, y vaya que lo hizo con lo que declaró segundos después de que la mayoría se volvieran hacia ella.
–No es una estupidez Naruto –comenzó en tono frío, tanto que el rubio se heló, ella nunca lo llamaba solo Naruto, además, ni siquiera estaba tartamudeando como hacía siempre que lo tenía frente a ella– yo si le confesé mi amor a Sakura-chan, la adoro ella se ha vuelto todo para mí. Es mi mas anhelado tesoro, desde que la conocí supe que era especial, la AMO y sí es mi novia –terminó su monólogo, sabiendo muy en el fondo que esas palabras eran dirigidas a él. Pero ya no más, no se iba a humillar diciéndole que era el amor de su vida, únicamente para que él la mirara con lastima y le dijera que la veía como una hermana.
Sakura no podía creer lo que escuchaba, no tenía ni la más mínima idea de qué responder, todos la miraban esperando que se carcajeara y les dijera dónde estaba la cámara escondida, en especial su hermano y Sasuke, quienes no apartaban la vista de ella. En seguida comprendió los motivos de Hinata para decir tales mentiras, ella no quería que Naruto supiera de su amor por él. No después de haberle destrozado el alma y arrancarle el corazón, para tirarlo al suelo y pisotearlo con esas palabras que el estúpido había dicho. Se llenó de valor y empezó a hablar de una manera que asemejaba a la muy segura voz que Hinata había usado.
–Es cierto, no tengo ningún novio, ni me gusta ningún chico, porque a la que amo…es a Hinata –suspiró profundamente–, y sí, ella es mi pareja, a la que tanto quieren golpear tú y Sasuke, Naruto –se acercó de manera pausada hasta colocarse al lado de su pobre amiga, tomándola de la mano– somos novias y nos amamos –finalizó.
Naruto y Sasuke se miraron con cara de ¿¡qué demonios!?, ellos siempre habían planeado la forma de torturar a los pobres infelices que se cruzaran en el camino de sus hermanas, pero qué hacer en el caso de que no fuera un hombre, sino otra mujer la que hiciera tal cosa, además de no cualquier mujer, ¡sino la propia hermana de su mejor amigo!. ¿Acaso ellos tenían la culpa?, después de todo, esas pobres chicas sólo tenían permitido juntarse la una con la otra, tal vez si las habían orillado a desarrollar sentimientos de ese tipo entre ellas. Que estúpidos, ¿ahora qué se supone que harían?
¿Naruto iba a golpear a Hinata por tocar a Sakura?, pensaba alarmado Sasuke, o ¿él golpearía a Sakura por corromper a la pobre ingenua de su hermana?, porque si de algo estaba seguro, es de que Sakura era la que había enamorado a la inocente de Hina, oh si, esa pelirosa del demonio, que al caminar mecía sus caderas de modo casi imperceptible, tentando a todos los chicos del colegio, y ahora no nada más los chicos, ¡también las chicas!. Además, tenía un cuerpo de miedo, esa cintura tan pequeña esos pechos adecuados para ser tocados exclusivamente por él, o mas bien ahora sólo por Hinata, ¡santo Dios!, maldita súcubo.
Ella y sus labios rosados, mismos que hasta él fue tentado de probar cuando tenía escasos 7 años, intentó contenerse pero no pudo, esa pequeña brujita lo atrajo y no estuvo contenta hasta que él la besó, pero además de eso lo hizo decirle que ella sería suya algún día, ¡bruja!, se repetía el Uchiha. Él no quería decirlo, pero sus palabras salieron solas, aunque él no sabía qué diantres significaba lo que dijo, lo hizo porque lo vio en una novela de esas que a su madre le gustaban y pensó que a ella le gustaría escuchar eso, grave error. Después de haberlo embrujado, todavía tuvo el descaro de hacerse la víctima y soltarse llorando, ¡farsante!, él sabe que lo disfrutó, pero como buena actriz la desgraciada lloró casi por 2 horas, haciendo que su madre lo castigara por hacerla llorar, y su hermano lo asustara diciéndole que tendría que casarse con ella por haberla besado, y él de idiota dispuesto a remendar su falta, le dijo al padre de la molestia rosada, que asumiría la responsabilidad y se casaría con ella, ¡frente a todos los ahí presentes!.
