Por primera vez desde que nos conocimos my lady y yo tendríamos una cita ¡UNA CITA! Bueno, al menos yo lo veía de esa forma. Gracias al fanatismo de Chloe, mi compañera de clases y convenientemente la hija del alcalde, había persuadido a su padre de organizar una extravagante fiesta de navidad, teniendo como invitados estelares a los héroes de Paris, es decir la mas linda, valiente, fuerte y temeraria mujer de todos los tiempos, dueña de mi corazón, es decir: ladybug y al más carismático, coqueto, valeroso gato que podría existir, es decir, mua, Chat Noir.

La fiesta sería una obra de beneficencia que tendría como objetivo la recaudación de fondos para diferentes centros. Al menos dos cosas buenas saldrían de la frivolidad y egoísmo de la hija del alcalde. Lady me había pedido que la esperará en la torre Eiffel para llegar juntos a la recepción, y llegue algunos minutos antes de la hora acordada.

Increíblemente Plagg trasformó mi usual traje negro por algo un poco más elegante y aburrido, casi me recordaba a las reuniones que papá tenía en casa con algunos empresarios en donde usaba las ajustadas corbatas que en ocasiones no me dejaban ni respirar. En esta ocasión tenía un pantalón y chaleco de tela satinada a juego con una camisa blanca de mancuernillas de patitas de gato negro. Una corbata verde algo floja remataba el look, y me sentía increíblemente a gusto, podía hacer las cosas que normalmente hacía con mi traje sin estropear o romper nada. Lo único que se conservaba de mi traje era mi bastón, oculto bajo el pantalón y mis garras negras.

Esta noche tenía un plan, y en mi mano sostenía más de 20 rosas rojas envueltas en papel moteado, hechas especialmente para una chica muy especial. Estaba impaciente por ver su reacción cuándo llegará, incluso me sentía algo ansioso. Puntualmente, my lady llegó cayendo elegantemente a un lado y recogiendo su yoyo.

-¿listo gatito?

Me quede anonadado ante la imagen que tenía frente a mi. El traje moteado había sido remplazado por un vestido que marcaba las curvas de su cuerpo hasta debajo de la cintura sin mangas y un discreto escote, para transformarse en tela un poco más vaporosa y amplia, que terminaba a la altura de las rodillas. Sus zapatillas eran elegantes, y ligeramente altas, para comodidad y una caída discreta. Su cabello y antifaz eran el mismo, tenía sus coquetos aretes moteados, unos delicados guantes blancos satinados y un bolso pequeño para acomodar su yoyo. Simplemente era la visión más exquisita que podría tener como regalo de navidad, y eso era decir mucho considerando el hecho que mi deseo de tener una cita con la chica que me gustaba estaba cumpliéndose ya.

Una pequeña risita me sacó de mis pensamientos, y me recordó en donde estaba, con quien y lo que se suponía que haría. Saque de detrás de mí el ramo de rosas y lo extendí mientras me colocaba en una rodilla.

-un presente que solo sirve para resaltar tu belleza.

Pude notar un leve sonrojo en sus mejillas, y estaba seguro que no era solo el reflejo del vestido. Tomó sin vacilar el ramo y rose accidentalmente sus manos enguantadas, tratando de buscar un punto de contacto.

-gracias, son hermosas.

-no más que tú, my lady- de repente me pregunte como había logrado subir con ese vestido sin reverl algo de piel. Solo de pensarlo me sonroje considerablemente. Porque si eso hubiera pasado al subir, el bajar sería algo muy interesante.

-y bien ¿nos vamos?

Ni siquiera me contestó, solo se acercó y con un movimiento rápido saco mi bastón de detrás de mi espalda, lo extendió hasta tocar el piso, dándome la espalda y dejándome la boca seca. El vestido de la parte de atrás se encontraba con un escote pronunciado que dejaba al descubierto su espalda de tono crema. Sin duda esta noche seria una de las mas largas de mi vida, con tantas tentaciones tan próximas a mi.

Me acerque a ella, comprendiendo el movimiento, me sujete fuertemente a mi herramienta de combate mientras mi otra mano se ajustaba a la estrecha cintura de mi compañera, buscando descuidadamente el contacto de su piel, aunque no fuera directo. Por su parte ladybug se acerco hasta quedar enganchada a mi cuello con sus suaves manos, pegando su cuerpo y acomodándose para que fuera un descenso rápido y sin complicaciones.

Brincamos sin vacilar, confiando uno en el otro, y por un instante sentí su cabeza apoyada en mi pecho. ¡dios! Si tan solo ella me diera una oportunidad, nos diera una oportunidad para ser parte de la vida del otro, todo esto seria muy diferente. No importara quien fuera, si la conociera o no, porque yo la amaba, porque no me había enamorado de una cara, sino de su esencia

Tocamos suelo sin hacer ruido, volví a guardar mi bastón y ofreci mi mano como apoyo a mi lady para caminar hasta la recepción, después de todo, no estaba demasiado lejos de la torre. Ella la acepto y anduvimos sin platicar, simplemente disfrutando de la compañía y el silencio. Note que ella estaba un poco nerviosa, mordiéndose su labio de vez en cuando, y dejándome con las ganas de probar esos carnosos labios.