Todavía no olvidaba la carcajada del maldito de Itachi, la mirada de miedo de la molestia, que al escucharlo rompió en llanto otra vez, la furia de Naruto que se le fue encima, el rostro despreocupado de Kakashi quien le dijo que estaba de acuerdo, y la mirada de ternura de su madre; o si, maldita molestia rosada, esta vez engatusaba también a la pequeña Hinata. Por supuesto, eso no se quedaría así, porque aunque tuviera que ser él mismo el que le quitara el amor de Sakura a su hermana, lo haría por su bien, para que ella no sufriera mas adelante por esa hechicera.
Naruto pestañeaba inmóvil queriendo comprender lo que había escuchado, ¿cómo pudo esa mocosa supuestamente ingenua embaucar a la pobre de su Sakura-chan?. Seguro le aprendió las mañas al desgraciado del teme, ese maldito gigoló le enseñó a la ahora también mujeriega de su hermana, a conquistar a su pobre cerezo. Ya lo veía venir, esa chica mustia quien por poco y lo engaña a él con su conducta de no rompo un plato y voy a la iglesia los domingos. Tejió su telaraña alrededor de su pobre mariposa rosada, hasta que esta inevitablemente cayó, ¿y cómo no?, después de todo la Uchiha era muy bella. Su cara inocente, su cuerpo muy bien dotado a pesar de no tener mucha edad, bien competía con el de una modelo, por eso la pobre niña de sus ojos no resistió y cayó en tentación.
Recordó como él les contaba historias antes de que se fueran a dormir, cuando la astuta zorra iba a quedarse a su casa, con esas pijamas de niña que no tentaban a nadie y que por el contrario la hacían ver tierna; todo lo contrario de su hermana, que siempre fue espontanea y sincera tanto en sus actos como en sus palabras, ella si se ponía pijamas un tanto provocativas según el depravado del teme, a quien en muchas ocasiones casi le revienta la cara, después de haberlo descubierto mirándole las piernas a la dulce Barbie rosada. Él no veía nada de malo que se pusiera esa pequeña blusa de tirantes y esos shorts que hacían de conjunto, ¡santo cielo!, pensó alarmado, ¿y si ella lo hacía porque era obligada por esa lagartona de la Uchiha?, ¡seguro eso era!, cada que dormían juntas ella convencía a Sakurita de vestir tan mínimas prendas y aprovecharse de ella, ya una vez el maldito del teme se propasó con ella besándola a la fuerza, así que como él no pudo, de seguro mandó a la sin vergüenza de Hinata a hacerlo. Desgraciada cínica, y él creyéndola una buena chica al igual que su hermanita.
No lo permitiría, claro que no. Él iba a quitarle ese lastre a su pobre pelirosa, así tuviera que hacerse cargo él mismo de la pelinegra. Tal vez si la enamoraba y la regresaba al camino de la heterosexualidad, Sakura no saldría herida por esa desquiciada con genes de casanova. Se planteó un reto, que su ahora cuñada cayera por él, y cuando ya la tuviera a sus pies, le haría ver a su tierna hermana la clase de vividora de la que se había enamorado, pobre, seguro sufriría, pero él como buen hermano, estaría ahí para reconfortarla.
Estaba decidido, esa mujer no se aprovecharía de su hermana y él era el que iba a impedirlo, pensaron a su vez Naruto y Sasuke viendo cada uno a su respectiva víctima.
.
.
.
N.A.: Corrigiendo ortografía, puntuación, y algún asunto en la narración =).