-vaya. Vaya. Ladybug nunca está nerviosa ante un akuma, pero si tiene que enfrentarse muchas personas en una cena…- no pude terminar la frase porque me enterró su codo en mis costillas de manera juguetona. Mientras fingía un intenso dolor y me doblaba teatralmente ella solo se burlaba, regalándome la mas hermosa sincera sonrisa que tenía. Y lo amaba, porque esas sonrisas siempre me las dedicaba a mí.

-por suerte tengo un gatito que gusta de ser mi héroe y me salvará en caso de ser necesario.- su convicción era tal, que no dude que su broma fuera en realidad una declaración muy acertada. Siguió avanzando, dejándome atrás.

Corrí para alcanzarla, y viendo mi oportunidad, pase mis brazos por su cintura, abrazándola fuertemente, apoyando su espalda en mi pecho, acomode mis labios cerca de su oreja.

-siempre que my lady me necesite, en cualquier lado, para cualquier cosa, siempre estaré para ella- termine de hablarle y atrape su oreja con mis labios para jalarla ligeramente. Espere que me aventara o buscara la distancia, pero en realidad solo apretó sus manos sobre mis brazos y sentí como se encogía entre mis brazos. No tenía forma de ver su aspecto, pero estaba convencido que su rostro estaba cubierto de un hermoso rojo. Últimamente ese era mi color favorito.

-¿po…podrías soltarme gatito?

A regañadientes solté mi agarre, pero mantuve mi mano cerca de su cintura hasta que llegamos a la recepción. En la entrada había cientos de reporteros y demás admiradores, ni siquiera sabía que la mitad de París nos amará. Chicos y chicas con orejas de gato negras, o con mariquitas pintadas en sus playeras y demás accesorios. Mi compañera Alya estaba grabando para su ladyblog, buscando cualquier pista que le revelara la identidad de my lady. Curiosamente mi amigo Nino estaba muy cerca de ella, y últimamente me parecía a mi que dirigía muchas miradas hacia las bancas detrás nuestro en clases.

Saludamos a la mayoría, los flashes estuvieron al por mayor y las ofertas para entrevistas exclusivas nos invadieron de inmediato. Ni lady ni yo aceptamos ninguna. Entramos al salón en donde más gente nos rodeó de inmediato. El alcalde nos dio la bienvenida y mi lady fue acechada por una Chloe demasiado fanática.

Aunque no fue por voluntad propia, casi de inmediato fui pasado a segundo plano, lo cual me fastidio un poco, porque recordaba esos días en los que mi padre tenía que ir a reuniones importantes y me dejaba de la misma forma. Era algo frustrante para mí. Camine sin rumbo fijo, manteniendo pequeñas conversaciones cordiales con los que me detenían, y mirando de vez en cuando a mi pobre ladybug caminando, o más bien siendo remolcada por Chloe por toda la sala presentándola como su íntima amiga. De alguna forma, levanto su vista hacia mi dirección y me sonrió, suplicando por ayuda.

En ese momento la pequeña orquesta comenzó a lindo vals y cumpliendo mi promesa de siempre estar para ella, camine rápidamente e intercepte a las dos chicas extendiendo mi mano como el caballero que era.

-¿me permitiría este vals, my lady?

-lo siento chat, pero en estos momentos…- como siempre Chloe malinterpreto mis palabras, pensando que era para ella.

-no, yo lo siento señorita, pero solo tengo una my lady- conteste mirando directamente a mi pequeña catarina. Ella no espero a escuchar otra palabra, sino que de inmediato tomo mi mano y nos guie para acomodarnos en la pista de baile.

Bailamos con el compás, dando vueltas alrededor de pista, su mano sobre la mía, pensando en los pasos de otro. La alce varias veces mientras girábamos, apoyando sus manos en mis hombros y yo sosteniéndola de la cintura.

-Sabes, podemos irnos cuando tú quieras.- le sonreí coquetamente- solo pídelo, y estaremos saltando en las azoteas en un instante.

-lo sé- me respondió.

Antes de que la pieza terminará, tomó mi mano y me jaló fuera de pista, rumbo hacia las escaleras de emergencia. Cerramos la puerta antes de que alguien más entrara, y de repente, sus manos estuvieron en mi rostro, para luego sentir unos cálidos labios sobre los míos, un beso rápido y sin titubeos. Tan espontaneo e inesperado que me dejó completamente paralizado en segundos.

Se separó de mi para contemplar mi rostro, que se sentía completamente caliente en ese momento. Ella estaba ligeramente sonrojada, pero yo estaba casi seguro que mi cara era roja como su traje.

-bien gatito, vamos a ver qué tan bueno eres para buscar tu regalo de navidad. Dicho esto, me deposito un nuevo beso en los labios y corrió hacia las escaleras, tomando ventaja de estaba pequeña casería del tesoro. Lo que no sabía es que yo amaba la búsqueda y cacería.